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viernes, 15 de febrero de 2013

Acoso Escolar, el método de la Preocupación Compartida


Con el agradecimiento especial al Departamento de Educación de la Universidad de Australia del Sur y Organizaciones de Educación Católica.

El método de la Preocupación Compartida (“MPC”) o del interés común se originó en Suecia,  en la década de 1980, a través de la obra del psicólogo sueco Anatol Pikas, que fue publicada en 1989. Otros desarrollos también fueron publicados en el 2002. El nombre que le dio Pikas al método fue de "Método de la Preocupación Compartida", (en ingles Shared Concern Method abreviado como SMC). Algunos han seguido utilizando este título, sin embargo, la mayoría de los escritores, incluyendo a Smith y Sharp (1994), Sullivan (2000), Murphy y Lewers (2000), Rigby (2005b), y McGrath y Noble (2006), lo llamaron como "el método del interés común".

Pikas no ha proporcionado manual ni escritos en inglés que describan en detalle cómo debe ser aplicado el método . Su influencia en Australia ha sido en gran parte a través de talleres que impartió en Adelaida, Perth y Melbourne entre 1994 y el 2006. Los autores de estas notas asistieron a estos talleres y están de acuerdo con las principales características del enfoque. Sin embargo, se han producido variaciones en la interpretación y aplicación del Método. Por ejemplo, la organización australiana "Escuelas Amigas" tuvo la iniciativa de incluir sólo las dos primeras etapas de los procedimientos (Erceg y Cruz 2008). En el 2007, la empresa Proyectos Prefabricados Producciones produjo un DVD para capacitar docentes en el uso de este método.

Cabe señalar que el termino “Preocupación Compartida" se utiliza libremente para referirse a cualquier método en el que un maestro o un consejero conviene en transmitir a los demás un sentimiento de preocupación a favor de la víctima de acoso escolar. Por ejemplo, en ocasiones  se dice que los practicantes de prácticas restauradoras expresan su simpatía o preocupación por una víctima como medio para llegar a la reflexión del daño que el agresor ha cometido. En este estudio no estamos preocupados por el empleo casual o incidental que se le pueda dar al término, sino más bien con el método de intervención basado en la obra de Anatol Pikas.

Lo que sigue es un comentario del método, tal como se le comprende.

Un esbozo del método
El “MPC”es un método no punitivo para hacer frente a los casos de agresores y víctimas,  esta método está destinado a empoderar, potenciar, a estudiantes que hayan contribuido con la intimidación o a aquellos que toman conciencia de ella, con la finalidad de que actúen para resolver este tipo de problemas Se trata de un proceso de varias etapas, que se inicia con entrevistas individuales para llegar a reuniones de grupo. Se supone que el acoso escolar es fuertemente influenciado por las relaciones que los estudiantes tienen entre ellos. Según Pikas, el creador de este método, este proceso de intervención puede llegar a causar un “cambio” en la dinámica del grupo, y proporcionar un entorno en el que las partes pueden participar del proceso de negociación para lograr una solución pacífica y sostenible.

Condiciones para la aplicación del “MPC”
El método se puede aplicar en una escuela si se encuentran estas condiciones:
  1. Los participantes entienden los principios y procedimientos del método  y su empleo cuenta con el apoyo general de la comunidad escolar.
  2. Si hay un grupo de participantes o miembros entrenados en el procedimiento, trabajan con el método en detalle y siguen los procedimientos recomendados.
  3. Si los casos seleccionados para su aplicación son aquellos considerados incidentes leves, no graves, con los que se puede lidiar con menor formalidad.
  4. Si existe participación activa por parte de un grupo de estudiantes que están involucrados en el problema.


