Este lamentable incidente ocurrido en la India, resultado
del pánico colectivo y una estampida humana ante el riesgo de perder la vida en un puente,
acaba de causar centenares de victimas y heridos.
En el Perú, nos llama a la atención sobre la necesidad de un
control de multitudes, especialmente en este mes de Octubre, en que nuestra
procesión del Señor de los Milagros inicia sus celebraciones y recorridos.
Los peregrinos celebraban la festividad hunduísta de Durga
Puja, época en que acuden a orar al templo de Ratangarh, durante un periodo de
nueve días que dura este festival.
El puente, una
construcción de unos 500 metros de largo, 7 metros de ancho y 7 metros de
altura sobre el río Sindh camino
al santuario - templo de Ratangarh se convirtió en el escenario del desastre
donde unos perecieron aplastados y otros perdieron la vida saltando al
río.
El pánico cundió cuando se difundió el rumor que el puente
se iba a derrumbar. Sin embargo, la policía indicó que en ningún momento hubo
un peligro de derrumbe pues la obra había sido recientemente reconstruida. Como
es usual en estos casos, el gobierno ordenó una investigación para esclarecer
las causas de la tragedia y evaluar las responsabilidades.
Una de las hipótesis, recogida por la cadena privada NDTV,
apunta a que la estampida ocurrió después
de que la policía cargara con
bastones contra varios devotos para intentar controlar el flujo de gente que se
dirigía hacia el templo.
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