Con el agradecimiento especial al Departamento de Educación
de la Universidad de Australia del Sur y Organizaciones de Educación Católica.
El método de la Preocupación Compartida (“MPC”) o del interés
común se originó en Suecia, en la
década de 1980, a través de la obra del psicólogo sueco Anatol Pikas, que fue publicada
en 1989. Otros desarrollos también fueron publicados en el 2002. El nombre que
le dio Pikas al método fue de "Método de la Preocupación Compartida",
(en ingles Shared Concern Method abreviado como SMC). Algunos han seguido
utilizando este título, sin embargo, la mayoría de los escritores, incluyendo a
Smith y Sharp (1994), Sullivan (2000), Murphy y Lewers (2000), Rigby (2005b), y
McGrath y Noble (2006), lo llamaron como "el método del interés
común".
Pikas no ha proporcionado manual ni escritos en inglés que
describan en detalle cómo debe ser aplicado el método . Su influencia en
Australia ha sido en gran parte a través de talleres que impartió en Adelaida,
Perth y Melbourne entre 1994 y el 2006. Los autores de estas notas asistieron a
estos talleres y están de acuerdo con las principales características del
enfoque. Sin embargo, se han producido variaciones en la interpretación y
aplicación del Método. Por ejemplo, la organización australiana "Escuelas
Amigas" tuvo la iniciativa de incluir sólo las dos primeras etapas de los procedimientos
(Erceg y Cruz 2008). En el 2007, la empresa Proyectos Prefabricados Producciones
produjo un DVD para capacitar docentes en el uso de este método.
Cabe señalar que el termino “Preocupación Compartida" se
utiliza libremente para referirse a cualquier método en el que un maestro o un consejero
conviene en transmitir a los demás un sentimiento de preocupación a favor de la
víctima de acoso escolar. Por ejemplo, en ocasiones se dice que los practicantes de prácticas restauradoras
expresan su simpatía o preocupación por una víctima como medio para llegar a la
reflexión del daño que el agresor ha cometido. En este estudio no estamos
preocupados por el empleo casual o incidental que se le pueda dar al término,
sino más bien con el método de intervención basado en la obra de Anatol Pikas.
Lo que sigue es un comentario del método, tal como se le
comprende.
Un esbozo del método
El “MPC”es un método no punitivo para hacer frente a los casos
de agresores y víctimas, esta
método está destinado a empoderar, potenciar, a estudiantes que hayan contribuido
con la intimidación o a aquellos que toman conciencia de ella, con la finalidad
de que actúen para resolver este tipo de problemas Se trata de un proceso de
varias etapas, que se inicia con entrevistas individuales para llegar a
reuniones de grupo. Se supone que el acoso escolar es fuertemente influenciado
por las relaciones que los estudiantes tienen entre ellos. Según Pikas, el
creador de este método, este proceso de intervención puede llegar a causar un “cambio”
en la dinámica del grupo, y proporcionar un entorno en el que las partes pueden
participar del proceso de negociación para lograr una solución pacífica y
sostenible.
Condiciones para la
aplicación del “MPC”
El método se puede aplicar en una escuela si se encuentran estas
condiciones:
- Los participantes entienden los principios y procedimientos del método y su empleo cuenta con el apoyo general de la comunidad escolar.
- Si hay un grupo de participantes o miembros entrenados en el procedimiento, trabajan con el método en detalle y siguen los procedimientos recomendados.
- Si los casos seleccionados para su aplicación son aquellos considerados incidentes leves, no graves, con los que se puede lidiar con menor formalidad.
- Si existe participación activa por parte de un grupo de estudiantes que están involucrados en el problema.
En la siguiente descripción del procedimiento y racionalización
del método, por conveniencia, aquellos considerados como los sospechosos de
llevar a cabo el acoso son llamados "los sospechosos de acoso (o de matonería)".
