A fines del mes de abril, un vuelo de turismo, aventura y diversión en un globo
aerostático, se tornó en un accidente luego que este medio, con siete pasajeros,
por diversas circunstancias, entre ellas las climáticas, se desviara de su ruta
y entrara al mar.
Posteriormente el globo, perdió su combustible,
precipitándose al mar y sobrevino la tragedia, se perdieron dos vidas y
resultaron cinco sobrevivientes.
El sector del accidente fue la playa “Los Reyes” a la altura
del kilómetro 129 de la carretera Panamericana Sur.
La necesidad de
seguridad…
Los ciudadanos que participaron en este evento sin presagiar la tragedia, quizás como en otras actividades de turismo de aventura, estuvieron incomunicados (sin
comunicación), sin equipo para atender una emergencia en el sector en el que
ocurrió la tragedia (mar) y algunos carecían de la capacitación para sobrevivir
en el mar (simplemente no sabían nadar).
Adicionalmente fueron necesarios un total de 30 efectivos de
la Policía Nacional destinados para la búsqueda, quince de ellos del Cuerpo de
Salvataje.
El proceso judicial….
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) denunció
penalmente al responsable de la empresa del globo aerostático que causó el
accidente.
La denuncia fue
presentada por el representante de la Procuraduría del MTC ante la Fiscalía
Provincial de Mala, por los delitos contra la Vida, el Cuerpo y la Salud,
en la modalidad de Homicidio, Lesiones Graves y Exposición de Personas al
Peligro, contra el representante legal de dicha empresa, quien también es
hermano del piloto fallecido en el globo aerostático siniestrado.
Asimismo, también se incluyó denuncias por el delito
Contra la fe Pública, bajo la modalidad de Falsedad Genérica. Los delitos
denunciados se encuentran previstos y tipificados en los artículos 106, 121,
125 y 438 del Código Penal.
Si usted planea un
viaje en sus cortas vacaciones tome en cuenta estos dos consejos:
- Lea e infórmese sobre la actividad que va a desarrollar, en donde la va a llevara cabo y otros detalles,
- Asegures que quien le ofrece los servicios cuenta con un buen sistema de seguridad para atender emergencias..
Globos aerostáticos
en la era Romántica y más allá…
La Revista “Literary review”
dedicada a la Revisión Literaria acaba de publicar un extracto del libro
“Ballooning in the Romantic age and beyond” su titulo en español sería “Globos
aerostáticos en la era Romántica y más allá”.
En ella Seamus Perry describe historias y el espíritu del los
viajes en globos aerostáticos
Aquí unos pasajes....
…..Los aficionados a los globos aerostáticos debe tener un
afecto particular en
Wolverhampton, pues fue ahí que comenzó este deporte un 5 de septiembre
de 1862, con uno de los ascensos más célebres. Los pilotos eran James Glaisher,
secretario de la sociedad real meteorológica, y Henry Coxwell, un hombre, cuyos
conocimientos científicos provenían de su profesión de dentista, sin embargo un
experimentado aficionado a los balones de aire, y también un buen hombre para situaciones
difíciles. El balón se elevó de la tierra a la una de la tarde, alimentado con
gas de carbón proveniente de la planta de gas de Wolverhampton . Era un día
hermoso y subió rápidamente: cuarenta minutos después que habían pasado de
20.000 pies, y justo antes de la hora de salida estaban en 29.000 pies. Luego se
encontrarían un obstáculo.
Coxwell notó que el cable unido a la válvula de escape
estaba enredado, por lo tuvo que
luchar exponiéndose fuera de la canasta para
tratar de desenredarlo. El oxígeno encarece a tales altitudes, por lo que en
esos momentos los dos hombres comenzaron a sentir la falta de aire para
respirar. Glaisher, quien solía recopilar los datos científicos mostrando un
positivo celo de características religiosas, encontró que a esas alturas, su
capacidad para leer el barómetro se encontraba extrañamente alterada, que su
visión era borrosa, y que su lupa no le ayudaba, luego notó como su cabeza cayó
inexplicablemente sobre su hombro izquierdo, y cuando corrigió su postura, la
cabeza cayó rápidamente hacia la derecha. Intento sensiblemente coger el brandy
para reanimarse, pero antes de que pudiera agarrarlo se derrumbó en una esquina
de la canasta completamente paralizado. “En un instante, fui vencido por una
intensa oscuridad”, recuerda, de tal modo que su nervio óptico perdió el poder,
pero aún estaba consciente, con su cerebro tan activo como en el momento de
escribir estas notas.
