lunes, 28 de noviembre de 2011

Demanda por cambio, bajo presión, un viejo método en conflictos, con modernas connotaciones


Si de algo un gobierno, inmaduro y moderno, no esta armado, más que de buenas intenciones, es de experiencia , y a ello se une que algunos gobiernos, por su compleja interacción, enfrentan más ignorancia que entendimiento. 

El Perú, no esta desligado de la situación política internacional, y por ello mismo, es que a veces, el decidir para bien, puede ser considerado el peor mal y viceversa. 

Con las innumerables revueltas que terminaran en la defenestración de sultanatos en los países árabes y las recientes manifestaciones por el cambio, del movimiento “Ocupados” debido a las crisis económicas en los países desarrollados, podemos comprobar que la situación política mundial sufre el fenómeno de “demandas de cambio bajo presión”, al que los gobiernos enfrentan, en si un viejo método de presión política, un bullying político, con modernas connotaciones.

La demanda
No existe diferencia, entre un secuestro tradicional en el que los delincuentes piden una recompensa por su victima para dejarla en libertad, y la “demanda de cambio bajo presión” al que son sometidos algunos gobiernos, en ambos casos, la amenaza es el origen de la demanda, la amenaza se esta cumpliendo y continuará si la propuesta no es aceptada, en ambos casos, se trata de un chantaje y el que recibe la amenaza solo tiene un único camino de solución, .

Los autores
Tanto en el secuestro como en la demanda de cambio bajo presión, el pedido,  lo hacen grupos de gente y sus representantes, que tienen muy claro y definido su interés, que para obtener lo que consideran justo,  han decidido jugársela y ejercer  la presión de la amenaza, no sin antes decidir el tomar para ellos la iniciativa de la acción final, es una negociación del Sí o sí, en la que, se busca que “el sometido bajo presión”,  no vea otra posibilidad, que la de acceder.

La presión de la amenaza
La presión de la demanda en el secuestro, amilana, intimida, desviste ante todos y convence a la familia de la necesidad del pago, los va forzando hasta que vence y obliga a pagar, después de ello, abandona a las victimas y sus allegados, estas no solo se sentirán liberadas, sino que sienten la necesidad de huir, desaparecer, cambiar, todo para ellos es, ya público y conocido, y no queda otra cosa que buscar la anonimia.  En la demanda de cambio bajo presión, ocurre algo similar, la presión visa lo que se considera opuesto, bien o mal visa destruir  y desenmascarar, mas peligrosa aún, a la vez, busca ir sumando opiniones, fuerzas, atraer, asociar, en suma crecer, e ir fortaleciendo, para cuando más grande, forzar y derrocar.   Después de ello, la victima y allegados estarán desacreditados y desestabilizados.

Los asesores
En las negociaciones de un secuestro como en las demandas de cambio bajo presión los asesores cuentan poco. Si bien cada asesor constituye puntos a favor o en contra para los bandos en oposición y su desacredito puede restar capacidad de juicio y análisis, la verdad  es que, su descrédito,  es solo un ardid en la maniobra de engaño,  ya que lo que importa, es que una vez aceptada la presión de la amenaza y de la demanda, solo se esta a merced del chantaje, como único camino de salida.

La afección, y el pago, mal llamado recompensa
En el secuestro, por un lado, la victima y allegados sufren psicológica y moralmente la presión del chantaje, por el otro,  la escasa ética y moral del chantajista se pone al descubierto y se escuda en el anonimato, luego del pago, a la ganancia material de los agresores, se opone el sufrimiento de la victima y allegados por la perdida material, por el pago del dinero o la mal llamada recompensa, por tener a la victima libre, la victima tendrá que crear su propia historia y mentir a la prensa sobre el resultado, se convertirá en parte del fraude del secuestro.

En la demanda de cambio bajo presión, las victimas, las autoridades, son inducidas a este único camino, al que no hay otra salida, se someten a la acción psicológica y moral del chantaje;  la ética y moral del chantajista se escuda bajo las normas de la humanidad de la “protesta pacifica” y del apoyo de grupos de igual sentir, detrás sin embargo, observamos  destrucción de propiedad, muertes y perdidas económicas. La protesta iniciada inmoviliza localmente, luego crece y desestabiliza, la región se ve apoyada por otras y, busca que el gobierno y sus representantes caigan desacreditados y desestabilizados. Al final, habiéndose perdido todo, como en el secuestro, las victimas salen de la escena y tendrán que contar su propia historia.

La respuesta
La respuesta es solo una, la decisión por el beneficio e interés de la mayoría, sin intromisiones, a través del dialogo, con orden, el único camino, sin enfermedad, sin suicidios, sin complejos, sin radicalismos y sin ignorancia, sin demandas, ni amenazas.


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