No se pretende dar a entender que los niños así llamados posean alguna cualidad
fija que determine que invariablemente actuaran de manera intimidante. En otras
ocasiones ellos mismos podrían actuar de manera diferente y ayudar a los que
están siendo victimados. El Método de hecho tiene como objetivo empoderarlos, potenciarlos
para que sean parte de una solución a una situación problemática. La persona o personas que están siendo acosadas, intimidados,
se les conocerá como "la
victima". Del mismo modo, no es la intención de que los niños
identificados como victimas de los agresores, posean una calidad fija que
determine que serán siempre víctimas. En otros momentos y en otros contextos,
pueden ser tratadas de manera diferente y pueden estar libres de intimidación o
acoso por parte de los otros. Finalmente,
la persona que implementa y lleva a cabo la intervención se le reconoce
como el "practicante o profesional".
¿Cómo se aplica el
método
El “MPC”implica las siguientes etapas.
A. Los individuos
involucrados en un problema acosador/víctima son identificados.
Se requiere información fiable en relación con:
- La persona o personas que están siendo intimidados o acosados por otro individuo o grupo
- La persona o personas que continuamente participan en la realización del acoso o la intimidación.
La información sobre lo que ha estado ocurriendo es obtenida
a través de observaciones y/o informes que se reciben, en vez de alguien hable
directamente con la victima del acoso. A veces, sin embargo, el niño o el padre
puede reportar el incidente de acoso o intimidación a un miembro del personal.
En tales casos, el niño puede estar en riesgo de venganza por los agresores y
es preciso tomar medidas para asegurar su protección. El riesgo se reduce
cuando se deja en claro a todos los que se preocupan por el caso, que no se pretende castigo o sanción
alguna.
B. Un número de
estudiantes son identificados por haber participado en el acoso, o por haberlo apoyado
de alguna manera.
Cada estudiante es entrevistado, empezando con el cabecilla
(si es que se le conoce). (Bajo ciertas circunstancias, si se desea, otros
estudiantes conscientes del problema - por ejemplo, testigos presenciales -
pueden ser incluidos, ya que a veces pueden jugar un papel importante en la
influencia del acoso o intimidación.) Se ha hecho habitual el diferenciar los
diversos roles que pueden jugar los espectadores, como lo sugiere Salmivalli
(1999) [1].
La entrevista debe llevarse a cabo en privado y sin
interrupciones. La reunión comienza con el entrevistador que invita al estudiante
a sentarse en una silla frente a la suya (sin escritorio de por medio) y desde
la que establece contacto visual antes que la interacción comience. “En estas reuniones individuales con
estudiantes, es importante no hacer ninguna acusación”.
Primero, el practicante
explica su rol - para ayudar a los niños a sentirse seguros en la escuela, y
luego señala que se ha descubierto que un estudiante determinado ha tenido un mal
momento (problema) en la escuela con otros estudiantes. El practicante describe
lo que se ha descubierto acerca de la difícil situación de este estudiante, por
ejemplo, estaba molesto, aislado, o permanecía fuera de la escuela. Una vez que
las preocupaciones del practicante han sido clara y sinceramente transmitidas, se
le pide al estudiante que diga lo que él o ella conoce acerca de está
situación.
Tan pronto como el estudiante ha reconocido cierta
conciencia (no culpa) en relación con lo que ha estado sucediendo, se les
pregunta directamente ¿qué se puede
hacer para ayudar a mejorar la situación?. Se debe tomar en cuenta que el
entrevistador no está tratando de "llegar al fondo del asunto" y
atribuir la culpa, sino producir una respuesta constructiva que ayude a cambiar
la situación.
Por lo general, se hacen sugerencias sobre qué se puede
hacer por el estudiante. Pero si no es así, el practicante puede hacer
sugerencias, que no deben ser difíciles de llevar a cabo. Con una fuerte aprobación
se apoyan las propuestas constructivas, y luego se programa una cita para otra
reunión (con hora acordada) para ver cómo han ido las cosas. Es importante
destacar que en esta reunión no se hacen amenazas ni se da ninguna advertencia.
