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martes, 31 de julio de 2012

La información de violencia terrorista como factor generador de más hechos violentos


Sin duda la violencia terrorista generó una profunda crisis política, económica y social en el Perú, durante dos décadas, de 1980 a 2000. Sin embargo, en la primera (1980-1990), se produjeron los hechos más sanguinarios y devastadores que fueron acompañados, lamentablemente, por una intensa campaña de información periodística que, en verdad, no supo estar a la altura de esta grave circunstancia, constituyéndose, por el contrario, en un importante factor generador de más hechos de violencia.

Crisis e Información de la Violencia
La violencia fue generada tanto por el Partido Comunista del Perú, denominado Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Esta escalada de violencia comenzó el 17 de mayo de 1980, en el distrito de Chuschis, Ayacucho, con la quema de las ánforas electorales que convocó el gobierno de facto del general Francisco Morales-Bermúdez Cerrutti, para retornar a la democracia y entregar el poder al candidato que el pueblo eligiera. Había dos postulantes con mayor opción, el de Acción Popular (Fernando Belaunde Terry) y el del APRA (Armando Villanueva del Campo). Semanas después, SL se atribuyó el hecho y comenzó a prender fuego en las profundas quebradas andinas. Masacró tanto a autoridades comunales y distritales como a campesinos indefensos.

Lima no prestó mayor importancia a estos hechos. El ministro del Interior, José María de la Jara y Ureta, responsabilizó de los hechos a los abigeos, mientras el director superior de la Guardia Civil, teniente general GC Juan Balaguer Morales, habló de un plan político de la ultraizquierda. Ello, sin duda, originó la separación del oficial del alto cargo que ocupaba, siendo reemplazado por el teniente general GC Humberto Catter Arredondo, quien mostró permeabilidad ante el ministro y ratificó lo que éste había señalado.

En suma, mientras la política del gobierno fue minimizar las acciones “subversivas”, los senderistas arreciaron su accionar violento y pasaron a cometer delito de terrorismo. El ejemplo lo tenemos en el atávico ataque comandado por la terrorista Edith Gloria Lagos Sáenz, en la navidad de 1980. Nuestra legislación no lo tipificaba, por lo que el gobierno sancionó el D. Legislativo N° 046, de 10 de marzo de 1981. Inmediatamente después se creó la Dirección contra el Terrorismo (DIRCOTE), como un órgano especializado de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP)

Como la situación se agravó y la prensa nacional comenzó a ocuparse de los problemas del interior, denunciando los sangrientos hechos delincuenciales y cierta indiferencia por parte del gobierno, éste se vio obligado a decretar el “Estado de Emergencia”, en los departamentos de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica, al amparo del artículo 231 de la Constitución de 1979, y encargar “el mantenimiento del orden interno” a las Fuerzas Armadas, quienes lo asumieron en diciembre de 1982. A fines de enero de 1983, caerían los ocho periodistas en Uchuruccay, noticia que dio la vuelta al mundo. En consecuencia, la pradera ya estaba encendida y comenzó a arder sin cesar. Las primeras páginas de periódicos y revistas así como los “flashes” de la radio y la TV fueron teñidos de sangre, fuego, lágrimas, atentados, secuestros y persecuciones, engendrando quizá más violencia (finalidad perseguida por el terrorismo), tanto en los delincuentes terroristas como en algunos malos o equivocados miembros de las fuerzas del orden (quizá como legítima defensa o venganza), y el pueblo peruano resignado aceptó lo que se denominó la “Cultura del apagón y del toque de queda”.

Es más, el gobierno reaccionó tipificando el delito de “apología del terrorismo”, para lo cual modificó e incorporó esta figura en el artículo 288 “D”, del Código Penal. Posteriormente, con el afán de viabilizar y otorgar procesalmente las garantías constitucionales a los ciudadanos, el presidente Belaunde promulgó la Ley del Hábeas Corpus y Amparo (Ley N° 23506), el 8 de diciembre de 1982. Entonces, en nuestra calidad de abogado y vicedecano nacional del Colegio de Periodistas, ejercimos la defensa de muchos colegas que injusta e indebidamente fueron denunciados por este nuevo delito de “apología del terrorismo.”

Investigación Científica
Esta grave situación, nos preocupó desde entonces. Sólo después de un tiempo prudencial transcurrido, decidimos realizar una exhaustiva investigación científica de nivel descriptivo-explicativo expost facto, con la finalidad de determinar cuáles fueron las causas que originaron que la información periodística llegara a generar más hechos de violencia terrorista. A los efectos de tener un enfoque integral, revisamos cuatro teorías de las ciencias sociales que han trabajado y siguen trabajando con denuedo las causas y consecuencias de la violencia, como la Criminología, las Ciencias de la Comunicación, la Sicología y la Sociología. Es obvio, que estas ciencias desde que comenzaron a estudiar el fenómeno de la violencia produjeron planteos discordantes. Veamos.

Es cierto que la Criminología le otorga a la información una “influencia condicionante relativa”, mientras que las tres siguientes –Ciencias de la Comunicación, la Sicología y la Sociología, señalan que la “influencia es determinante”. Empero, asimismo, la Teoría de la Comunicación aporta la tesis de que la influencia está más en el receptor/auditorio que en los medios de comunicación, lo cual constituía un nuevo enfoque a este estudio.

Palabras más palabras menos, nos propusimos comparar los planteos teóricos de estas ciencias con la realidad empírica investigada. Ello nos permitió comprobar que la información periodística se constituyó en factor generador de hechos de violencia terrorista al ser o servir los medios de comunicación social de caja de resonancia o estímulo coadyuvante en la comisión de actos de violencia terrorista, dado los parciales éxitos obtenidos en la lucha o confrontación política y militar de los delincuentes terroristas contra los gobiernos de entonces y las fuerzas del orden, en particular, y contra el “sistema democrático burgués”, en general, al cual creían poder derribar o destruir, creando caos y terror en la sociedad, en el Estado-nación, para construir uno nuevo. Lo cual, obviamente, no sucedió ni podía suceder porque el Estado-nación, léase pueblo, se encontraba sólido y sus fuerzas del orden (Fuerzas Armadas y Policía Nacional) aún tenían gran capacidad operativa de guerra, de destrucción total al enemigo. Esto, obviamente, si hubiera sido necesario como última medida para cumplir legítima y jurídicamente la finalidad de defender la libertad, la democracia, la Constitución y las leyes.

Base de la Investigación
La investigación, de un lado, se efectuó sobre las informaciones periodísticas de violencia terrorista en los principales medios de comunicación social en el período de 1980-1990; y, de otro lado, se encuestó a 278 terroristas como muestra de una población de 1000 sujetos, ora condenados por este delito cumpliendo sentencia, ora indultados, ora en libertad después de haber cumplido la pena impuesta. Asimismo, se efectuó una entrevista de fondo a algunos de ellos, máxime, a los reconocidos como principales cabecillas.

Inquietud por conocer
Nos formulamos, entonces, las siguientes interrogantes: ¿Fueron, realmente, los medios de comunicación social o mass media agentes perniciosos para la sociedad? O ¿fue la clase de información, de los contenidos o mensajes, los que perjudicaron al auditorio/receptor? Y, en este sentido, ¿Fue, entonces, posible que la información de la violencia terrorista generara más hechos de violencia terrorista?

Obviamente, obtener las respuestas a estas inquietudes no fue tarea sencilla ni fácil. Requirió, más bien, de un lado, un profundo análisis teórico; y, de otro lado, la investigación de campo que hemos mencionado.

Teorías
La violencia siempre ha estado presente en todos o en casi todos los movimientos revolucionarios que han buscado reformar las estructuras sociales, económicas y políticas. De esta suerte, la violencia es consustancial a la naturaleza humana y se da más o menos en todas las relaciones sociales. Sólo puede ser mediatizada por el grado de socialización, afirma el R. P. Felipe Mac Gregor S.J., ex rector de la PUCP y estudioso de esta problemática.

