Ejemplos de dos perfiles,
variables, para ser sometidas al análisis
(Tomado de “El futuro de la Identidad” de John Beddington)
Por Jorge Contreras
La redes sociales este invento del siglo XXI, ideado para la
interacción personal y social, siguió desarrollándose y alcanzó a congregar
grupos de afinidad e intereses comunes.
Las aplicaciones, que al inicio sirvieron para la comunicación e
interacción social, muestran que disponen de un caudal de información de valor
en otros campos, como en la información para el desarrollo en salud, educación,
industria etc, en las preferencias de grupo para los mercados, para las
propuestas políticas y aceptación de los gobiernos y hasta para intereses más
oscuros como los del crimen organizado. Hoy que la hiperconectividad [1]
en los jóvenes, es la forma normal de comunicación en las ciudades, se hace más
necesario tomar en cuenta nuestra situación actual para aprovechar sus
potencialidades y rechazar sus riesgos.
Investigadores como Emma
Lindley, el profesor John Beddington en su reporte “El
futuro de la Identidad”, entre otros, están enfatizando la importancia de
conocer sus potencialidades y riesgos.
Potencialidad en las
redes
Mientras la gente comunica más, con más facilidad, de manera
más libre y gratuita, el análisis de las “características” y de las “informaciones”
personales, psicológicas, sociales,
comerciales y hasta políticas de sus identidades, han adquirido un valor
insospechado que es conocido por muy pocos.
Hoy podemos asegurar que la recolección y el empleo de los
datos personales y de las actividades de las redes, son de beneficio para
individuos, organizaciones, empresas y gobiernos. Algunos textos publicados sobre análisis de redes, nos
muestran que su empleo apropiado permite un conocimiento mucho más avanzado que
el de las preferencias de marcas y sus resultados facilitarían mayor
entendimiento de sectores más
complejos como el de desarrollo en salud,
educación, industria y hasta política.
Se pueden distinguir hasta tres niveles de análisis de la información
en las redes. 1) El nivel usuario, en el que se dispone de algunas aplicaciones
para perfeccionar la intervención del usuario en las redes, ver el empleo de
dos o mas cuentas, o hasta para la lectura de mensajes de suscripción. 2) Un
nivel intermedio, más avanzado, es el que ofrecen algunas empresas que buscan valorar
las intervenciones y comentarios de determinados sectores, a través de la
autenticación de cuentas. Y 3) un nivel más avanzado y costoso, menos accesible
que permite evaluar redes especializadas
(de grupos) para determinar su flujo, direccionamiento y variables mas
profundas.
Adicionalmente, el desarrollo de juegos en línea, en las redes,
facilitan el conocimiento y diagnostico de perfiles en las redes con fines de
interés comercial.
Los riesgos
La experiencias nos muestra que personas y grupos
interconectados no necesariamente representan identidades autenticas. Un espectro de riesgo en la identidad
acompaña a las redes sociales y depende de cada país.
“No todos quien dicen ser son”
Debido a que cualquiera (menores y adultos), pueden crear
una o varias identidades, a que en algunas redes sociales el procedimiento es sencillo
y está a disposición de todos, el riesgo de crear identidades falsas para
seguir las cuentas, y correos de otros, llevar a cabo un fraude, espiar, o para
cometer un delito en línea es grande y esta en aumento.
En algunos países, de la suplantación directa de una
identidad, se ha avanzado a modalidades más avanzadas como el utilizarlas para
suscripciones, solicitar nuevos documentos, gestionar nuevas cuentas de banco, para darle mayor sostén a
una identidad falsa..
El robo de identidad, el secuestro de cuentas de correos, de
cuentas bancarias, la estafa por correo, son una realidad que se une a otras
modalidades del crimen organizado (pornografía infantil, trata de personas,
etc,) y se tornan en métodos delictivos presentes en todas las comunidades y
redes sociales de Internet.
Con esto podríamos ingresar al amplio nivel de riesgo en las
redes, que buscando clasificarlas
por su finalidad podríamos diferenciarlas en 1) no dañinas, que comprenden las
identidades falsas, no autenticas y las que dicen ser anónimas, cuyos casos van
desde un niño que falsifica su identidad para tener acceso a juegos hasta el
del adulto que lo hace con otros propósitos.