"Mientras tanto, Coxwell que lidiaba con la cuerda,
tenía sus dedos negros y congelados
por la altura, lograba finalmente liberar la cuerda con sus robustos dientes. (Menos
mal que él era dentista.)” así en un último tirón desesperado, la válvula fue liberada y el gas
comenzó a salir del globo.
De vuelta en el interior de la canasta, Coxwell pensó que lo peor le había ocurrido al
secretario de la sociedad meteorológica: 'Empecé a temer que el no pudiera
volver a tomar más lecturas- recordó emotivamente. Sin embargo, Coxwell que era
de las personas que no se abandonaban y conocía a su compañero aeronauta le
dijo: “trata de tomar la temperatura y las observaciones barométricas, prueba”,
le dijo, y pronto Glaisher comenzó a responder. "Yo perdí la sensibilidad”,
dijo Glaisher. “Si le respondió Coxwell', y yo también, casi “.
Juntándose ambos, Glaisher comenzó a retomar las lecturas, deteniéndose
sólo para verter brandy sobre las manos negras y congeladas de Coxwell. Hasta
que el globo finalmente llegó a tierra cerca de Ludlow. Una vez en tierra, no había medio de transporte
cerca. Ellos caminaron siete millas al bar más cercano y una vez en el bebieron
una pinta de cerveza. Ellos consideraron que se merecían una bebida: habían
alcanzado una altura de siete kilómetros, aunque Glaisher modestamente confirmó
una estimación de seis kilómetros. (Su récord de altura alcanzado no se
rompería durante el resto del siglo.) Posteriormente un líder conocido a través del Times comparó
la hazaña como “un hecho singular en momentos sin vigilancia, críticos y
llamativos de la guerra, de la política o de los descubrimientos”.
Este episodio que por supuesto esta lleno de valentía
sobrehumana y atrevimiento, se torna más conmovedor cuando notamos que estos hombres con costumbres
victorianas sobrevivieron bajo presión extraordinaria. Que constituye una de
las muchas coloridas historias de héroes, fantasías, empresas y graves obstáculos
que Richard Holmes ha reunido en su libro, luego de un enorme y agradable
estudio, ricamente adornado sobre ”los globos en la era romántica y más allá”.
Otra historia que atrae en el libro, es la que se refiere al
gran Charles Green, quien hizo 526 ascensos con éxito a principios de siglo y
se refirió explícitamente a sí mismo como "un viejo marinero de la
atmósfera superior", así como un capítulo dedicado al papel de globos aerostáticos
durante la guerra civil americana.
Un episodio favorito es la historia del incontenible francés
Félix Nadar. Su globo, llamado Le Géant, tuvo un viaje tan sensacional como desgraciado,
fue sacado de control durante 400 millas terroríficas, perdiendo a casi todos
sus pasajeros, uno por uno, excepto a Nadar y a su esposa, y casi colisionar
con un tren expreso. Nadar, una de esas personas a quien el desastre no
representa más que otra oportunidad, escribiría después la historia al estilo antiguo.
Holmes termina con la terrible historia del desastroso
intento de Salomon Andrée para viajar al Polo Norte en 1896, una historia de tristeza
abrumadora que, como dice en el epílogo, le rompe el corazón incluso a el un
biógrafo endurecido.
El libro en general está mitigado por la tragedia, con la
posibilidad de que las sombras de catástrofe acechen todas las historias en el
libro, y en las que este autor a tratado de resaltar la naturaleza humana de
los tripulantes ante ante las vicisitudes.
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