viernes, 20 de febrero de 2015

Argentina, Perú, Venezuela y Chile y las teorías conspirativas

Por Jorge Contreras[1]
Cada gobierno vive su propio laberinto. Las teorías conspirativas tienen su nacimiento histórico hace siglos. Giran alrededor de amenazas desconocidas, que alteran la normalidad, con datos reales y casi siempre insuficientes. Son algo, que no le gusta a la sociedad, el que les avisen de un peligro, del que desconocen su naturaleza, para lo que no estamos preparados ni biológica ni psicológicamente. Siempre muestran un villano. Buscan acentuar una sensación de desamparo. Denotar...
una falta de control de lo que ocurre alrededor. Siempre, casi siempre, tienen un principal beneficiario político. En todos los casos, las sentencias judiciales de estos procesos, contribuyen a destacar la  contundencia de las teorías conspirativas, denunciaran las fallas, y consecuentemente descubrirán la tapadera de un fracaso en políticas mal llevadas.

En Argentina...
Natalio Alberto Nisman el fiscal que investigaba la causa del atentado explosivo de 1994 contra la asociación  judía AMIA, murió el día antes de su declaración y no se sabe por qué y hasta ahora ¿cómo? Concentró su investigación por 10 años. Ocurrido su deceso. Un día antes de la denuncia de cargos contra el gobierno, ahora revela negociaciones del gobierno para adoptar determinadas políticas a cambio de beneficios económicos y decanta el cierre de los servicios de inteligencia.   

En el Perú...
Una racha de denuncias por escándalos de corrupción y conflictos sociales han provocado un cambio de gabinete. A ello se agrega la denuncia de un caso de espionaje que data del año 2005 y cuyo proceso se inició en julio del 2014, recién se dan a conocer en el 2015, luego de una variedad de cambios, recambios y cierre de los servicios de inteligencia. Si bien el proceso judicial establecerá la contundencia de la teoría, desde ya, a la luz de las variables de la teoría de autoría mediata, de los cargos de confianza, y de los objetivos del estado, podemos ir adelantando conclusiones.
  
En Venezuela…
El irreversible deterioro económico es publicidad gratuita para la oposición, y cada día que pasa, aparece una nueva hipótesis de golpe. Acaba de concluir la detención de Antonio Ledesma (59), el alcalde de Caracas.  Las autoridades del gobierno Venezolano indican que 11 militares, un empresario, el diputado opositor Julio Borges y el alcalde Ledezma están implicados en una conspiración. El Ministerio Público anunció que imputará al alcalde Ledezma por hechos conspirativos para organizar y ejecutar actos violentos contra el gobierno de Nicolás Maduro.

En Chile…
Ante acusaciones de corrupción, Sebastián Dávalos, hijo mayor de la presidente de Chile, Michelle Bachelet, anunció su renuncia al cargo de director sociocultural de la Presidencia, tras un polémico negocio inmobiliario llevado a cabo por su esposa Natalia Compagnon, negocio por el que debió disculparse públicamente. "He decidido dar un paso al costado y renunciar a mi cargo de director sociocultural de la Presidencia", declaró. "Deseo poner énfasis en que no he cometido ilícito alguno, ni delito de funcionario, como algunos medios han sugerido", así aseguró, al referirse a la operación inmobiliaria que le reportó a la empresa de su esposa beneficios por valor de 2.500 millones de pesos (unos cuatro millones de dólares).

Parafraseando las palabras de estos casos y los siguientes pensamientos, quizás podríamos tener una buena respuesta para algunas teorías conspirativas:

De David John Moore Cornwell, novelista británico especializado en relatos de suspenso y espionaje ambientados en la época de la Guerra Fría, más conocido por su seudónimo John le Carré;
 "Hasta que no tengamos una mejor relación entre el comportamiento privado y la verdad pública, como se ha demostrado con el caso Watergate, nosotros (los escritores) al igual que el público tenemos absolutamente derecho a continuar sospechando, incluso despectivamente, del secreto y la desinformación que son un resumen de nuestras noticias".

En el caso de Venezuela, cabe resaltar el mensaje de la portavoz del departamento de Estado estadounidense Jen Psaki al representante del gobierno de Venezuela: 
"Deje de intentar distraer la atención de los problemas económicos y políticos del país" y concéntrese en "soluciones reales".





[1] Jorge A. Contreras Ríos, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador, licenciado en ciencias militares, abogado, magíster en ciencias militares, magíster en derecho penal, especializado en conflictos, con estudios de doctorado en derecho penal.

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