“El reciente caso de decisión de
aumento a los ministros, se sustenta en la concepción errada de “rentabilidad
del empleado” y no del Estado.
A diferencia de por ejemplo, los
casos para realizar cualquier proyecto nacional, en el que hay que dar
cumplimiento a un sin fin de requerimientos”
Los salarios altos, en
el sector privado se deben a la alta rentabilidad...
Una mirada a los altos salarios en el sector privado
rápidamente nos muestra que las elevadas cifras, común y generalmente se deben
a la “alta rentabilidad” que representa la labor del empleado en los resultados
de la empresa. Si una empresa
obtiene altos ingresos lo común será ofrecer altos salarios como retribución
por la labor prestada.
Cual es la
rentabilidad en el sector público…
En el sector público, donde la economía es planificada y
presupuestada anualmente, donde
se
tiene que cumplir con formulismos de ley para toda obra, ¿Dónde esta la rentabilidad? La respuesta es lógica, al igual que en
el sector privado, en el sector público, la rentabilidad también debería estar
entre los resultados.
Entonces ¿debemos esperar por obras?, ¿debemos esperar por
mejores proyectos? ¿Debemos esperar por mejores contratos del Estado?¿Debemos
esperar en mejoras creativas y económicas en beneficio de la sociedad?, ¿Debemos esperar por mejores servicios?
o ¿Debemos apoyar una campaña electoral?
De esto no se ha dicho nada…
La rentabilidad en el
sector público es para el Estado, no para el empleado o el partido…
Hasta la fecha, en el reciente aumento de ministros, no se
ha resaltado la rentabilidad.
El argumento que se ha esgrimido es más bien “rentabilidad
para el eventual empleado”, pues se ha dicho que se debe nivelar con los
estándares internacionales, que se requiere traer mejores talentos, traer personas
con mayor dedicación, con mayores horas de trabajo, sin tiempo de vacaciones, y
que estén sometidos a constantes viajes.
Pensar que mejores talentos, mas atractivos personajes, mas
horas de dedicación, son la rentabilidad nos muestra que ni siquiera nos
estamos orientando objetivamente a lo que debe ser una mejor rentabilidad para
el Estado.
El peligro de una
rentabilidad que puede apuntar a otros intereses…
Salarios fijos, altos, sin objetivos delimitados, podrían ser
tomados como una movida política y podrían representar el sueño de la disponibilidad
económica partidaria previa a elecciones.
Un ejemplo real: En el Perú de hoy, a la vuelta de la
esquina, a vista y paciencia de todos y con conocimiento de todos, es conocido
el ejemplo del presidente regional, que a través de sus “fieles seguidores”
cobraba mensualmente cien soles,
como un “pequeño aporte mensual,” en si, una colaboración “voluntaria, fuera de
planilla” con fines de preparar la campaña electoral partidaria.
Entonces, si vemos de esta manera el aumento salarial,
podríamos pensar que el aumento a
los ministros, cuyos cargos pertenecen al sector de confianza político
partidaria, podrían tener
orientaciones que no tienen nada que ver con rentabilidad para el Estado, que no benefician al Estado,
sino a otros intereses y que todos los ciudadanos debemos estar atentos para
que no ocurra, pues hasta podría ser tomado como la copia a un salario por la
revolución.
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