viernes, 21 de noviembre de 2014

La mejora de la “calidad del aire” empieza en casa

Tomado de The Lancet
doi:10.1016/S0140-6736(14)62227-3 

Comentario por Jorge Contreras.
Contaminación de aire y neumonía. Enfermedades íntimamente ligadas a las tradicionales cocinas y combustibles de biomasa. En el 2013 causó cinco mil muertes en Guatemala. Nuevas directivas apuntan a ambientes limpios, a controlar los espacios, menos exposición a las personas en los ambientes contaminantes  y a ir dejando los viejos y tradicionales métodos de cocina a leña y  kerosene.     

La noción de contaminación del aire nos puede evocar esa turbia bruma que rodea los horizontes urbanos, sin embargo, la contaminación es una amenaza mucho más íntima, que emana del fuego y de la casa. Estimados de la Oficina
Mundial de la Salud (OMS), señalan una cifra global de más de 7 millones de muertes anuales causadas por la contaminación del aire; de este número, 4.3 millones de muertes se atribuyen a contaminación del aire originada en el hogar, creada por las estufas que utilizan “biomasa[1]”, como residuos de cultivos, estiércol de los animales, o carbón como combustible.

Para hacer frente a la amenaza de la contaminación del aire que se origina en interiores, en países de ingresos medianos y bajos, la OMS publicó Directivas nuevas el último 12 de noviembre para la calidad del aire interior y la quema de combustible en hogares.
La transición a otras tecnologías en el empleo de combustible constituye  un desafío generalizado. 

Basado en la calidad de las evidencias y apuntando a objetivos intermedios, las directivas de la OMS especifican cuatro principales recomendaciones. En primer lugar, las tasas de emisión de combustión de combustible en el hogar no deben superar los límites promedio anuales y diarios (24 h) de emisión de dióxido de carbono. En segundo lugar, los gobiernos y alianzas deben dar prioridad al empleo de combustibles y tecnologías beneficiosos para la salud, tales como estufas que empleen combustible limpio, que utilicen gas natural o electricidad solar. La tercera y cuarta recomendación son para reducir la dependencia en el uso doméstico del carbón y querosene, respectivamente. Estas son metas difíciles de cumplir en sectores con recursos limitados, donde los niveles de contaminación del aire en el interior de los hogares son los más altos.

La neumonía y la contaminación del aire en los hogares son dos riesgos íntimamente relacionados e insidiosos. Aunque las tasas de neumonía infantil se han reducido en un 58% entre 1990-2013, la neumonía sigue siendo una de las causas primarias de muerte en los niños. Más del 50% de las muertes por neumonía en niños menores de 5 años están asociados con su exposición a la contaminación del aire de los hogares y se producen en sólo seis países: China, la República Democrática del Congo, Etiopía, India, Nigeria y Pakistán. Oportunamente, el 12 de noviembre, fecha en que la OMS publicó sus nuevas directivas, fue el Día Mundial de la Neumonía, que tiene como objetivo sensibilizar, promover la prevención, el tratamiento y estimular la acción mundial para combatir la neumonía.

El hecho de que mujeres y los niños se hayan visto desproporcionadamente afectados por la contaminación causada por la quema de combustibles en los hogares, se debe entre otras razones, a la dificultad de medir el uso de las formas tradicionales de combustible, al despliegue a menudo fragmentado de los esfuerzos de intervención en el problema, y a que estas acciones no se han llevado a cabo en la cantidad debida. En el 2014, sin embargo, se  ha hecho mucho para cambiar esta situación, a través de los informes independientes de la OMS, del Instituto para la Evaluación y Medición de la Salud (IHME), y de la Comisión de medicina respiratoria  de la Revista The Lancet, se ha logrado un esbozo del problema, identificado los riesgos provenientes de la contaminación del aire en los hogares, la incidencia en la neumonía y en otras infecciones de las vías respiratorias, y se han introducido las estrategias para la reducción de los riesgos.
La intervención temprana es crucial, debido a la fuerte evidencia que vincula la contaminación del aire en los hogares y las infecciones en las vías respiratorias en los bebés y los niños y sus resultados negativos para la salud durante su desarrollo. Un informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de la Alianza de Salud y el IHME, resalta la importancia de aumentar la disponibilidad de métodos rápidos de detección y tratamientos de bajo costo a las infecciones respiratorias. Proporcionando una sugerencia complementaria, la Comisión de Medicina Respiratoria de The Lancet señala la necesidad de aumentar la escala de la vacunación conjugada  antineumocócica, y advierte de que la vacunación sólo será un éxito parcial ya que la exposición a la contaminación del aire en los hogares puede reducir su eficacia.

El riesgo de neumonía y mortalidad infantil, sin embargo, puede reducirse sustancialmente en los hogares donde se logre una mejor calidad de aire y control de la contaminación. Existe duplicidad considerable entre las recomendaciones de la Comisión y las directrices de la OMS. En concreto, los dos informes sugieren la necesidad de compensar la dependencia de los combustibles tradicionales, como el carbón y el querosene, con combustibles limpios como el gas. Pero la accesibilidad es primordial. En sectores de mayor pobreza, sin subvención, es probable que  no haya avances. Por otra parte, las mujeres, son las más afectadas por la contaminación del aire en  los hogares y son también los actores más  valiosos y esenciales para el éxito de las intervenciones. Finalmente una recomendación crucial es el seguimiento de los avances. Los niveles de contaminación en barrios y hogares los deben ser evaluados,  para ello, el seguimiento o monitoreo a nivel individual, varia los roles dentro de la familia y es la  única e importante manera de medir el éxito.

Las Medidas prescriptivas (pautas a seguir) son más fáciles que dejar que cada uno implemente medidas. Debido a la inmensidad de la situación, las partes interesadas deben provenir de adentro de las casas como de los exteriores. Es desalentador el considerar energía limpia y disponible para todos, sin embargo no deja de ser fundamental. Proporcionar alternativas de combustible más seguras y tecnología acorde, nos permitirá salvar vidas y literalmente cambiar casa por casa la forma como el mundo cocina.  



[1] "Biomasa", según el Diccionario de la lengua española (22.ª edición), Real Academia Española, 2001 es la materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía.

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