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miércoles, 8 de febrero de 2017

El Sistema Jurídico en China

Tomado de la Revista Jurídica del Diario Oficial El Peruano
APUNTES PARA ENTENDER SU SENTIDO Y TRASCENDENCIA
Por JOSÉ ÁVILA HERRERA [1], [2].
Quisiera comenzar este artículo con dos proverbios chinos de un profundo significado que nos permitirán entender la transformación del Estado de derecho y del sistema jurídico chino: “En un Estado bien
gobernado, la hierba crece en las escaleras de los tribunales” y “El buen ciudadano es el hombre de compromisos, y el insistir en pretendidos derechos es una inmoralidad”.

Estos dos proverbios chinos ayudarán, en las siguientes notas, a acercarnos al “sistema jurídico socialista con características chinas”, como oficialmente se le denomina, el que rige y administra un territorio de 9.5 millones de kilómetros cuadrados, 56 etnias y un 20% de la población mundial.

Trayectoria jurídica
China posee una larga historia legal. Su tradición tiene un gran impacto en su sistema jurídico actual, así como en su modo de entender el Derecho. Los valores culturales que enfatiza el confucionismo, como armonía y la honradez, han sido incorporados a la práctica habitual de resolución de disputas y forman parte de un modo racional de operar en el mercado. Los valores culturales juegan un papel importante en el moderno sistema legal chino.
Por otro lado, las instituciones jurídicas antiguas ya no son relevantes en el ordenamiento jurídico chino en vigor. Por ejemplo, se ha abolido el antiguo sistema de tribunales feudales, con un procedimiento inquisitorial que utilizaba crueles torturas.
En el Perú no ha habido un seguimiento en el estudio del sistema jurídico instaurado en la República Popular China. Si bien es cierto que existe una importante literatura sobre la historia y la cultura de China, esta no tiene incluido un acervo que incorpore fuentes en torno al conocimiento de su sistema legal.
Cubrir esta laguna del conocimiento del sistema jurídico chino es un reto de la máxima importancia porque China es primera potencia económica mundial, y por ello interactúa  con una multitud de sistemas jurídicos occidentales y no occidentales, y para lo cual es imprescindible saber “el idioma jurídico” en el que se puede entablar esa comunicación jurídico-económica.
Un antecedente muy interesante y cercano a nuestro sistema en el ámbito académico es el Congreso de Culturas y Sistemas Jurídicos Comparados México-China, celebrado el 29 y 30 de setiembre y el 1 de octubre de 2008, en la sede del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, contexto en el que vio nacer un libro muy interesante denominado México-China. Cultura y sistemas jurídicos comparados [3], coordinado de manera magistral por el profesor mexicano Arturo Oropeza. En Chile también se han dado eventos académicos de enorme importancia.
En el transcurso de una generación, China ha pasado de la nada a tener un sistema jurídico integral y operativo. Para muchos observadores extranjeros, la imagen del derecho chino sigue marcada, seguramente con razón, por la dependencia de la justicia de los poderes fácticos, la falta de cualificación de los jueces, las dificultades de ejecución de las sentencias, la situación de los derechos humanos y la escasa protección de los derechos de propiedad intelectual e industrial. De ahí que algunos cuestionen la evolución de china hacia un Estado de derecho moderno y de separación de poderes de corte occidental [4].
El sistema jurídico de China es un modelo en “construcción” que se ha desarrollado especialmente en las últimas tres décadas a partir de la aplicación de la política de reforma económica y apertura al exterior. Un estudio sobre el Estado de derecho chino y su evolución desde el 206 a. C. a 1912 permite explicar que el Estado de derecho chino del siglo XXI es un caso sui generis que no es posible responder desde un paradigma liberal clásico de democracia y que entraña varios debates teóricos plurales que se siguen reproduciendo en la actualidad del siglo XXI.
A partir de la entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, China tuvo que crear leyes de comercio internacional, leyes fiscales y leyes sobre propiedad intelectual, entre otras. Sin embargo, ha avanzado mucho en la creación de su propio modelo legal y ha creado leyes económicas, civiles, penales y comerciales, y ha llevado a cabo cuatro reformas constitucionales desde la adopción de la política de reforma y apertura en 1978.
Administrar el país conforme a la ley y construir un país socialista gobernado según la ley constituyen el plan básico mediante el cual el Partido Comunista de China (PCCh) dirige al pueblo en la administración del país.
Conformar un sistema jurídico socialista con peculiaridades chinas y garantizar que el Estado y la sociedad cuenten con leyes a las que atenerse en los diversos dominios son prerrequisito y base para poner en juego integral el plan básico de administrar el país conforme a la ley y una garantía institucional para el desarrollo y el progreso de China.
La fundación de la República Popular China en 1949 representó el gran salto de China del régimen de dictadura feudal, que imperó en el país durante milenios, al régimen democrático popular, poniendo fin a la sociedad semifeudal y semicolonial de la vieja China, y convirtiendo al pueblo en verdadero dueño del Estado, de la sociedad y de su propio destino.
Durante los más de 60 años transcurridos desde la fundación de la Nueva China, especialmente a partir de la aplicación de la reforma y apertura a finales de los años 70, el PCCh ha dirigido al pueblo chino en la elaboración de la Constitución y otras leyes. Gracias a los constantes e incansables esfuerzos de los diversos sectores, China logró completar a finales de 2010 un sistema jurídico con peculiaridades chinas, sobre la base de la situación nacional y la práctica de China, concordante con las necesidades de la reforma y apertura y la modernización socialista.
Este sistema jurídico demuestra la voluntad del PCCh y el pueblo chino, y tiene a la Constitución como mando supremo y a las leyes relacionadas con la Constitución, los códigos civiles y comerciales, y las leyes de varias ramas jurídicas. Me quiero detener en la evolución de su constitucionalismo. En la secuencia de las distintas cartas magnas que se han ido aprobando desde la fundación de la República Popular China, el 30 de setiembre de 1949 y sus cuatro constituciones que se han dado en 28 años. Es interesante observar cómo sus líderes han ido incorporando a su discurso político fines como la “legalidad” o el “Estado de derecho”.
Sucintamente, los rasgos generales que pueden caracterizar a la Constitución de 1954 son, en primer lugar, un intento de ordenamiento del Estado; en segundo lugar, un instrumento para la estructuración del país y, en tercer lugar, un fundamento para la institucionalidad del país ante el exterior. Por su parte, la Constitución de 1975 sistematiza de manera legal la dictadura de partido, que erigía su autoridad en nombre de una clase social y que, por supuesto, se reservaba el derecho a la propia definición de los límites de clase y, por lo tanto, de su particular concepción de ciudadanía, lo que ha marcado una más que notoria diferenciación de los individuos ante las leyes.
La Constitución de 1978 transmite simplemente el cambio político que se estaba gestando en China; su poca duración no dejó margen para ninguna reforma de más envergadura.
Por último, la Constitución de 1982, su Constitución vigente, destaca por tener cuatro enmiendas: abril de 1988 –con un objetivo que redunda en la fijación de una economía individual en el campo, propiedad privada, y la inversión extranjera–; 29 de marzo de 1993 –reforma económica y apertura al exterior ante un “socialismo con características chinas”–; 15 de marzo de 1999 –fundamentalmente la economía privada deja de ser un “complemento” para convertirse en un “gran componente” de la economía del país–, y 14 de marzo de 2004 –como máximo exponente de las reivindicaciones de los derechos individuales, de base económica, frente al Estado; igualmente, se sientan las bases para un sistema para alejarse del predominio de una clase social específica, y se pone el acento en la mejora de la representación en las organizaciones colegiadas–.