Sobre la violencia y el terrorismo existen muchos y muy buenos trabajos de investigación desde múltiples perspectivas, tanto de autores nacionales como extranjeros. Entre los primeros, por ejemplo, Gonzalo Portocarrero: Violencia estructural: Sociología (1990); César Rodríguez Rabanal: Violencia estructural: Psicoanálisis (1990); Gustavo Gorriti E: Sendero: Historia de la guerra milenaria en el Perú (1991); Francisco Eguiguren P.: Violencia estructural: Derecho (1990); María del Pilar Tello: Perú: el precio de la paz (1991), etc. Es más, de otro lado, el Estado peruano se preocupó por este fenómeno y conformó en el año 2001 la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), la cual se encargó de estudiar, analizar e interpretar la violencia terrorista desde 1980 al 2000.

Palabras más palabras menos, todos coinciden en que cuando la realidad económica, social y política de un Estado-Nación no viabiliza la realización de sus ciudadanos, se produce una violencia estructural, institucional y personal que desbordará los límites legales y/o normales de las frustraciones, incurriendo en delito o faltas, tanto de quienes ejercen el poder –gobierno- como de los gobernados –pueblo- dentro de una serie de “estructuras de dominación.”

La Criminología
Si la violencia está en el hombre y lo puede conducir al delito, y, asimismo, el grado de socialización con la realización personal ejerce una gran influencia en la comisión del mismo, entonces, la violencia también es objeto de estudio de la Criminología. Más aún, cuando hoy, se acepta que la Criminología es una ciencia social interdisciplinaria y la preeminencia de su enfoque integral BIO-SIQUICO-SOCIAL que planteó el criminólogo y profesor francés Jean Pinatel [1], por lo que los criminólogos han estructurado una teoría criminológica de la violencia como la que sostiene el criminólogo argentino de origen israelita, Israel Drapkin [2], la misma que ha sido enriquecida con un enfoque multidisciplinario. Apreciación que se tuvo en cuenta para estudiar, analizar e interpretar el caso concreto de la violencia terrorista desarrollada en Perú, en la trágica década de los años 80.

El incremento de las acciones delincuenciales por los grupos terroristas, hizo pensar a las autoridades y a la opinión pública que se debía a la amplia y hasta excesiva información de la violencia terrorista. Para ello, algunos estudiosos desempolvaron teorías y planteamientos del periodismo y de la propaganda, disciplinas hoy agrupadas en las Ciencias de la Comunicación.

En efecto, en este contexto, la Teoría de la Comunicación explica que la repetición de la información (contenido o mensaje) induce a la acción tal como lo afirma el comunicólogo y profesor venezolano Héctor Mujica. [3] Esto es tratado cuando se aborda los aspectos de la difusión, que, como especie de la comunicación, consiste en el reforzamiento y ampliación del mensaje por parte del emisor y que concluye con la adaptación (acción) del receptor/destinatario en el proceso comunicativo. La difusión es usada en las campañas periodísticas, por la propaganda partidaria, ideológica o religiosa; por la publicidad para la venta de bienes o servicios y por las relaciones públicas para lograr el proceso de integración de intereses comunes y necesidades complementarias del hombre, la entidad corporativa y la sociedad.

Si es verdad que sobre el terrorismo en particular y la violencia en general se ha escrito mucho, tanto en el Perú como en el exterior, no es menos cierto que muy poco o nada se ha investigado –y tampoco publicado– sobre la información de la violencia terrorista como factor generador de más hechos de violencia terrorista. En este contexto, por ejemplo, ¿cómo fue utilizada la propaganda por los terroristas?, ¿Cómo se valieron de la información proporcionada por ellos mismos?, ¿Qué utilidad obtuvieron con la desmedida información de la violencia terrorista?, etc.

De otro lado, partiendo del estudio de Pinatel, formulamos la hipótesis de la “Personalidad criminal del delincuente terrorista”, identificándola con las siguientes características: 1. Egocentrismo. Creen ser los elegidos o quieren ser el centro de la atención. 2. Indiferencia afectiva o insensibilidad moral. Perversidad. 3. Labilidad. Propenso a caer o facilidad para pasar al acto delincuencial. 4. Agresividad. Gran capacidad innata de violencia y destrucción. Personalidad criminal que resumimos con la sigla de EILA. [4]

Estigmatización de la Prensa
Fue el padre de la Criminología, Cesare Lombroso (1835-1909), quien originalmente “estigmatizó la influencia nefasta de la prensa”, según afirmación de Pinatel. [5] En efecto, Lombroso, apuntó: “esas excitaciones mórbidas, son centuplicadas ahora por el aumento prodigioso de esos periódicos verdaderamente criminales que mojan su pluma en la más fétida podredumbre de las llagas sociales y, en el solo objetivo de una ganancia abyecta, excitan los apetitos malsanos y la más malsana curiosidad de las bajas clases sociales; yo los compararía con esos gusanos que, salidos de la putrefacción, la aumentan aún más con su presencia.” [6] Con él se dio “el origen de la teoría tradicional que incrimina los estímulos suplementarios a la delincuencia que derivan de cierta prensa”, señala Pinatel [7]

A partir de entonces, se inició el estudio de la prensa como factor criminógeno. Poco después, también se le incorporó al cine en virtud al gran desarrollo que ostentó gracias a los avances tecnológicos. Dentro de estos parámetros, en el año 1918, el famoso criminólogo estadounidense Maurice Parmelee, Ph. D., en Filosofía y profesor de principales universidades de su país, apuntó en su obra intitulada Criminología sobre “la influencia de la prensa sensacionalista en los llamados periódicos amarillos, a la propensión al delito con las descripciones que ofrecen de los actos criminales.” [8]

Estos planteos también tuvieron eco en el Perú, ora aceptándolos o rechazándolos. En el primer enfoque estuvieron, entre otros, Manuel González Prada Ulloa, Francisco García-Calderón Rey y el ilustre penalista y criminólogo Eduardo Mimbela de los Santos, quien sustentó: “Es innegable que en la teoría de la imitación de Tarde existen verdades casi absolutas en relación con el crimen. De allí que factores como el cine y la prensa tengan notable incidencia criminológica en la acción delictiva. Toda novedad en el delito se imita o se copia por otros delincuentes.” [9] En el segundo, se ubica el profesor sanmarquino y criminólogo Oscar Miró Quesada de la Guerra, al señalar que la prensa solo ejercía cierta influencia a la predisposición del hombre a cometer delito, empero, la incidencia era muy “poca cosa” como lo afirmó después el criminólogo Stephan Hurwitz, profesor de la Universidad de Copenhague, en su enjundioso estudio “La presse et la criminalité.” [10]

En consecuencia, hasta finales de los años 70 teníamos dos planteos o posiciones encontradas: 1. La de causa directa, que es la tradicional y que parte con Lombroso y ha continuado afirmándose que la información de violencia es un factor criminógeno, a la que se han adherido Pinatel, Drapkin, Joseph Klapper; Alberto Bandura; Leonard Berkowitz; Jean Chazal; José López Riocerezo; Armand Mattelari; Herbert Schiller; Fernando Tocora, entre otros. 2. La de acción catártica, sustentada en la teoría sicoanalítica que defiende la posición de que la información de la violencia solo produce más bien efecto de catarsis (liberación) y no de generador de actos violentos.

Empero, posteriormente, surgió una tercera posición de carácter ético. 3. La de la responsabilidad, que exige un comportamiento ético de parte de la prensa o medios de comunicación en la información de los contenidos violentos, respetando la función o finalidad de los mismos. Fue sostenida por el sacerdote jesuita Tony Mifsud, S.J, en su estudio “Los medios de comunicación (¿o conflicto? Social”. Palabras más palabras menos, se trata de un autocontrol, planteo que lo sostuvo la prensa responsable interesada en “promover y preservar el cumplimiento de los altos niveles éticos que invariablemente deben regir a la prensa nacional”, de acuerdo con los principios del Consejo de la Prensa Peruana. [11]

Tecnología Comunicacional
Si bien es verdad que a finales del siglo XVIII, el político y jurista británico Edmund Burke llamó a la prensa “el cuarto poder”, no es menos cierto que este poder aún continúa y ha sido objeto de estudio de la teoría de la comunicación.

