jueves, 9 de abril de 2015

Kafka: a un siglo de su obra “La transformación”, su significado para la seguridad ciudadana de hoy

"Desde una perspectiva puramente literaria, ésta es la época de Kafka, más incluso que la de Freud.
Freud, siguiendo furtivamente a Shakespeare,
nos ofreció el mapa de nuestra mente;
Kafka nos insinuó que no esperáramos utilizarlo para salvarnos, ni siquiera de nosotros mismos".
Harold Bloom escribió en 1995
Por Jorge Contreras[1]
Franz Kafka, el judío que escribió en alemán, el artista que habla de "demonios", "acometidas", "desamparos", "persecución", "soledad", "asalto en las últimas fronteras terrenales", "agobiante observación de uno mismo" y  otras expresiones que aluden a un mundo oscuro, desconcertante y desconocido, nos señala la alienación, la brutalidad física y psicológica, los conflictos entre padres e hijos, los personajes en aventuras terroríficas, laberintos de burocracia, y transformaciones místicas a los que puede llegar la humanidad. En el centenario de su obra “La transformación” en esta nota, unas reflexiones relacionadas a la Seguridad y Educación Ciudadana.

Su personalidad…
  • Kafka es considerado por algunos como un ser alegre, bromista, cordial y profundamente comunicativo, dueño de una vigorosa alegría de vivir, y por otros un ser atormentado y complejo, que a su manera gozó de la vida con una intensidad fuera de lo común.
  • Sin embargo, al leerlo, es sencillo considerar que la poderosa fuerza interior y las experiencias de su vida, impregnaron su personalidad artística. Es sencillo entender que su obra es en parte la respuesta a un padre, comerciante, dominante, autoritario, que tiranamente agobió su existencia, que a los 23 años, obligado por su padre, obtuviera el título de Doctor en Derecho, llevando un año de servicio obligatorio (sin remuneración) en tribunales civiles y penales, y terminara trabajando como empleado en varias compañías de seguros, a la influencia de ser el sobreviviente mayor, de seis hermanos, de los que, dos hermanos fallecieran a temprana edad, y que pasara los avatares de la primera guerra mundial,  y otras tres hermanas que perecieran en el Holocausto.

La publicación de su obra…
  • Franz Kafka, abandonó su trabajo por una tuberculosis, que trató de superar, hasta que en 1920 tuvo que internarse en el sanatorio de Kierling, cerca de Viena, donde murió finalmente el 3 de junio de 1924.
  • Allí, su más íntimo amigo, el crítico y escritor Max Brod, haciendo caso omiso a su última voluntad, en lugar de destruir sus obras, las dio a conocer al mundo, publicándolas póstumamente. Hoy algunos de los papeles y escritos desaparecidos de Kafka continúan buscados a escala internacional.

La transformación…
En la transformación (Die Verwandlung – 1915), Franz Kafka nos relata la historia de Gregor Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo, quien un día amanece convertido en un enorme insecto (aparentemente, una cucaracha, aunque no se identifica claramente en el texto).
  • En esta historia Kafka nos induce a pensar, como, nosotros los seres humanos podemos ir variando nuestras creencias, emociones y acciones e irnos convirtiendo en “otros”, cuando decidimos hacer algo, que no es correcto, que no va bien con nosotros mismos.
  • Bien si lo decidimos por nosotros mismos, o porque hemos recibido esta orden errónea de nuestros jefes, amigos o familia. Kafka nos guía a que el resultado nos afectarán y afectarán a otros. Y que cuando uno está abajo, será la familia la que ayude a uno o la misma familia, la que opta por no querer ni siquiera mirarnos.
  • Que a pesar que algunos podemos haber cambiado ya (cometido errores) siempre habrá tiempo de corregirnos. Que afuera, la vida seguirá igual y cada quien seguirá con sus temas, con sus órdenes y desordenes. 
  • Que es necesario hacer conocer nuestras buenas intenciones a aquellos que se relacionan con nosotros, nuestros amigos, nuestros jefes, nuestros trabajadores.
  • Kafka nos señala que no todo está perdido, que hay esperanza, que siempre hay tiempo para cambiar.
  • Que el cambio debe ser de nosotros mismos y no siguiendo a otros. 
  • Que al final el poder interior es de cada uno y que el alivio de nuestros males, está en las palmas de las manos de cada uno. Que aun muriendo, hay tiempo y se puede cambiar.

 Sin duda un gran mensaje para nuestros atribulados corazones afectados por la actual realidad. Y una buena guía para la Seguridad y Educación Ciudadana.



[1] Jorge A. Contreras Ríos, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador, licenciado en ciencias militares, abogado, magíster en ciencias militares, magíster en derecho penal, estudios de doctorado en derecho penal.

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