Desde el año 2001, el Perú es un país democrático. Internacionalmente mantiene latente tensión con Chile debido a las intenciones de este país de dar paso a una situación inviable contraria al Derecho Internacional, con respecto a los problemas limítrofes con Perú, discusión hoy en día llevada ante el Tribunal de la Haya. Al interior del país aún subsisten amenazas a la estabilidad política, estas están constituidas por los remanentes de grupos terroristas y narcotraficantes que operan en complejos, aislados y extensos valles andino – selváticos.
A todo esto, se suma el efecto del cambio climático, que en el Perú amenaza con el deshielo de los glaciales andinos. Estos glaciales, que habrían perdido un 25% de su masa en las últimas tres décadas, siguen reduciéndose y existe un estudio que afirma probable que los glaciales por debajo de los 5,500 metros de altura desaparecerán para el 2015. Estos glaciales son considerados una fuente de agua vital, ya que dos tercios (2/3) de la población total de Perú de ellos, pobladores rurales y urbanos utilizan el agua proveniente de los glaciales, tanto para los cultivos como para consumo humano.
Como resultado del cambio climático, el incremento de temperatura, influirá en el deshielo de los glaciales, el agua resultante primero aumentara el abastecimiento, dando la idea de una bonanza, en otros sitios se producirán inundaciones y aniegos. Esta situación no durará mucho, ya que una vez sin glaciales o con parte de ellos, sin una eficiente administración la “escasez” aparecerá, y los resultados se verán realmente como problemas en el abastecimiento, inicialmente por cortos periodos, afectando a los grupos con menos presencia política, en otras palabras a grupos más vulnerables y a las siembras en general.
Si a esta situación se le añade una deficiente decisión política, los resultados serán crisis y disputas. Como ejemplo el departamento de La Libertad, tiene una alta tasa de conflictividad social y tiene casi una mitad de residentes que no cuentan con agua, hay problemas de contaminación y las viviendas en promedio reciben de tres a cinco horas de agua al día.
Estudios de organismos no gubernamentales coinciden en afirmar que una deficiente administración del agua y la indecisión política ante estos efectos del cambio climático, llevan hacia la inestabilidad política y los conflictos violentos.
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