Fue la denominada “Escuela de Chicago” promovida originalmente por el comunicador Paul F. Lazarsfeld, quien le dio consistencia al grupo de investigaciones empíricas en el Bureau of Applied Social Research en la Universidad de Columbia y fortaleció la Mass Communication Research. La consolidó el profesor Wilber Schram, quien aportó el proceso de comunicación (una fuente, un mensaje y un destino) y la existencia de la retroalimentación o feed-back. En 1956 llegó a determinar que la influencia de los mass media no era tan decisiva de acuerdo con los resultados de la investigación del sociólogo y comunicador estadounidense Dennis Mc Quail [12]

De otro lado, en Alemania había surgido la “Escuela de Francfort” con Theodor Adorno e incorporados posteriormente Herbert Marcuse y Jürgen Habermas. Ella se dedicó a estudiar la comunicación masiva o de masas llegando a la conclusión que los mass media servían para alienar al hombre alentando la “industria cultural”, propaganda y publicidad para el consumismo de ideas y productos, respectivamente. Concluyendo que sí había influencia de la comunicación en el comportamiento del receptor.

Frente a estas dos posiciones encontradas surgió una tercera, formulada por el sicólogo social Melvin De Fleur, quien la sustentó en dos teorías: 1. De las diferencias individuales, al señalar que todos los seres humanos somos diferentes de acuerdo con nuestra estructura psicológica, teniendo en cuenta los “niveles de atención y percepción.” 2. De las normas culturales, afirmando que “el comportamiento individual es generalmente guiado por normas culturales (o por las impresiones de actor de lo que son las normas) respecto de una idea o situación determinada.” [13]

En concreto, De Fleur concluyó en que “los medios pueden influir” en la audiencia que no es uniforme y que puede ser manipulable o influenciable en función a las diferencias individuales y de las normas culturales, en los siguientes aspectos: i) En reforzar las pautas existentes; ii) En crear nuevas convicciones compartidas respecto a temas poco conocidos por el receptor; y, iii) Cambiar normas preexistentes cuando éstas no están bien consolidadas. Sin duda, esto fue determinante en la medida que la información reiterada se transforma en difusión generando los cambios perseguidos por el emisor en grados diferentes en el receptor según su calidad intelectual y moral, teniendo ambos las ventajas de la tecnología comunicacional: el emisor tiene a su favor el impacto y la repetición, mientras que el receptor cuenta con el zaping y la variedad de programas.

Sicología de la Violencia
Para formular una teoría sicológica de la violencia tuvimos en cuenta la agresión humana, la personalidad y las causas de su realización. En cuanto a las teorías psicológicas de la agresión humana, según los tratadistas John Darley, Sam Glucksberg y Ronald Kinchla, “originalmente partieron de las teorías del aprendizaje y el condicionamiento. Después fueron ampliadas por las perspectivas del aprendizaje social de Alberto Bandura y otros, que reconocieron que muchos de los actos agresivos se aprenden mediante la observación.” [14]

En efecto, Bandura con sus valiosas investigaciones aportó la existencia del aprendizaje observacional, y por ello ha sido incluido en la “teoría de causa directa” de la influencia de la prensa como factor criminógeno o generador de violencia en la Criminología, tal como lo apunta el ilustre criminólogo y profesor Alejandro Solís Espinoza. [15] Sin embargo, hay otras posiciones, empero, lo cierto es que la realidad le ha dado la razón a Bandura, más aún cuando la propia “teoría de la comunicación” le otorga esta importancia a los mass media.

Sociología y Violencia
No cabe duda que la sociología tiene por objeto el estudio de la realidad social. Y esto es explicar su naturaleza y las interrelaciones que ella genera. Exige, pues, una descripción y análisis para comprender la realidad social. Sobre el tema de la influencia de la información hay muchas teorías, empero, en suma, los sociólogos de los mass media han comprobado que “la difusión de los medios masivos se halla altamente correlacionada con varios índices de desarrollo: alfabetización, urbanización, ingreso percápita, etc… que en los países desarrollados existe una estrecha relación entre el uso de los medios masivos y las actitudes, la conducta y la información que se posee con respecto al cambio social”, según afirma Mc Quail. [16]

Objetivos de la Investigación
El objetivo general fue establecer si la información periodística generó hechos de violencia terrorista durante los años 1980 a 1990.

Entre los objetivos específicos estuvieron: i) Determinar si la revisión de hechos apologéticos influyeron en la cantidad de hechos de violencia terrorista de los años 1980 a 1990. ii) Establecer si los efectos colaterales de acciones apologéticas influyeron en la cantidad de noticias sobre la violencia terrorista en el período señalado. iii) Precisar si el análisis de contenido de los diferentes hechos de violencia terrorista repercutieron negativamente en los medios de comunicación durante este mismo período. iv) Determinar si la información de los hechos de violencia terrorista influyó de manera mediática en los principales medios de comunicación durante los años 1980 a 1990. v) Establecer si la reacción violenta del Estado influyó en la información de las acciones terroristas mediante los mass media y si éstas fueron causa u origen de incremento de las mismas durante el período señalado.

Conclusiones
1. Se estableció que la revisión de hechos apologéticos influyeron en la cantidad de hechos de violencia terrorista de los años 1980 a 1990.
2. Se determinó que los efectos colaterales de acciones apologéticas influyeron en la cantidad de noticias sobre la violencia terrorista durante este período.
3. Se precisó que el análisis de contenido de las noticias de los diferentes hechos de violencia terrorista repercutieron negativamente en los medios de comunicación durante los años indicados.
4. Se determinó que la información de los hechos de violencia terrorista influyó de manera mediática en los principales medios de comunicación durante los años 1980 a 1990.
5. Se estableció que la reacción violenta del Estado influyó en la información de las acciones terroristas mediante los mass media, empero, éstas no fueron causa u origen de incremento de acciones violentas durante el período señalado.
Finalmente, como conclusión general, se estableció que la información periodística se constituyó en factor generador de más hechos de violencia terrorista durante los años 1980 a 1990.

Recomendaciones
1. Promover y lograr un acuerdo entre los propietarios y/o directores de los medios de comunicación para establecer límites a la información sobre violencia terrorista o no, mediante el autocontrol o autocensura claramente señalada en códigos de Ética, con el principal fin de evitar ser cajas de resonancia de actos ilícitos que otorgan alguna importancia o preponderancia a sus autores, como infundir terror, sumir en la zozobra o crear inestabilidad en determinados órdenes, político, económico y/o social. En este orden de ideas, inclusive la alarmante información económica que genera y está calificada como terrorismo económico.

2. Propender a elevar los niveles culturales de los segmentos populares C, D y E, con la finalidad de enriquecer sus diferencias individuales y tengan mayor autocontrol social con una sólida formación ética y moral, rica en valores, como el culto por la verdad, responsabilidad, justicia y solidaridad, que les permita rechazar y repudiar la información de violencia y, consecuentemente, los hechos de violencia terrorista. Con ello, se generaría una cultura por la paz, que puede ser reforzada con sentimientos solidarios y de justicia social.



[1] PINATEL, Jean. Criminología, Tomo III, en Tratado de Derecho Penal y de Criminología de Pierre Bouzat y Jean Pinatel, segunda edición,    Universidad Central de Venezuela, Facultad de Derecho, Caracas, 1974, 761 pp.
[2] DRAPKIN, Israel. Criminología de la Violencia, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1984, 138 pp.
[3] MUJICA, Héctor. El Imperio de la Noticia. Caracas. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, 1967. p. 29.
[4] DEL SOLAR, Francisco José. “La Criminología y el terrorismo”, en la Revista del Foro, del CAL, Año LXXIV- N° 2, julio-diciembre 1987.pp. 169-186.
[5] PINATEL, Jean. Op. Cit. p. 169.
[6] LOMBROSO, Cesare. Teoría del delincuente nato. 1899. p. 252.
[7] PINATEL, Jean. Op. Cit. p. 169.
[8] PARMELEE, Maurice. Criminología. Madrid. Editorial Reus S.A. 1925. p. 126.
[9] MIMBELA DE LOS SANTOS, Eduardo. Criminología. UNMSM. Lima. 1988. p. 164.
[10] HURWITZ, Stephan. Criminología. Barcelona. Ediciones Ariel. 1956. 186-191.
[11] DECLARACIÓN PÚBLICA APARECIDA EN LOS PRINCIPALES DIARIOS DEL PAÍS, del 29-11-1996.
[12] MC QUAIL, Dennis. Influencias y efectos de los medios masivos. Fondo de Cultura Económica. México. 1981. p. 87.
[13] DE FLEUR, Melvin. Teoría de la Comunicación de Masas. Paidós. Buenos Aires. 1975. p. 180.
[14] AA.VV. Psicología. Universidad de Princeton. Cuarta edición. Prentice-Hall Hispanoamericana S.A. México 1990. p. 763.
[15] SOLÍS ESPINOZA, Alejandro. Criminología. Panorama Contemporáneo. Lima. Editorial y Distribuidores de Libros EDDILIS.A. 1986. p. 136 y ss.
[16] MC QUAIL, Dennos. Sociología de los medios masivos de comunicación. París. Editions Gram Mont S.A. 1973. p. 111.