En la siguiente descripción del procedimiento y racionalización del método, por conveniencia, aquellos considerados como los sospechosos de llevar a cabo el acoso son llamados "los sospechosos de acoso (o de matonería)". No se pretende dar a entender que los niños así llamados posean alguna cualidad fija que determine que invariablemente actuaran de manera intimidante. En otras ocasiones ellos mismos podrían actuar de manera diferente y ayudar a los que están siendo victimados. El Método de hecho tiene como objetivo empoderarlos, potenciarlos para que sean parte de una solución a una situación problemática. La persona  o personas que están siendo acosadas, intimidados, se les conocerá como  "la victima". Del mismo modo, no es la intención de que los niños identificados como victimas de los agresores, posean una calidad fija que determine que serán siempre víctimas. En otros momentos y en otros contextos, pueden ser tratadas de manera diferente y pueden estar libres de intimidación o acoso por parte de los otros. Finalmente,  la persona que implementa y lleva a cabo la intervención se le reconoce como el "practicante o profesional".

¿Cómo se aplica el método

El “MPC”implica las siguientes etapas.

A. Los individuos involucrados en un problema acosador/víctima son identificados.
Se requiere información fiable en relación con:
  • La persona o personas que están siendo intimidados o acosados por otro individuo o grupo
  • La persona o personas que continuamente participan en la realización del acoso o la intimidación.


La información sobre lo que ha estado ocurriendo es obtenida a través de observaciones y/o informes que se reciben, en vez de alguien hable directamente con la victima del acoso. A veces, sin embargo, el niño o el padre puede reportar el incidente de acoso o intimidación a un miembro del personal. En tales casos, el niño puede estar en riesgo de venganza por los agresores y es preciso tomar medidas para asegurar su protección. El riesgo se reduce cuando se deja en claro a todos los que se preocupan por el caso,  que no se pretende castigo o sanción alguna.

B. Un número de estudiantes son identificados por haber participado en el acoso, o por haberlo apoyado de alguna manera.
Cada estudiante es entrevistado, empezando con el cabecilla (si es que se le conoce). (Bajo ciertas circunstancias, si se desea, otros estudiantes conscientes del problema - por ejemplo, testigos presenciales - pueden ser incluidos, ya que a veces pueden jugar un papel importante en la influencia del acoso o intimidación.) Se ha hecho habitual el diferenciar los diversos roles que pueden jugar los espectadores, como lo sugiere Salmivalli (1999) [1].

La entrevista debe llevarse a cabo en privado y sin interrupciones. La reunión comienza con el entrevistador que invita al estudiante a sentarse en una silla frente a la suya (sin escritorio de por medio) y desde la que establece contacto visual antes que la interacción comience. “En estas reuniones individuales con estudiantes, es importante no hacer ninguna acusación”.

Primero, el practicante explica su rol - para ayudar a los niños a sentirse seguros en la escuela, y luego señala que se ha descubierto que un estudiante determinado ha tenido un mal momento (problema) en la escuela con otros estudiantes. El practicante describe lo que se ha descubierto acerca de la difícil situación de este estudiante, por ejemplo, estaba molesto, aislado, o permanecía fuera de la escuela. Una vez que las preocupaciones del practicante han sido clara y sinceramente transmitidas, se le pide al estudiante que diga lo que él o ella conoce acerca de está situación.

Tan pronto como el estudiante ha reconocido cierta conciencia (no culpa) en relación con lo que ha estado sucediendo, se les pregunta directamente ¿qué se puede hacer para ayudar a mejorar la situación?. Se debe tomar en cuenta que el entrevistador no está tratando de "llegar al fondo del asunto" y atribuir la culpa, sino producir una respuesta constructiva que ayude a cambiar la situación.

Por lo general, se hacen sugerencias sobre qué se puede hacer por el estudiante. Pero si no es así, el practicante puede hacer sugerencias, que no deben ser difíciles de llevar a cabo. Con una fuerte aprobación se apoyan las propuestas constructivas, y luego se programa una cita para otra reunión (con hora acordada) para ver cómo han ido las cosas. Es importante destacar que en esta reunión no se hacen amenazas ni se da ninguna advertencia. El resto del grupo de estudiantes por entrevistar son vistos individualmente a continuación, el procedimiento se volverá a repetir.

