Artículo tomado del Boletín del
Buro Federal de Investigaciones (FBI)
Por J. Pete Blair, Ph.D., M.
Hunter Martaindale, MS, y Terry Nichols, MS
Traducción Jorge Contreras
El 20 de abril de 1999, dos estudiantes de
la escuela secundaria Columbine dieron muerte a doce compañeros y a un profesor
en Littleton, Colorado. Los agresores armados se suicidaron antes de ser
intervenidos por las autoridades. La indignación pública y una profunda
introspección de la policía trajo cambios masivos en la forma de responder a
este tipo de actos de violencia.[1]
Por desgracia, los incidentes de
agresión con armas en escuelas (en ingles Active Shooter evet ASEs) continúan. Posteriormente
han ocurrido ataques en la sala de cine Century 21 en Aurora, Colorado, y en la
Escuela Primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut. De las 70 personas victimadas
en Aurora, Colorado, 12 fallecieron. En el caso de Newtown, veinte estudiantes
de primer grado, seis miembros del personal de administración y la madre del
agresor, resultaron muertos. Recientemente, fueron atacados empleados de una Base
Naval de Washington en el Distrito de Columbia. El resultado, doce personas muertas
en este ataque. Estos cuatro hechos llamaron la atención nacional.
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El alto perfil de estos hechos, ejerce una
fuerte presión sobre todo encargado de hacer
cumplir la ley, les demanda responder
de manera eficaz, sin embargo, también se requiere información empírica sólida para
que los encargados de la ley puedan desarrollar políticas y procedimientos
eficaces para contrarrestar estos eventos. Por ello, el objetivo de este
artículo es proporcionar dicha información, acompañada de las ideas de los
autores con datos, para una respuesta eficaz ante una agresión armada.
Aunque no es una revisión exhaustiva de
cada hecho, esta evaluación reconoce un aumento constante de estos hechos, así
como un aumento constante en el número de victimas y muertos. La información demanda que los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley lleven el “equipo necesario” con ellos para enfrentar a
un agresor y poner fin a la amenaza y el estar preparados para administrar asistencia
médica inmediata a los que resulten heridos y los estabilicen, hasta la llegada
de los servicios médicos de emergencia (en ingles emergency medical services
EMS).
Adicionalmente, a pesar que en los casos
evaluados, los agentes de policia respondieron rápidamente (en un tiempo
promedio de 3 minutos), los agresores armados, en el tiempo que tuvieron
disponible infligieron un daño devastador. Esta evidencia nos señala que todos los
ciudadanos deben tener una idea clara de cómo responder a estos ataques. El soporte
proporcionado por el FBI para formar una fuerte conciencia ciudadana, se describe
en el procedimiento de respuesta "Corre, Escóndete, Pelea", que ha recibido
la aprobación de todas las agencias federales. [2]
La información proporcionada sobre el procedimiento de respuesta permite cuando
preparados, que todo aquel que pueda ser victima tenga la posibilidad de
detener al agresor.
METODOLOGÍA
Estrategia de búsqueda
El gobierno federal define al tirador
activo (agresor armado) como "un individuo que activamente participa en el
asesinato o intento de asesinato de personas en un espacio cerrado y poblado,
por lo general mediante el uso de armas de fuego". [3]
Para este estudio los casos fueron localizados a través de una estrategia de
búsqueda sistemática. [4]
Se hicieron búsquedas en los registros públicos utilizando una variedad de términos de búsqueda para
localizar en el periodo entre el 2000-2012 las noticias que implicaban potenciales
hechos en los Estados Unidos. Los incidentes identificados a partir de estas
búsquedas fueron entonces evaluados para ver si cumplían con los siguientes
criterios: 1) Si el hecho contó con la participación de una o más personas decididas
a matar o intentar matar a varias personas en un área ocupada por personas con
las que no estaban relacionados, por lo menos una de las víctimas no estaba
relacionada con el agresor. 2) El principal motivo de estos hechos parece ser
un asesinato masivo, no hay intento de cometer otro crimen. Muchos tiroteos
relacionados con pandillas podrían caer dentro de esta categoría, por ello
fueron excluidos de este estudio debido a que los tiroteos relacionados con
pandillas no se consideran dentro de estos hechos. Finalmente, fueron
identificados un total de 110 hechos de tiradores activos a través de este
proceso de búsqueda.