Modernización
Con esta última reforma, señala la profesora mexicana Nuria Gonzales, los cambios son más que notorios desde que se publican, por primera vez, las cifras de las votaciones.
Asimismo, destaca que en las reformas introducidas por esta última reforma constitucional fue incluido, por primera vez, en el texto constitucional, el concepto de derechos humanos, y así vemos un claro ejemplo de cómo la Constitución de China cumple avances hacia las directrices internacionales sobre la protección de los derechos humanos [5].
En el pleno del Comité Central del Partido Comunista Chino-PCC (2014) se consagró un tema clave: la mejora de la “gobernanza” del país conforme a la “Ley”. Y con un objetivo político: seguir avanzando hacia “un Estado de derecho con características chinas”, sin cuestionar el poder del PCC liderado por el actual presidente Xi Jinping.
A partir de este antecedente, China desarrolló un extraordinario proceso de modernización e internacionalización para integrarse en la economía global. Por otro lado, Deng Xiaoping enfatizó en 1979 la necesidad de “una legalidad socialista” e impulso los cambios del sistema jurídico chino con una gradual recepción de normas legislativas de matriz occidental.
China ha realizado una exitosa transición desde una economía planificada a una economía socialista de mercado, desde una sociedad rural a otra urbana, desde la autarquía a la globalización. Ha librado de la pobreza a millones de chinos. En el ámbito político, el régimen busca una vía específica para canalizar la participación política y social conforme a la tradición cultural confuciana, pero sin cuestionar el liderazgo del PCC.
En el pleno del Comité Central del PCC celebrado en 2013 se acordó una agenda económica y social para duplicar para 2020 la renta per capita de una población ansiosa de consumir en el mayor mercado interior del mundo. Anunció que “las fuerzas del mercado” jugarán un papel decisivo en la asignación de recursos al sistema económico y que se impulsará la iniciativa privada. Las empresas públicas, muchas ineficientes, deben reestructurarse para ser más competitivas. Los cambios también afectan a sectores clave como los mercados de capitales.
El presidente actual, Xi Jinping, impulsa el rol de la “Ley” para mejorar la “gobernanza” del Estado, pero para consolidar un Estado de derecho socialista con características chinas.
Ha reforzado el principio del imperio de la Ley para “imperar” con la Ley. Impulsó campañas contra la corrupción que le sirvieron para desplazar a sus adversarios políticos dentro del PCCh [6].

