domingo, 3 de marzo de 2013

Vaticano, serenidad ante el conclave…


La reelección del nuevo Santo Padre muestra la importancia de las “relaciones de poder” al interior del Vaticano que en esta nota comentamos.

Detrás de los hilos del poder…..
Nunca se han llevado bien. Sus fricciones han sido constantes durante los casi ocho años de pontificado aunque sus diferencias venían de antes. Uno entrará en la Capilla Sixtina. El otro moverá sus hilos desde fuera. Tarcisio Bertone actual camarlengo y Angelo Sodano decano del colegio cardenalicio son, tras la marcha de Benedicto XVI, los "gobernadores" de la Santa Sede y los dos grandes líderes de la Curia capaces de dirigir la elección del próximo papa.

Angelo Sodano es el capitán de los “diplomáticos”, los cardenales curiales procedentes de la “Pontificia Ecclesiastica Academia”, la escuela diplomática de la Santa Sede. Representan a la "vieja guardia política" de Juan Pablo II y son críticos de la administración de Benedicto XVI en su manejo de los casos de pederastia, las finanzas vaticanas y la filtración de documentos. Entre ellos, están Giovanni Battista Re, Attilio Nicora, Carlo María Viganó, Leonardo Sandri o Jean-Louis Tauran.  Tan lejos llegó su enemistad con los bertonianos que la prensa vaticana cuenta que Sodano, tardó 16 meses en desalojar sus oficinas para permitir el ingreso de Bertone.

Los ‘bertonianos’ son los cardenales que fueron designados durante el papado de Benedicto XVI. Fieles a Tarciso Bertone, quien les colocó en los puestos de máximo relieve cuando el papa le nombró sucesor de Sodano como secretario de Estado. En su mayoría europeos, destacan Giusseppe Versaldi, Giusseppe Bertello y Antonio María Veglió. Cuentan con ventajas, En el próximo cónclave, de los 117 cardenales que votarán, 67 fueron nombrados por Benedicto XVI y 50 por Juan Pablo II.

Hasta la elección del nuevo papa, ambos tienen la responsabilidad común de dirigir los asuntos de la Santa Sede. Son casi los únicos cargos que no cesan durante la sede vacante. “Las funciones de uno y otro son claras y no deben entrar en conflicto”, advierte a RTVE.es Rafael Navarro Valls, catedrático de Derecho Canónico de la Universidad Complutense de Madrid.



Las últimas disposiciones….
Las relaciones entre Benedicto XVI y su secretario de estado el Cardenal Tarciso Bertone se muestran cuando en su defensa Benedicto XVI contestaba “Yo ya soy un papa viejo…”, a quienes, a raíz del escándalo de las denuncias de documentos del “Cuervo”, también llamado el caso como los Vatileaks pedían la renuncia de su secretario de estado. Y se acentúan de manera definida diluyendo el poder de su propio secretario de estado, cuando  adelanta la fecha del conclave,  multiplica el número de autoridades participantes, y modifica, un artículo de la “Universi Dominici Gregis” para que el Cardenal Angelo Sodano, de 85 años, pueda presidir la misa pro eligendo papa, la ceremonia de apertura del cónclave, a la que esta vez sí podrán asistir los cardenales mayores de 80 años.

Adicionalmente el papa destituye a Ettore Belestrero, hombre fuerte de Bertone en contacto con el Banco Vaticano, como subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano y en su lugar nombra a Antoine Camilleri, cercano a Sodano.

Finalmente el significado de la despedida…
En el último mensaje de Benedicto XVI. el significado que asigna a su renuncia está sentado implícitamente en las palabras de despedida : "No abandono la cruz, sino que me quedo en modo nuevo, junto al Señor crucificado"; "Siempre supe que la barca de la Iglesia no es mía, ni nuestra, sino que es del Señor, que no deja que se hunda"; y "He dado este paso conociendo plenamente su gravedad y novedad, pero con profunda serenidad de espíritu".

Es indudable que los hechos honran a Benedicto XVI, quien habría renunciado en defensa de la Iglesia, pues prevé que las denuncias contra el Vaticano son parte de su responsabilidad.   Que Benedicto XVI conoce la pugna de las facciones antes del conclave y  ha tratado de equilibrarlas , que aunque pareciera que a estas por el momento, les interesara más el timón de la barca que el rumbo que este tenga, debemos reconocer que la renuncia trae más esperanza en la llegada de un nuevo Santo Padre y con el los cambios que la Iglesia necesita.



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