Para verificar la integridad de la lista,
los autores han verificado los hechos detectados durante el proceso de búsqueda
frente a otras listas / colecciones de hechos. En ningún caso se ha encontrado un
hecho adicional (que cumpliera con las condiciones) que no habían encontrado a
través de la búsqueda en la información
pública. Se considera que la estrategia de búsqueda produjo una lista
exacta de los hechos, sin embargo los autores consideran la posibilidad de que
algún hecho no se haya tomado en cuenta.
Datos
Fuentes utilizadas para recopilar
información sobre los hechos incluyen los informes de los organismos de
investigación, los informes suplementarios de homicidios (en ingles suplemental
homicide reports SHR) producidos por el FBI, y las noticias. Algunas fuentes de
datos no tuvieron información para todos los hechos. Los datos más actuales de
SHR sólo cubren hasta 2010. Por este motivo, no fue posible utilizar SHRs para
los eventos que se produjeron en los años 2011 y 2012. En general, los
acontecimientos recientes están bajo investigaciones en curso, y los organismos
de investigación no dan a conocer estos informes. Por lo tanto, los
acontecimientos que se produjeron durante 2011 y 2012 fueron codificados a
partir de los informes de prensa más recientes.
Para los eventos que ocurrieron entre los
años 2000 y 2010, los informes oficiales de la agencia se obtuvieron a través
de solicitudes a las autoridades, basadas
en la libertad acceso a la Información (en ingles Freedom of Information Act FOIA).
Fuera de estos 84 eventos identificados entre el 2000 y 2010, 42 agencias (50 %)
proporcionaron la información pedida. Cuarenta y seis de los 84 eventos (55%) se
encontraban en las SHR. Hubo disponibilidad de noticias públicas para los 110 hechos. En los casos en que
se disponía información de múltiples fuentes, existía una alta coincidencia en
la información. Dos especialistas en codificación codificaron los hechos para
asegurar su confiabilidad. La coincidencia entre ambos fue alta.
RESULTADOS
Primero se relata la creciente frecuencia
de hechos y el número de personas victimadas. A continuación, se presenta
información sobre los agresores. Y por último, se describe como concluyeron los
hechos.
Figura 1. Hechos de agresión armada por Año |
Características de los hechos
Frecuencia
La Figura 1 muestra la frecuencia de hechos
por año. La línea de tendencia de puntos muestra un claro aumento en los
últimos 12 años. Esta comprobado que el número de hechos aumentó drásticamente
después del 2008. La velocidad a la que ocurrieron estos eventos fue de
aproximadamente 1 cada dos meses entre el 2000 y 2008 (5 por año) y crecieron a
más de 1 por mes entre el 2009 y 2012 (casi 16 por año). El seguimiento en los
agresores también muestran que el aumento en la tasa se ha mantenido en el 2013,
más específicamente, hubo 15 eventos. Si bien es posible que este aumento sea
el resultado de la estrategia de búsqueda (tal vez, el archivo de los informes
de prensa ha mejorado en los últimos años), los autores del artículo consideran
que el aumento observado representa un incremento real en el número de hechos en
los últimos años. La figura 2 muestra el número de personas victimadas con
disparos y el número de personas muertas en cada año. También en este caso la
línea de tendencia muestra un aumento definitivo. El seguimiento indica que hubo
72 victimas heridas por disparos y 39 muertas en el 2013.
