Por Jorge Contreras[1]
“Estándares de Seguridad Privada”. El anuncio del pentágono
muestra nuevos estándares en Defensa y busca, aunque un poco tarde, según los
propios parlamentarios, establecer nuevos estándares para las empresas de
seguridad para tiempos de guerra. Por su parte, autoridades como Karzai, presidente de Afganistán ha dispuesto la
salida de todas las empresas de seguridad de su país, debido a cargos
de "poner en peligro" a las tropas que combaten y por "crear rechazo" a las mismas
operaciones militares.
Por primera vez, el Pentágono a futuro demandará una
serie de certificaciones y estándares
de
parte de las empresas de seguridad en lo relacionado a como llevan a cabo sus
negocios y como operan en otros continentes. El Congreso ya ha dispuesto estos estándares
como parte del proceso de contratación.
La decisión es una respuesta a incidentes trágicos como
el mortal tiroteo de iraquíes desarmados que causara la muerte de catorce
personas y dejara heridos a otros diecisiete en el 2007 por cuatro agentes
de la empresa Blackwater Worlwide, recientemente sentenciados en octubre último.
Durante la guerra de Iraq, se llegó a contratar alrededor
de 50 compañías de seguridad, que administraron a alrededor de 30 mil empleados
(mercenarios) de diferentes nacionalidades.
Ahora el pentágono deja en claro que a futuro, podrán cancelar
los contratos con aquellas compañías que no reúnan los estándares requeridos.
No es de la misma opinión el congresista republicano Christopher Shays, miembro
de la Comisión de Contratos en tiempos de guerra quien afirma
que dichos requerimientos debieron ser establecidos hace mucho tiempo.
Otro problema es que el Pentágono ha adoptado estándares que
el Departamento de Estado no ha tomado. Ahora estos estándares se requieren hasta
para las empresas que protejan al personal diplomático norteamericano alrededor
del mundo. Las demandas de mejores estándares
surgen como imperiosa necesidad como resultados de las guerras en Irak, Afganistán,
y debido a las tensiones en otras regiones.
Según Nick Carter, Mayor General de las Fuerzas Armadas Británicas,
las empresas de seguridad constituyen un problema donde por un lado yace una “cultura
de impunidad” que tarde o temprano hay que enfrentar, donde los reclutas “no
son propiamente investigados” y que al entregárseles armas se aumenta
considerablemente los niveles de peligro.
[1] Jorge
A. Contreras Ríos, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador, licenciado en
ciencias militares, abogado, magíster en ciencias militares, magíster en
derecho penal, estudios de doctorado en derecho penal.
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