viernes, 27 de julio de 2012

El caso de los bancos Barclays y HSBC, manipulaciones y lavado que envuelve a dos bancos británicos


El Barclays y el escándalo LIBOR bajo investigación…
Gobiernos en Europa, Japón y Estados Unidos investigan 16 instituciones financieras por manipular sus porcentajes de intereses. Se consideran tres escándalos en uno. Estos escándalos son: 1) Los Bancos involucrados reportaron bajos intereses a sus reguladores, 2) Manipularon las tasas a su favor, para obtener beneficios, 3) Con estas medidas obtuvieron beneficios y agravaron la crisis económica global, no solo en los Estados Unidos.

En los meses que precedieron la crisis del 2008, algunas de las mas poderosas instituciones financieras intencionalmente manipularon y mantuvieron en un nivel bajo, las tasas LIBOR[1]. Esto les habría permitido acomodarse ventajosamente en los mercados financieros a través de la distorsión de instrumentos financieros claves como son el cambio en los valores de los créditos, en los productos derivados y en las hipotecas caseras.

Timothy Geithner, secretario del tesoro de los Estados Unidos, acusado de un bajo desempeño y de errar en la regulación de los bancos, presentó sus testimonios sobre el escándalo y respondió que había alertado a los reguladores Estadounidenses y Británicos.

Aumentar el control y no la sanción de la ilegalidad….
El escándalo ahora provoca demandas para regular a estos bancos, sin embargo no considera la ilegalidad de los “arreglos y manipulaciones” que se han llevado a cabo” por un buen periodo de tiempo.

En otras palabras, la magnitud de los involucrados abarca círculos políticos, círculos de Wall Street, y  entidades reguladoras, con suficiente poder como para salir airadamente del problema. El escándalo  significó que los clientes que prestaron su dinero, no tuvieron de retorno los intereses usuales, estos fueron manipulados. Para los entendidos es solo una más de las decepciones financieras de Wall Street que salen a la luz.

Desde 1986, las tasas LIBOR son establecidas por la Asociación de Bancos Británicos (BBA)  y son la referencia para compras y ventas en mercados financieros que mueven trillones de dólares. Aún las mas mínimas manipulaciones distorsionaron la integridad de las instituciones financieras y la colocación de capitales y créditos. Se ha determinado que Bancos “grandes” reportaron tasas LIBOR bajas con la intención de atraer prestamos baratos, para ser vistos estables y buenos e interesar a potenciales clientes a invertir en ellos.

Utilizaron los beneficios a su favor….
Mas nefasto aún es que la manipulación intencional del LIBOR fue llevada a cabo para “ganar dinero” o “evitar perdidas” en sus portafolios.   

Este es el caso del banco británico “Barclays” en los Estados Unidos, que a pesar que algunas instituciones de los Estados Unidos demandaron elevar las tasas LIBOR en algunos productos financieros, los representantes de “Barclays” en Estados Unidos, simplemente llamaros a sus colegas de la Asociación de Bancos Británicas (BBA) y les pidieron que suban o bajen las tasas LIBOR acordes con sus intereses. Los hechos están siendo confirmados por una Comisión Estadounidense elegida para las investigaciones quienes han encontrado en el caso del banco Barclays, hasta correos electrónicos en los que los emisores piden se hagan las distorsiones para evitar ser afectados por los porcentajes de intereses.  

El escándalo de la cadena de Bancos HSBC…
En la primera quincena de julio, el banco HSBC ocupó las primeras planas cuando se supo que durante varios años a lavado dinero de carteles de narcotráfico, que ha permitido el ingreso de estos capitales en el sistema global y que lo ha hecho burlando los controles de autoridades en los Estados Unidos a quienes ahora se les critica por supervisión inadecuada.

Dinero del narcotráfico, paraísos fiscales, hoteles en Miami y farmacéuticas usadas para producir metanfetamina. Parecen ingredientes de una serie de televisión, pero son elementos que figuran en un duro informe emitido por el Senado de Estados Unidos que involucra al banco HSBC, el más grande de Europa.

México, Miami y las Islas británicas…
El senador Carl Levin declaró que "En una era de terrorismo internacional, violencia por el narcotráfico en nuestras calles y nuestras fronteras y de crimen organizado, es una prioridad nacional detener el flujo de dinero ilícito que financia esas atrocidades".

Según el Senado de Estados Unidos, entre 2006 y 2009 el HSBC aceptó más de US$15.000 millones de sus filiales en México, Rusia y otros países donde se considera que existe alto riesgo de lavado de dinero y no supervisó en ningún momento esas transacciones de efectivo. La filial estadounidense del banco, HBUS, en Miami, había abierto más de 2.550 cuentas corporativas con acciones al portador.  Estas empresas solían estar establecidas en paraísos fiscales como las Islas Vírgenes Británicas.  La mayoría de las cuentas de acciones al portador, unas 1670, fueron abiertas en la oficina de Miami del HBUS.

En su apogeo, estas cuentas en Miami tenían US$2.600 millones de activos y generaban ingresos anuales de US$26 millones.  El informe destaca el caso de los empresarios hoteleros de Miami Beach Mauricio Cohen Assor y Leon Cohen Levy.  Padre e hijo usaron cuentas del HBUS abiertas bajo el nombre de las empresas Blue Ocean Finance Ltd. y Whitebury Shipping Time Sharing Ltd. para ocultar US$ 150 millones en activos y US$ 49 millones.

El informe sobre HSBC, divulgado antes de una audiencia en el Senado, estima que unos US$7.000 millones que circularon por la rama mexicana del HSBC, implicarían que organizaciones criminales mexicanas aprovecharon la falta de control.  El ex presidente de HSBC en México, Paul Thurston, admitió que su compañía cerró sucursales en México,  zonas consideradas "de alto riesgo" para el lavado de dinero, claro esta después de llevados a cabo los lavados.

El escándalo ha hecho renunciar a David Bagley, uno de los altos ejecutivos de la cadena HSBC, frente al comité de Seguridad y Asuntos Civiles del gobierno norteamericano.   Otros ejecutivos, han declarado “Lo sentimos  y pedimos profundas disculpas”, pedidos que no satisfacen los daños hechos.  También bajo las criticas están  los organismos reguladores de la banca quienes afirman no habrían notado la magnitud del desastre.

Estos escándalos del sistema financiero hacen perder la confianza….
Del Departamento Financiero y Mercados de Capital del Fondo Monetario Internacional (FMI) el escándalo mina la confianza en los mercados.


Una interesante encuesta realizada por The Wall Street Journal en el año 2005 demostró que gran parte de los escándalos financieros han sido protagonizados por egresados de la Universidad de Harvard. La mala reputación de esta escuela de negocios le ha marcado un estigma: genera la obsesión –eje del capitalismo- de hacer dinero pasando por encima de todo principio ético, sin más ley que el enriquecimiento rápido y la avaricia.

A pesar de la evidencia existente, debido a lo poderoso de estas organizaciones, se espera que el desenlace sea una solicitud de disculpas, el despido de algunos gerentes, y la aplicación de multas.

EL Barclays y el HSBC en el Perú….
Según Gestión, una nota reciente, que cuesta creer y por cierto leemos con estupor y preocupación, “nos recomienda, Barclays: El Perú aún tiene bastante para mejorar”

Según Gestión, el GNB Sudameris, empresa Colombiana habría comprado el HSBC Perú en mayo de este año y su venta sería completada el último trimestre de esta año.  Según el portal del HSBC Perú, la propaganda de su portal en Internet nos dice: “Por nuestra tierra, por nuestra comida, y por nuestra gente, Feliz Día Perú” y nos invita a invertir en su cartera.