Figura 2. Número de personas victimadas por disparos y muertas por año |
Lugares
Figura 3. Ubicación de los ataques |
La Figura 3 ilustra los lugares principales donde
ocurrieron los hechos. “Locales comerciales” (según el tipo, por ejemplo,
tiendas, edificios de oficinas y fábricas / almacenes) fueron los lugares más
frecuentemente atacado. Las “escuelas”, tanto en K-12 y de las instituciones de
educación superior, fueron las segundas más atacadas con un 29%.
Aproximadamente 1 de cada 5 hechos se produjeron en ambientes al aire libre. La
categoría “Otros” incluye lugares, como bases militares e iglesias, que no
encajaban en una de las otras categorías. También vale la pena señalar que el
18% de los atacantes fueron móviles durante sus ataques, es decir, el agresor comenzó
en un lugar y luego se trasladó a otro sin dejar activamente de atacar. Con frecuencia,
los atacantes simplemente caminaron de un lugar a otro cercano, y en algunos
casos utilizaron un automóvil para moverse entre los sitios de ataque más
distantes.
Figura 4. Tiempo de respuesta de la policía |
Tiempo de respuesta de la policía
La figura 4 muestra el tiempo de respuesta
de la policía para estos hechos. Esta información no estaba disponible para más
de la mitad de los casos identificados. 51 casos incluían estos datos, el
tiempo de respuesta promedio fue de 3 minutos, considerado rápido para los
estándares de la ley.
Número de disparos
Figura 5. Número de Disparos por Evento
|
La figura 5 muestra el número de los
asesinados por caso, la mediana es de cinco. Cabe señalar que si el agresor
recibe un disparo, en esta evaluación no se le ha incluido en el número de
personas que resultaron abatidos o muertos. Como se puede observar en la figura,
la mayoría de los hechos están agrupados en el lado izquierdo y no representan
situaciones de víctimas en masa. Sin embargo, hay una serie de situaciones de
víctimas en masa en la parte derecha de la figura. También vale la pena señalar
que en los cinco eventos más grande de víctimas (de la Universidad Northern
Illinois en DeKalb, de la Escuela Primaria Sandy Hook ; de la Base militar de Fort
Hood en Killeen, Texas; del Politécnico de Virginia, de la Universidad Estatal
en Blacksburg, y del Teatro Century 21) la policía estuvo en el lugar de los
hechos en unos 3 minutos, sin embargo, un número considerable de personas resultaron
heridas de bala o muertas.
Características del tirador (agresor
armado)
Perfil del Tirador
Agresores individuales identificados realizaron
todos los ataques entre el 2000 y 2012. Los agresores no encajaron en un perfil
específico. Mientras que la mayoría (94%) de los tiradores eran hombres,
algunos fueron mujeres. También fueron de diferentes categorías raciales y étnicas.
El tirador más joven en el conjunto de datos tuvo 13 años y el más viejo 88
años. Ningún otro perfil claro basado en los datos demográficos se pudo
observar.
Relación entre el agresor y las víctimas
El tirador no tenía ninguna conexión
aparente (como ser un estudiante / empleado actual o anterior) en relación al
lugar del ataque en un 45% de los casos. En el 55% de los incidentes, el
tirador tenía una relación con el lugar del ataque.
Armas del agresor
Figura 6. Armas más poderosas utilizadas |
La figura 6 muestra el arma más poderosa
que los agresores armados llevaron al lugar del ataque. En alrededor del 60% de
los ataques el arma más poderosa utilizada fue una pistola. En el 8% fue una
escopeta, y la más poderosa arma utilizada fue un rifle en un 25% de los casos.
Loa agresores trajeron múltiples armas en cerca de un tercio de los ataques.
Los autores llevaron artefactos explosivos improvisados (en ingles improvised
explosive devices IED) al lugar del ataque en un 3% de los casos y llevaban chalecos
antibalas en un 5% de los hechos.
