Desde el Ojo de su mente. Richard Dadd. |
Tomado de The
Lancet
doi:10.1016/S0140-6736(11)60065-2
Por Niall Boyce
Traducido por Jorge Contreras
En 1860, Charles Dickens, en el ensayo Caminata Nocturna (Night
Walks), describe como durante uno de sus paseos nocturnos alrededor de Londres,
toma un desvío para ver el Hospital Real de
Bethlem. "Tuve una
fantasía nocturna en mi cabeza seguida de la vista de los muros y la cúpula del
hospital. Y la fantasía era la siguiente: ¿No son iguales los
sanos y los enfermos mentales por la noche igual a cuando el sano busca soñar
una mentira"
Esa noche, uno de los que estaban dentro de los "muros
y la cúpula " del Bethlem era el artista Richard Dadd (1817-1886), un
paciente allí desde 1844; el año anterior a su ingreso, Dadd había desarrollado
un complejo conjunto de delirios religiosos y asesinado a su padre, creyendo
que era el diablo. Parece que los años en Bethlem hicieron poco para alterar
las creencias de Dadd. Los registros indican que él siguió argumentando que era
descendiente del dios egipcio Osiris, cuyo propósito era luchar contra el
diablo. Cuando fue trasladado al hospital de seguridad de Broadmoor en 1864, aún
sostenía que había actuado "en la justificación de la Deidad".
Dadd permaneció en el hospital durante el resto de su vida;
Sin embargo, su trabajo artístico
continuó a pesar de su encierro físico. Pintó
escenas desde la mirada de su mente, y empleo asistentes y compañeros pacientes como modelos,
creando un legado que perdura a través del tiempo. La galería Tate organizó la
primera gran exposición de sus pinturas en 1974; Angela Carter escribió una
obra de radio acerca de él; el grupo musical Queen grabó una canción inspirada
en una de sus más famosas creaciones, “El
mágico movimiento del encantador de hadas” (The Fairy Feller's
Master-Stroke); y el autor Neil Gaiman ha escrito acerca de la compulsiva
intensidad emocional del trabajo de Dadd . Es esta intensidad la que se explora
en las pasiones de Richard Dadd en la galería de Bethlem.
Su enfoque es una serie de acuarelas que Dadd pintó a
mediados de los años 1850. Las pinturas, cada una, ilustra una
"pasión" diferente, cubre una gama de temas y se ejecuta en una
variedad de estilos. Si hay un tema común, es de pérdida.
“Odiado” (1853)
representa el período inmediatamente después de la muerte de Enrique VI por
Ricardo de Gloucester. Dadd le añadió
una cita de Shakespeare, de Henry VI Parte III: " Ve cómo mi espada llora por la muerte del pobre rey". Richard
ignora el cuerpo a sus pies para concentrarse en las gotas de sangre, de gran
tamaño corriendo por su espada: su rostro no es de odio, sino una expresión más
alienada, como si en este acto de violencia vislumbrara su propio futuro. En
una imagen de Dadd que hizo eco, en “el asesinato” (1854);
Caín ha completado el golpe con su palo y su hermano Abel cae muerto, y Caín mira
distraídamente fuera del marco. Incluso en su interpretación de la “Agonía con locura”(Raving Madness 1854),
la figura con los ojos abiertos encadenada a la pared transmite una sensación
de desconcierto en lugar de ira.
“Brutalidad” (
1854) retrata una escena mundana de miseria nacional, y un examen detallado
revela que Dadd incluso en este caso, le pone un toque mundano. Mira al
espectador femenino enmarcado en la puerta: la silueta de su codo continúa
detrás de los limites de la pared. Esta técnica, sutilmente sugiere una
difuminación interna y la externa, que es también visible en el bosquejo de
Dadd en “Para tener una idea de la loca
Jane” (1855), cuya pintura se puede apreciar en el Museo de Bethlem. El personaje de la pintura baila ante
un castillo en ruinas y el bosque, la línea de horizonte continua a lo largo
del borde de su vestido.
El museo también expone otras obras de arte, cartas,
cuadernos de bocetos y cuadernos de Dadd; una de las más interesantes artículos,
es sin duda, el cuaderno en el que escribió un complejo poema “Eliminación
de una imagen”, su sujeto “El mágico
movimiento del encantador de hadas”. El texto denso y complicado nos señala
otra característica importante del trabajo de Dadd: un minuto y una esmerada
atención al detalle que crea una sensación de tensión cuando se yuxtaponen con
la emotividad de sus súbditos.
Dadd no encaja cómodamente en cualquiera de las categorías:
compartía cierta base común estilística y temática con los románticos, pero no fue
parte de este movimiento.
Igualmente, su entrenamiento formal significó que él era apenas un
"artista extraño". Tal vez es el individualismo idiosincrásico de
Dadd es lo que atrae a sus admiradores. Un trabajo que demanda intensidad
emocional y una respuesta
intelectual.
Hospital de Bethem. Sitio Web para visitar |
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