Ejemplo de una posible interacción entre el profesional (P) y un sospechoso de agresión (A)

FASE UNO
Profesional (P): Tengo entendido que Tom [la victima] ha estado teniendo un problemas en la escuela. Me siento preocupado por él. [P menciona algunas cosas que sugieren que Tom ha estado teniendo momentos difíciles, y luego continúa.] Tengo entendido que usted conoce a Tom. [P espera la confirmación.] ¿Me gustaría que me ayude a entender lo que le ha ocurrido a él?. ¿Qué  es lo que has notado de él últimamente?

El Sospechoso de agresor (A): [pausa larga, en la que P espera] Bueno, es cierto, el a veces parece que estuviera decaído. Algunos niños se han estado burlando de él. Así se divierten. Nada grave.

P: Ah, así que parece que las cosas no son tan buenas para él en este momento.
A: Supongo que sí.

FASE DOS
Esto puede llevarse a cabo tan pronto como se conozca que la situación de Tom no es buena.

P: Me pregunto si puedes pensar en algo que pueda hacer las cosas un poco mejor para Tom (T).

A: [larga pausa] Bueno, supongo que podría dejar de burlarme de él - como llamarlo por estos sobrenombres.

P: [con entusiasmo - no con tristeza] Eso sería excelente. Así que vas a dejar de burlarte de él. Eso es un buen comienzo. Bueno vamos a reunirnos de nuevo en un par de días para ver cómo van las cosas.  Gracias por venir y hablar conmigo para ayudar en la situación de Tom. Te veré más tarde. [P se asegura de negociar con el estudiante a futuro, con precisión de cuándo y dónde se encontrarán.]

Algunas variaciones
  1. A puede negar lo que ha pasado. Esto puede ser debido a ignorancia genuina, o probablemente a la intención de no cooperar. (si es que ha escuchado sobre estos programas y tiene temor de estos temas). P puede brevemente cambiar de tema. Si Tom es, o ha sido, parte del grupo de amigos con A o participa en cualquier actividad con el, P puede preguntar acerca de las cosas que hacen juntos, y luego volver a la condición actual de Tom - y como parece estar en estos días . (Esto permite que el estudiante reconozca el cambio ocurrido y reconozca cierta preocupación.) Si no se avanza, puede que sea necesario decir: “Bueno, parece que no has notado lo que sucede o no tienes intención de hablar de eso hoy. Por favor, mantente atento a esta situación – y  podemos hablar más tarde “ (Un error común es asumir que el A está involucrado en la conducta de acoso y debe ser presionado para llegar a que reconozca preocupación real para el objetivo. Este método que considera el hacerle sentir a A ¿cómo se sentiría si hubieran sido tratados de igual manera? está mal. El trato de ninguna manera debe inducir a un sentimiento de vergüenza o culpa).
  2. El acosador puede negar cualquier implicación personal y decir que alguien más ha sido el que acosó a Tom. Uno podría decir: "Bueno, usted tiene cierta influencia con X. Me pregunto si podría hablar un momento con el. El quizás quiera escuchar lo que usted le podría decir.
  3. 3. estudiante entrevistado puede presionar al practicante a decir ¿por qué han llegado a sospechar de que él o ella es el sospechoso de hacer tal cosa?. Aquí P necesita cuidadosamente explicar que la sospecha no se basa en una denuncia de la víctima, sino más bien en informes de otros (sin especificar) y,  de ser posible, son el resultado de la observación personal. P nunca debe entrar en una discusión sobre esto. Deber regresar a su tema principal: es decir, a la parte del mal momento por el que atraviesa Tom y qué se puede hacer al respecto.


C. La victima es entrevistada.
La victima (T) es entrevistada luego que todos los sospechosos de agresores han sido entrevistados.