Resolución de los hechos
Conclusión de todos los incidentes
Figura 7. Resolución de hechos |
La figura 7 muestra cómo terminaron los
ataques. Seis informes de los medios para hechos en el 2011 y 2012 no explicaron
cómo concluyeron los hechos, por lo que estos eventos fueron excluidos del
diagrama de flujo. Si el incidente terminó antes de que los agentes del orden
llegaran a la escena, se representa a la izquierda de la línea central. Eventos
que terminaron después de que llegara la policía se representan a la derecha de
la línea central. Aproximadamente la mitad de los eventos (49%) terminó antes
de que la policía llegó a la escena. Esto muestra la velocidad en que ocurren estos hechos.
De los casos que terminaron antes de que
llegara la policía, el 67% (34) fue
terminado por los agresores que se suicidaron (29 casos) o por abandonar la escena (5 casos). Con respecto
al 33% restante que terminaron antes de que llegara la policía, en (17) de los
casos las víctimas potenciales detuvieron al agresor por sí mismos. Más
comúnmente sometieron físicamente al atacante en (14 casos), y en 3 casos se
trató de personas que le dispararon al agresor para poner fin al ataque.
Los Casos que aún estaban en curso cuando
la policía llegó son el 51% de los hechos. En éstos casos, los atacantes pararon
el ataque cuando la policía llegó en 21 casos (40% ). Lo más común fue que los
agresores se suicidaron (15 casos), y hubo 6 casos en los que el agresor se
entregó a la policía que llegó.
Los agentes de policía utilizaron la fuerza
para detener los agresores en el 60% de las veces (32 casos), cuando el ataque
todavía estaba en curso en el momento de su llegada. Lo más común fue que se le
disparó al atacante (23 casos). En 9 casos los agentes de policía rindieron al
atacante con medios distintos a armas de fuego.
En 8 de los casos (7%), el atacante le disparó
a los agentes de policía y estos respondieron. Si sólo consideramos los
tiroteos al momento de llegada de la policía (53, a la derecha de la línea central), los agentes de policía
recibieron disparos en el 15% de los casos. Lo que convierte al tirador activo
(agresor armado de estos casos) en el riesgo más peligroso en la aplicación de
la ley.
Respuesta por Agentes de Policía solitarios
Inicialmente, los programas de entrenamiento
y agencias instruyeron a sus agentes a formar equipos antes de entrar en una
instalación para buscar a un atacante. El trabajar en equipo ofrece a los
agentes de policía una serie de
ventajas, sin embargo toman tiempo para prepararse. Conforme paso el tiempo,
las agencias comenzaron a sopesar las ventajas y desventajas de formar equipos
más pequeños y hasta considerar la entrada de agentes solitariamente en el
lugar de ataque. Muchas agencias hoy en día autorizan a los agentes de policía
a entrar solitariamente en lugares donde está ocurriendo un hecho.
Los autores del artículo evaluaron los
eventos en que agentes de policía solitariamente resultaron desplegados. En
muchos casos, la entrada de un solitario agente de policía fue difícil de codificar.
La policía y los informes de los medios de comunicación a menudo no contienen
suficiente información para determinar si se llevó a cabo la entrada de un
agente solitario; no obstante, los autores identificaron 18 casos en que
certeramente se llevó a cabo entradas de agentes de policía solitarios. La
resolución de los casos se presenta en la figura 8. Durante las entradas de
agentes de policía solitarios, los casos estaban en curso, y los agentes de
policía probablemente emplearon la fuerza para detener al atacante. Esto muy
probablemente fue el resultado de que estos agentes de policía llegaran rápidamente
a la escena y entraran en el lugar del ataque en el tiempo de respuesta
promedio de 3 minutos para todos los casos y de 2 minutos para los que implican
la entrada de agentes solitarios.