Finalmente, los británicos pierden confianza en su sector financiero y nosotros también…


[1] LIBOR es London Interbank Offered Rate, que constituyen los porcentajes de intereses asignados a bancos y otras instituciones por prestarse dinero entre ellos. 

lunes, 23 de julio de 2012

"Con Dias y Ollas Venceremos", De San Martín


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Anécdota  que narra las comunicaciones patrióticas entre el General San Martín y sus aliados antes de la Independencia del Perú. 



domingo, 22 de julio de 2012

El extremo de la tragedia, una solución para incrementar las ventas y servicios


En Colorado no es la primera vez y quizás no sea la última…..
Trece años atrás, el 20 de abril de 1999, los escolares Eric Harris y Dylan Klebold influenciados por la película “The Matrix” dispararon y dieron muerte a 13 personas en la escuela Columbine en Littleton, Colorado.

Este incidente dio inicio una gran cruzada en la sociedad norteamericana para analizar el fenómeno de esta nueva clase de violencia. En esa oportunidad los políticos y los encargados de la seguridad se reunieron y lo primero que se trato fue la influencia del contenido de violencia en los videos juegos, el contenido de violencia en películas y series de los cines, se criticó determinados tipos de música rock y la llamada heavy metal,  se comenzó a hablar de lo maligno de ciertos círculos o bandas de jóvenes, el abuso escolar, y la importante necesidad de control de las armas de “asalto/guerra” y municiones.

Las libertades y los intereses económicos fueron mayores…
Pero claro, una vez pasado el tiempo, este acontecimientono no significo ni influenció en mayores cambios .

Para muchos norteamericanos, incluyendo los tres millones miembros de las Asociación Nacional del Rifle, el derecho a portar armas esta en la Constitución y es una libertad civil prioritaria, aún con las armas que tienen características de “guerra”.

Las experiencias de la escuela Columbine solo sirvieron para incrementar las ventas y los servicios de seguridad en los colegios. Así se crearon los planes y comités de crisis, las fuerzas encargadas de emergencia y los integrantes de los planteles escolares conformaron los centros de atención de crisis y se improvisaron y vendieron sistemas de seguridad y vigilancia para escuelas, campus universitarios y dormitorios de estudiantes. 

El resto, continuó produciéndose, la industria de los videos juegos, al igual que el contenido cinematográfico violento y de igual forma las armas y municiones siguieron vendiéndose.

La violencia llegó a los cines….
El 20 de julio último, James Holmes, un joven de 24 años, irrumpió en  un teatro cinematográfico, donde se presentaba la premier de la película Batman, titulada “El regreso del caballero de la noche”. Este sujeto, vestido con uniforme táctico negro y una mascara de gas, portando armas, disparó asesinando a 12 personas e hiriendo alrededor de 40 personas, en un cine de Colorado, en una zona cercana a donde fuera la tragedia de Columbine.

Holmes, con las armas que empleó y municiones restantes fue detenido en el estacionamiento del centro comercial. Este sujeto también habría dejado su apartamento activado con dispositivos explosivos para cuando los miembros de la policía intentaran ingresar a su departamento.

Reflexión…
El perfil de este tipo de asesinos que atacan a grupos de personas se repite en Colorado después de 12 años. Experimentados especialistas coinciden en que las afecciones del atacante corresponden  a las siguientes caracteristicas:
1) es claramente el de un individuo que ha experimentado graves problemas en su vida y de ello culpa a su misma sociedad, siente contra la sociedad de su entorno una gran aversión, o
2) es un individuo que se siente abusado, menospreciado, vejado por el grupo social  que frecuenta y decide vengarse de ellos. Por ello, estos sujetos se vengan a través de sus actos,  idean un ataque. En el caso de James Holmes, el cinismo mostrado durante su captura, también nos demuestran el total grado de desprecio al que ha llegado. 

Se ha anunciado que se incrementaran las medidas de seguridad en las salas cinematográficas con sistemas de vigilancia y detectores.

Este incidente en medio del inicio de una campaña electoral, se considera que será tomado como plato de fondo en los discursos políticos.

Es desalentador que luego de dos días de este suceso, anuncian que la presentación de la premier no se detendrá, al igual que otras presentaciones de este tipo  de contenido.  Entonces, solo el tiempo nos traerá los verdaderos cambios…..



jueves, 19 de julio de 2012

Cuando el Ejercito de Estados Unidos fue democrático.


En algún lugar al norte del río Chongchon, mientras luchaba con la 2da División de Infantería, el sargento mayor de primera clase,  de Cleveland, líder del escuadrón de armas, señala a su equipo de ametralladora, una posición dirigida por los comunistas de Corea del  Norte,  noviembre de 1950.

El autor comenta las diferencias entre un ejercito democrático, sistema tradicional antiguo del Ejército de Estados Unidos, con apoyo de la sociedad y un ejército modero y profesional como el actual, con una indiferencia pública y política. 

Por William Pfaff
En un evento reciente en Aspen, Colorado, el general de ejército Stanley McChrystal, ex comandante de la Fuerza Internacional en Afganistán, declaró que Estados Unidos debería volver al antiguo sistema nacional de reclutamiento para seguir librando sus guerras. "Creo que necesitamos un servicio nacional", dijo el general al respecto.  McChrystal sostuvo que un ejército profesional no es representativo de la ciudadanía, y si un gobierno va a la guerra, "todo el mundo debería tener que jugarse el pellejo ... cada ciudad, cada pueblo, debería exponerse al riesgo".

Entiendo el sentimiento del general y siento simpatía por el, pues el, sirvió en el ejército cuando el reclutamiento formaba parte de la vida de casi todos los jóvenes americanos. Puedo entender porque comprende  que la restauración de la moral nacional americana, la unidad , el sentido de la solidaridad y el patriotismo que quiere ver,  no esta en las actuales condiciones de servicio de las fuerzas armadas nacionales.

McChrystal hizo sus comentarios durante un debate sobre la actual polarización y división social en los Estados Unidos, la situación de los jóvenes descontentos y alienados, la desigualdad y la pérdida de la unidad nacional. De acuerdo con una fuente en el Diario Financial Times, el público -la clase de gente que va a las conferencias de Aspen- se puso de pie y lo ovacionaron, y McChrystal recibió más aplausos al final de la presentación, que cualquier otro orador en la plataforma. La posibilidad de un ataque al país desde el planeta Marte, o de hordas de algún Califato musulmán de yihadistas, representa para algunos círculos conservadores una amenaza para toda la civilización occidental, y el restablecimiento del antiguo  reclutamiento militar es imposible en los Estados Unidos de hoy.

Los EE.UU. tuvo el servicio nacional (de reclutamiento) desde septiembre de 1940, justo antes de la Segunda Guerra Mundial, hasta el año 1971, cuando la guerra de Vietnam estaba terminando. Fue aceptado por una resolución patriótica desde su inicio, y odiado por su fin. Yo pertenezco a esta época,  tuve la oportunidad de vestir el uniforme de mi país, recibí el entrenamiento de oficiales de reserva en la  escuela secundaria,  en 1942, cuando tenía catorce años de edad. Me volví a colocar el uniforme en la guerra de Corea y no me lo quite hasta el año 1958, hasta alcanzar el limite de años de servicio en la reserva activa. Eso hace un total de dieciséis años.

No puedo decir que disfruté el servicio militar, pero aprendí mucho, acerca de mí y de los demás -incluyendo a los jóvenes de raza negra que constituían casi la mitad sureña y rural, de nuestra compañía de entrenamiento básico (donde fui no solo el  único graduado de la universidad, sino también el único graduado de la escuela secundaria). Esto sucedió sólo dos años y medio después que el presidente Harry Truman ordenara la abolición de la segregación racial. El ejército regular, -siempre fue una institución formada por gente del sur- odiaba y temía las consecuencias de ese orden, pero respondían a ello con "sí, señor" y esto produjo , sin lugar a dudas, el programa más grande y exitoso de ingeniería social que los Estados Unidos habían experimentado . También dio lugar a la forma de creación de las más exitosas carreras sociales y profesionales para jóvenes de raza negra de las comunidades pobres del país.

