lunes, 19 de agosto de 2013

Identidad en línea, mayores riesgos a futuro…


Ejemplos de dos perfiles, variables, para ser sometidas al análisis
 (Tomado de “El futuro de la Identidad” de John Beddington)

Por Jorge Contreras
La redes sociales este invento del siglo XXI, ideado para la interacción personal y social, siguió desarrollándose y alcanzó a congregar grupos de afinidad e intereses comunes.  
Las aplicaciones, que al inicio sirvieron para la comunicación e interacción social, muestran que disponen de un caudal de información de valor en otros campos, como en la información para el desarrollo en salud, educación, industria etc, en las preferencias de grupo para los mercados, para las propuestas políticas y aceptación de los gobiernos y hasta para intereses más oscuros como los del crimen organizado.   Hoy que la hiperconectividad [1] en los jóvenes, es la forma normal de comunicación en las ciudades, se hace más necesario tomar en cuenta nuestra situación actual para aprovechar sus potencialidades y rechazar sus riesgos.


Investigadores como Emma Lindley, el profesor John Beddington  en su reporte “El futuro de la Identidad”, entre otros, están enfatizando la importancia de conocer sus potencialidades y riesgos.

Potencialidad en las redes
Mientras la gente comunica más, con más facilidad, de manera más libre y gratuita, el análisis de las “características” y de las “informaciones” personales, psicológicas,  sociales, comerciales y hasta políticas de sus identidades, han adquirido un valor insospechado que es conocido por muy pocos. 

Hoy podemos asegurar que la recolección y el empleo de los datos personales y de las actividades de las redes, son de beneficio para individuos, organizaciones, empresas y gobiernos.  Algunos textos publicados sobre análisis de redes, nos muestran que su empleo apropiado permite un conocimiento mucho más avanzado que el de las preferencias de marcas y sus resultados facilitarían mayor entendimiento  de sectores más complejos como el de desarrollo en salud,  educación, industria y hasta política. 

Se pueden distinguir hasta tres niveles de análisis de la información en las redes. 1) El nivel usuario, en el que se dispone de algunas aplicaciones para perfeccionar la intervención del usuario en las redes, ver el empleo de dos o mas cuentas, o hasta para la lectura de mensajes de suscripción. 2) Un nivel intermedio, más avanzado, es el que ofrecen algunas empresas que buscan valorar las intervenciones y comentarios de determinados sectores, a través de la autenticación de cuentas. Y 3) un nivel más avanzado y costoso, menos accesible que permite evaluar redes especializadas  (de grupos) para determinar su flujo, direccionamiento y variables mas profundas. 

Adicionalmente, el desarrollo de juegos en línea, en las redes, facilitan el conocimiento y diagnostico de perfiles en las redes con fines de interés comercial.


Los riesgos
La experiencias nos muestra que personas y grupos interconectados no necesariamente representan identidades autenticas.  Un espectro de riesgo en la identidad acompaña a las redes sociales y depende de cada país.  


“No todos quien dicen ser son”
Debido a que cualquiera (menores y adultos), pueden crear una o varias identidades, a que en algunas redes sociales el procedimiento es sencillo y está a disposición de todos, el riesgo de crear identidades falsas para seguir las cuentas, y correos de otros, llevar a cabo un fraude, espiar, o para cometer un delito en línea es grande y esta en aumento.


En algunos países, de la suplantación directa de una identidad, se ha avanzado a modalidades más avanzadas como el utilizarlas para suscripciones, solicitar nuevos documentos,  gestionar nuevas cuentas de banco, para darle mayor sostén a una identidad falsa..

El robo de identidad, el secuestro de cuentas de correos, de cuentas bancarias, la estafa por correo, son una realidad que se une a otras modalidades del crimen organizado (pornografía infantil, trata de personas, etc,) y se tornan en métodos delictivos presentes en todas las comunidades y redes  sociales de Internet. 

Con esto podríamos ingresar al amplio nivel de riesgo en las redes,  que buscando clasificarlas por su finalidad podríamos diferenciarlas en 1) no dañinas, que comprenden las identidades falsas, no autenticas y las que dicen ser anónimas, cuyos casos van desde un niño que falsifica su identidad para tener acceso a juegos hasta el del adulto que lo hace con otros propósitos.

