Por Jorge Contreras[1]
En “Emociones, Crimen y Justicia”, Susanne karsteadt[2]
hace una notable observación con respecto a las emociones y la Justicia, nos señala
que los dedicados al derecho y a la política “sufrimos a merced de la crítica y
del escrutinio público” porque acostumbrados a que la Justicia sanciona un
crimen de manera fría, apartando lo emocional.
El no considerar que todo crimen, aun los más racionales, vienen acompañados de emociones, al sancionar y solo tomar en cuenta, las normas
trasgredidas, afectamos, a las víctimas, y a quienes van a sentir el efecto de
nuestras decisiones
Entonces se puede entender porque, las leyes no se
corrigen, la reciente destitución de un funcionario anticorrupción, o la dación
de una norma como la reciente ley del Trabajo, que deberían ser el resultado de
un pacto social, causan rechazo, y no se
corrigen. ¿Por qué? Porque han sido recomendadas por quienes creen que estos
objetivos son más importantes que el
clamor de las emociones de las mayorías.
De buenas intenciones está empedrado el
camino al cielo y el infierno
Lo que para unos podría ser una propuesta viable ahora, podría
representar un peligro después. Tomando en cuenta las necesidades y el
populismo, una fuerza laboral juvenil bien podría terminar sirviendo a otros
intereses, tal como lo ejemplarizaron en su momento las juventudes hitlerianas[3],
las kirchnerians y las chavistas[4].
Quienes fueron iniciados de menos a más y fueron orientaron las reivindicaciones
a futuro. Por ello, consideramos que
sería un peligro una ley como la planteada, especialmente con la temporalidad
hasta las próximas elecciones sin ninguna planificación.
Las dudas son mayores…
El Acuerdo Nacional y el Pacto Social son el camino pactado.
Se habla de 260 mil jóvenes, mas no se habla de universitarios, ni jóvenes pudientes,
sino de jóvenes a quienes “no se les está quitando algo”, pues “no tienen nada”[5],
cuya oportunidad es primera. O cuando se
les ofrece: “más de 826 mil jóvenes no tienen beneficios laborales y que la
nueva norma promulgada por Humala Tasso otorga sueldo mínimo, 8 horas diarias o
48 semanal de trabajo, sobretiempo, vacaciones, feriados y sindicalización.”[6]
Se habla de trabajo en el sector privado. ¿Y qué hay del
sector público?.
Como podrán apreciar, en estos comentarios no
hemos tocado un ápice de los derechos laborales referidos a las leyes. Si bien los políticos pueden tener buenas
intenciones, esto se demuestra con leyes planificadas en el tiempo y en el
espacio y se apoyan con una estrategia digamos con mayor sustento.
[1] Jorge
A. Contreras Ríos, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador, licenciado en
ciencias militares, abogado, magíster en ciencias militares, magíster en
derecho penal, estudios de doctorado en derecho penal.
[2] Susanne Karstedt, Ian Loader
and Heather Strang (eds). Emotions,
Crime and Justice, Onãti International Series in Law and Society, Hart
Publishing: Oxford, 2011; 394 pp.: 9781849461610, £50 (hbk)
[3] La
Juventud Hitleriana, conocida en alemán como Hitler-Jugend (HJ), fue fundada en
1926; fue una lógica extensión de la creencia de Hitler que los niños eran el
futuro de la Alemania Nazi. Para 1933 su membresía contaba con 100.000
reclutas. Tan pronto Hitler asumió el poder, todos los demás movimientos
juveniles fueron abolidos, por lo que el HJ creció muy rápidamente, llegando a
4 millones de miembros para 1936. Una nueva ley emitida el 25 de Marzo de 1939,
le hizo saber a los padres que sus hijos les serian quitados y colocados en orfelinatos
si no se enrolaban en el HJ; este mandato convirtió la membresía en la HJ
obligatoria en 1939 para aquellos jóvenes mayores de 17 años, y para el resto
de los jóvenes alemanes mayores de 10 años en 1941. Para 1939, la membresía de
HJ estaba conformada por el 82% (7.3 millones) de los jóvenes del país, lo que
la convirtió en la organización juvenil más grande del mundo. Hitler creía que
había que adoctrinar a los jóvenes con la ideología Nazi desde temprana edad
para así asegurar la continuidad del “Reich por Mil Años.”
[4] El
15 de diciembre del 2010, el presidente venezolano, Hugo Chávez, creó el
“frente de juventudes” socialista al que pidió “luchar a fondo” contra los
“vicios del capitalismo”, que, según él, de forma inevitable afectan al naciente
proceso de cambios que lideraba en el país. En esa oportunidad declaró “El
socialismo venezolano está apenas naciendo, y es imposible que nazca no
contaminado con los vicios del capitalismo que fue inoculado en la sociedad” de
este país, añadió el promotor del llamado socialismo del siglo XXI. Chávez dijo
estas palabras ante una multitud de partidarios suyos, que llegó de todas
partes del país y se reunió frente al palacio de Gobierno, para celebrar el Día
de la Juventud Venezolana.
[5]
Declaraciones del Presidente de la República Ollanta Humala.
[6]
Declaraciones de la presidenta del Partido Nacionalista del Perú
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