Tomado de la Revista Jurídica del Diario
Oficial El Peruano
APUNTES PARA ENTENDER SU SENTIDO Y
TRASCENDENCIA
Quisiera comenzar este artículo con dos
proverbios chinos de un profundo significado que nos permitirán entender la
transformación del Estado de derecho y del sistema jurídico chino: “En un
Estado bien
gobernado, la hierba crece en las escaleras de los tribunales”
y “El
buen ciudadano es el hombre de compromisos, y el insistir en pretendidos
derechos es una inmoralidad”.
Estos dos proverbios chinos ayudarán, en las
siguientes notas, a acercarnos al “sistema jurídico socialista con
características chinas”, como oficialmente se le denomina, el que rige y
administra un territorio de 9.5 millones de kilómetros cuadrados, 56 etnias y
un 20% de la población mundial.
■ Trayectoria jurídica
China posee una larga historia legal. Su
tradición tiene un gran impacto en su sistema jurídico actual, así como en su
modo de entender el Derecho. Los valores culturales que enfatiza el
confucionismo, como armonía y la honradez, han sido incorporados a la práctica
habitual de resolución de disputas y forman parte de un modo racional de operar
en el mercado. Los valores culturales juegan un papel importante en el moderno
sistema legal chino.
Por otro lado, las instituciones
jurídicas antiguas ya no son relevantes en el ordenamiento jurídico chino en
vigor. Por ejemplo, se ha abolido el antiguo sistema de tribunales feudales,
con un procedimiento inquisitorial que utilizaba crueles torturas.
En el Perú no ha habido un seguimiento en
el estudio del sistema jurídico instaurado en la República Popular China. Si
bien es cierto que existe una importante literatura sobre la historia y la
cultura de China, esta no tiene incluido un acervo que incorpore fuentes en torno
al conocimiento de su sistema legal.
Cubrir esta laguna del conocimiento del sistema
jurídico chino es un reto de la máxima importancia porque China es primera
potencia económica mundial, y por ello interactúa con una multitud de sistemas jurídicos
occidentales y no occidentales, y para lo cual es imprescindible saber “el
idioma jurídico” en el que se puede entablar esa comunicación jurídico-económica.
Un antecedente muy interesante y cercano a
nuestro sistema en el ámbito académico es el Congreso de Culturas y Sistemas
Jurídicos Comparados México-China, celebrado el 29 y 30 de setiembre y el 1 de
octubre de 2008, en la sede del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México, contexto en el que vio nacer un libro muy
interesante denominado México-China. Cultura y sistemas jurídicos comparados [3],
coordinado de manera magistral por el profesor mexicano Arturo Oropeza. En
Chile también se han dado eventos académicos de enorme importancia.
En el transcurso de una generación, China
ha pasado de la nada a tener un sistema jurídico integral y operativo. Para
muchos observadores extranjeros, la imagen del derecho chino sigue marcada,
seguramente con razón, por la dependencia de la justicia de los poderes
fácticos, la falta de cualificación de los jueces, las dificultades de ejecución
de las sentencias, la situación de los derechos humanos y la escasa protección
de los derechos de propiedad intelectual e industrial. De ahí que algunos
cuestionen la evolución de china hacia un Estado de derecho moderno y de separación
de poderes de corte occidental [4].
El sistema jurídico de China es un modelo
en “construcción” que se ha desarrollado especialmente en las últimas tres
décadas a partir de la aplicación de la política de reforma económica y
apertura al exterior. Un estudio sobre el Estado de derecho chino y su
evolución desde el 206 a. C. a 1912 permite explicar que el Estado de derecho
chino del siglo XXI es un caso sui generis que no es posible responder desde un
paradigma liberal clásico de democracia y que entraña varios debates teóricos
plurales que se siguen reproduciendo en la actualidad del siglo XXI.
A partir de la entrada en la Organización
Mundial del Comercio (OMC) en 2001, China tuvo que crear leyes de comercio
internacional, leyes fiscales y leyes sobre propiedad intelectual, entre otras.
Sin embargo, ha avanzado mucho en la creación de su propio modelo legal y ha
creado leyes económicas, civiles, penales y comerciales, y ha llevado a cabo
cuatro reformas constitucionales desde la adopción de la política de reforma y
apertura en 1978.
Administrar el país conforme a la ley y construir
un país socialista gobernado según la ley constituyen el plan básico mediante
el cual el Partido Comunista de China (PCCh) dirige al pueblo en la
administración del país.
