Fernando Reviriego Picón
Profesor titular de derecho
constitucional Uned
Faustino Gudín Rodríguez Magariños Magistrado
Doctor en Derecho. Licenciado en Criminología
Faustino Gudín Rodríguez Magariños Magistrado
Doctor en Derecho. Licenciado en Criminología
Transcripción Karin Vigo (Este artículo consta de
diez partes y luego de su publicación todas estarán disponibles en este blog)
Resumen: El análisis de la situación de los diferentes sistemas
penitenciarios europeos revela la existencia de numerosas carencias:
masificación, hacinamiento, falta de medios materiales y personales,
conflictividad, ausencia de confianza en el sistema, etc. Esta situación
resulta común a la totalidad de los sistemas continentales, por más que
existen notables diferencias entre unos y otros especialmente significativas en
el caso de algunos de los países
incorporados a la Unión en los últimos años.
7. SALUD MENTAL Y CENTROS PENIETNCIARIOS
B) Los suicidios en los centros penitenciarios.
■
Vinculada íntimamente a esta cuestión se encuentra uno de los problemas
de primer orden en los centros penitenciarios europeos: el elevado número de
suicidios de los internos. El impacto psicológico que lleva asociada la
reclusión, se une al hecho de que «las prisiones son depositarias de grupos
tradicionalmente considerados vulnerables en lo que se refiere a las tasas
altas de suicidio, tales como jóvenes, enfermos mentales, marginados sociales,
toxicómanos» [1];
debiendo añadirse, claro está, la masificación de aquéllas. La situación
es especialmente preocupante en Francia, un país que tiene un grave problema
de sobreocupación carcelaria y cuya tasa de suicidios es cercana a veinte por
cada diez mil
internos –ciento quince suicidios en 2009-; la más alta de la
Unión Europea; en otros países de la Unión, como Alemania o Gran Bretaña,
sin llegar a los niveles del país galo, resulta asimismo preocupante.
■ En España, para tratar de abordar este problema, existe un Programa
Marco de Prevención de suicidios. Dicho Programa estableció la figura de los
internos de apoyo (alrededor de mil en nuestros centros penitenciarios) que
vienen desempeñando un papel muy relevante en esta prevención al estar
pendientes de forma continua de los reclusos que pueden tener algún riesgo en
este sentido de conformidad. Estos internos deben presentar una adecuada
capacitación, actitud y motivación, situación estable en el Centro, buen
comportamiento y sin traslado previsible; asimismo debe restarles para el
cumplimiento definitivo o fecha de concesión de la libertad condicional, un
tiempo superior a un año y no deben haber sido sancionados ni tener en su
historial autolesiones o tratamiento psiquiátricos continuados por enfermedad
psiquiátrica; lógicamente también quedan excluidos los reclusos consumidores
de drogas. Desde la articulación de esta figura se ha reducido sensiblemente
el número de suicidios en prisión.
■ La eficacia del programa llevó a que en noviembre pasado el
Secretario de Estado de Justicia francés visitara diferentes centros penitenciarios
españoles a la búsqueda de «recetas» exportables para reducir el número de
suicidios en sus centros. ◆
[1] Instrucción
14/2005 (programa Marco de Prevención de Suicidios), Dirección General de Instituciones
Penitenciarias.
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