Según Michael Bryane, columnista de “Law & Crime” en Hong Kong,
durante las elecciones
, la mayoría de candidatos políticos miente, se expresa
con odio, sobre otros candidatos y sobre sus propuestas. Por lo que en algunos
países estarían acudiendo a la legislación, en la forma de “contrato
de confianza”, para evitar las mentiras.
Si bien la idea es buena, consideramos
que en el caso del Perú, en este gobierno en particular, muy a diferencia de
Hong Kong, el gobierno no cuenta con una mayoría, y el mentir provocaría que los
espacios políticos, incluyendo la prensa y la defensoría del pueblo les presten
atención y algunos espacios les cierren las puertas.
Bryane asegura que después de las
elecciones es cuando se comienza a ver las “maniobras deshonestas”, en el caso
del reciente electo Chan Ho tin y el partido nacional de Hong Kong solo se
requeriría que alguien pruebe que ellos, no respaldan la independencia de Hong
Kong y que solo la utilizaron como escusa para llegar al poder; también menciona
como ejemplo, la misma situación en la que incurriría Donald Trump si es que
llegara a presidente en Estados Unidos y no levantará la anunciada pared de
separación con México, muy aparte de que esta obra no cuenta con apoyo popular
y es ilegal e inconstitucional.
Agrega Bryane que 17 estados de los
Estados Unidos están pasando legislación (aún inconstitucional) en contra de la
mentira sobre rivales políticos. Desde aquí, nos alegramos de este caso, quizás
ayude a corregir el caso de las elecciones en Perú, y las declaraciones entre
“oficiales” y “no oficiales” de representantes de una agencia oficial como la
DEA como parte de una campaña de acusaciones de un sector político a otro, a
vista y paciencia de su propio gobierno, al menos eso es lo que parece.
Consideramos que el discurso de entrada
del gobierno en Perú, lleva el implícito reconocimiento de la necesidad de una
intervención armónica en un ambiente político adverso y en desventaja, en el
que se ha medido en su verdadera magnitud a las partes y los principales roles
en conflicto. Para salir adelante, este gobierno posee una fuerza de menor intensidad
que la fuerza que enfrentará. Por ello,
su estrategia está orientada a valores amplios y generales, que todos,
“sirios y troyanos” están dispuestos a aceptar, moralidad, salud, seguridad,
mejor justicia y acciones de efecto terminal en la lucha contra la corrupción.
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