miércoles, 19 de febrero de 2014

Salario revolucionario a ministros ¿Productividad para el Estado o estrategia electoral copiada?

“El reciente caso de decisión de aumento a los ministros, se sustenta en la concepción errada de “rentabilidad del empleado” y no del Estado.
A diferencia de por ejemplo, los casos para realizar cualquier proyecto nacional, en el que hay que dar cumplimiento a un sin fin de requerimientos”

Los salarios altos, en el sector privado se deben a la alta rentabilidad...
Una mirada a los altos salarios en el sector privado rápidamente nos muestra que las elevadas cifras, común y generalmente se deben a la “alta rentabilidad” que representa la labor del empleado en los resultados de la empresa.  Si una empresa obtiene altos ingresos lo común será ofrecer altos salarios como retribución por la labor prestada.

Cual es la rentabilidad en el sector público…
En el sector público, donde la economía es planificada y presupuestada anualmente,  donde
se tiene que cumplir con formulismos de ley para toda obra, ¿Dónde esta la rentabilidad?  La respuesta es lógica, al igual que en el sector privado, en el sector público, la rentabilidad también debería estar entre los resultados.
Entonces ¿debemos esperar por obras?, ¿debemos esperar por mejores proyectos? ¿Debemos esperar por mejores contratos del Estado?¿Debemos esperar en mejoras creativas y económicas en beneficio de la sociedad?,  ¿Debemos esperar por mejores servicios? o ¿Debemos apoyar una campaña electoral?  De esto no se ha dicho nada…

La rentabilidad en el sector público es para el Estado, no para el empleado o el partido…
Hasta la fecha, en el reciente aumento de ministros, no se ha resaltado la rentabilidad.
El argumento que se ha esgrimido es más bien “rentabilidad para el eventual empleado”, pues se ha dicho que se debe nivelar con los estándares internacionales, que se requiere traer mejores talentos, traer personas con mayor dedicación, con mayores horas de trabajo, sin tiempo de vacaciones, y que estén sometidos a constantes viajes.
Pensar que mejores talentos, mas atractivos personajes, mas horas de dedicación, son la rentabilidad nos muestra que ni siquiera nos estamos orientando objetivamente a lo que debe ser una mejor rentabilidad para el Estado.

El peligro de una rentabilidad que puede apuntar a otros intereses…
Salarios fijos, altos, sin objetivos delimitados, podrían ser tomados como una movida política y podrían representar el sueño de la disponibilidad económica partidaria previa a elecciones.

Un ejemplo real: En el Perú de hoy, a la vuelta de la esquina, a vista y paciencia de todos y con conocimiento de todos, es conocido el ejemplo del presidente regional, que a través de sus “fieles seguidores” cobraba mensualmente  cien soles, como un “pequeño aporte mensual,” en si, una colaboración “voluntaria, fuera de planilla” con fines de preparar la campaña electoral partidaria.


Entonces, si vemos de esta manera el aumento salarial, podríamos pensar que el  aumento a los ministros, cuyos cargos pertenecen al sector de confianza político partidaria,  podrían tener orientaciones que no tienen nada que ver con  rentabilidad para el Estado, que no benefician al Estado, sino a otros intereses y que todos los ciudadanos debemos estar atentos para que no ocurra, pues hasta podría ser tomado como la copia a un salario por la revolución.

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