jueves, 1 de septiembre de 2011

La Protección de los reformadores y de las reformas


Planteamientos del gobierno muestran horizontes claros…..
El viernes 26 de agosto, luego de la exposición de Lerner Ghitis, presidente del consejo de ministros al Congreso, el gobierno  dio a entender haber realizado un balance claro del país recibido y de haber tomado la decisión de enfrentar a través de nuevos horizontes y políticas de transformación, problemas que por mucho tiempo perduraron.

Las intenciones y la trasparencia del plan de gobierno se enfrentaron a la aprobación del Congreso de la República y encontraron su primer escollo en el derecho de oposición política del parlamento, la abstención de 32 votos fue solo una muestra de algo que se esperaba, el conflicto de intereses existentes en el país, que consideramos, tendremos que presenciar de aquí en adelante.

¿Expectativas de conspiración política y de prensa?
Acudiendo a la revisión de casos históricos sobre reformadores y propuestas de reformas nacionales, encontramos que estas acciones reavivan en la correspondiente oposición viejas ideas conspiradoras, que en afán de recuperar o mantener viejos intereses no dudaran en promover acciones para que el país vuelva a estar bajo su alcance.  

Revisando la historia, podemos apreciar que los magnicidios en el continente se produjeron en condiciones similares a las actuales, donde están presentes, por un lado “buenas intenciones para unos” y por el otro “condiciones” entre las que podríamos mencionar,  malas condiciones para otros grupos, intereses externos en discusión, ingentes recursos, grandes proyectos y sumas de dinero en juego,  un contexto de prensa que muestra elevados niveles de inseguridad ciudadana,  victimización de personajes populares en aumento, declaraciones actuales de grupos alzados en  armas[1],  con influencia de la problemática de intereses característica en un país productor de hoja de coca y recientemente el alerta del inicio de acusaciones a miles de exfuncionarios por irregularidades en programas sociales y obras públicas[2].

Situaciones así nos permiten asentir, que en este contexto de realidad, nuestro país, esta ingresando a un escenario en que la posibilidad de un magnicidio político es simplemente probable.

Los magnicidios orientados por intereses políticos, una verdad…..
La historia esta repleta de casos de magnicidios, si bien un pequeño porcentaje  se refiere a asesinatos causados por personas insanas, en su mayoría todos se relacionan a móviles políticos, solo en los Estados Unidos se conocen veinte intentos de asesinatos, de ellos resultaron cuatro presidentes asesinados durante sus funciones Abraham Lincoln (1865), James A. Garfield (1881), William McKinley (1901) y Jhon F. Kennedy (1963) y dos heridos Theodore Roosvelt (1912) y Ronald Reagan (1981). 

En el Perú, fueron asesinados José Balta (1872) y Luis M. Sánchez Cerro (30 de abril de 1933), ambos con formación  militar. El segundo de ellos asesinado por Abelardo Mendoza, un miembro de la entonces Acción Popular Revolucionaria Americana.

En todos los casos, la historia de motivaciones políticas detrás de los magnicidios incluye las probabilidades de continuidad o cambio de políticas de parte de los vicepresidentes. 

En atención a estos aspectos históricos, a la reciente propuesta del gobierno de llevar a cabo las reformas planteadas, a los intereses en juego, creemos que las necesidades demandan, no  solo el mantener las buenas intenciones y el plan reformador, sino la necesidad de proteger la decisión política a través de la “protección de reformadores y reforma”. 

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