Y de ahí pasamos al nivel 2) cuyo fin es la manipulación de opiniones, que van desde el asemejar tal o cual postura en las columnas de artículos de algunos diarios y proteger a los columnistas de comentarios críticos, hasta los que promueven propuestas política en encuestas para dar una idea de aceptación generalizada.

Y llegamos al nivel 3) al nivel dañino que incluye las identidades creadas para el delito cibernético, como cometer un fraude, hurtar una identidad o diseminar spam y de otras modalidades que están siendo utilizados con fines más oscuros, como los del crimen organizado (para captar personas con fines de prostitución, trata de personas, trafico de drogas)..

Las conclusiones son claras, no existe una solución para los riesgos que representan las identidades en las redes sociales, mientras un miembro de su red  no este identificado plenamente, podría ser alguien falso. Los consejos prioritarios apuntan a no creer en desconocidos, no aceptar servicios del  otro lado de la línea y a tomar nuestras propias precauciones.

La experiencia nos muestra el peligro en las redes públicas que han participado en los “movimientos de protesta y revueltas” en diversos países del mundo. De entre todos, algunos grupos han promovido la violencia generalizada (ataques a embajadas en el medio oriente), han creado situaciones para ahondar la inestabilidad con el gobierno (disparos y víctimas en Egipto), han llevado a cabo saqueo y vandalismo (protestas de Londres), y hasta ha servido para cometer atentados terroristas (maratón Estados Unidos).

Debemos considerar que las redes son diferentes en Latinoamérica
Si bien, las investigaciones demuestran que las redes y grupos con un atractivo o interés común, aún teniendo a sus miembros distantes unos de otros, se organizan, se definen y actúan rápida y uniformemente en determinadas situaciones,  debemos considerar que algunos países en Latinoamérica no tienen aún las condiciones de las redes de países desarrollados. En Latinoamérica el acceso a los dispositivos inteligentes y las redes sociales, esta reducido a un sector de población en las principales ciudades y hay una gran parte de la población que no participa.

En el Perú, según Usuarios de Redes Sociales en el Perú [2], al 28 de mayo último existían 9,956,500 millones de cuentas de Facebook (FB) creadas por peruanos. Lo que representa solo un 30% de la población nacional.  En Latinoamérica, es prioritario avanzar hacia una identidad autentica, y tomar en consideración que en las redes publicas, no solo uno  podría estar comunicándose “con nadie”, sino participando en una actividad que representa un riesgo para la propia seguridad. En el Perú, se considera que las redes sociales tiene una participación menor  al 30 % de la población que tiene acceso a las redes.

Lo que si se debe tomar en cuanta son sus experiencias, las concentraciones de las redes sociales actuales en Latinoamérica son como las concentraciones de la población alrededor de las principales ciudades. Un análisis de estas redes podrían dar a conocer las necesidades y apaciguar las expectativas de estos sectores donde están desarrolladas.

Es también aconsejable, aprender del análisis de las redes. Por ejemplo, la diferencia de las identidades de grupos en política, nacionalismo, salud, religión,  educación, lugar de pertenencia, empleo, expectativas de vida, podría facilitar la comprensión y el descarte de algunas variables presentes en los casos de invasiones en las regiones, o en el porque no progresan algunos gobiernos regionales, o en el porque de las diferencias en algunos conflictos, como por ejemplo entre los que dicen “Conga No Va” y los que asientan “Conga Va”.



[1] La hiperconectividad, es descrita como la actividad en el uso de los servicios de las plataformas tecnológicas de Internet (aplicaciones como FB, Twitter, G+) , conjuntamente con el empleo de los dispositivos inteligentes (teléfonos, Ipad, Ipod, etc).
[2] De estas 54.7% pertenecen a hombres y el 45.3% a mujeres. El crecimiento de FB es de 24.7%, con 3.4 millones de usuarios jóvenes.  Sin embargo el grupo de mayor crecimiento es el de 55 a 63 años con un 39.39% de variación con respecto al último año. Algunos datos adicionales colocaban a nuestro país en el octavo puesto en el empleo de la Internet a fines del 2012. 

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