lunes, 16 de junio de 2014

Medicina en Estados Unidos: Matar al paciente para salvarle la vida

Crédito de la Imagen:  Centro Medico de la Universidad de Pittsburgh
Tomado del New York Times
Por KATE MURPHY
Traducción Jorge Contreras

En la imagen, en una simulación, los médicos en Pittsburgh practican un procedimiento que consiste en drenar  la sangre del paciente y sustituirla por agua salada fría.

PITTSBURGH - Los pacientes con trauma que llegan a una sala de emergencia aquí después de recibir un disparo de arma de fuego o una herida con cuchillo, podrían encontrarse pasando por un experimento médico sorprendente.

Los cirujanos le drenaran la sangre y la reemplazaran con agua salada congelada. Sin ritmo cardíaco ni actividad cerebral, los pacientes estarían clínicamente muertos. Y los cirujanos
podrían tratar de salvarles la vida.

Investigadores del Centro Medico de la Universidad de Pittsburg han iniciado un ensayo clínico que toca los límites de la cirugía convencional y para algunos, la ética médica.

Mediante la inducción de hipotermia y la desaceleración del metabolismo en pacientes moribundos, los médicos consideran que dispondrán de  tiempo valioso para curarles las heridas a estas víctimas.

Los científicos nunca han intentado algo parecido en seres humanos, y los pacientes inconscientes, no serían capaces de dar su consentimiento para este procedimiento. De hecho, el centro médico esta proporcionando pulseras gratuitas para los ciudadanos que no quieran participar en estos procedimientos, en caso de que, de alguna manera llegaran a terminar en la sala de emergencias

"Esto es algo que proviene de un ambiente de ciencia ficción del tipo de “Star Wars'", dijo el Dr. Thomas M. Scalea, un especialista en trauma en la Universidad de Maryland. "Si le hubiéramos dicho a la gente que haríamos esto hace unos años atrás, ellos nos habrían pedido que dejáramos de fumar lo que estábamos fumando, porque para cualquiera, habríamos perdido claramente la razón."
 
Imagen: Centro Medico de la Universidad de Pittsburgh
A temperaturas normales del cuerpo, los cirujanos tienen menos de cinco minutos para restablecer el flujo de sangre antes de que ocurra daño cerebral. 

Sumergido en un lago congelado o estando de polizón en el orificio de la rueda de un jumbo jet a 38.000 pies, la gente puede sobrevivir durante horas con poco o nada de oxígeno si sus cuerpos se mantienen fríos. En la década de los 60s, los cirujanos en Siberia empezaron a poner a los bebés en bancos de nieve antes de proporcionarles cirugía cardiaca, mientras mejoraban sus posibilidades de supervivencia.

Los pacientes pasan por una rutina de enfriamiento antes de recibir los procedimientos quirúrgicos que implican detener el corazón. Sin embargo, la llamada hipotermia terapéutica nunca se ha intentado en pacientes afectados por una herida penetrante, y hasta hoy en día, nunca los médicos habían tratado de reemplazar la sangre de estos pacientes en su totalidad con agua salada fría.

En los ensayos, financiados por el Departamento de Defensa, los médicos del centro medico de la Universidad de Pittsburgh desarrollaran el procedimiento sólo con pacientes que llegan a la sala de urgencias con un "traumatismo penetrante catastrófico" y que han perdido tanta sangre que estén con paro cardiaco.

A temperaturas normales del cuerpo, los cirujanos tienen menos de cinco minutos para restablecer el flujo de sangre antes de que ocurra el daño cerebral.

Para el Dr. Samuel A. Tisherman, "En estas situaciones, la posibilidad es que menos de uno de cada 10 sobreviva," y el objetivo de la investigación es "Darle a las personas mayores probabilidades de supervivencia."

El Dr. Tisherman y su equipo insertan una  cánula (tubo) en la aorta del paciente, lavando del sistema circulatorio con una solución salina fría hasta que la temperatura corporal baje a 50 grados Fahrenheit. A medida que el paciente entra en una especie de animación suspendida, sin signos vitales, los cirujanos tendrán tal vez hasta una hora para repararle las lesiones antes de que ocurra el daño cerebral.

Después de la operación, el equipo utilizará una máquina de derivación corazón-pulmón con un intercambiador de calor para devolverle la sangre al paciente. La sangre calentará el cuerpo poco a poco, lo que debería sortear las lesiones que puedan ocurrir cuando el tejido es sometido a oxígeno luego de un periodo de privación.

Si el procedimiento funciona, el corazón del paciente seguirá latiendo cuando la temperatura corporal alcance entre 85 a 90 grados. Sin embargo el recuperar la conciencia le podrá  tomar varias horas o hasta días.

El Dr. Tisherman y sus colegas planean probar la técnica en 10 sujetos, luego revisaran los datos, consideraran cambios en su enfoque, e inscribir a otros 10 más. Por cada paciente que pase la operación, habrá un control y comparación.

El experimento se inició oficialmente en abril y los cirujanos prevén  que verán un paciente calificado por mes.

Puede que el estudio tome un par de años. Citando la naturaleza preliminar de la investigación, el Dr. Tisherman ha evitado declarar si él y sus colegas ya han operado a algún paciente.

Cada vez que lo hagan, estarán entrando en un vacío científico. Los especialistas en ética dicen que es razonable presumir que la mayoría de gente quiere someterse al procedimiento experimental tomando en cuenta que es una alternativa a una muerte casi segura. Pero nadie puede estar seguro del resultado.

El Dr. Arthur L. Caplan, especialista en ética médica de la Universidad de Nueva York, ha afirmado que "Si esto funciona, lo que se habrá hecho es suspender a las personas en condiciones de muertas, para luego traerlas de vuelta a la vida", agrega que "Hay un grave riesgo en el que podrían dejar a la persona sin vida cognitiva, en un estado vegetativo."

Pero los investigadores de varias instituciones dicen que han perfeccionado la técnica en cientos de perros y cerdos durante la última década, y que ahora es conocida como la Preservación y Reanimación, de Emergencia (PRE), en cirugías experimentales .

En los estudios, un 90 por ciento de los animales ha sobrevivido, la mayoría sin deterioro cognitivo discernible, luego del procedimiento, los perros y los cerdos recordaron viejos trucos y fueron capaces de aprender otros nuevas.

El Dr. Hasan B. Alam, jefe de cirugía general del centro medico de la Universidad de Michigan quien ha ayudado a perfeccionar la técnica en cerdos, ha declarado que, "Desde un punto de vista científico, ahora conocemos las tuercas y los tornillos y sabemos como funcionan".

"Es un poco inquietante si uno piensa en todas las posibilidades que podrían suceder, pero siempre es lo mismo cada vez que uno trata de cruzar nuevas fronteras". "Hay que mirar el riesgo y equilibrarlo frente a los beneficios."

Según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el traumatismo es la causa responsable de más años de vidas perdidas, que el cáncer y las enfermedades al corazón juntas, y es la principal causa de muerte en personas hasta los 44 años de edad. Los cirujanos están ansiosos de nuevas técnicas que ayuden a mejorar las probabilidades de sobrevivir en situaciones de emergencia. Los hombres de raza negra, son víctimas desproporcionadas de homicidio, como resultado de la violencia con armas, y de acuerdo con funcionarios del centro médico, la mayoría de pacientes susceptibles a adaptarse a los criterios del estudio en Pittsburgh son varones afroamericanos.

Con el fin de obtener una exención a las normas federales de consentimiento informado, el hospital celebró dos reuniones en el municipio y en el campus universitario, colocó anuncios en los autobuses, y se aseguró de que la noticia se publicara en los periódicos para acceso de todas las minorías de lectores.

Funcionarios publicaron información sobre el estudio en un sitio Web, acutecareresearch.org, y llevaron a cabo una encuesta telefónica en los vecindarios y barrios en  riesgo. Aún así, un taxista, el empleado de una tienda y un guardia de seguridad, todos hombres afro-americanos se acercaron al azar, y  dijeron que nunca habían oído hablar de la prueba, a pesar de que laboran en un radio de un par de kilómetros del hospital.

Tampoco se opusieron. "No tengo problemas con el procedimiento, si salva vidas", dijo Charles Miller, un guardia de seguridad de 52 años de edad.

Según el centro médico, ha la fecha, sólo 14 personas han solicitado pulseras "No EPR",  en las que demandan no someterse al procedimiento.

Casi media docena de hospitales especializados en trauma pueden inscribirse en el estudio y comenzar a probar el procedimiento de hipotermia en pacientes terminales, incluyendo el centro medico de la Universidad de Maryland, en Baltimore.

El Dr. Scalea, quien encabezará el esfuerzo allí, dijo que espera recibir la aprobación regulatoria para fines de este año. El recordó una víctima reciente de arma punzo cortante que murió en la mesa de operaciones.  El Dr. Scalea declaró

"Él podría haber sobrevivido si hubiéramos podido enfriarlo.”

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