sábado, 13 de agosto de 2011

Caso de multimillonaria conspiración de drogas, algo que aprender e implementar


El ultimo 10 de agosto, en la ciudad de Filadelfia, el Departamento de Control de Drogas (DEA) acaba de denunciar a una red de 53 individuos acusándolos de 498 cargos relacionados al empleo ilegal de drogas bajo la modalidad de recetas falsas (prescripciones falsas)[1].
La acusación ha sido formulada por el Fiscal del Distrito Este de Pensilvania, del representante de la DEA en Filadelfia,  del representante de Salud y Servicios Humanos de Filadelfia y de la oficina del FBI correspondiente. Adicionalmente a las acusaciones de posesión y distribución de drogas, también se añaden 240 cargos de fraude al sistema de cuidado de la salud. Los acusados fueron arrestados el mismo día en que se formuló la acusación.
Incluidos en estas acusaciones hay médicos, farmacéuticos, traficantes de drogas, de Pensilvania y Filadelfia. Un caso similar fue denunciado el último 2 de agosto en Detroit involucrando 26 individuos entre médicos, psicólogos, farmacéuticos, contadores públicos y 20 farmacias involucradas.[2] 

Como trabajó esta red….
Según las acusaciones, la red mafiosa reclutaba individuos que participaban como “falsos pacientes ” a quienes un medico mafioso les elaboraba “falsos exámenes y diagnósticos”. Posteriormente los  pacientes solicitaban una cita medica formal y pagaban por esta cita, una cuota de 150 dólares, mediante la cual el mismo u otro medico les extendía una receta oficial (prescripción escrita) para comprar drogas, en este caso particular preparadas en base al ingrediente oxycodone (medicación analgésica de común prescripción para el alivio del espectro del dolor). Hasta este punto, la droga se obtenía ilegalmente sin tener la necesidad  de esta.   
Los seudo pacientes eran posteriormente conducidos por chóferes a las farmacias donde solicitaban sus medicamentos recetados, en este punto, estaba también se descubrió que estaba implicado un laboratorio farmacéutico. Las drogas recibidas de las farmacias eran recolectadas y entregadas a una red de vendedores de droga para su venta en las calles (los vendedores también han sido arrestados y capturados). Se estima que entre Setiembre del 2009 y Julio del 2011, los traficantes obtuvieron ganancias por más de 5 millones de dólares a través de recetas ilegales y que los individuos acusados llegaron a adquirir y distribuir alrededor de 200,000 pastillas conteniendo oxycodone.

El argumento legal al servicio del delito
Si bien los médicos y farmacéuticos están entrenados y capacitados para tratar a pacientes con verdaderas necesidades debido a sus condiciones de salud, a esta red de delincuentes y traficantes  no le interesó los riesgos que representan a la salud estos medicamentos, ni la dependencia que demandan y utilizaron sus conocimientos para obtener beneficios ilegales.

Las investigaciones han llegado a incluir a los médicos y a los ayudantes de los médicos que hicieron los exámenes y diagnósticos falsos. Estos han sido acusados de 119 cargos de lavado de dinero, 119 cargos por preparar documentación financiera ilegal, 1 cargo de documentación financiera ilegal grave, en ambos casos al estado. La denuncia también incluye una nota para la recuperación por descuentos obtenidos del sistema del estado por valor de  920,574 dólares que se añadirían al total de la propiedad involucrada y afectada en esta operación ilegal.

Los seudo pacientes (falsos pacientes) son 31 y han sido acusados de asociación ilícita para delinquir (conspirar para la distribución de sustancias controladas) y de estafas al sistema de cuidado de la salud.

Este caso si bien representa la magnitud del problema de abuso de drogas obtenidas por receta, según representantes de la DEA, “….el uso de estas drogas trae las mismas consecuencias que la cocaína y la heroína”.  También demuestra que personas profesionales dedicadas a la salud,  están siendo captadas por las redes de traficantes por el simple hecho de “obtener un beneficio personal”, sin interesarles a quien pudieran hacerle daño..
A ello se agrega el problema de la estafa al sistema de salud, que se aprovecha de los beneficios y facilidades del gobierno y desvía los fondos empleados del Estado.

Para el FBI y la DEA, los médicos y farmacéuticos que entregan prescripciones ilegales tienen la misma calidad moral que los vendedores de drogas en las esquinas. Comentario aparte es que el que considera que estado de Florida se habría convertido en los últimos años en la “capital mundial de las clínicas contra el dolor”[3]

Comentario Final
En Perú, sería bueno comenzar a tomar cartas en este asunto.
La primera experiencia sería acerca de la necesidad de normar el control del sistema de recetas (prescripciones), el control del sistema de farmacias y medicinas, el establecer un método que permita evaluar y reflejar el estado del consumo. Otro aspecto imprescindible es el prestar atención a los conocidos lugares de expendio de medicinas adulteradas así como el control de las medicinas que sobrepasaron su fecha de vencimiento.
Una experiencia adicional que ver con atención como se tratan estos casos judiciales en los Estados Unidos, en este país el sistema de denuncia de estos casos de drogas, no solo involucra al Fiscal que denuncia, en el también figuran los representantes de las otras oficinas del estado involucradas (FBI, DEA, Salud) , así se evita las “suspicacias” que surgen cuando una sola autoridad decide si procede la denuncia o si se demora la investigación y consecuentemente se evitan otras posibilidades de ilegalidad que afectan a nuestro país en relación a estos procesos (amenaza a fiscales o compra de fiscales).

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