El resto del grupo de estudiantes por entrevistar son vistos individualmente a
continuación, el procedimiento se volverá a repetir.
Ejemplo de una
posible interacción entre el profesional (P) y un sospechoso de agresión (A)
FASE UNO
Profesional (P): Tengo entendido que Tom [la victima] ha
estado teniendo un problemas en la escuela. Me siento preocupado por él. [P
menciona algunas cosas que sugieren que Tom ha estado teniendo momentos difíciles,
y luego continúa.] Tengo entendido que usted conoce a Tom. [P espera la
confirmación.] ¿Me gustaría que me ayude a entender lo que le ha ocurrido a él?.
¿Qué es lo que has notado de él
últimamente?
El Sospechoso de agresor (A): [pausa larga, en la que P
espera] Bueno, es cierto, el a veces parece que estuviera decaído. Algunos
niños se han estado burlando de él. Así se divierten. Nada grave.
P: Ah, así que
parece que las cosas no son tan buenas para él en este momento.
A: Supongo que
sí.
FASE DOS
Esto puede llevarse a
cabo tan pronto como se conozca que la situación de Tom no es buena.
P: Me pregunto si
puedes pensar en algo que pueda hacer las cosas un poco mejor para Tom (T).
A: [larga pausa]
Bueno, supongo que podría dejar de burlarme de él - como llamarlo por estos
sobrenombres.
P: [con
entusiasmo - no con tristeza] Eso sería excelente. Así que vas a dejar de
burlarte de él. Eso es un buen comienzo. Bueno vamos a reunirnos de nuevo en un
par de días para ver cómo van las cosas.
Gracias por venir y hablar conmigo para ayudar en la situación de Tom.
Te veré más tarde. [P se asegura de negociar
con el estudiante a futuro, con precisión de cuándo y dónde se encontrarán.]
Algunas variaciones
- A puede negar lo que ha pasado. Esto puede ser debido a ignorancia genuina, o probablemente a la intención de no cooperar. (si es que ha escuchado sobre estos programas y tiene temor de estos temas). P puede brevemente cambiar de tema. Si Tom es, o ha sido, parte del grupo de amigos con A o participa en cualquier actividad con el, P puede preguntar acerca de las cosas que hacen juntos, y luego volver a la condición actual de Tom - y como parece estar en estos días . (Esto permite que el estudiante reconozca el cambio ocurrido y reconozca cierta preocupación.) Si no se avanza, puede que sea necesario decir: “Bueno, parece que no has notado lo que sucede o no tienes intención de hablar de eso hoy. Por favor, mantente atento a esta situación – y podemos hablar más tarde “ (Un error común es asumir que el A está involucrado en la conducta de acoso y debe ser presionado para llegar a que reconozca preocupación real para el objetivo. Este método que considera el hacerle sentir a A ¿cómo se sentiría si hubieran sido tratados de igual manera? está mal. El trato de ninguna manera debe inducir a un sentimiento de vergüenza o culpa).
- El acosador puede negar cualquier implicación personal y decir que alguien más ha sido el que acosó a Tom. Uno podría decir: "Bueno, usted tiene cierta influencia con X. Me pregunto si podría hablar un momento con el. El quizás quiera escuchar lo que usted le podría decir.
- 3. estudiante entrevistado puede presionar al practicante a decir ¿por qué han llegado a sospechar de que él o ella es el sospechoso de hacer tal cosa?. Aquí P necesita cuidadosamente explicar que la sospecha no se basa en una denuncia de la víctima, sino más bien en informes de otros (sin especificar) y, de ser posible, son el resultado de la observación personal. P nunca debe entrar en una discusión sobre esto. Deber regresar a su tema principal: es decir, a la parte del mal momento por el que atraviesa Tom y qué se puede hacer al respecto.
C. La victima es
entrevistada.
La victima (T) es entrevistada luego que todos los
sospechosos de agresores han sido entrevistados.
