lunes, 9 de julio de 2012

Opinión ante las protestas antimineras contra el proyecto Conga


La  posibilidad de nuevo dialogo y negociaciones…
Recientemente conocidas figuras del espectro político-religioso nacional han sido llamadas para intermediar en un esfuerzo de dialogo ante las protestas contra el proyecto Conga, ello nos permite entender con claridad que el gobierno, no el estado, opta una vez más por un solución de dialogo y pacifica, al incontenible desborde colectivo que durante los últimos días, alcanzó la suma de cinco fallecidos y en la que cuyos lideres de oposición dan muestras de mantener una postura terca e inmutable.

El conflicto antiminero abarcaría así una dimensión no judicial, que sería la opción de resolución del conflicto a través del dialogo y una dimensión judicial referida a los procesos iniciados contra los responsables de las acciones de violencia  cuyos procesos continúan.

El estado no es el gobierno, ni el gobierno es el estado…
Es necesario aclarar que no es el estado quien opta por el dialogo.  

Al ser todos nosotros el estado, la “polis” para los griegos o las “civitas” para los romanos, debemos reconocer que no todos los que componen el estado, son los que protestan en Cajamarca, y que para esa parte que protesta, este gobierno, pese a reconocer la existencia de leyes violadas y medidas tomadas,  y deseoso de arribar a una mejor solución  opta por dar una posibilidad adicional de dialogo.

El gobierno , sin embargo, debe sus obligaciones al Estado, el gobierno es la institución encargada de velar por la paz, la justicia y la seguridad nacional. De seguir lo establecido en la Constitución, esa carta política definida para nosotros en la Constitución de 1993.

De igual forma como se establece que el derecho del Estado esta dado por el contenido de la Carta Constitucional y las leyes, ninguna parte, menos aún extremos radicales a ultranza, se pueden irrogar el discernir y actuar sobre la base de derechos no establecidos, pues estos son claramente ajenos al orden legal establecido y nos demuestran que algunas protestas recientes como las del Movadef o las antimineras simplemente son violaciones al orden instituido.  

Los interlocutores  en esta oportunidad…
Dos figuras religiosas, seguidoras del cura dominico Bartolomé de las Casas famoso por sus denuncias contra los conquistadores  por los abusos, injusticias y barbaridades en perjuicio de los indios, de doctrina humanista y cristiana que tomara el nombre de “lascasiana” serian los elegidos, ellos son, el Padre Garatea y el Monseñor Cabrejos.

Para una mejor comprensión de las defensas de este sector de la Iglesia, reproducimos este pensamiento que corriera por esos tiempos y que quizás ya no sean venidos al caso en el presente.
“Vinieron.
Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra.
Y nos dijeron:“Cierren los ojos y recen”…
Y cuando abrimos los ojos,
ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.”

Razones habrá para elegir a dos interlocutores cuyas posturas político – religiosas son tales y cuyas recientes declaraciones ya habrían adelantado opinión sobre la necesidad de “condiciones previas” para el dialogo como el retiro del estado de emergencia, el pedir perdón y hasta comentarios sobre tal o cual capacidad de tal o cual ministro. 

El caso del Padre Garatea, es singular y es necesario señalar que fue directivo de la mesa de Concertación y Lucha contra la Pobreza en tiempos que uno de los lideres de la revuelta antiminera el ex cura Marco Arana,  líder de Tierra y Libertad ocupara el cargo de representante departamental de la misma organización. Esperemos que su papel sea imparcial y no lleve al gobierno, al extremo de un callejón sin salida.  Por lo pronto, algunos sectores en el Cusco, allegados a Tierra y Libertad,  y a su lider Marco Arana, ya estarían pensando en patear el tablero para alcanzar las condiciones ventajosas de un interlocutor amistoso a sus ideas.

En el caso de los grupos de oposición de Cajamarca, se aprecian síntomas de una “neurosis obsesiva”, inicialmente individualizada en los lideres que se torna en una influencia hacia la colectividad, y esto es ya transitar por un camino peligroso, a las que se unen las posturas fatalistas, el pensamiento colectivo y el fanatismo que apuntan hacia un desborde social de magnitudes mayores. En otras palabras de pasar de conductas “menos” ofensivas como los pitazos en las calles y carteles, a otras mayores, como las mentadas de madre, los pleitos, las pedradas, el delito en todas sus modalidades, llegando al homicidio y la ruptura social absoluta del estado de derecho del ser humano, en otras palabras la guerra interna.

La información, los medios y el sensacionalismo de interés
Consideramos que existe una crisis en el manejo de la información, se comete el mismo error que cuando se iniciaron las acciones subversivas en la década de los 80s

El gobierno minimiza las acciones de violencia sin embargo decreta el estado de emergencia.  Los grupos violentistas propasan los limites, emplean armas y la prensa de oposición acompaña las noticias con  informes subliminales,  cargando la responsabilidad de las victimas y violaciones del estado de derecho al gobierno.

La prensa no tiene autocontrol, ni autocensura, desorienta. Un claro caso es el de el premier, quien no es el encargado de resolver los conflictos. Sin embargo si es el deseo de alguna prensa y de grupos de oposición de alcanzar ese nivel de jerarquia en su afán de notoriedad en sus conflictos de interés.
 
El mito de la “mineria” que se critica…
Queremos referirnos al mito que muchos utilizan para sus discursos políticos, el mito de “la mineria y sus abusos”. Este mito es parte de una campaña de denuncias contra las ganancias de las empresas, en contra de su responsabilidad social, y en contra los daños ambientales. Las denuncias provienen de parte de sus detractores políticos, religiosos, ambientalistas e indigenistas.

Todas las empresas que operan en el país, entendemos, que estan conformada por trabajadores peruanos en su mayoría y extranjeros en menor porcentaje. Las empresas que conforman el abanico de servicios y trabajan con ellas son también conformadas por trabajadores peruanos en su mayoría. 

¿A quién entonces corresponde la responsabilidad en cada caso?
Las denuncias de malestar sobre los contratos, tienen origen en los niveles de negociación del gobierno y a nombre del estado.
La responsabilidad social y su estandares estan establecidas y su cumplimiento compete a los mismos trabajadores.
Los daños ambientales, son “hechos” que han sido ocasionados por los mismos trabajadores y que en cada caso, han sido reivindicados por las empresas a satisfacción y hasta soportando el dolo intencional de varias instancias nacionales e internacionales.

Entonces de que hablamos, hablamos de denuncias y abusos, que provienen de los mismo peruanos, que es en todo caso, son las denuncias  de un sector que se considera menos favorecido.

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