Autores Brenda Martínez y Andrea Orozco
Adaptación Jorge Contreras
En Guatemala, la contaminación del aire en las viviendas por
el uso de leña es el segundo factor de riesgo más importante de enfermedades en
y la causa de unas cinco mil muertes al año.
La organización OMS advierte…
La Organización Mundial de la Salud (OMS) le denomina a esTa
contaminación el “asesino de la cocina”, refiere el neumólogo Esaú España.
Según la OMS, en el 2010, el 57% de los
hogares en el país utilizaban este método para cocinar. La mayoría se concentra
en las áreas rurales y en condiciones de pobreza. El número es significativo debido a los altos precios del
propano y fácil acceso a madera, refiere el Banco Mundial.
Hay una relación directa y significativa entre el uso de
leña, carbón y otros combustibles sólidos y los males respiratorios, pues en
las familias que los usan aumenta el 31% de probabilidad de padecerlas,
explica
la médica Guadalupe Verdejo, representante de la OMS y de la Organización
Panamericana de la Salud.
“En América Latina no es el tabaco la principal causa de la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC), sino el humo de leña”, indica el médico
alergólogo Moisés López, presidente de la Asociación de Neumología de Guatemala
y Cirugía de Tórax. El proceso es paulatino, no inmediato. A partir de los 40
años, las mujeres manifiestan disnea —falta de aire—, y si no se trata a
tiempo, el paciente será dependiente del oxígeno externo de por vida, afirma.
Impacto….
En Guatemala, según el Sistema de Información Gerencial en
Salud, las infecciones respiratorias agudas, neumonías y bronconeumonías
estuvieron en el 2011 entre las 10 primeras causas de morbilidad y mortalidad
en niños menores de 5 años, así como en mujeres de entre 15 y 49 años. Según el Diagnóstico Nacional de Salud
de marzo del 2012, efectuado por el Ministerio de Salud Pública, la principal
causa de mortalidad en el país en menores de 5 años son las neumonías y las bronconeumonías
—164 muertes por cada cien mil habitantes—. Del total de consultas a mujeres de
15 a 59 años, la primera causa de atención fueron las afecciones respiratorias
agudas —29%—.
Costos del
Tratamiento…
El tratamiento cuesta entre mil quetzales (120 dólares) y mil
500 quetzales (180 dólares) mensuales, ya que son daños irreversibles a los
pulmones, después de una exposición de 10 a 15 años.
Necesidad y trabajo de cocina con humo…
Zoila Fuentes de Melgar hace tortillas. Su situación
económica no le permite adquirir una estufa industrial de gas. “Yo sé que con el tiempo el humo daña
los pulmones, pero la necesidad no nos permite hacer otra cosa, el gas se pone
caro y ya no nos trae cuenta. Hay mucha competencia”, dice. Melgar heredó el oficio de su madre,
María Albertina de Fuentes, quien durante 30 años trabajó en eso, pero hoy
padece cataratas, aunque Albertina lo atribuye a su edad, 72 años.
Pese a los riesgos, para María Gilda Caracún de Pérez, quien
trabaja en la elaboración de tortillas, no hay opción. Ella usa leña por
razones económicas. “Con este negocio les di estudio a mis hijos”, expresa.
Caracún tiene diabetes, y dice que sufre problemas de espalda por tantos años
de acarrear leña.
Cambio difícil
La gente no comprende
el daño….
Según Helps International, organización que busca reducir la
contaminación del humo en las viviendas: “la cultura, prejuicios y dificultad económica” impiden el
reemplazo de la leña.
Uno de los paradigmas de quienes se resisten al cambio es
que “si no sale humo no hay un buen fuego”, y que “si no se cocina con leña, la
comida no sabe bien”, según Verdejo.
Los ministerios de Salud y de Energía y Minas, y la OPS,
lanzaron un plan para proveer de 65 mil estufas ahorradoras. La inversión
calculada anual será de Q40 millones; en su mayor parte, donativos
internacionales. Verdejo explica que es necesario educar e impulsar otros
proyectos que ayuden a la población a comprender la importancia del cambio a
estufas de gas y la adecuada ventilación.
Sin embargo, Melgar de Fuentes se resiste a los comales de
metal, porque según ella las tortillas no se cuecen igual ni tienen el mismo
sabor.
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