P comienza
explicando su papel y le pregunta ¿cómo
van las cosas?, expresando su preocupación, simpatía y apoyo sobre lo que
ha estado sucediendo. Es importante establecer una relación de confianza. Sin
embargo, “es necesario hacer preguntas para saber si T ha estado haciendo algo
para provocar el acoso escolar” - es decir, actuando como una víctima
provocativa. Es importante destacar que no se debe culpar al estudiante. Esta
línea de interrogatorio debe hacerse con sensibilidad. A menudo, la víctima es
totalmente inocente.
P, da a conocer
que ellos han hablado con los sospechosos de agresores individualmente y se han
comprometido a hacer algunas cosas para mejorar la situación. Luego le pide a T que observe si hay signos de cambio. P, entonces hace arreglos para reunirse
de nuevo con T y ver cómo se van desarrollando
las cosas.
D. días más tarde, se
llevan a cabo reuniones de seguimiento con los A, individualmente (tal como se arregló
previamente).
El objetivo es determinar si algunos de los A han llevado a cabo acciones para
mejorar la situación, como habían prometido. Sólo cuando P está convencido de que se está avanzando, se podrá convocar a una
reunión con todo el grupo completo de A.
E. En la reunión del
grupo de presuntos agresores, a cada miembro se le pide que diga lo que han
hecho para tratar de mejorar la situación.
Esto normalmente tiene el efecto de promover nuevas
interacciones positivas sociales con T.
Es generalmente posible:
“Felicitar “ a los miembros sobre el progreso que se ha
hecho.
“Estar de acuerdo con”(o provocar) una sugerencia de los
miembros del grupo para que T sea
invitado a unirse a ellos para una reunión final y resolver finalmente el
problema.
P debe tener en
cuenta que a veces los miembros del grupo pueden creer que T ha sido, en cierto modo, provocativo o injustificado, y las
concesiones o ajustes pueden requerir de la presencia de T . Por tanto, es sensato discutir cualquier reserva que los A puedan tener acerca de cómo
relacionarse con T, y de ayudarles a
formular un plan o propuesta para T.
P entonces puede
pedir a cada miembro del grupo lo que ellos están dispuestos a decir en la
reunión final. Tal preparación del grupo para esta reunión es esencial.
F. En un breve
encuentro con la victima, él o ella normalmente pueden ser inducidos a unirse
al grupo para una reunión final, con garantías de que se pueda lograr avances en
la reunión.
Sin embargo, si T no
está dispuesto a venir, sus sentimientos y decisión debe ser respetadas.
G. En la reunión con
los A y con la victima presente, en ocasiones llamada “la reunión Cumbre”, los
estudiantes son capacitados por el practicante para expresar sus pensamientos
acerca de cómo desean proceder a resolver el problema.
Por lo general, si los A
han, experimentado un verdadero sentido de preocupación sobre la victima y han
tomado medidas para mejorar las relaciones, la reunión tiene el propósito de
confirmar que el problema ha sido abordado con éxito. P sin embargo puede discutir con los alumnos lo que podrían hacer
si hay una recaída - y hacer hincapié en la necesidad de mantener canales de
comunicación abiertos.
Hay ocasiones en las que cada lado alberga resentimiento.
Esto puede ocurrir cuando T se ha comportado
de manera provocativa y los A
quieren ver un cambio en el comportamiento de T.
Entonces a los A se
les da la oportunidad de presentar su propuesta para el acuerdo, tal como fue
formulada con la ayuda de P en la sesión anterior. (Algunos preparación
para esta reunión también puede haberse llevado a cabo previamente con T.) En esta etapa P juega el papel del mediador. Normalmente, los ajustes tienen
lugar en cada lado. El objetivo es ayudar a los estudiantes a alcanzar un
acuerdo aceptable sobre cómo cada uno se comportará con el otro en el futuro.
Esto puede (si se considera necesario) tomar la forma de un contrato escrito
que todos firmen.
Los puntos más destacados con respecto al “MPC” son:
- El “MPC”es un enfoque para tratar los casos de acoso escolar que benefician tanto a la victima de intimidación o acoso y a la persona o personas que realizan el acoso o la intimidación.