El ejército, en mi opinión, tuvo más resultados en la eliminación de la segregación en los Estados Unidos que el mismo movimiento de derechos civiles de la década de 1960. A partir de 1948, casi todos los jóvenes que cumplían los requisitos para el ejército en los Estados Unidos tuvo la experiencia de ir y vivir junto a otros estadounidenses de todos los colores, todos en estricto orden alfabético, todos juntos en las antiguas barracas militares, sin divisiones, dormir lado a lado, compartiendo las carpas de campaña en los campamentos, algo equivalente a una hermandad resistiendo el frío, el calor, la incomodidad, y la miseria del  entrenamiento militar, y después en el servicio regular. Los niños con los que me entrené -y que eran niños- fueron casi todos ellos programados para convertirse en reemplazos de infantería en lo que se llamó comúnmente “remplazo congelado” o sin opción a cambio.

Cuando la guerra termino, los sobrevivientes, blancos y negros, no regresaron a casa en el estado de Georgia a estar juntos en las noches de los sábados. Ellos difícilmente se volvieron a ver. Pero esos dos años de servicios, los cambió. Sin duda, cambió mucho más a la generación de jóvenes sureños blancos que sirvió y que una década y media más tarde estuvieron dispuestos a aceptar el fin de la segregación racial, aún a pesar de que algunos no les gustara. Una relación de respeto de hombre a hombre se había formado durante el servicio militar entre blancos y sus contemporáneos negros.

Por supuesto, uno puede morir en el ejército. Ese es el lado negativo del mismo. Uno puede perder algunas parte del cuerpo en una explosión. Hoy en día también uno puede adquirir  trastorno de estrés postraumático, que no se conocía en aquel entonces, pero el ejercito estaría más experimentado, al igual que cualquier ejército en la historia. Yo fui un militar romántico, y ello me salvo de ser un incapaz de aceptar la benevolencia, o la ineficiencia, o de adquirir la lógica de un vendedor de servicios en un almacén general, por lo cual ahora estoy agradecido y por lo que no tengo ningún cuento o error  de soldado viejo para contar.

Unos años más tarde, tuve la ocasión de ver de nuevo el ejército en Vietnam (como viajero y escritor), y me di cuenta que el servicio militar nacional había sido destruido.

¿Qué lo destruyo?
En la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea todo el mundo sirvió. Fue por reclutamiento, fue patriótico, y fue también la única manera de hacerlo.
En Vietnam, debido al tiempo transcurrido en esta guerra,  el ejército tuvo menos gente blanca que en el caso en la Guerra de Corea. Durante el tiempo que estuve allí, el cinismo en la guerra fue parte de casi todas las conversaciones, no sólo entre los soldados y suboficiales, sino también con oficiales subalternos y, de manera no oficial, con muchos que no eran tan jóvenes. En realidad, nadie creía que la guerra estaba siendo ganada.

¿Por qué estuvimos nosotros ahí?
El cinismo se extendió por el hecho de que los soldados que tenían un papá en el Congreso o en otra oficina de elite en América, o que eran de la rama ejecutiva del gobierno de los EE.UU., simplemente no participaron de la guerra. Otros ausentes fueron los estudiantes universitarios que habían decidido firmar para adquirir un “milagroso” doctorado que antes ni siquiera era considerado, o que tenían que contraer matrimonio con una novia que había quedado embarazada rápidamente, o por tener un padre o un tío de influencias en un pueblo pequeño en el que conocían a los miembros de la junta de reclutamiento, o porque era un alto ejecutivo corporativo que conocía a un congresista- o porque simplemente estaba en la lista de necesidades de un médico, o  de un  vicepresidente de honor de los Estados Unidos que entre el 2000 al 2008, los encontró como "otras prioridades , "o como, el presidente de los Estados Unidos de esa misma administración, que había encontrado la necesidad de una Guardia Nacional durante el tiempo de la guerra.

La guerra de contrainsurgencia es corruptora de los soldados. Por definición, se libra contra la población militante civil que opera en un ambiente civil. Para el soldado es una guerra contra los civiles y los civiles son vistos automáticamente como enemigos potenciales. Las mujeres y los niños son parte de ella. Cuando estuve allí, la guerra fue una cuenta de cuerpos -una política de alto cinismo que inspiraba a la hipocresía a las tropas-. Estábamos usando despiadados bombardeos de alta tecnología contra campesinos, napalm, agente naranja para despejar los campos de acción. En Irak y Afganistán esta demostrado que la contrainsurgencia fomenta los asesinatos a sangre fría (la operación Phoenix en Vietnam), la tortura, la atrocidad, y cada vez más cínicas justificaciones de las  personas en el más alto nivel o de los estratos más altos.

Todos ello dio muerte al servicio nacional. La realidad de Vietnam es que fue responsable de la fragmentación, los agresivos líderes de infantería descubrieron que “la deserción fue más mortal que las heridas por delante” y que esta fue una herida hecha por la espalda. A ello se unió la “opinión pública y perversa” que culpaba a los soldados que lucharon en la guerra, por hacerla parecer deshonrosa. Esto también asesinó el servicio nacional.

Por eso, cuando llegó la paz, la academia militar de West Point del ejército exigió un ejército totalmente profesional, y lo consiguió. Si tuvieran que librar otra guerra, no querían problemas disciplinarios, ni simulación, ni fragmentación. Quería una fuerza profesional bien educada, bien entrenada, capaz de aceptar múltiples despliegues, hacer lo que se le ordenara y sin crear escándalos para la prensa.

Llegó el tiempo del ejército voluntario en tiempos de paz, y durante muchos años parece que funcionó bien, el servicio militar que consistió en la administración de las defensas de la Guerra Fría en Alemania, Corea y Japón. Lo que el Pentágono no aprecio plenamente es que este nuevo ejército de voluntarios en tiempos de paz se convertiría en el un nuevo ejército para tiempos de guerra, capaz de luchar en una guerra, con una gran indiferencia pública y política, como hoy lo hacen en Irak y Afganistán.

Hasta la guerra en Vietnam, el ejército de Estados Unidos había sido un ejército del pueblo. Cuando el país pensó que tenía que luchar en una guerra, se levantó un ejército de sus ciudadanos. Los ciudadanos defienden el país y sus creencias, a menudo haciendo sacrificios familiares y económicos para apoyar el esfuerzo bélico. Los ciudadanos permitieron las guerras de Estados Unidos. También las han  impedido. El ejército era un ejército democrático, y el gobierno se vio obligado a reconocer y respetar la voluntad popular y la voluntad de los soldados civiles y oficiales de los cuerpos de oficiales y suboficiales de reserva que lo conformaban. Lo fundamental fue destruido en Vietnam, fue destruido el ejército democrático. El ejército de voluntarios profesional permite las guerras de inspiración y naturaleza ideológica , y  al parecer, sin fin real.


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When the Army Was Democratic by William Pfaff | NYRblog | The New York Review of Books


martes, 17 de julio de 2012

Derecho de transición, del Virreynato a la República


Conocemos por derecho de transición todo aquel orden jurídico que servirá de llave, de vía de paso o articulación a la gestación de un nuevo derecho sin destruir totalmente el antiguo, a pesar de que éste es diferente, opuesto o antagónico a los ideales y esperanzas forjados en la nueva visión, misión, objetivos y metas que se ha trazado un pueblo. Sin duda, el derecho de transición es un orden jurídico producto de una revolución o una gesta responsable frente al futuro de una nación, y que se va imponiendo, poco a poco, en la medida que va sustituyendo a su precedente. Sin duda alguna, no debe producir disloques o fracturas profundas o violentas que pueden acarrear graves consecuencias en el devenir histórico, político, jurídico, económico y social de un pueblo. En otras palabras, el derecho de transición permite apuntalar la piedra angular del nuevo derecho, a gestarse paulatinamente a la vez que se va abandonando el viejo derecho.