Conformar un sistema jurídico socialista
con peculiaridades chinas y garantizar que el Estado y la sociedad cuenten con
leyes a las que atenerse en los diversos dominios son prerrequisito y base para
poner en juego integral el plan básico de administrar el país conforme a la ley
y una garantía institucional para el desarrollo y el progreso de China.
La fundación de la República Popular
China en 1949 representó el gran salto de China del régimen de dictadura
feudal, que imperó en el país durante milenios, al régimen democrático popular,
poniendo fin a la sociedad semifeudal y semicolonial de la vieja China, y convirtiendo
al pueblo en verdadero dueño del Estado, de la sociedad y de su propio destino.
Durante los más de 60 años transcurridos desde
la fundación de la Nueva China, especialmente a partir de la aplicación de la reforma
y apertura a finales de los años 70, el PCCh ha dirigido al pueblo chino en la
elaboración de la Constitución y otras leyes. Gracias a los constantes e
incansables esfuerzos de los diversos sectores, China logró completar a finales
de 2010 un sistema jurídico con peculiaridades chinas, sobre la base de la
situación nacional y la práctica de China, concordante con las necesidades de
la reforma y apertura y la modernización socialista.
Este sistema jurídico demuestra la
voluntad del PCCh y el pueblo chino, y tiene a la Constitución como mando
supremo y a las leyes relacionadas con la Constitución, los códigos civiles y
comerciales, y las leyes de varias ramas jurídicas. Me quiero detener en la
evolución de su constitucionalismo. En la secuencia de las distintas cartas
magnas que se han ido aprobando desde la fundación de la República Popular
China, el 30 de setiembre de 1949 y sus cuatro constituciones que se han dado
en 28 años. Es interesante observar cómo sus líderes han ido incorporando a su discurso
político fines como la “legalidad” o el “Estado de derecho”.
Sucintamente, los rasgos generales que pueden
caracterizar a la Constitución de 1954 son, en primer lugar, un intento de
ordenamiento del Estado; en segundo lugar, un instrumento para la
estructuración del país y, en tercer lugar, un fundamento para la institucionalidad
del país ante el exterior. Por su parte, la Constitución de 1975 sistematiza de
manera legal la dictadura de partido, que erigía su autoridad en nombre de una
clase social y que, por supuesto, se reservaba el derecho a la propia
definición de los límites de clase y, por lo tanto, de su particular concepción
de ciudadanía, lo que ha marcado una más que notoria diferenciación de los individuos
ante las leyes.
La Constitución de 1978 transmite
simplemente el cambio político que se estaba gestando en China; su poca
duración no dejó margen para ninguna reforma de más envergadura.
Por último, la Constitución de 1982, su Constitución
vigente, destaca por tener cuatro enmiendas: abril de 1988 –con un objetivo que
redunda en la fijación de una economía individual en el campo, propiedad
privada, y la inversión extranjera–; 29 de marzo de 1993 –reforma económica y
apertura al exterior ante un “socialismo con características chinas”–; 15 de
marzo de 1999 –fundamentalmente la economía privada deja de ser un “complemento”
para convertirse en un “gran componente” de la economía del país–, y 14 de
marzo de 2004 –como máximo exponente de las reivindicaciones de los derechos
individuales, de base económica, frente al Estado; igualmente, se sientan las
bases para un sistema para alejarse del predominio de una clase social
específica, y se pone el acento en la mejora de la representación en las organizaciones
colegiadas–.
■ Modernización
Con esta última reforma, señala la
profesora mexicana Nuria Gonzales, los cambios son más que notorios desde que
se publican, por primera vez, las cifras de las votaciones.
Asimismo, destaca que en las reformas introducidas
por esta última reforma constitucional fue incluido, por primera vez, en el texto
constitucional, el concepto de derechos humanos, y así vemos un claro ejemplo
de cómo la Constitución de China cumple avances hacia las directrices
internacionales sobre la protección de los derechos humanos [5].
En el pleno del Comité Central del
Partido Comunista Chino-PCC (2014) se consagró un tema clave: la mejora de la
“gobernanza” del país conforme a la “Ley”. Y con un objetivo político: seguir
avanzando hacia “un Estado de derecho con características chinas”, sin cuestionar
el poder del PCC liderado por el actual presidente Xi Jinping.
A partir de este antecedente, China
desarrolló un extraordinario proceso de modernización e internacionalización
para integrarse en la economía global. Por otro lado, Deng Xiaoping enfatizó en
1979 la necesidad de “una legalidad socialista” e impulso los cambios del
sistema jurídico chino con una gradual recepción de normas legislativas de
matriz occidental.
