Por Jorge Contreras[1]
Para los viajeros aéreos frecuentes, no son novedad los
agentes y las medidas de seguridad en los aeropuertos, donde la identidad y los
artículos peligrosos, entre ellos armas, sustancias, drogas, líquidos, son
parte de una larga lista de restricciones. Recientemente se han añadido medidas
para controlar personas que pudieran ser portadoras de virus o epidemias. En
medio de todo esto, despierta nuestra atención, una investigación que descubre el
caso de un trabajador “parte del mismo sistema de control” que pasaba armas de
contrabando de un estado a otro.
Para Joe Sharkey
del New York Times, el tema es critico, por un lado, porque muchos viajeros
se indisponen y otros hasta discuten ante el “Show de seguridad” que hace el
personal encargado del control en los aeropuertos y por otro, porque un empleado
de este mismo sistema de control haya pasado en diecisiete vuelos, si 17, un
total de 153 armas, entre las que se incluye hasta un AK-47[2]
“aprovechando su estatus de
autorización y confianza”.
El escándalo en todas
sus dimensiones….
El 10 de diciembre ultimo, un trabajador de la aerolínea
Delta, de 45 años, residente de
Nueva York, fue detenido luego transportar 16 armas de fuego, munición
incluida, en un jet de la misma compañía desde el aeropuerto Hartsfield-Jackson
en estado de Atlanta al aeropuerto internacional de Kennedy en el estado de
Nueva York.
El trabajador detenido, recibió el paquete conteniendo las
armas, previa cita en un lugar convenido en el interior del área segura del
aeropuerto, de otro trabajador encargado del transporte de paquetes de la misma
aerolínea, luego que este hiciera ingresar el paquete al “área segura” del
aeropuerto de Atlanta pasando todos los controles administrativos.
Trabajo conjunto
Fiscal – Policía…
Kenneth P. Thompson, fiscal distrital declaró que este hecho
es grave, que el trabajador que voló con el paquete enfrenta cargos
por “conspirar para vender armas” y que el empleado que llevó las armas hasta
entregarlas también fue denunciado por “ayudar a pasar armas al interior de
aviones por dinero”. Que las armas
fueron compradas en el estado de Georgia y se iban a vender ilegalmente en las calles de Brooklyn en el
estado de Nueva York.
El hecho no solo viola la seguridad establecida sino que van
mas allá e incluye una pequeña organización interesada en la venta de armas,
utilizar las disposiciones y facilidades una empresa privada para llevar a cabo un delito continuado de
contrabando (17 vuelos).
Anthony C. Roman, consultor de seguridad en aeropuertos asiente
por su parte, que el caso devela que los profesionales dedicados a la seguridad
han estado tan atentos y ocupados del control de pasajeros que han descuidado
el control de su propio personal, agrega que el hecho tira por tierra la imagen
de los encargados de la seguridad y de las medidas dispuestas desde el 2002,
por los ataques terroristas del 11 setiembre.
William Bratton, comisionado de Nueva York ha declarado …“el flujo ilegal de armas a la ciudad de
Nueva York solo sirve para que prolifere la violencia armada. Que cada día la Policía hace denodados esfuerzos
para prevenir que armas ilegales lleguen a las manos de criminales. Que esta
investigación revela las modalidades de los traficantes ilegales de armas, quienes por beneficiarse
económicamente, demuestran que no les interesa poner en peligro la vida de
inocentes”.
Y agradece por los esfuerzos de esta investigación al
Departamento de Investigaciones de Armas de la Policía de Nueva York, a la Oficina del Fiscal por su
inmediata intervención y a todos los asociados en el combate contra el crimen,
que gracias a ellos estas armas que hubieran sido empleadas en crímenes serán
permanentemente sacadas del sistema.
Sin duda un ejemplo a
seguir…
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