Figura 8. Resolución de sucesos con agentes de policía |
En total, 13 de los 18 eventos (72%) todavía
estaban en curso cuando agentes solitarios llegaron al lugar. De estos 13
incidentes, los agentes del orden dispararon o dominaron físicamente el tirador
en 12 casos. Los agentes de policía que ingresaron solitariamente fueron los más
propensos a sufrir lesiones durante cada caso. Tres de los 18 agentes de
policíaa que ingresaron solitariamente (17 %) fueron heridos. Si solo
consideramos los casos en curso en que entraron agentes de policía solitarios (13),
los agentes que recibieron disparos y fueron heridos representan el 23%. Si
bien la entrada de agentes solitariamente representó una respuesta más rápida a los
ataques, también aumentó el peligro para los agentes de policía que lo hicieron.
Entrenamiento y equipamiento
Preparados para aplicar la fuerza
Los autores del artículo han visto
discusiones y mensajes, incluyendo clases de entrenamiento donde los agentes de
policía sugieren que el único entrenamiento necesario para responder a un
ataque de esta naturaleza es llegar a la escena rápidamente. La creencia es que
en la mayoría de los eventos terminarán, o los agresores/sospechosos se suicidarán.
Si bien es cierto que 1) el 49% de los eventos terminaron antes que los agentes
de policía llegaran y 2) los agresores se suicidaron después de la llegada de la
policía en el 14% de las veces, en respuesta los agentes de policíaa utilizaron
la fuerza para detener el ataque en un 31% de los casos evaluados. Esto
relación de 1 de 3 posibilidades de tener que usar la fuerza establece
claramente que simplemente entrenando para aparecer no es lo suficiente. Los
agentes deben aprender las habilidades tácticas necesarias para resolver con
éxito estos casos. Debido a que no todos los eventos se producen en el interior
de instalaciones (18% ocurrió al aire libre), los agentes de policía deben ser
capacitados para operar en ambos entornos. En interiores (es decir, en espacios
cerrados) las tácticas de combate no son las mismas que en ambientes al aire
libre, y el confundir técnicas pueden ser fatal.
Estar dispuesto a utilizar la fuerza
también significa tener el equipo necesario para actuar con eficacia. La
información obtenida permite apoyar claramente el equipamiento de los agentes
con fusiles de patrulla. En muchos sitios, estos casos implican espacios
abiertos o pasillos largos que crean escenarios de enfrentamiento más allá de
la capacidad de la mayoría de los agentes para enfrentarse de manera efectiva a
un agresor armado con una pistola. Se agrega la posibilidad de que los agentes
de policía tienen que disparar con precisión a un agresor en fuga, evitando herir a otros que
huyen o a víctimas heridas, entonces la necesidad de rifles de patrulla es más clara.
Además, una cuarta parte de los atacantes están armados con rifles. Entonces los
agentes deben poseer el poder de fuego por lo menos equivalente al que
enfrentarán.
Debido a los tiradores a menudo llevan
rifles y con frecuencia disparan a los agentes en estos eventos, los agentes
del orden deben usar chalecos antibalas que pueden protegerlos de los disparos
de fusil. Esto significa que los agentes deben estar equipados con placas
balísticas. La mayoría de las rondas de rifle utilizado por los tiradores
activos se puede detener con el tipo de placas III, pero algunos tiradores han
disparado munición que solo se detiene
con placas tipo IV. Muchos de los portadores de placas disponibles en el
mercado también tienen puntos de fijación en los que se puede llevar a otros
equipos, que resultaran útiles durante este tipo de hechos. Esto permite
emplear el portador de la placa como una "bolsa para transportar otros
equipos", y además de proporcionar una mayor protección.
Algunos organismos recomiendan el uso de
escudos balísticos en estos casos. El peligro inherente a estos eventos
argumenta en favor de una mayor protección, pero que por lo general demandan
una solución de compromiso. Por ejemplo, la mayoría de los escudos están
diseñados para utilizarse con las pistolas, lo que requeriría en el agente en
renunciar a la ventaja balística de un rifle. También, los escudos portátiles
actualmente no están preparados para detener proyectiles de fusil. En los
aproximadamente 1 de cada 4 casos en los que el tirador estuvo armado con un
rifle, un escudo no ofrecería una protección adicional.
