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jueves, 12 de diciembre de 2013

Autoridades de Japón ejecutan a dos condenados a muerte

Por Jorge Contreras
El Gobierno de Japón ejecutó en la horca a condenados por asesinato.
En Diciembre, dos hombres, Mitsuo Fujishima, de 55 años, declarado culpable por dos asesinatos, y Ryoji Kagayama, de 63 años, declarado culpable de matar a dos personas, fueron ejecutados en la horca, en Tokio y Osaka respectivamente, por el gobierno del Partido Liberal Demócrata.

El ministro de Justicia, Sadakazu Tanigaki declaró que los dos hombres ejecutados fueron encontrados
culpables de crímenes brutales y que no se emitirían mayores declaraciones con respecto a la pena de muerte debido a que un 85% de la población apoya la pena capital. Hasta el momento, la actual administración ha ejecutado a 8 condenados a la pena capital, quedando 129 reos en espera.

En Japón las ejecuciones se ejecutan en secreto, sin testigos y sin aviso previo a los condenados, a estos se les comunica el mismo día del ahorcamiento, lo que supone duras críticas por parte de algunas organizaciones humanitarias.

En Setiembre ultimo, Tokuhisa Kumagai de 73 años, declarado culpable de dar muerte al propietario de un restaurante en Yokohama, fue ejecutado en un centro de detención de Tokio. En cuanto a su caso, el ministro de justicia declaró que se debió a la extrema crueldad.

En Abril, Katsuji Hamasaki de 64 años y Yoshihide Miyagi de 56 años, dos convictos de la banda Yakuza fueron ejecutados por dar muerte a otras dos personas en un restaurante en Chiba.

Ejecuciones previas en Febrero, incluyeron a:
Masahiro Kanagawa, de 29 años, ejecutado en Tokio por haber asesinado a dos personas y herido a otras en la provincia de Ibaraki (al norte de Tokio o Chiba) en marzo de 2008.
Kaoru Kobayashi, de 44 años, ejecutado en la horca en Osaka (oeste) tras ser condenado por secuestrar y asesinar a una niña de 7 años en la provincia de Nara (oeste) en noviembre de 2004, y 
Keiki Kato, de 62 años, ejecutado en Nagoya (centro) tras ser condenado por matar a la dueña de un bar del que se quería ir sin pagar.

La Cámara de Ejecución del Centro de Detención de Tokio
El Gobierno de Japón hace unos meses,  mostró por primera una 'cámara de la muerte' donde efectúa ejecuciones en la horca mediante un botón aleatorio, proceso rodeado hasta ahora de un absoluto secretismo.

La sala de ejecución tiene una trampa en el suelo marcada con un cuadrado rojo donde se coloca el preso y, en el techo, una polea de la que debe colgar la cuerda.
La trampa se abre cuando, desde otra habitación contigua conocida como 'sala de los botones', tres verdugos aprietan a la vez sendos botones, de los cuales sólo uno acciona el procedimiento.  De esa forma, ninguno de los verdugos sabe quién ha sido el responsable de abrir la trampilla y causar la muerte del prisionero. Las salas son limpias, asépticas, en las que, según los periodistas japoneses, olía a incienso, utilizado en los funerales budistas.

Otras tres salas existen, una en las que los condenados pueden hablar con religiosos y dejar un testamento, otra donde son informados oficialmente de su ejecución por el jefe de la prisión y una habitación desde donde ese responsable y los fiscales observan la ejecución.


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