- Es una aproximación con una "solución enfocada en el cambio", es decir, el énfasis está en lograr cambios deseables en los participantes en lugar de descubrir quién es el culpable y la aplicación de sanciones.
- Se supone que quienes se dedican al acoso o la intimidación son típicamente (no siempre) insensibles al daño o la magnitud del daño que están haciendo a sus victimas. Esta insensibilidad es comúnmente debido en parte a su participación en un grupo que parece dar legitimidad a estas actividades de intimidación o acoso y les impide sentirse personalmente responsable de los resultados.
- Lo qué obtienen principalmente a través del acoso o la intimidación es la sensación de ser parte de un grupo que se está "divirtiendo", lo que refuerza su conexión con los demás y aumenta su autoestima colectiva.
- También puede haber un poco de aprensión por parte de algunos de los estudiantes en el sentido que podrían ser blanco de intimidación por el líder o los demás si ellos no participan en la intimidación. El practicante debe tener en cuenta esta posibilidad. Sin embargo, por lo general no es útil plantear este asunto con el o los estudiantes involucrados.
- Como individuos, los acosadores se sienten comúnmente incómodos con lo que hacen. En un cierto nivel, a veces les gustaría que el acoso se detenga.
- Una actitud hostil por parte de la figura con autoridad tal como del practicante o del profesional o del docente, es probable que aumente el deseo de continuar con el acoso o la intimidación y unirse a los acosadores con más fuerza. Por lo tanto cualquier acusación podría ser contraproducente.
- Es probable que trabajar inicialmente con individuos provoque una respuesta más positiva que trabajar con ellos en grupo. A menudo los estudiantes en grupos tienden a esconder sus “rangos” y a “esconderse detrás de otros”, además que en grupo la situación es más difícil de controlar.
- Aunque el método implica un enfoque de “no culpar” o “no sancionar”, de ninguna manera se trata de excusar o tolerar el acoso o la intimidación. De hecho, es bastante directa y de confrontación. Se insta encarecida y directamente y se espera por una respuesta responsable.
- Habiendo hecho todos individualmente promesas al practicante significa generalmente que los miembros del grupo de acoso o intimidación no hablaran entre sí acerca de lo que ha ocurrido. Con ello, la influencia del grupo se debilitaría.
- La supervisión estricta de lo que sobreviene después de promesas o compromisos es absolutamente esencial.
- 12. Si es posible, se debe evitar entrevistar primero a la victima , ya que si los agresores sospechan que la victima ha informado de ellos, él o ella estará en peligro. En algunos casos la victima ha informado ya y por lo tanto tendrá que ser protegida. El objetivo es más seguro si los acosadores entienden que ningún castigo va a ser aplicado.
- Los estudiantes victimados no siempre son "inocentes", y es importante entender lo que podrían haber estado haciendo para provocar el acoso escolar. En algunos casos, es necesario trabajar directamente con la victima en el cambio de algunas formas provocativas de comportarse.
- Es importante ver a todo el grupo de presuntos agresores juntos, pero sólo después de que el progreso ha sido claramente realizado y se ha mejorado la situación. El objetivo de esta reunión en grupo es dar a conocer públicamente lo que han hecho para ayudar a la situación, para felicitarlos, y (si es necesario) para trabajar cualquier problema residual que se mantenga en el grupo.
- Una buena planificación y preparación para la reunión final es esencial. ¿Dónde hay cuestiones sin resolver, por ejemplo, cuando la victima es vista como un provocador del acoso o la intimidación, los .acosadores pueden ser alentados a formular una propuesta razonable para llegar a una solución. En la etapa final el practicante tendrá que desempeñar el papel de mediador.
- En esencia, el método tiene como objetivo producir cambios deseables en las actitudes y el comportamiento de los estudiantes que han acosado o intimidado a través de una modificación de la dinámica del grupo con el que se identifican.