China ha realizado una exitosa transición
desde una economía planificada a una economía socialista de mercado, desde una sociedad
rural a otra urbana, desde la autarquía a la globalización. Ha librado de la pobreza
a millones de chinos. En el ámbito político, el régimen busca una vía
específica para canalizar la participación política y social conforme a la
tradición cultural confuciana, pero sin cuestionar el liderazgo del PCC.
En el pleno del Comité Central del PCC
celebrado en 2013 se acordó una agenda económica y social para duplicar para
2020 la renta per capita de una población ansiosa de consumir en el mayor
mercado interior del mundo. Anunció que “las fuerzas del mercado” jugarán un
papel decisivo en la asignación de recursos al sistema económico y que se
impulsará la iniciativa privada. Las empresas públicas, muchas ineficientes, deben
reestructurarse para ser más competitivas. Los cambios también afectan a sectores
clave como los mercados de capitales.
El presidente actual, Xi Jinping, impulsa
el rol de la “Ley” para mejorar la “gobernanza” del Estado, pero para
consolidar un Estado de derecho socialista con características chinas.
Ha reforzado el principio del imperio de
la Ley para “imperar” con la Ley. Impulsó campañas contra la corrupción que le
sirvieron para desplazar a sus adversarios políticos dentro del PCCh [6].
■ En busca del paradigma
correcto
La práctica social es la base de las
leyes y estas constituyen el resumen y la refinación de sus experiencias prácticas.
La práctica social no tiene límites y el sistema jurídico también debe avanzar
con los tiempos.
El desafío que China se está proponiendo
hoy en día es la creación de una legislación de alta calidad a favor del
pueblo, es decir, con una orientación democrática y una orientación científica,
mejorando la técnica legislativa.
El objetivo de sus marcos legales es la
erradicación de la pobreza, garantizando los derechos humanos, hacia la
subsistencia y el desarrollo (tierra, propiedad, calidad de la vida). Las leyes
chinas representan la unidad orgánica del liderazgo del PCCh, la
institucionalización en línea concreta de los principios y las políticas del
PCCh, capaz de sistematizar una coherencia entre PCCh, la población y su ordenamiento
jurídico.
La construcción del socialismo con
peculiaridades chinas es una tarea histórica a largo plazo, el mejoramiento del
sistema jurídico socialista con peculiaridades chinas es igualmente una tarea a
largo plazo, además de ardua, que se necesita impulsar constantemente adelante
a medida que se desarrolla la práctica del socialismo con peculiaridades
chinas.
La vitalidad de la ley radica en la
ejecución. La formación del sistema jurídico socialista con peculiaridades chinas,
en su conjunto, ha resuelto el tema de contar con leyes a las que atenerse, se
ha formulado una demanda más destacada y más apremiante a lo referente a obrar
conforme a las leyes establecidas, aplicar las leyes rigurosamente e imponer
sanciones en caso de infracción.
China adoptará activamente medidas
eficaces, garantizará de efecto la ejecución eficaz de la Constitución y otras
leyes, acelerará el impulso del proceso de administración del país basada en la
ley y la construcción de un país socialista gobernado por la ley.
Estamos seguros de que la comunidad mundial
observa, con mucho detenimiento, su evolución y eficacia.
[1] Magíster en Derecho Penal y Doctor en Filosofía del Derecho.
Profesor de
Teoría y Filosofía del Derecho en
la Universidad de Lima, la Universidad de San Martín de Porres y la Universidad
de Ciencias Aplicadas
[2] Este artículo forma parte de un estudio monográfico más amplio, que lleva
el mismo título y que vengo realizando, a partir de un viaje de estudio que
realice a la ciudad de Beijing (China), en el 2014, gracias a una invitación
del Gobierno chino. Espero publicarlo muy pronto.
[3] INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS. México-China Culturas y
Sistemas Jurídicos Comparados. Arturo Oropeza García. Coordinador. Primera
edición: 14 de septiembre de 2012. Universidad Nacional Autónoma de México.
Ciudad Universitaria, 04510, México, D. F. Impreso y hecho en México.
[4] MARTIN BAUMEISTER, Bruno. “Perspectivas de Derecho chino. El proceso de
transformación del Derecho chino desde 1978 hasta la actualidad”. En Revista
Icade. Nº 9 enero-abril. 2014. pág. 229.
[5] Reseña de Nuria González Martín sobre la obra de OROPEZA GARCÍA, Arturo
(coord.).
[6] XI JINPING. La gobernación y la administración de China. Primera
edición. 2014. Construir una China regida por la Ley. Págs. 169-190.
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