P comienza explicando su papel y le pregunta ¿cómo van las cosas?, expresando su preocupación, simpatía y apoyo sobre lo que ha estado sucediendo. Es importante establecer una relación de confianza. Sin embargo, “es necesario hacer preguntas para saber si T ha estado haciendo algo para provocar el acoso escolar” - es decir, actuando como una víctima provocativa. Es importante destacar que no se debe culpar al estudiante. Esta línea de interrogatorio debe hacerse con sensibilidad. A menudo, la víctima es totalmente inocente.

P, da a conocer que ellos han hablado con los sospechosos de agresores individualmente y se han comprometido a hacer algunas cosas para mejorar la situación. Luego le pide a T que observe si hay signos de cambio. P, entonces hace arreglos para reunirse de nuevo con T y ver cómo se van desarrollando las cosas.

D. días más tarde, se llevan a cabo reuniones de seguimiento con los A, individualmente (tal como se arregló previamente).

El objetivo es determinar si algunos de los A han llevado a cabo acciones para mejorar la situación, como habían prometido. Sólo cuando P está convencido de que se está avanzando, se podrá convocar a una reunión con todo el grupo completo de A.

E. En la reunión del grupo de presuntos agresores, a cada miembro se le pide que diga lo que han hecho para tratar de mejorar la situación.
Esto normalmente tiene el efecto de promover nuevas interacciones positivas sociales con T.

Es generalmente posible:
“Felicitar “ a los miembros sobre el progreso que se ha hecho.
“Estar de acuerdo con”(o provocar) una sugerencia de los miembros del grupo para que T sea invitado a unirse a ellos para una reunión final y resolver finalmente el problema.

P debe tener en cuenta que a veces los miembros del grupo pueden creer que T ha sido, en cierto modo, provocativo o injustificado, y las concesiones o ajustes pueden requerir de la presencia de T . Por tanto, es sensato discutir cualquier reserva que los A puedan tener acerca de cómo relacionarse con T, y de ayudarles a formular un plan o propuesta para T.
P entonces puede pedir a cada miembro del grupo lo que ellos están dispuestos a decir en la reunión final. Tal preparación del grupo para esta reunión es esencial.

F. En un breve encuentro con la victima, él o ella normalmente pueden ser inducidos a unirse al grupo para una reunión final, con garantías de que se pueda lograr avances en la reunión.

Sin embargo, si T no está dispuesto a venir, sus sentimientos y decisión debe ser respetadas.

G. En la reunión con los A y con la victima presente, en ocasiones llamada “la reunión Cumbre”, los estudiantes son capacitados por el practicante para expresar sus pensamientos acerca de cómo desean proceder a resolver el problema.

Por lo general, si los A han, experimentado un verdadero sentido de preocupación sobre la victima y han tomado medidas para mejorar las relaciones, la reunión tiene el propósito de confirmar que el problema ha sido abordado con éxito. P sin embargo puede discutir con los alumnos lo que podrían hacer si hay una recaída - y hacer hincapié en la necesidad de mantener canales de comunicación abiertos.

Hay ocasiones en las que cada lado alberga resentimiento. Esto puede ocurrir cuando T se ha comportado de manera provocativa y los A quieren ver un cambio en el comportamiento de T.
Entonces a los A se les da la oportunidad de presentar su propuesta para el acuerdo, tal como fue formulada con la ayuda de P en la sesión anterior. (Algunos preparación para esta reunión también puede haberse llevado a cabo previamente con T.) En esta etapa P juega el papel del mediador. Normalmente, los ajustes tienen lugar en cada lado. El objetivo es ayudar a los estudiantes a alcanzar un acuerdo aceptable sobre cómo cada uno se comportará con el otro en el futuro. Esto puede (si se considera necesario) tomar la forma de un contrato escrito que todos firmen.

Los puntos más destacados con respecto al “MPC” son:
  1. El “MPC”es un enfoque para tratar los casos de acoso escolar que benefician tanto a la victima de intimidación o acoso y a la persona o personas que realizan el acoso o la intimidación.
  2. Es una aproximación con una "solución enfocada en el cambio", es decir, el énfasis está en lograr cambios deseables en los participantes en lugar de descubrir quién es el culpable y la aplicación de sanciones.
  3. Se supone que quienes se dedican al acoso o la intimidación son típicamente (no siempre) insensibles al daño o la magnitud del daño que están haciendo a sus victimas.  Esta insensibilidad es comúnmente debido en parte a su participación en un grupo que parece dar legitimidad a estas actividades de intimidación o acoso y les impide sentirse personalmente responsable de los resultados.
  4. Lo qué obtienen principalmente a través del acoso o la intimidación es la sensación de ser parte de un grupo que se está "divirtiendo", lo que refuerza su conexión con los demás y aumenta su autoestima colectiva.
  5. También puede haber un poco de aprensión por parte de algunos de los estudiantes en el sentido que podrían ser blanco de intimidación  por el líder o los demás si ellos no participan en la intimidación. El practicante debe tener en cuenta esta posibilidad. Sin embargo, por lo general no es útil plantear este asunto con el o los estudiantes involucrados.
  6. Como individuos, los acosadores se sienten comúnmente incómodos con lo que hacen. En un cierto nivel, a veces les gustaría que el acoso se detenga.
  7. Una actitud hostil por parte de la figura con autoridad tal como del practicante  o del profesional o del docente, es probable que aumente el deseo de continuar con el acoso o la intimidación y unirse a los acosadores con más fuerza. Por lo tanto cualquier acusación podría ser contraproducente.
  8.  Es probable que trabajar  inicialmente con individuos provoque una respuesta más positiva que trabajar con ellos en grupo. A menudo los estudiantes en grupos tienden a  esconder sus “rangos” y a “esconderse detrás de otros”, además que en grupo la situación es más difícil de controlar.
  9. Aunque el método implica un enfoque de “no culpar” o “no sancionar”, de ninguna manera se trata de excusar o tolerar el acoso o la intimidación. De hecho, es bastante directa y de confrontación. Se insta encarecida y directamente y se espera por una respuesta responsable.
  10. Habiendo hecho todos individualmente promesas al practicante significa generalmente que los miembros del grupo de acoso o intimidación no hablaran entre sí acerca de lo que ha ocurrido. Con ello, la influencia del grupo se debilitaría.
  11. La supervisión estricta de lo que sobreviene después de promesas o compromisos es absolutamente esencial.
  12. 12. Si es posible, se debe evitar entrevistar primero a la victima , ya que si los agresores sospechan que la victima ha informado de ellos, él o ella estará en peligro. En algunos casos la victima ha informado ya y por lo tanto tendrá que ser protegida. El objetivo es más seguro si los acosadores entienden que ningún castigo va a ser aplicado.
  13. Los estudiantes victimados no siempre son "inocentes", y es importante entender lo que podrían haber estado haciendo para provocar el acoso escolar. En algunos casos, es necesario trabajar directamente con la victima en el cambio de algunas formas provocativas de comportarse.
  14. Es importante ver a todo el grupo de presuntos agresores juntos, pero sólo después de que el progreso ha sido claramente realizado y se ha mejorado la situación. El objetivo de esta reunión en grupo es dar a conocer públicamente lo que han hecho para ayudar a la situación, para felicitarlos, y (si es necesario) para trabajar cualquier problema residual que se mantenga en el grupo.
  15. Una buena planificación y preparación para la reunión final es esencial. ¿Dónde hay cuestiones sin resolver, por ejemplo, cuando la victima es vista como un provocador del acoso o la intimidación, los .acosadores pueden ser alentados a formular una propuesta razonable para llegar a una solución. En la etapa final el practicante tendrá que desempeñar el papel de mediador.
  16. En esencia, el método tiene como objetivo producir cambios deseables en las actitudes y el comportamiento de los estudiantes que han acosado o intimidado a través de una modificación de la dinámica del grupo con el que se identifican.
  17.  Aunque el objetivo es volver a individualizara  los acosadores, la idea no es "romper" los grupos (los estudiantes tienen el derecho a disfrutar del estar en un grupo) pero con el tiempo deben cambiar sus actitudes y comportamientos hacia una meta y otros objetivos potenciales.
  18. El tiempo tomado para alcanzar una solución al problema puede variar, a veces  no duran más de varios días. A veces se necesita repetidas reuniones y puede extenderse durante semanas. El método tiene como objetivo producir una solución estable al problema y esto se puede lograr mejor mediante la implementación de cada etapa del procedimiento. A la larga esto ahorra tiempo que de otro modo tendría que demandar el emplear mas tiempo para atender conflictos recurrentes, sin resolver aquellos que involucran a los estudiantes.
  19. Se considera conveniente que los participantes en el proceso puedan ser interrogados nuevamente unas semanas más tarde para descubrir cómo se sentían acerca de su participación y si el acoso o la intimidación realmente se había detenido.

Relación entre el “MPC”y otros métodos de intervención

El “MPC” se diferencia radicalmente de la forma más ampliamente utilizada para tratar los casos de acoso escolar, es decir, del “enfoque tradicional de disciplina”. Lo más sorprendente, es que trata de resolver los casos de acoso escolar sin el uso del castigo o sanción. En este sentido, es similar a las prácticas restauradoras y al Método del Grupo de Apoyo (Robinson y Maines, 1997).

Difiere fundamentalmente de las prácticas restauradoras en no trata de inducir o tomar ventaja del sentimiento de remordimiento en el agresor como un paso para hacer que el "malhechor" actúe de manera restauradora y lograr una relación satisfactoria con la persona que ha sido victima de sus ataques. En lugar de "remordimiento", este método trata de cultivar un sentido de "empatía" con la victima.

Se diferencia también en destacar que las soluciones duraderas al problema de la intimidación se pueden lograr mejor mediante el uso de las reuniones de grupos que involucran a los estudiantes que han participado en los incidentes acosador/ víctima. Se diferencia también del Método Grupo de Apoyo en que comienza la preocupación compartida a través de la organización de una serie de reuniones con individuos sospechosos de acoso a alguien, en vez de participar en las discusiones de inmediato con un grupo de estudiantes entre los que se sospecha que estén los agresores. Se supone que trabajar primero con las personas y luego con los grupos de los involucrados es la manera más práctica y efectiva de este procedimiento.

La mediación puede formar parte del método, pero sólo después de que los preparativos adecuados se han realizado con los estudiantes participantes. Como se expuso anteriormente, la mediación suele ser ineficaz cuando hay un desequilibrio sustancial de poder entre los agresores y la victima, pero puede ser eficaz cuando las actitudes de los estudiantes han sido modificados a través de la experiencia de las primeras participaciones en reuniones individuales con un experto en la materia, y, posteriormente, con la participación en discusiones de grupo.

En el transcurso del trabajo con la victima de intimidación, el enfoque de "fortalecer a la víctima” puede emplearse  en algunas circunstancias como parte de este método. La victima  puede ser ayudada a ser más asertiva y evitar antagonizar con otros innecesariamente. La victima también puede ser capaz de jugar un papel más positivo y eficaz en el proceso de mediación. Sin embargo, se reconoce que "el fortalecimiento de la víctima es sólo una parte del proceso, relevante en algunas circunstancias, pero no en otras.

Sobre todo, el “MPC” es el único que se encuentra con los alumnos implicados en el acoso, tanto individualmente como en grupo. Se reconoce que requiere que los cambios se produzcan tanto a nivel individual como de grupo. Sutilmente, permite que la dinámica de grupo cambie al punto que los que han intimidado ya no se sientan motivados para continuar o (y en el caso de victima ) que esta ya no provoque el acoso escolar

Áreas de aplicación del método de Preocupación Compartida
En general se reconoce que no todos los casos de acoso escolar pueden tratarse adecuadamente mediante el método de Preocupación Compartida. No debe ser utilizado en casos de acoso muy grave y criminal, ni en los casos en los que el acoso escolar es relativamente leve, en los que la consejería individual puede ser suficiente. Cuando el acoso es muy grave, las presiones sobre la escuela suelen ser tales que las medidas disciplinarias deben tomarse, y en algunos casos hasta la acción policial. Este método se considera más apropiado en los casos de niveles de gravedad moderados donde es posible identificar a un número de estudiantes que se han involucrado en el acoso escolar como autores, víctimas o testigos.

No siempre es evidente si un acto de intimidación implica la participación de un grupo. El establecimiento de la conclusión de si se trata de un "grupo" en lugar de un "individuo" no es fácil. A veces, incluso la victima puede no ser consciente de las personas que están fomentando y apoyando la intimidación y puede pensar que un autor individual es enteramente responsable. Del mismo modo, una persona que lleva a cabo la intimidación puede pensar en sí mismo como un actor independiente, incluso cuando la acción está siendo apoyada, de manera pasiva, por otros. Los reportes producidos por personas probablemente subestiman la participación de grupos y, a veces puede dar lugar a individuos se vean erróneamente como autores individuales. Según un estudio australiano en el que participaron más de 30.000 encuestados de entre 8-18 años en un cuestionario anónimo, los estudiantes que reportan haber participado en el acoso escolar son más propensos a informar que han intimidado a otros como parte del grupo al que pertenecen que  como individuos (Rigby 2002, Anexo 3, p. 283). Esto sugiere que cuando el acoso se lleva a cabo en una escuela por lo general hay un cierto grado de participación de grupos.

El rango de edad sobre las que el “MPC” puede usarse apropiadamente aún no se ha determinado. Pikas, el creador del método, ha argumentado que se adapta mejor a los problemas que implican estudiantes mayores, de secundaria, sobre la base de que se requiere un mayor nivel de madurez cognitiva por parte de los participantes. También argumenta que el control de la conducta de los estudiantes a través de la afirmación de la autoridad del docente, denominado “sugestión autoritaria “, puede ser mucho más efectiva con estudiantes más jóvenes, y que la aplicación del “MPC” es más apropiado para trabajar con alumnos mayores. Esta visión es consistente con los informes de Stevens, de Bourdeaudhuij y Van Oost (2000) quienes informaron que, en su intervención a gran escala en Flandes con el tradicional programa de intervención disciplinaria de Olweus, los resultados más pobres se obtuvieron con estudiantes de más edad. Sin embargo, hay evidencias de  que el “MPC” puede ser utilizado efectivamente con los estudiantes más jóvenes. Duncan (1996) informaron que intervenciones exitosas fueron obtenidos utilizando el Método con niños en el segundo y tercer año de la escuela primaria en Escocia.

Un aspecto importante de la aplicación del “MPC” es en los casos en que la victima se está comportando de manera provocativa. A diferencia de la mayoría de los otros métodos, incluyendo el enfoque tradicional disciplinario, prácticas restauradoras y con el Método del Grupo de Apoyo, no se presume que la victima sea totalmente "inocente". Se reconoce que algunos estudiantes parecen provocar respuestas agresivas de otros, consciente o inconscientemente. De acuerdo con Solberg, Olweus y Endressen (2007) aproximadamente el 15% de las víctimas de acoso escolar pueden ser clasificados como víctimas provocadoras, con los niños siendo más propensos que las niñas a adaptarse a esta categoría. En caso de que exista algún grado de provocación, las reacciones de los estudiantes que participan en la intimidación puede parecerle a ellos que estén justificadas. Sin embargo, cuando las reacciones implican agresión constante y desproporcionada, el comportamiento de los que son más poderosos sin duda puede ser llamado “acoso”' y debe ser tratado como tal. Alguna forma de mediación parece entonces necesaria. Ambas partes necesitan cambiar su comportamiento si es que se quiere establecer o restaurar armonía. Desafortunadamente, esto es difícil de lograr cuando hay un desbalance de poderes.

El Método de la Preocupación Compartida es considerado único en la búsqueda de una solución, frente a estos problemas,  a través de reuniones de grupo en los que la mediación es posible.

Evaluación del método de Preocupación Compartida
El “MPC” se ha utilizado en programas contra el acoso en varios países. Estos incluyen Inglaterra (Smith y Sharp, 1994), España (Ortega, Del Rey & Mora Merchan-2004), Finlandia (Salmivalli et al 2004.) Y Australia (Peterson & Rigby 1999, Griffiths 2001). Es evidente que el método es visto como un componente importante en el desarrollo de programas contra el acoso escolar en todo el mundo. En cada caso, los programas indicados anteriormente han producido significativas disminuciones en las cifras del abuso escolar. Sin embargo, el hecho de que los programas contengan otros elementos, por ejemplo las actividades de apoyo y soporte, impide el atribuirle totalmente la reducción en la intimidación o acoso exclusivamente al empleo de este método.

Algunos informes publicados se han centrado específicamente en la eficacia de este método. Los estudios realizados en las escuelas secundarias de Sheffield, en Inglaterra, revelaron que las disminuciones de intimidación fueron reportadas por tres de cada cuatro alumnos con los que se había aplicado el método, y que cinco de cada seis profesores responsables de emplear el método afirmaron que habían reducido la frecuencia y la gravedad de la intimidación (Smith & Sharp, 1994). Otro estudio en Escocia dio a conocer que el método se aplicó con éxito o con mucho éxito en 34 de los 38 casos de niños de entre 7-16 años (Duncan 1996). Más recientemente, Smith (2001) informó sobre una encuesta en 155 escuelas en toda Inglaterra para descubrir cómo los profesores evalúan el método de Preocupación Compartida. En una escala de cinco puntos desde 1 (no satisfecho) a cinco (muy satisfecho), la puntuación promedio es de 3,9 muy por encima del punto medio de la escala. También algunos informes del exterior proporcionan indicadores de un éxito considerable cuando se aplica este método. Estos incluyen resultados nominales siguiendo aplicaciones específicas así como incluyendo la satisfacción de los practicantes con su empleo.

En Australia, se ha producido poca evaluación comparativa del método . El uso del método en una escuela secundaria en Nueva Gales del Sur parece haber contribuido a una reducción significativa en la percepción de victimización en el 7 año y fue calificado positivamente por los estudiantes (Petersen & Rigby 1999).

Informes obtenidos por Griffiths (2001) en el oeste de Australia provenientes de personal escolar capacitado/psicólogos escolares utilizando el método indican tasas de éxito superiores entre los 85 y100% en las escuelas primarias y secundarias. Esto sugiere que el método podría tener un alto índice de éxito en Australia, pero se requiere un estudio más claro y específico antes de esa afirmación pueda  ser firmemente aceptada.

Por último, las evaluaciones del método hasta ahora han sido simplemente informes sobre la percepción de "éxito" del proceso. Ningún estudio ha examinado en detalle la forma como este método es aplicado y qué problemas surgen cuando los profesionales lo emplean.



[1] Los roles pueden ser: Los Cabecillas, que son estudiantes que lideran su grupo social y tienen una apreciación exagerada de su popularidad; Los Asistentes, que son los mejores amigos y apoyo activo de los cabecillas; los Reforzadores o coludidos, que participan en gran parte del acoso siguiendo a los cabecillas y asistentes, pasan rumores, efectúan el acoso y en ocasiones actúan anónimamente; Los Defensores, que son estudiantes que durante los hechos de acoso salen en defensa de aquellos que están siendo victimados; y los Foráneos, testigos durante el acoso que apoyan o rechazan el acto dependiendo del tipo de acciones que sean.

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