- Aunque el objetivo es volver a individualizara los acosadores, la idea no es "romper" los grupos (los estudiantes tienen el derecho a disfrutar del estar en un grupo) pero con el tiempo deben cambiar sus actitudes y comportamientos hacia una meta y otros objetivos potenciales.
- El tiempo tomado para alcanzar una solución al problema puede variar, a veces no duran más de varios días. A veces se necesita repetidas reuniones y puede extenderse durante semanas. El método tiene como objetivo producir una solución estable al problema y esto se puede lograr mejor mediante la implementación de cada etapa del procedimiento. A la larga esto ahorra tiempo que de otro modo tendría que demandar el emplear mas tiempo para atender conflictos recurrentes, sin resolver aquellos que involucran a los estudiantes.
- Se considera conveniente que los participantes en el proceso puedan ser interrogados nuevamente unas semanas más tarde para descubrir cómo se sentían acerca de su participación y si el acoso o la intimidación realmente se había detenido.
Relación entre el “MPC”y
otros métodos de intervención
El “MPC” se diferencia radicalmente de la forma más
ampliamente utilizada para tratar los casos de acoso escolar, es decir, del “enfoque
tradicional de disciplina”. Lo más sorprendente, es que trata de resolver los
casos de acoso escolar sin el uso del castigo o sanción. En este sentido, es
similar a las prácticas restauradoras y al Método del Grupo de Apoyo (Robinson
y Maines, 1997).
Difiere fundamentalmente de las prácticas restauradoras en
no trata de inducir o tomar ventaja del sentimiento de remordimiento en el
agresor como un paso para hacer que el "malhechor" actúe de manera
restauradora y lograr una relación satisfactoria con la persona que ha sido
victima de sus ataques. En lugar de "remordimiento", este método trata
de cultivar un sentido de "empatía" con la victima.
Se diferencia también en destacar que las soluciones
duraderas al problema de la intimidación se pueden lograr mejor mediante el uso
de las reuniones de grupos que involucran a los estudiantes que han participado
en los incidentes acosador/ víctima. Se diferencia también del Método Grupo de
Apoyo en que comienza la preocupación compartida a través de la organización de
una serie de reuniones con individuos sospechosos de acoso a alguien, en vez de
participar en las discusiones de inmediato con un grupo de estudiantes entre
los que se sospecha que estén los agresores. Se supone que trabajar primero con
las personas y luego con los grupos de los involucrados es la manera más
práctica y efectiva de este procedimiento.
La mediación puede formar parte del método, pero sólo
después de que los preparativos adecuados se han realizado con los estudiantes
participantes. Como se expuso anteriormente, la mediación suele ser ineficaz
cuando hay un desequilibrio sustancial de poder entre los agresores y la
victima, pero puede ser eficaz cuando las actitudes de los estudiantes han sido
modificados a través de la experiencia de las primeras participaciones en
reuniones individuales con un experto en la materia, y, posteriormente, con la
participación en discusiones de grupo.
En el transcurso del trabajo con la victima de intimidación,
el enfoque de "fortalecer a la víctima” puede emplearse en algunas circunstancias como parte de
este método. La victima puede ser
ayudada a ser más asertiva y evitar antagonizar con otros innecesariamente. La
victima también puede ser capaz de jugar un papel más positivo y eficaz en el
proceso de mediación. Sin embargo, se reconoce que "el fortalecimiento de
la víctima es sólo una parte del proceso, relevante en algunas circunstancias,
pero no en otras.
Sobre todo, el “MPC” es el único que se encuentra con los
alumnos implicados en el acoso, tanto individualmente como en grupo. Se
reconoce que requiere que los cambios se produzcan tanto a nivel individual
como de grupo. Sutilmente, permite que la dinámica de grupo cambie al punto que
los que han intimidado ya no se sientan motivados para continuar o (y en el
caso de victima ) que esta ya no provoque el acoso escolar
Áreas de aplicación
del método de Preocupación Compartida
En general se reconoce que no todos los casos de acoso
escolar pueden tratarse adecuadamente mediante el método de Preocupación Compartida.