Hoy, todos estamos conscientes que el derecho es producto de la sociedad y que se genera a través del tiempo, y que su fortaleza está en la conciencia de los hombres cuando lo acatan y lo cumplen voluntaria y libremente porque lo reconocen como justo y necesario para alcanzar el bien común, el bienestar general, el desarrollo social y económico de todos, sin exclusiones ni diferencias de razas, credos, ideologías, cultura y costumbres. Todo esto, en la medida que no violenten el orden público, esto es, el más absoluto respeto a la ley por todos –desde el presidente de la República hasta el último ciudadano–, y que se materializa en el cumplimiento de los derechos de los demás, como al bienestar, a la paz, a la tranquilidad y a la seguridad sociales. En consecuencia, no hubo ni hay derecho en el mundo que se haya producido de la noche a la mañana, por más radical que sea el cambio y más cruenta la revolución o la nueva administración gubernamental.

En este orden de ideas, debemos precisar que estamos hablando de las normas jurídicas que impusieron la libertad frente a los desgastados muros de la opresión y la ignominia. Esto es, el nuevo orden jurídico constitucional y democrático que concibió el pueblo para apostillar las gastadas y enmohecidas reales cédulas y disposiciones monárquicas que aseguraron el poder a reyes y a una aristoracia de autócratas. Esto es el paso del viejo orden al nuevo orden. En suma, el tránsito de la monarquía absolutista a la república o monarquía constitucional, según sea el caso.

En este duro trajinar jurídico estuvieron los libertadores de América, desde George Washington, en las trece colonias inglesas que dieron vida e independencia a Estados Unidos de América, el 4 de julio de1776, hasta José Francisco de San Martín y Matorras que hizo lo propio en Argentina, Chile y Perú, de 1812 a 1821, así como también Simón José Antonio de la Trinidad de Bolívar y Palacios, en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, de 1810 a 1825.

Posiciones
En este contexto, debemos comenzar por señalar que el orden jurídico elaborado en esta época por los libertadores o cónclaves de gobierno (juntas, triunviratos o asambleas) toma el nombre de “derecho de transición”, “mestizaje jurídico”, “inicio del derecho nacional” o “derecho del período intermedio”, en cada una de las historias del Derecho de los países respectivos. Las dos primeras denominaciones corresponden a los maestros de historia del derecho peruano René Ortiz Caballero (Lima, n. 1958) y Jorge Basadre Grohmann (Tacna 1903-Lima 1980), respectivamente (Vid. Jurídica N° 156, de 24 de julio de 2007), mientras que la última identificada como “la época que va desde la revolución emancipadora hasta la dictación del código civil” es, a su vez, calificada por el jurista chileno y profesor de historia del derecho Jaime Eyzaguirre (1908-1968) como “inadecuada para singularizar una etapa con caracteres enteramente definidos” (...) y que, “en suma, la revolución emancipadora trae consigo la formación del Estado independiente y la creación de un derecho específicamente nacional.”[1]

Qué duda cabe, entonces, que éste fue un período sumamente sui géneris en la historia hispanoamericana, habida cuenta que el objetivo principal fue lograr y consolidar la independencia de los reinos hispanos (no colonias), en América. El antecedente estaba en lo logrado por las trece colonias británicas en América del Norte con la ayuda de Francia y España, en 1776 y años siguientes, en los que se produjo la guerra de emancipación. Luego se trató, pues, de concretar similar fin para los pueblos hispanoamericanos con el apoyo de Inglaterra y la naciente y próspera  nación de Estados Unidos de América. Para ello, siendo el fin tan altruista, se unieron o coincidieron diferentes fuerzas y movimientos heterogéneos y hasta opuestos, que, anteriormente, habían sido recalcitrantes adversarios y declarados enemigos, como, en particular, fue el caso de los francmasones con los jesuitas expulsados de los dominios del Imperio español, en 1667, por el ilustrado rey Carlos III. En sendos grupos humanos había ilustres juristas y filósofos, y solo en el primero militares y exitosos hombres de negocio, quienes llegaron a financiar la publicación de algunos tomos de la famosa “Enciclopedia”.

Antecedentes Jurídicos Hispanoamericanos
Por un lado, en cuanto al derecho respecta, debemos coincidir, de manera general, que en Hispanoamérica de entonces, tenía vigencia, en primer orden, el “derecho indiano” y, en lo particular, el “derecho indiano nacional” correspondiente a los espacios históricos estudiados, analizados y comparados, vale decir, de las naciones integrantes de los cuatro virreinatos preponderantes a la fecha de la independencia: Nueva España (México), Nueva Castilla (Perú), Nueva Granada (Colombia) y Río de la Plata (Argentina); y, supletoriamente, el “derecho castellano”. 
El Derecho castellano, en forma integral, siguió aplicándose no sólo durante los procesos revolucionarios independentistas, sino, inclusive, hasta la creación de los propios derechos nacionales de los pueblos que lograron su independencia, es decir, consolidada la república. En otras palabras, ese derecho castellano tuvo vigencia, más o menos, hasta mediados del siglo XIX, lo que es lo mismo afirmar hasta muy avanzada las etapas republicanas de los nuevos Estados que se aprestaron a recibir la influencia de legislación extranjera para promulgar los códigos sustantivos y adjetivos en materias civil, penal o comercial. Fenómeno jurídico conocido como “recepción”.

De San Martín
José Francisco de San Martín y Matorras, natural de Yapeyú, Misiones, Argentina, nació el 25 de febrero de1778, hijo del capitán Juan de San Martín Gómez y de Gregoria Matorras del Ser. Fue el quinto y último hijo de este feliz matrimonio. Hasta los tres años de edad, José permaneció en Yapeyú, ya que la familia se trasladó a Buenos Aires. En 1783, el capitán fue llamado a España y viajó a la península con toda su familia, llegando al puerto de Cádiz, el 23 de marzo de1784. José Francisco contaba con 6 años 1 mes de edad. Fue, entonces, cuando Juan y Gregoria, decidieron dedicarse por completo a la educación de sus hijos, quienes crecieron y se desarrollaron como españoles.

Los tres hermanos De San Martín y Matorras –Manuel Tadeo, Juan Fermín Rafael y José Francisco– fueron incorporados como cadetes en el ejército peninsular, en el cual solo podían ingresar los hijos de nobles o de capitanes. Mientras los dos hermanos mayores fueron alistados en el “Regimiento de Infantería de Soria”, llamado “El Sangriento”, el último fue al Regimiento de Infantería de Murcia, “El Leal”, con cuartel en Málaga, el 21 de julio de1789, es decir, siete días después de la toma de la Bastilla. Para entonces, José Francisco había cumplido 11 años. Comenzó, entonces, su sólida formación, primero, con las “Sabias Ordenanzas” del rey Carlos III, promulgadas en 1768, que contenía instrucción militar y de gobierno; y, así también, el manual de “Instrucción Militar Cristiana”, publicado en 1788, que era, en verdad, el catecismo militar y ético.

A los 13 años de edad, José Francisco tuvo su debut militar como granadero en África, en Orán (1791). Un año después regresó a la península. El ejército español fue emplazado frente a Francia republicana, primero, para detener la exportación de la revolución, y, segundo, apoyar a la familia borbona, cuyo rey francés, Luis XVI (borbón), había sido encarcelado con toda su familia. En esta circunstancia se produjo la guerra franco-española. De San Martín fue ascendido a subteniente y estuvo en la campaña del Rosellón. Después de tres años de enfrentamientos, en julio de 1795, ambos países firmaron la paz de Basilea, y José Francisco ostentó el grado de segundo teniente.

Un año después, en agosto de 1796, España y Francia suscriben el tratado de San Ildefonso, de alianza ofensiva y defensiva, frente a la guerra contra Gran Bretaña, la misma que duraría cinco años. Sirvió en la fragata “Santa Dorotea” como infante de marina. En este ínterin, conoció a Napoleón Bonaparte, por quien guardó especial admiración y simpatía, a la par de afrancesar su cultura y formación. En sus momentos libres se dedicó a leer a los enciclopedistas y a estudiar a los juristas de la revolución francesa. Desde entonces, se le identificó como afrancesado. Palabras más palabras menos, ello le sirvió para relacionarse con los jefes de alta graduación, como fue con el criollo y hermano masón Marqués del Socorro (Francisco María Solano Ortiz de Rosas). Éste inició a De San Martín como masón en la Logia Integridad, la cual se reunía en su casa y de la que era “Gran Maestro”. [2]

La amistad entre Francia y España acabó cuando Napoleón invadió la península en 1808 y el pueblo entero rechazó y repudió a las legiones francesas, no obstante el apoyo económico y alimenticio que éstas ofrecían. Es más, los españoles no aceptaron la liberal Constitución de Bayona, de 1808, promulgada por el Gran Corso.
Masonería
La invasión napoleónica arrinconó a las fuerzas españolas en Cádiz, y, consecuentemente, José Francisco fue destinado a esa plaza. Ahí contactó con sus compatriotas, quienes venían trabajando en la Logia Caballeros Racionales N° 3, (Para algunos masónica, para otros no, al afirmar que sólo era patriótica). Lo cierto es que el militar argentino fue formalmente “afiliado” o “regularizado” en 1810, en esta logia de Cádiz, ya que anteriormente había sido iniciado como masón. El “venerable maestro” era su paisano, el joven y acaudalado Carlos María Antonio del Santo Ángel Guardián de Alvear y Balbastro (Misiones del Uruguay 1789-Estados Unidos de América 1852). En su casa del exclusivo barrio de San Carlos trabajaba esta logia.De San Martín –nuevo, afiliado o ratificado hermano masón– trabó, al inicio, una profunda y sincera amistad y fraterna hermandad con De Alvear, la misma que duró hasta 1813, concluyendo malamente por celos y envidias agigantadas en el corazón del adinerado joven masón, quien antepuso intereses personales a los de la patria, como así también su odio sobre el amor fraternal masónico. Dicho sea de paso, es oportuno señalar, de una vez por todas, en forma definitiva y permanente, que el comportamiento masónico del general De San Martín siempre fue “en esencia”. Esto es, en lenguaje masónico, “ejemplar, de verdad, real, honesto, sincero”.

Poco tiempo después, José Francisco fue elevado al tercer grado (aumento de salario), asumiendo su nivel de maestro masón (1811). Engañando a las autoridades gaditanas pidió licencia en el ejército (agosto de 1811) y viajó a Inglaterra. Ahí, contactó con De Alvear, quien venía trabajando en la filial de la “Logia de Cádiz” (Caballeros Racionales), en Londres. Empero, a la par, también lo hacía en la Logia Lautaro (operativa), y junto con otros compatriotas en la Logia Flor de los Americanos. En esta última, a De San Martín, de nuevo, se “le aumentó el salario”, a quinto grado, bajo la severa mirada de los bustos de los filósofos griegos y de los romanos ius-naturalistas, en las que sobresalían Cicerón, Séneca y Marco Aurelio, y, a la par, se juraba bajo la consigna de “Unión, Firmeza y Valor”. [3]

Fue, entonces, cuando De Alvear le ofreció su apoyo económico y social a José Francisco para regresar a Buenos Aires, e iniciar juntos, tanto la labor masónica como la lucha por la autonomía argentina de la metrópoli española. Ambos pensaban en una posible monarquía constitucional tipo inglés para Argentina. El veterano militar de Yapeyú ya no tenía ningún pariente ni conocía a nadie en su tierra natal. El apoyo de Carlos María Antonio le resultaba oportuno y generoso para comenzar su nueva vida y carrera militar en América. Por ello aceptó. Ambos se embarcaron en la fragata británica “George Canning”, en enero de 1812. Es decir, la permanencia de José Francisco en Londres, fue, escasamente, de cuatro meses (setiembre de 1811 a enero de 1812).


En Buenos Aires, De San Martín en triángulo masónico con Carlos María Antonio del Santo Ángel Guardián de Alvear y Balbastro y José Matías Zapiola, fundó la Logia Lautaro, en abril de 1812, tal como está representado en la grabación de la época realizada por el hermano masón José Pacheco Ochoa. En consecuencia, la formación masónica fue fundamental para la coronación de la formación espiritual de José Francisco, y ello le servirá sobremanera para idear y proyectar el necesario derecho de transición que coadyuvó, sin duda alguna, a la consolidación de la libertad de Argentina, Chile y Perú.

Derecho de Transición
Desde Mendoza, De San Martín, en su calidad de gobernador de la provincia de Cuyo (incluía los actuales territorios de Mendoza, San Juan y San Luis), en 1814, sancionó disposiciones con espíritu masónico, como atender con fraternidad a los compatriotas chilenos que huían de las represalias, tanto de la dictadura del masón chileno José Miguel Carrera y Verdugo, como de los realistas triunfantes en Cancha Rayada y Rancagua; priorizar la atención de salud, alimentación, educación y vestido a la tropa y oficialidad de su ejército, para lo cual convocó el apoyo y colaboración de las clases más pudientes de su gobernación e intendencia. Fundó la primera biblioteca mendocina y fomentó la educación, dictando instrucciones para los maestros de escuelas, prohibiendo los castigos corporales a los escolares y contribuyendo a la creación del colegio de la Santísima Trinidad, primer establecimiento de enseñanza secundaria de la ciudad. Así también, se ocupó personalmente de difundir la vacuna antivariólica, impulsó obras de regadío, incorporó nuevas tierras al cultivo extendiendo la frontera agrícola, delineó la Villa Nueva, promovió la industria y el comercio, etc.

En Chile, el Cabildo de Santiago le obsequió 10 mil pesos oro a De San Martín, y él los aceptó con la condición de que los donaría para la Biblioteca Pública de Chile, con la convicción de que “la ilustración es la llave que abre las puertas de la abundancia”. Como buen enciclopedista y masón, sabía que las luces atraviesan las tinieblas y hacen libres a los hombres. No tuvo gestión de gobierno en Santiago, porque se abocó a preparar la expedición libertadora para venir al Perú.

De San Martín llegó a Paracas y desembarcó el 9 de setiembre de 1821. Vinieron acciones trascendentales, como la deposición del XXXIX virrey, Joaquín de la Pezuela, el 29 de enero de1821, en el motín de Aznapuquio, para ser sustituido por el XL virrey José de la Serna e Hinojosa, con quien se llevaría a cabo la conferencia de Punchauca. De otro lado, el Ejército Libertador del Sur se trasladó a Huaura y, por último, el ingreso a Lima, el 10 de julio  de 1821, ante la salida de los realistas. Cinco días después se firmó el Acta de la Independencia y el 28 se proclamó en varias plazas de la capital del fenecido virreinato de Nueva Castilla. Mutatis mutandis, José Francisco asumió la administración del nuevo Estado con el cargo de “Protector”.

En concordancia con lo expuesto, tenía que dictar las primeras normas para hacer viable el nuevo gobierno y la nueva situación política, jurídica, económica y social del Perú, sin producir una fractura violenta con el viejo orden. De ahí su “Estatuto Provisorio”, de 8 de octubre de1821. Así comenzó el nuevo Perú con un derecho de transición que no obstante la oposición de muchos criollos que preferían continuar en el monarquismo para no perder privilegios, títulos ni riquezas, triunfó el espíritu y el amor por la libertad. Al ver que esta situación se presentaba irreversible muchos de esos “señores” adhirieron a la revolución, no sin antes tentar al hermano masón para que se imponga la corona de rey o emperador. De ahí que, como situación intermedia, pensó en la monarquía constitucional como paso previo a la república. Idea que, lamentablemente, lo hizo fracasar política y militarmente cuando recibió la respuesta negativa de ayuda militar por parte del general De Bolívar.

Finalmente, De San Martín convocó al Congreso Constituyente de 1822 y ante él renunció y se alejó definitivamente del Perú. 28 años después falleció en Boulogne-sur-Mer, Francia (1850).


[1] EYZAGUIRRE, Jaime. Historia del derecho. Editorial Universitaria. Colección Manuales y Monografías. Santiago de Chile. Agosto, 1984. p. 197.
[2] PASQUALI, Patricia. San Martín. La fuerza de la misión y la soledad de la gloria. Emecé, memoria argentina, 2004. p. 69.
[3] FERNANDEZ DÍAZ, Jorge. La Logia de Cádiz. 3a. Edic. Buenos Aires. Planeta. 2008.