domingo, 17 de agosto de 2014

Perú: ¿Un bio-chip resolvería el futuro?

Por Jorge Contrera[1]
El desarrollo científico tecnológico es un hecho y significa cambio. Algunos productos ya están entre nosotros y aún no se adoptan,  están en experimentación, en animales, en objetos de uso diario. Si de algo podemos estar seguros,  es que el prototipo de un bio-chip insertado en humanos acabará con la privacidad y rebasará los alcances y vacios que cubren los teléfonos móviles y las redes sociales, tanto así que significará la quiebra y bancarrota de industrias completas. En el otro extremo, como toda invención humana también causará daño.  

Miniaturización y consumo…
La empresa IBM presentó en la revista “Science” un proyecto de seis años, veinte colaboradores, ocho laboratorios y fábricas, cinco universidades y una empresa de reciente creación, además del gigante surcoreano Samsung: un chip inspirado por el cerebro humano  fabricado con intención de llevar un paso más allá la capacidad de los ordenadores modernos.  De momento está batiendo todos los récords de la compañía en cuanto a miniaturización y consumo.

Lectura de las funciones en sistemas humanos…
Un equipo de investigadores de la “Escuela Woodruff” de Ingeniería Mecánica del Instituto
de Tecnología en Georgia  ha publicado un trabajo sobre un nuevo dispositivo miniaturizado que permite obtener imágenes en 3D desde el interior del cuerpo humano, viajando por las arterias y vasos sanguíneos.

Sensores y comunicación externa…
Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana han desarrollado un dispositivo con sensores que se implanta bajo la piel y que realiza un análisis de ciertas sustancias presentes en el cuerpo. Esto puede evitar los análisis de sangre convencionales en algunos casos –por ejemplo entre los pacientes en quimioterapia que requieren de monitorización continua– y, lo más interesante, esa información está siempre disponible a través de una conexión Bluetooth y de la red. 

Sensores se complementan con dispositivos móviles y redes…
Así mismo, monitorear lo que le pasa al cuerpo se ha vuelto una manía en Silicon Valley, California. Numerosos entusiastas llevan hasta dos o tres brazaletes para tener un estricto control de su presión arterial las 24 horas. Esos dispositivos usan sensores que cuentan la cantidad de pasos que ha dado el usuario (el índice recomendado es de 10.000 por día, es decir, ocho kilómetros). En todo el valle californiano, nuevas empresas se apresuran a aprovechar la euforia en torno de esta tecnología. Están adaptando los aparatos para medir las funciones del cuerpo a los teléfonos inteligentes, con el fin de producir un flujo de datos que podría -o no- ser útil para médicos y especialistas si estos tuvieran tiempo de procesarlos. Ya hay decenas de start-ups, quizás centenares.

¿Solo fines médicos?, vamos, vamos, creemos que no…
Si bien un bio-chip en humanos podría facilitar tareas preventivas y de control “medico”, debemos considerar que esta tecnología influenciara notablemente procedimientos de identidad-identificación, localización, salud, comunicación externa, actividades diarias y comunicaciones del usuario, y podrá ser empleado externamente, o implantado, digamos en un diente, inyectado debajo de la epidermis, o hasta en un marcapasos y podrá servir para un sinfin de finalidades.

Caso Inmigraciones y Actividades financieras…
Un bio-chip podría asemejar a los chip insertados en los pasaportes,  tarjetas de crédito y las personas podrían andar seguras por las calles, hacer sus compras y viajar si necesidad de mayores demandas de tramites.

Control de bebes, menores y adolescentes…
Los padres sabrían donde están sus hijos y las autoridades podrían conocer su ubicación. Disminuirían los accidentes por niños abandonados descuidadamente.

Deslealtad-Infidelidad…
Simplemente estas posibilidad podrían ser detectados.

Idos, Desaparecidos, Perdidos, Fugados, secuestrados…
Las posibilidades serían inimaginables, si bien podría resolver el problema de control de pacientes, historias clínicas, antecedentes alérgicos, etc, permitiría encontrar a cualquier persona perdida en las calles. Al igual que hoy se hace con animales en el océano y tierra,  también podríamos encontrar a  personas, como en el caso de la tercera edad en personas con enfermedad senil, alzheimer, esquizofrenia, insomnes, o casos más delicados como de secuestrados por ejemplo.

Espionaje industrial…
Negativamente, el espionaje industrial sería sencillo y simple, un implante podría resolver  dudas sobre todo tipo de conversaciones, actividades y comunicaciones.

Delincuencia…
Solucionaría necesidades indispensables de investigaciones, en casos de accidentes aéreos, desastres, así como en escenarios de crimen, facilitando identidad, identificación, localización de victimas o infractores, y registros en memoria consiguientes.

La reflexión final que queda…
¿Estamos preparados para está tecnología?
Cada día que queremos asemejarnos más a Dios,
Debemos considerar que podríamos desaparecer, al igual que él.




[1] Jorge A. Contreras Rios, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador, licenciado de las fuerzas armadas, abogado, magíster en ciencias militares, magíster en derecho penal, estudios de doctorado en derecho penal.

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