No debe ser utilizado en casos de acoso
muy grave y criminal, ni en los casos en los que el acoso escolar es
relativamente leve, en los que la consejería individual puede ser suficiente.
Cuando el acoso es muy grave, las presiones sobre la escuela suelen ser tales
que las medidas disciplinarias deben tomarse, y en algunos casos hasta la
acción policial. Este método se
considera más apropiado en los casos de niveles de gravedad moderados donde
es posible identificar a un número de estudiantes que se han involucrado en el
acoso escolar como autores, víctimas o testigos.
No siempre es evidente si un acto de intimidación implica la
participación de un grupo. El
establecimiento de la conclusión de si se trata de un "grupo" en
lugar de un "individuo" no es fácil. A veces, incluso la victima puede
no ser consciente de las personas que están fomentando y apoyando la
intimidación y puede pensar que un autor individual es enteramente responsable.
Del mismo modo, una persona que lleva a cabo la intimidación puede pensar en sí
mismo como un actor independiente, incluso cuando la acción está siendo apoyada,
de manera pasiva, por otros. Los reportes producidos por personas probablemente
subestiman la participación de grupos y, a veces puede dar lugar a individuos se
vean erróneamente como autores individuales. Según un estudio australiano en el
que participaron más de 30.000 encuestados de entre 8-18 años en un
cuestionario anónimo, los estudiantes que reportan haber participado en el
acoso escolar son más propensos a informar que han intimidado a otros como
parte del grupo al que pertenecen que como individuos (Rigby 2002, Anexo 3, p. 283). Esto sugiere que cuando el acoso se lleva a
cabo en una escuela por lo general hay un cierto grado de participación de
grupos.
El rango de edad sobre las que el “MPC” puede usarse apropiadamente
aún no se ha determinado. Pikas, el creador del método, ha argumentado que se
adapta mejor a los problemas que implican estudiantes mayores, de secundaria,
sobre la base de que se requiere un mayor nivel de madurez cognitiva por parte
de los participantes. También argumenta que el control de la conducta de los
estudiantes a través de la afirmación de la autoridad del docente, denominado
“sugestión autoritaria “, puede ser mucho más efectiva con estudiantes más
jóvenes, y que la aplicación del “MPC” es más apropiado para trabajar con
alumnos mayores. Esta visión es consistente con los informes de Stevens, de Bourdeaudhuij
y Van Oost (2000) quienes informaron que, en su intervención a gran escala en
Flandes con el tradicional programa de intervención disciplinaria de Olweus, los
resultados más pobres se obtuvieron con estudiantes de más edad. Sin embargo,
hay evidencias de que el “MPC” puede
ser utilizado efectivamente con los estudiantes más jóvenes. Duncan (1996)
informaron que intervenciones exitosas fueron obtenidos utilizando el Método con
niños en el segundo y tercer año de la escuela primaria en Escocia.
Un aspecto importante de la aplicación del “MPC” es en los
casos en que la victima se está comportando de manera provocativa. A diferencia
de la mayoría de los otros métodos, incluyendo el enfoque tradicional
disciplinario, prácticas restauradoras y con el Método del Grupo de Apoyo, no
se presume que la victima sea totalmente "inocente". Se reconoce que
algunos estudiantes parecen provocar respuestas agresivas de otros, consciente
o inconscientemente. De acuerdo con Solberg, Olweus y Endressen (2007) aproximadamente el 15% de las víctimas de
acoso escolar pueden ser clasificados como víctimas provocadoras, con los
niños siendo más propensos que las niñas a adaptarse a esta categoría. En caso
de que exista algún grado de provocación, las reacciones de los estudiantes que
participan en la intimidación puede parecerle a ellos que estén justificadas.
Sin embargo, cuando las reacciones implican agresión constante y desproporcionada,
el comportamiento de los que son más poderosos sin duda puede ser llamado
“acoso”' y debe ser tratado como tal. Alguna forma de mediación parece entonces
necesaria. Ambas partes necesitan cambiar su comportamiento si es que se quiere
establecer o restaurar armonía. Desafortunadamente, esto es difícil de lograr
cuando hay un desbalance de poderes.
