Por Jorge Contreras
Sin mucho que pensar, los héroes civiles no requieren del
largo camino del fundamentalismo para dar su vida por otros. Tori Johnson y
Katrina Dawson, dos ciudadanos australianos murieron tratando de aplacar la
amenaza del secuestrador en Sidney, donde la policía de élite tuvo
que irrumpir para traer la situación de vuelta a la normalidad. Desde aquí nos
solidarizamos con estas valerosas acciones.
Las investigaciones están aun en curso. El iraní Man Monis fue identificado como el
secuestrador de unos 17 rehenes en el Lindt Chocolat Café de la zona Martin
Place en Sidney. Morris era un radical iraní que llegó a Australia en 1996 después
de que le fue
concedido asilo político. Cambió su nombre, de Manteghi Bourjerdi, por el de Man Haron Monis y adoptó
el título de jeque Haron. En los últimos años había protagonizado numerosas
protestas contra la intervención militar de Australia en Afganistán, además de
tener una serie de antecedentes penales por violencia y asalto sexual, entre
otros cargos.
Morris armado
ingresó y tomó rehenes en la céntrica cafetería “Lindt Chocolate Café
Australia”
Los Hechos…
Tori Johnson, 34 años, gerente del Lindt Chocolat Café,
aprovechó un momento en el que el secuestrador, el iraní Man Monis, se estaba
quedando dormido para intentar sacarle el arma para dar por terminada la toma.
Monis reaccionó de inmediato y le pegó un tiro. Con el ruido del disparo, y la
imagen de un rehén cayendo al piso, la policía decidió irrumpir en el local.
Katrina Dawson, por su parte, recibió un disparo mortal cuando cubría a su
amiga Julie Taylor, embarazada, en medio del feroz tiroteo entre Monis y la
policía. Un disparo del arma de Monis victimó
a Katrina.
Hoy, durante una ceremonia de plegarias en la catedral
St. Mary's, muy cercana al lugar del drama, al arzobispo Anthony Fisher evocó
el "corazón roto" de la ciudad ante estas dos muertes. "Esta
mañana sobresalieron informaciones respecto al heroísmo de la víctima masculina
[de la toma]", dijo.
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