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Imagen: Alcohol, Muerte y endiablo por George Cruikshank 1830 |
Traducción Jorge Contreras
Durante una noche de juerga y bebida en
una cantina de Salisbury, un soldado y sus compañeros bebían proclamando a su
salud. Entonces el soldado, hizo algo inimaginable: Ofreció beber a la salud
del Diablo. Valientemente retando al diablo a aparecer, el soldado prosiguió
que si el diablo no aparecía, sería una prueba de que ni el diablo, ni Dios,
existían. Por miedo, sus compañeros de
bebida salieron rápidamente de la
habitación , más regresaron
"después de oír un ruido horrible y sentir un olor apestoso." Una vez
en la habitación, encontraron que el soldado había desaparecido, y todo lo que
encontraron fue una ventana rota, la barra de hierro en la ventana doblada y
cubierto de sangre. Y del soldado nunca se supo más.
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Samuel Clarke destinos violentos para los borrachos 1 |
Este peculiar cuento, dicho en 1682 por
el ministro anglicano Samuel Clarke, fue parte de su advertencia sobre el traicionero destino que esperaba a a todos
los borrachos. El soldado cometió el error fatal de perder sus cabales y por
beber a la salud del Diablo, invitando al ser maligno a su mundo. Esta
historia, sin embargo, fue sólo una de las posibilidades aterradoras esbozados
por Clarke. Enfermedad, locura, destrucción corporal y espiritual, y en última
instancia, la muerte fueron los trágicos destinos que esperaban a cada
borracho.
Estas críticas y advertencias
inicialmente fueron pocas para influir en las diarias prácticas de consumo,
pero con el tiempo, los gritos de los que se oponían al consumo del alcohol creció
de manera sostenida. Rumores a mediados del siglo XVII señalan que debido a la
repentina aparición en aumento de baratos licores espirituosos fue aumentando
el barullo de las condenas en las décadas del siglo siguiente. En el siglo XIX,
las maldiciones contra el alcohol se convirtieron en un ensordecedor clamor en
la forma de discursos, libros, consejos médicos, y obras de