En busca del paradigma correcto
La práctica social es la base de las leyes y estas constituyen el resumen y la refinación de sus experiencias prácticas. La práctica social no tiene límites y el sistema jurídico también debe avanzar con los tiempos.
El desafío que China se está proponiendo hoy en día es la creación de una legislación de alta calidad a favor del pueblo, es decir, con una orientación democrática y una orientación científica, mejorando la técnica legislativa.
El objetivo de sus marcos legales es la erradicación de la pobreza, garantizando los derechos humanos, hacia la subsistencia y el desarrollo (tierra, propiedad, calidad de la vida). Las leyes chinas representan la unidad orgánica del liderazgo del PCCh, la institucionalización en línea concreta de los principios y las políticas del PCCh, capaz de sistematizar una coherencia entre PCCh, la población y su ordenamiento jurídico.
La construcción del socialismo con peculiaridades chinas es una tarea histórica a largo plazo, el mejoramiento del sistema jurídico socialista con peculiaridades chinas es igualmente una tarea a largo plazo, además de ardua, que se necesita impulsar constantemente adelante a medida que se desarrolla la práctica del socialismo con peculiaridades chinas.
La vitalidad de la ley radica en la ejecución. La formación del sistema jurídico socialista con peculiaridades chinas, en su conjunto, ha resuelto el tema de contar con leyes a las que atenerse, se ha formulado una demanda más destacada y más apremiante a lo referente a obrar conforme a las leyes establecidas, aplicar las leyes rigurosamente e imponer sanciones en caso de infracción.
China adoptará activamente medidas eficaces, garantizará de efecto la ejecución eficaz de la Constitución y otras leyes, acelerará el impulso del proceso de administración del país basada en la ley y la construcción de un país socialista gobernado por la ley.
Estamos seguros de que la comunidad mundial observa, con mucho detenimiento, su evolución y eficacia.


[1] Magíster en Derecho Penal y Doctor en Filosofía del Derecho. Profesor de
Teoría y Filosofía del Derecho en la Universidad de Lima, la Universidad de San Martín de Porres y la Universidad de Ciencias Aplicadas
[2] Este artículo forma parte de un estudio monográfico más amplio, que lleva el mismo título y que vengo realizando, a partir de un viaje de estudio que realice a la ciudad de Beijing (China), en el 2014, gracias a una invitación del Gobierno chino. Espero publicarlo muy pronto.
[3] INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS. México-China Culturas y Sistemas Jurídicos Comparados. Arturo Oropeza García. Coordinador. Primera edición: 14 de septiembre de 2012. Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad Universitaria, 04510, México, D. F. Impreso y hecho en México.
[4] MARTIN BAUMEISTER, Bruno. “Perspectivas de Derecho chino. El proceso de transformación del Derecho chino desde 1978 hasta la actualidad”. En Revista Icade. Nº 9 enero-abril. 2014. pág. 229.
[5] Reseña de Nuria González Martín sobre la obra de OROPEZA GARCÍA, Arturo (coord.).
[6] XI JINPING. La gobernación y la administración de China. Primera edición. 2014. Construir una China regida por la Ley. Págs. 169-190.

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