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viernes, 22 de agosto de 2014

Ébola: El fracaso de la acción colectiva internacional

The Lancet. doi:10.1016/S0140-6736(14)61377-5.
Copyright © 2014 Elsevier Ltd All rights reserved.
Publicado el 21de agosto del 2014
Traducción Jorge Contreras

Cuando un niño de 2 años de edad en la región Guéckédou de Guinea se enfermó el 6 de diciembre del  2013, nadie sabía que su enfermedad marcaría el inicio del mayor y más complejo brote de Ébola que el mundo jamás haya visto. A mediados de agosto se han registrado en Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona  2,240 casos y 1,229 muertes. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) cree que estas cifras podrían ser una gran subestimación, ya que el número de muertes e infecciones aumentan rápidamente en Liberia y Sierra Leona. El 08 de agosto, después de una reunión de 2 días del Comité Internacional Regulador de Emergencias  en Salud, la OMS declaró el brote como una "emergencia de salud pública de importancia internacional". Esto no se debe a que el brote
tiene potencial pandémico[1]. Si el Ébola aparece en naciones de ingresos altos y medianos, debe ser contenido rápidamente. La OMS declaró la emergencia para intensificar la respuesta nacional, regional, e internacional en el epicentro del brote,  en el oeste de África, reconociendo que constituía un "evento extraordinario".

El actual brote está siendo difícil de controlar. Los trabajadores de salud ahora están lidiando con numerosas cuestiones que antes no habían hecho frente cuando luchaban contra el Ébola en el pasado en África central y oriental. Estas cuestiones  incluyen sistemas increíblemente débiles de salud, poco personal, poco equipo e instalaciones pobres, situaciones que hacen imposible la vigilancia de la enfermedad, su aislamiento y atención de apoyo, si no  se cuenta  con ayuda externa. Los altos niveles de temor y desconfianza en la enfermedad y en los profesionales de salud también han dado lugar al  retiro de los pacientes de los hospitales y a esconderlos en las comunidades. 

Adicionalmente, la circulación transfronteriza entre los tres principales países afectados ha facilitado la propagación en una enorme extensión. Todos estos factores han hecho efectivo el contacto  continuo, que es un aspecto crucial para contener  la infección, algo extremadamente difícil, especialmente en zonas remotas y rurales.
Aunque la OMS es ahora líder de la respuesta internacional a la crisis, ha sido inicialmente lenta para actuar en el alto nivel que se necesitaba. Su preocupación no coincide con la preocupación de otro jugador importante en este brote “Médicos Sin Fronteras” (MSF). El 24 de junio, MSF dijo que el brote estaba "fuera de control", que sus equipos habían alcanzado los límites de lo que podían hacer, y pidió un despliegue masivo de recursos para la región. Hasta que el 31 de julio, la OMS lanzara su plan de respuesta conjunta de US $ 71 millones llamando a donantes y desplegando varios cientos de personal para el oeste de África. Y  la OMS no es la única culpable de moverse lentamente. Los Estados Miembros y los donantes son responsables también. La OMS ha experimentado severos recortes presupuestarios en los últimos años. Su presupuesto para responder a las crisis y los brotes se redujo en un 50%,  desde el 2012 al 2013 ($ 469 millones) al 2014  al 2015 (228 $ millones). La crisis muestra la importancia dela necesidad de suficientes  niveles de financiación multilateral para la OMS, el único organismo internacional capaz de coordinar una respuesta a una crisis de salud de dimensiones globales.

Hay otras lecciones de este brote, incluyendo la necesidad de una mayor inversión en el fortalecimiento del sistema de salud. Los sistemas de salud frágiles son incapaces de responder cuando surge una repentina, rápida evolución de emergencia.

La desconfianza en esta crisis se puede explicar por las pobres experiencias de funcionamiento de los establecimientos de salud en las Comunidades. El Banco Mundial ha comprometido US $ 200 millones para hacer frente al brote y reforzar los sistemas de salud en África occidental, pero se necesitan más inversiones de otras fuentes para desarrollar sectores de salud resistentes en la región.

No existe vacuna ni cura para el Ébola. El interés en desarrollar  tratamientos ha sido impulsado por el mismo brote. Una vacuna experimental está siendo la vía rápida en los ensayos en humanos por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos. La semana pasada, el comité de ética de la OMS decidió que era correcto el empleo de drogas no probados en este brote. Sin embargo, como han comentado otros, hoy existiría una vacuna si el  Ébola hubiera afectado a un gran número de personas en países de altos ingresos, pues habría hecho la investigación y el desarrollo financieramente atractivo para las empresas dedicadas a la elaboración de drogas, situación que John Ashton, presidente de la Facultad de Salud Pública del Reino Unido, ha descrito como "la bancarrota moral del capitalismo al  actuar con la ausencia de un marco ético y social".

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que el brote va a durar por lo menos entre 3 y 6 meses. El 15 de agosto, el  grupo MSF, que cuenta con cerca de 700 empleados en planta, ha hecho un llamado al esfuerzo internacional para contener el brote considerándolo "peligrosamente inadecuado"; Aun sigue siendo necesaria la movilización inmediata y masiva de los recursos humanos y técnicos para la región, no sólo para hacer frente a la epidemia, sino también para restaurar el colapso de los sistemas de salud. La comunidad internacional debe mostrar responsabilidad colectiva y solidaridad mundial en  el inicio de este brote y llevarlo a su fin. Su fracaso en  hacerlo,  es como permitir que un desastre de proporciones sin precedentes  se desarrolle en el oeste de África.



[1] Una pandemia, vocablo que procede del griego pandêmon nosêma, de παν (pan = todo) + δήμος (demos = pueblo) + nosêma (= enfermedad), expresión que significa enfermedad de todo un pueblo es la afectación de una enfermedad infecciosa de los humanos a lo largo de un área geográficamente extensa.

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