Un miembro de las Fuerzas de Seguridad de México escolta a Edgard alias “El Ponchis, considerado un sicario del cartel del Pacifico Sur, en Cuernavaca, Morelos, México.
Fuente: Margarita Pérez (Reuters)
Fuente: Margarita Pérez (Reuters)
Este martes 26 de julio, un juez mexicano sentencio a Edgard Jiménez Lugo, un adolescente de nacionalidad norteamericana a tres años de prisión por cargos de crimen organizado, homicidio, secuestro y posesión de drogas y armas[1]. Según José Serrano, fiscal del estado, la sentencia es la mayor permitida a menores en el estado de Morelos. Jiménez fue procesado en una corte de estado debido a que el sistema de justicia de México no cuenta con cortes para tratar estos casos al nivel federal.
Edgard Jiménez, conocido como el “Ponchis”, nació en San Diego, California. Jiménez confesó trabajar para el cartel del “Pacifico Sur”, bajo las ordenes del capo Héctor Beltrán Leyva y haber asesinado a cuatro personas cuyos cuerpos decapitados fueron colgados de un puente en la ciudad de Cuernavaca[2]. Jiménez fue arrestado el y su hermana en Diciembre ultimo cuando intentaba tomar un avión a Tijuana, desde donde planeaba viajar a San Diego y reunirse con su familia. Fue después de su arresto en que calmado y frente a cámaras de prensa afirmó haber participado en el asesinato de hasta siete personas bajo la influencia de drogas y amenazas.
Edgard Jiménez cumplirá su sentencia en 3 años y será libre. Cuando preguntado por sus padres, a pesar de saber que están vivos y trataron de defenderlo inicialmente, Jiménez respondió que ambos están muertos[3].
En declaraciones, la oficina del Fiscal de la Nación declaró que el numero de adolescentes, menores de edad va en aumento, 482 casos en el 2006, 810 en el 2009. Adicionalmente se incluyó comentarios explicando que la vida de Edgard Jiménez ha transcurrido en la pobreza y la ausencia de padres que condicionaron su acercamiento a las drogas[4].
En el Perú, no existe un sistema de registro nacional “oficial” de delitos y faltas[5]. Las faltas, diferenciadas de los delitos en nuestro Derecho, ubicadas en la escala más baja, constituyen el origen de las conductas desviadas de los adolescentes, debido a que son consideradas delitos de poca monta, sus cifras, los costos de sus perdidas económicas no se toman en cuenta, y su tratamiento a través de un registro técnico científico deberían ser tomadas en cuenta para prevenir casos como el que se presenta en esta oportunidad registrado en México.
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