El Método de la Preocupación Compartida es considerado único
en la búsqueda de una solución, frente a estos problemas, a través de reuniones de grupo en los
que la mediación es posible.
Evaluación del método
de Preocupación Compartida
El “MPC” se ha utilizado en programas contra el acoso en
varios países. Estos incluyen Inglaterra (Smith y Sharp, 1994), España (Ortega,
Del Rey & Mora Merchan-2004), Finlandia (Salmivalli et al 2004.) Y
Australia (Peterson & Rigby 1999, Griffiths 2001). Es evidente que el
método es visto como un componente importante en el desarrollo de programas contra
el acoso escolar en todo el mundo. En cada caso, los programas indicados
anteriormente han producido significativas disminuciones en las cifras del abuso
escolar. Sin embargo, el hecho de que los programas contengan otros elementos,
por ejemplo las actividades de apoyo y soporte, impide el atribuirle totalmente
la reducción en la intimidación o acoso exclusivamente al empleo de este método.
Algunos informes publicados se han centrado específicamente
en la eficacia de este método. Los estudios realizados en las escuelas
secundarias de Sheffield, en Inglaterra, revelaron que las disminuciones de
intimidación fueron reportadas por tres de cada cuatro alumnos con los que se
había aplicado el método, y que cinco de cada seis profesores responsables de
emplear el método afirmaron que habían reducido la frecuencia y la gravedad de
la intimidación (Smith & Sharp, 1994). Otro estudio en Escocia dio a
conocer que el método se aplicó con éxito o con mucho éxito en 34 de los 38
casos de niños de entre 7-16 años (Duncan 1996). Más recientemente, Smith (2001)
informó sobre una encuesta en 155 escuelas en toda Inglaterra para descubrir
cómo los profesores evalúan el método de Preocupación Compartida. En una escala
de cinco puntos desde 1 (no satisfecho) a cinco (muy satisfecho), la puntuación
promedio es de 3,9 muy por encima del punto medio de la escala. También algunos
informes del exterior proporcionan indicadores de un éxito considerable cuando
se aplica este método. Estos incluyen resultados nominales siguiendo
aplicaciones específicas así como incluyendo la satisfacción de los practicantes
con su empleo.
En Australia, se ha producido poca evaluación comparativa del
método . El uso del método en una escuela secundaria en Nueva Gales del Sur
parece haber contribuido a una reducción significativa en la percepción de
victimización en el 7 año y fue calificado positivamente por los estudiantes
(Petersen & Rigby 1999).
Informes obtenidos por Griffiths (2001) en el oeste de
Australia provenientes de personal escolar capacitado/psicólogos escolares
utilizando el método indican tasas de éxito superiores entre los 85 y100% en
las escuelas primarias y secundarias. Esto sugiere que el método podría tener
un alto índice de éxito en Australia, pero se requiere un estudio más claro y específico
antes de esa afirmación pueda ser
firmemente aceptada.
Por último, las evaluaciones del método hasta ahora han sido
simplemente informes sobre la percepción de "éxito" del proceso.
Ningún estudio ha examinado en detalle la forma como este método es aplicado y
qué problemas surgen cuando los profesionales lo emplean.
[1] Los roles
pueden ser: Los Cabecillas, que son estudiantes que lideran su grupo social y
tienen una apreciación exagerada de su popularidad; Los Asistentes, que son los
mejores amigos y apoyo activo de los cabecillas; los Reforzadores o coludidos,
que participan en gran parte del acoso siguiendo a los cabecillas y asistentes,
pasan rumores, efectúan el acoso y en ocasiones actúan anónimamente; Los Defensores,
que son estudiantes que durante los hechos de acoso salen en defensa de aquellos
que están siendo victimados; y los Foráneos, testigos durante el acoso
que apoyan o rechazan el acto dependiendo del tipo de acciones que sean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario