miércoles, 20 de noviembre de 2013

Siete simples maneras para proteger ideas y evitar que otros se apropien de ellas

Traducción y adaptación Jorge Contreras

A medida en que las empresas[1] crecen, cada nuevo lanzamiento de ideas[2], se va tornando a su vez, cada vez, más importante. De la misma forma,  en la medida en la que las empresas buscan inversores, nuevos clientes, o incluso nuevos empleados, los propietarios de las  empresas deben revelar en repetidas ocasiones información sobre la misma a los demás.

El “Hurto de Ideas” es una preocupación constante para muchas empresas y empresarios, pues estos ultimo ven a sí mismos las ideas, como una ventaja que puede colocar a las empresas a la vanguardia del mercado. Por ello, el riesgo de que un competidor pueda arrebatar ideas y ponerlas en práctica, puede significar una desventaja  para los
empresarios y podría dejar a una empresa con muy pocos recursos.

Curiosamente, la experiencia demuestra que la mayoría de la gente no tiene interés en las ideas de otras personas para convertirlas en negocios multimillonarios. Esto es especialmente cierto entre inversores por ejemplo, quienes consideran que su reputación podría verse gravemente dañado por tal comportamiento. Otros, quienes quieren crear su propia empresa, por lo general tienen ideas claves y buscan financiación para conseguir que las ideas despeguen, y ellos con estas.

Aún así, a pesar de que la gran mayoría de personas no tenga la intención de hurtar sus ideas, esta opción es una posibilidad. Por ello, hay medidas que empresarios y empresas pueden tomar para ayudar a prevenir el hurto, y para promover la participación y el compartir con los demás.

Evite revelar demasiado
Una de las mejores maneras de asegurar una idea, es que sólo se revele lo que es absolutamente necesario. Si uno está lanzando una idea a un cliente potencial, lo conveniente será darle sólo los datos necesarios para transmitir la idea. Por ejemplo, no es necesario compartir todos los detalles de cómo funciona un producto, cuando  la misma información se puede obtener de los beneficios que ofrece el producto o el servicio que cumple.   Una excepción a esto puede ser cuando se está lanzando la idea a inversores o prestamistas, quienes probablemente quieren saber todo acerca de un producto antes de asumir un riesgo financiero en él.

Utilice acuerdos de confidencialidad (no divulgación)
Un acuerdo de confidencialidad (no divulgación) puede ayudar a proteger una idea  para que esta no sea revelada ni por trabajadores, ni por socios. Sin embargo, es importante tener en cuenta que muchos inversores se resisten a firmar un acuerdo de confidencialidad antes de hablar con ellos. Dado que el equilibrio de poder está a favor de los inversores, en la mayoría de los casos uno tiene que renunciar si quiere inversores. Lo mismo es válido para los clientes potenciales. Por ello, en algunos casos,  en lugar de exigir una firma, se debe considerar simplemente incluir una declaración de confidencialidad en los planes de negocios.

Formule una patente provisional
Una patente puede causar más gastos de lo que una nueva empresa está dispuesta o es capaz de pagar. Sin embargo su costo evita la posibilidad de copia. Durante el proceso de compra de una idea, una patente provisional puede proteger su idea durante el primer año . Después de doce meses, la patente provisional expira, y no tiene a posibilidad de ser ampliada.

Identidad de Marca/Identidad de Nombre
Una marca puede proporcionar una capa adicional de protección, ya que el nombre de la empresa es a menudo vinculada estrechamente con su idea. Además, mediante el establecimiento de una marca, también se le añadido la protección requerida en caso de un problema legal. La documentación necesaria para registrar una marca puede servir como prueba por escrito de que una idea de negocio se encontraba en operación  en un tiempo/plazo determinado. Estas fechas son cruciales para establecer la fecha exacta de cuando una idea estaba en marcha en el caso de que alguien intente disputarse este hecho.