Dispuesto a proporcionar asistencia médica
Existe confusión en un ataque de esta
naturaleza, es común diferentes descripciones del agresor, comunicadas a través
del teléfono 911 o comunicadas a los agentes. Esto crea a menudo una situación
en la que, a pesar de que la policía ha encontrado el cuerpo del agresor o en
las que ha encontrado al agresor directamente, no pueden estar seguros de que
este sea el único agresor. Además, es común que las personas siguen pidiendo
informes de personas con armas de fuego después de que el tirador ha sido enfrentado.
En algunos casos, esto se debe a vacíos entre la observación y los informes. La
persona que llama vio que el agresor huyó, informó lo que vio varios minutos después.
En otros, la persona que llama ha visto que policías respondieron con ropas de
civil o uniformes no tradicionales y confundió a los agentes con los atacantes.
En otros casos, las personas que llaman simplemente están equivocadas.
Independientemente de la causa de la confusión, los agentes de policía en la
escena a menudo deben realizar una búsqueda sistemática en el lugar del ataque
para confirmar que no haya otro tirador. En un lugar grande donde ha ocurrido
un ataque, esta búsqueda puede durar horas.
Esto crea un problema para los heridos que necesitan
atención médica porque la mayoría de los proveedores de asistencia de
emergencia no entrarán en una escena hasta que se declare que el lugar esta "seguro."
Asegurar la escena puede tomar horas. Durante este tiempo, las víctimas pueden
sangrar hasta la muerte o entrar en shock y morir. Para combatir este problema,
las organizaciones nacionales han adoptado el concepto de Fuerza de Rescate (en
ingles Rescue Task Force RTF). [5]
Esto implica tener personal de emergencias medicas para que entre en sitios de
ataque para estabilizar y extraer a los heridos con rapidez, mientras que
todavía puede existir una amenaza balística o explosivos. El personal de
emergencias medicas que operan en RTF usan chalecos antibalas y reciben
seguridad de agentes del orden. Este concepto representa una mejora
significativa en la respuesta de emergencia en estos casos, pero sin duda llevará
un tiempo considerable ponerlo en práctica a nivel nacional.
Incluso con una atención medica de
emergencia más rápida, los agentes de policía que actúan enfrentarán situaciones en las que
pueden salvar las vidas de las víctimas mediante la aplicación de técnicas
adecuadas de control rápido de hemorragias luego de que la amenaza haya sido suprimida.
Además, en un hecho con víctimas masivas, el número de heridos puede superar la
capacidad de respuesta del personal de emergencia medica. Reconociendo que el
objetivo principal de un agente que interviene en estos casos es neutralizar la
amenaza, si los agentes tienen algún tipo de formación médica, pueden estar en
condiciones de ayudar a los heridos y, posiblemente, salvar vidas. [6]
Esta capacitación está actualmente disponible, y los autores de este artículo recomiendan
que todos los agentes encargados de hacer cumplir la ley reciban este
entrenamiento para maximizar su capacidad de ayudar a los heridos durante estos
hechos. [7]
Obviamente, si los agentes van a ser
capacitados para proporcionar asistencia médica, entonces necesitan equipos
para proporcionar esta ayuda. Numerosos kits para el cuidado de heridas están
disponibles comercialmente y pueden ser fácilmente adheridos al soporte de
placas. Además, los autores sugieren que todos los agentes llevan torniquetes.
Los torniquetes son útiles para detener el sangrado de las extremidades, ya sea
causada por una herida de bala u otros traumatismos. En numerosos casos en todo
el país, los agentes han salvado no sólo la vida de los demás agentes, sino
también a la población civil mediante la aplicación de un torniquete.
