martes, 15 de enero de 2013

El caso del Patrimonio Colombiano "Made in China"



Artículo publicado por Natalia Guerrero [1]

Si usted ha visitado las ciudades del Caribe colombiano se habrá cruzado alguna vez con el tradicional ‘sombrero vueltiao’, un elemento artesanal tan arraigado dentro de la cultura de Colombia que lo usan presidentes, cantantes, deportistas y gente de todas las clases sociales en los más variados escenarios con sello colombiano.

Pues bien, esta semana surgió en Colombia una intensa polémica por cuenta de la invasión de imitaciones plásticas del sombrero vueltiao, fabricadas en China.

Muchos vendedores aprovecharon la temporada alta para colmar playas y calles de ciudades como Cartagena, Santa Marta y Barranquilla con sombreros vueltiaos ‘Made in China’, a los cuales les fueron reemplazadas las marquillas con unas nuevas que indican que el producto fue hecho en Colombia.

Los tradicionales tejedores artesanales de la zona indígena de Tuchín y San Andrés de Sotavento, en el departamento de Córdoba -de donde es original el sombrero vueltiao- alertaron a las autoridades y a los medios de comunicación por la situación de desventaja económica que resultó de la competencia con las maquilas chinas.

Mientras que en cualquier mercado artesanal o en la calle es posible comprar una réplica china por US$7, un sombrero vueltiao original, tejido por las familias del resguardo indígena Zenú, tiene un costo en el mercado de entre US$30 y US$800, según la complejidad de su tejido.

Sergio Díaz-Granados, ministro de Comercio Exterior, aseguró en entrevistas a varios medios de comunicación locales que importaciones de este tipo son desafortunadas para el país por atentar contra el patrimonio y la propiedad intelectual de los artesanos, y anunció la prohibición de la comercialización de cualquiera de las imitaciones extranjeras de estos sombreros.

“Las imitaciones chinas, en general,
son igualiticas a las originales.
Hay que ser muy conocedor de las artesanías
para diferenciar algunas de las piezas"
Bibiana Alarcón,
investigadora de la Universidad Nacional de Colombia

En el caso específico del sombrero vueltiao, se han tomado varias medidas para protegerlo. En 2004 fue declarado Símbolo Cultural de la Nación y en 2011 se creó su Denominación de Origen, que es un mecanismo que protege a los artesanos contra falsificaciones o plagios de su producto. La denominación reconoce la exclusividad de la pieza en su medio geográfico.
Granados también anunció una reunión en el departamento de Córdoba la próxima semana para poder evaluar el impacto ecónomico real de las imitaciones en la economía de los tejedores.

Según la Dirección Nacional de Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN, a octubre de 2012 habían ingresado al país 944.081 sombreros vueltiaos chinos, producidos a US$0,55 centavos por unidad, mientras que en Colombia la elaboración del sombrero más sencillo puede costar US$20.

Más allá del sombrero vueltiao
Bibiana Alarcón, investigadora del Centro de extensión académica de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, que ha acompañado artesanos en proyectos de vida, le dijo a BBC Mundo que este no es un problema nuevo. Asegura que desde hace varios años se han visto otras intrusiones en la industria artesanal colombiana provenientes de China.

"No hay una restricción ni un control sólido a la entrada de los chinos. Está pasando en todo el sector artesanal. Por ejemplo, la industria de la marroquinería del país, que era una industria artesanal organizada, está quebrada porque todo lo que traen es chino. Un par de zapatos de cuero hecho en china cuesta US$3, un par del mismo zapato hecho en Colombia por un artesano cuesta US$20, es imposible competir".

"Las imitaciones chinas, en general, son igualiticas a las originales. Hay que ser muy conocedor de las artesanías para diferenciar las piezas", agregó.
Alarcón opina que el perfil del artesano ha tendido a cambiar hacia comercializadores que explotan la imagen de la artesanía pero que no son artesanos de oficio ni de tradición.

El debate en torno a la protección del sombrero vueltiao también generó un rápido voz a voz de indignación nacional, con alta presencia en las redes sociales.

En twitter se crearon hashtags como #NoAlSombreroVueltiaoCHINO e igualmente surgieron nuevos grupos en Facebook para defender, a capa y espada, un símbolo cultural que da la impresión de ser tan importante en Colombia como la bandera de la nación.

Lo que no se sabe es si del fervor en torno al sombrero vueltiao surja como resultado un marco legal de protección a la propiedad intelectual y de importación para el resto de los artesanos colombianos.

Sin duda una experiencia de la que debemos aprender.

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