Y de ahí pasamos al nivel 2) cuyo fin es la manipulación de
opiniones, que van desde el asemejar tal o cual postura en las columnas de
artículos de algunos diarios y proteger a los columnistas de comentarios críticos,
hasta los que promueven propuestas política en encuestas para dar una idea de
aceptación generalizada.
Y llegamos al nivel 3) al nivel dañino que incluye las
identidades creadas para el delito cibernético, como cometer un fraude, hurtar
una identidad o diseminar spam y de otras modalidades que están siendo
utilizados con fines más oscuros, como los del crimen organizado (para captar
personas con fines de prostitución, trata de personas, trafico de drogas)..
Las conclusiones son claras, no existe una solución para los
riesgos que representan las identidades en las redes sociales, mientras un
miembro de su red no este
identificado plenamente, podría ser alguien falso. Los consejos prioritarios
apuntan a no creer en desconocidos, no aceptar servicios del otro lado de la línea y a tomar
nuestras propias precauciones.
La experiencia nos muestra el peligro en las redes públicas que
han participado en los “movimientos de protesta y revueltas” en diversos países
del mundo. De entre todos, algunos grupos han promovido la violencia
generalizada (ataques a embajadas en el medio oriente), han creado situaciones
para ahondar la inestabilidad con el gobierno (disparos y víctimas en Egipto),
han llevado a cabo saqueo y vandalismo (protestas de Londres), y hasta ha
servido para cometer atentados terroristas (maratón Estados Unidos).
Debemos considerar que
las redes son diferentes en Latinoamérica
Si bien, las investigaciones demuestran que las redes y
grupos con un atractivo o interés común, aún teniendo a sus miembros distantes
unos de otros, se organizan, se definen y actúan rápida y uniformemente en
determinadas situaciones, debemos
considerar que algunos países en Latinoamérica no tienen aún las condiciones de
las redes de países desarrollados. En Latinoamérica el acceso a los
dispositivos inteligentes y las redes sociales, esta reducido a un sector de
población en las principales ciudades y hay una gran parte de la población que
no participa.
En el Perú, según Usuarios
de Redes Sociales en el Perú [2],
al 28 de mayo último existían 9,956,500 millones de cuentas de Facebook (FB)
creadas por peruanos. Lo que representa solo un 30% de la población nacional. En Latinoamérica, es prioritario avanzar
hacia una identidad autentica, y tomar en consideración que en las redes
publicas, no solo uno podría estar
comunicándose “con nadie”, sino participando en una actividad que representa un
riesgo para la propia seguridad. En el Perú, se considera que las redes
sociales tiene una participación menor
al 30 % de la población que tiene acceso a las redes.
Lo que si se debe tomar en cuanta son sus experiencias, las
concentraciones de las redes sociales actuales en Latinoamérica son como las
concentraciones de la población alrededor de las principales ciudades. Un
análisis de estas redes podrían dar a conocer las necesidades y apaciguar las
expectativas de estos sectores donde están desarrolladas.
Es también aconsejable, aprender del análisis de las redes.
Por ejemplo, la diferencia de las identidades de grupos en política,
nacionalismo, salud, religión, educación,
lugar de pertenencia, empleo, expectativas de vida, podría facilitar la
comprensión y el descarte de algunas variables presentes en los casos de
invasiones en las regiones, o en el porque no progresan algunos gobiernos
regionales, o en el porque de las diferencias en algunos conflictos, como por
ejemplo entre los que dicen “Conga No Va” y los que asientan “Conga Va”.
[1] La hiperconectividad,
es descrita como la actividad en el uso de los servicios de las plataformas
tecnológicas de Internet (aplicaciones como FB, Twitter, G+) , conjuntamente
con el empleo de los dispositivos inteligentes (teléfonos, Ipad, Ipod, etc).
[2] De estas 54.7% pertenecen a
hombres y el 45.3% a mujeres. El crecimiento de FB es de 24.7%, con 3.4
millones de usuarios jóvenes. Sin
embargo el grupo de mayor crecimiento es el de 55 a 63 años con un 39.39% de
variación con respecto al último año. Algunos datos adicionales colocaban a
nuestro país en el octavo puesto en el empleo de la Internet a fines del 2012.
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