Como resultado de las acciones en
Política Criminal y de Justicia del Gobierno actual, que incluyen 1) la declaración que este
gobierno no se va a dedicar a perseguir
a los anteriores; al 2) Proyecto de
Ley para control del Consejo Nacional de
la Magistratura, órgano que decide sobre la elección de magistrados; a la 3) la
modificación constitucional para extender los periodos de detención y a 4) Una
nueva Ley anticorrupción, que establece limites a la retroactividad; las criticas
giran en torno a que “este gobierno busca terminar una “gran transformación
socialista”, detenida por la corrupción de anteriores regímenes, y para ello,
requiere controlar jueces y proteger a aliados involucrados”.
Esperamos equivocarnos, y por ello, a
manera de reflexión, los invitamos a leer el articulo que no pierde actualidad.
“El Poder Judicial” del Dr. Lolas, publicado
en el diario Expreso el 7 de marzo del
2004 y en el libro Magistratura[1].
El Poder Judicial
Por José Lolas Miani
< Se ha convertido en lugar común hablar de la crisis de justicia.
Eso demuestra lo endémico, y profundo del problema que es casi
consustancial con nuestra historia
republicana. “En los juicios intrincados se rebusca un juez para que anule un
sumario, fragüe otro y pronuncie una sentencia donde quede absuelto el culpable
y salga crucificado el inocente. Si por rarísima casualidad se topa con un juez
integro y rebelde a toda seducción (masculina o femenina) entonces se recurre a
una serie de recusaciones, hasta dar en el maleable y venal (…) Para calcular
la independencia de los areópagos nacionales, basta rememorar cómo sentenciaron
en los grandes litigios financieros (…) Nada extraño que semejantes hombres no
sean instrumentos de la justicia, sino herramientas del poder”.
<“Nada patentiza el envilecimiento de una
sociedad que la relajación de su Magistratura. Donde la justicia desciende a
convertirse en cuna de ricos y poderosos, ahí se abre campo la venganza
individual, ahí se justifica la organización de mafias y camorras(…) El Juez
causa el daño sin arrastrar las consecuencias, parapetándose en los
códigos y atribuyendo a deficiencias de
la ley los excesos de la malicia personal. Una Corte de Justicia es una fuerza
irresponsable que desmenuza la propiedad, la honra y la vida, como las piedras
de un molino trituran y pulverizan el grano”.
<“Si nada vive tan sujeto a la deformación
profesional como el abogado, ya se concibe lo que puede ser un administrador de
justicia, a los 15 o 20 años de ejercicio (…) Y la deformación no se confina en
lo físico: a fuerza de oír defender lo justo y lo injusto, con igual número de
razones, el magistrado concluye por
encerrar la justicia en una simple interpretación de la ley, así que un
artículo del código le sirve hoy para sostener lo contrario de lo que ayer
afirmaba (…) Las leyes por muy claras y sencillas que nos parezcan, entrañan
oscuridades y complicaciones suficientes para servir al hombre honrado y al
bribón, quien sabe más al bribón que al honrado”.
<“Y volvemos a decirlo: el pantano de la
Magistratura no admite drenaje. Desde el excelentísimo de la Suprema hasta el
usía de Primera Instancia, todos los Magistrados llevan en su frente la misma
inscripción: Nadie me toque”.
<Estas duras palabras fueron escritas en
1902, hace más de cien años, por Manuel González Prada. Sin embargo, pese al
tiempo transcurrido, siguen en lo esencial teniendo vigencia y ponen de relieve
cómo no hemos podido solucionar el problema de la administración de justicia.
<El propio escritor recordó que en 1864,
el entonces subsecretario de negocios extranjeros de Gran Bretaña, Mr. Layard,
denunció en la Cámara de los Comunes que en el Perú un súbdito inglés “había
tenido la desgracia de caer en las garras de lo que solo por cortesía puede
llamarse Corte de Justicia”.
<¿Que diría don Manuel al ver que “no
se investiga y procesa a quien se debiera” de la misma forma cómo se
excarceló a los miembros de la mafia montesinista? ¿Al presenciar cómo jueces
tuercen la ley e ignoran las sentencias del Tribunal Constitucional para
permitirles la semilibertad y la forma en que algunos políticos defienden este
proceder de la justicia?
Hoy como en 1902, ciertos magistrados –
que se resisten a la reforma y la empantanan y “se enfrentan a posturas que
buscan una reforma quizás a su favor” – parecen más, parafraseando a
González Prada, herramientas del poder antes que instrumentos de la justicia.
También a algunos se les podría señalar que están “parapetándose en los códigos
y atribuyendo a deficiencias de la ley los excesos de la malicia personal”.
<Vladimiro Montesinos fue un producto
típico de ese Poder Judicial. Conociendo sus entrañas, usó la corrupción para
controlarlo políticamente. “Hoy hay otros intereses” De esta
forma, a los problemas añejos se suma ahora el desquiciamiento de diez años de
mafias haciendo tabla rasa de la justicia. Por eso, hoy la reforma y depuración
del Poder Judicial, con participación de la sociedad civil, es mas urgente que
nunca. No puede haber democracia si el
organismo que arbitra los conflictos
sociales, deja de ser el fiel de la balanza y es ciego a todo lo que no sea
justicia. =
Nota: Palabras en negrita añadidas a este
articulo por el autor del blog.
Deseo declara que esta publicación no
obedece a interés político alguno.
[1] LOLAS MIANI, J. (2007). El Poder Judicial. In V. MALPARTIDA
CASTILLO, & A. PAREDES GALVÁN (Ed.), Magistratura
"Un poder sin poder", encrucijada y disidencia (Primera Edición
2007 ed., Vol. 000434). Lima, Lima, Perú: San Marcos. Pág. 164 y 165.
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