Investigue a los destinatarios
Ya sea que se esté revelando una idea para un potencial inversor , para un posible cliente o para un contratista, lleve a cabo una investigación de la persona o empresa antes de su cita. La información es fácilmente disponible, un empresario puede determinar la reputación de cualquiera antes de decidirse a hacer negocios con una persona. En las investigaciones, busque cualquier antecedente de disputas con socios comerciales anteriores y asegúrese de que la persona elegida, tiene una buena reputación en su campo.

Siga sus instintos
Junto a cualquier investigación que puedes llevar a cabo yacen sus propios instintos naturales. A menudo, las alarmas se activan cuando se está ante en una situación que pueda suponer un peligro. Si alguien ha tenido un especial interés en escuchar todas las posibles facetas de su creación, pregúntese a usted mismo ¿Cual sería el motivo del interés de esta otra persona? ¿Es para invertir ? ¿Es por mera curiosidad ? ¿O es posible que la persona tenga dinero quemándole un agujero en el bolsillo y lo único que necesita es una buena idea para comenzar a mover el dinero?

Aquí es donde entra en juego la experiencia Si está interactuando con alguien que ha registrado años de experiencia en el mundo de los negocios y cuenta con una cartera de grandes empresas de su propio negocio, esa persona probablemente no tiene ninguna necesidad de robarle las ideas a otras personas. Sin embargo, si estás hablando con un recién llegado, es posible que este solo desee mostrar tan poco acerca de su negocio como sea posible hasta que pueda determinar el motivo de las otras personas.

Documente, Documente, Documente,
Ponga tanto como le sea posible por escrito  y guarde una copia de esa documentación. Mediante la creación de un registro de papel, siempre tendrá una prueba de sus conceptos, si es que tiene que ir a la corte. Mantenga un registro de todas las conversaciones que tiene, en los que se dan a conocer los detalles de su negocio. Este registro puede serle útil si descubre que una de esas conversaciones han llegado a algún sitio.

En realidad , las probabilidades de que su idea sea robada son muy pequeñas. Al vivir con el temor al robo de las ideas, en realidad uno mismo se está inhibiendo de la capacidad de vender una idea. Un inversor o cliente que se desanima a trabajar con uno se debe en realidad a que conoce a otra persona en la industria, y que esta persona, está tratando de trabajar con alguien y está ofreciendo exactamente lo que uno está ofreciendo. Si uno no permite que una buena interacción se produzca, uno mismo podría estar perdiendo una gran oportunidad.

Otra forma en que los propios miedos nos pueden hacer daño en el negocio es cuando nos impiden conocer la opinión de los demás. Cuando uno entrega su idea a alguien nuevo, los otros en respuesta te entregan sus propios pensamientos, nuevas ideas y conceptos que a su vez ayudan a crecer el concepto original. Por ello, el no hablar de una idea o un negocio con los demás, hace que uno pierda la oportunidad.

Si tiene el temor de que una de sus ideas pueda ser robada, no debe preocuparse, dele solución mediante la adopción de alguna de las medidas recomendadas anteriormente, uno podrá trabajar con más de tranquilidad.

Lo más probable es que su idea este segura. Pues pocas personas tienen interés en el robo de conceptos de negocios de otros y de implementarlas (ponerlas en acción). De hecho, hay mucho más gente con ideas de lo que uno piensa y no todas las ideas llegan a buen término.

Finalmente, siéntase orgulloso de sus invenciones, compártalas sólo con aquellos que lo puede ayudar a lograr sus sueños y de hacer que su visión se convierta en una realidad .



[1] Una empresa es una organización, institución o industria dedicada a actividades o persecución de fines económicos o comerciales para satisfacer las necesidades de bienes o servicios de los demandantes, a la par asegurar la continuidad de la estructura productivo – comercial así como sus necesarias inversiones.
[2] Pensamiento o sugerencia de un posible curso o forma de acción. Puede ser una intención apuntando a un propósito. Un concepto resultado del razonamiento puro no científicamente demostrado (Kant)

No hay comentarios:

Publicar un comentario