Civiles entrenados para reaccionar
La policía, ha hecho un excelente trabajo
al responder rápidamente a los ataques de disparos de tiradores activos. A
pesar de la dramática mejoría en la capacidad de respuesta de la policía, desde
el tiroteo en la escuela Columbine, los ataques han continuado con un elevado
número de víctimas. Los cinco ataques con más víctimas desde el año 2000 a
pesar que la policía llegara a la escena en 3 minutos, muestra claramente que la
capacidad de respuesta de la policial,
aún rápida y eficaz, solo es una parte de la respuesta a los daños causados
durante estos ataques.
También son importantes las acciones que la
población civil tome para protegerse durante los 3 o más minutos que tarda en
llegar la policía. Los civiles deben ser entrenados sobre qué hacer si se
produce uno de estos ataques. Una variedad de recursos están disponibles sin
costo alguno. Las agencias federales, incluyendo tanto el FBI y el Departamento
de Seguridad Nacional, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias,
respaldan el uso de la técnica de entrenamiento “Correr, Esconderse, Lucha” y
la explican a los civiles para que puedan protegerse a sí mismos y a los demás
a su alrededor.[8] Las agencias
de Policía y las comunidades a las que sirven deben trabajar juntos para
implementar esta capacitación.
CONCLUSIÓN
La frecuencia de casos de tiradores activos
(agresores armados) ha aumentado en los últimos años. Estos hechos también han
generado una sustancial cantidad de preocupación pública. Los autores de este
artículo esperan que la información facilitada proporcione a los administradores
de la policía la información necesaria para lograr mejores prácticas en la
respuesta a estos casos, basadas en la evidencia y que estas buenas prácticas
contribuyan a salvar vidas.
[1] JP
Blair, T. Nichols, D. Burns, y JR Curnutt, Eventos Tirador Activo y
Respuesta (Boca Ratón, FL: CRC Press, 2013).
[2] Federal
Bureau of Investigation, Critical Incident Response Group, “Active Shooter/Mass
Casualty Events,” http://www.fbi.gov/about-us/cirg/active-shooter-and-mass-casualty-incidents
(accessed November 22, 2013).
[3] Federal
Bureau of Investigation, Critical Incident Response Group, “Active Shooter
Event: Quick Reference Guide,” http://www.fbi.gov/about-us/cirg/active-shooter-and-mass-casualty-incidents/active-shooter-tent-card-090513.pdf
(accessed November 22, 2013).
[4] Ibid
[5] Department
of Homeland Security, Federal Emergency Management Agency, U.S. Fire
Administration, “Fire/Emergency Medical Services Department Operational
Considerations and Guide for Active Shooter and Mass Casualty Incidents,” http://www.usfa.fema.gov/downloads/
pdf/publications/active_shooter_guide.pdf
(accessed November 26, 2013); International Association of Fire Fighters,
“IAFF Position Statement: Active Shooter Events,”
http://www.iaff.org/Comm/PDFs/IAFF_Active_Shooter_Position_Statement.pdf (accessed
November 26, 2013); Joint Committee to Create a National Policy to Enhance
Survivability From Mass Casualty Shooting Events, “Improving Survival from
Active Shooter Events: The Hartford Consensus,” http://www.naemt.org/Libraries/Trauma%20Resources/
Hartford%20Consensus%20Document%20Final%204-8-13.sflb
(accessed November 26, 2013); Joint Committee to Create a National Policy
to Enhance Survivability From Mass Casualty Shooting Events, “Active Shooter
and Intentional Mass-Casualty Events: The Hartford Consensus II,” http://bulletin.facs.org/2013/09/hartford-consensus-ii/
(accessed November 26, 2013); and Joint Committee to Create a National
Policy to Enhance Survivability From Mass Casualty Shooting Events, “Improving
Survival from Active Shooter Events: The Hartford Consensus,” http://bulletin.facs.org/2013/06/improving-survival-from-active-shooter-events/
(accessed November 26, 2013).
[6] Joint
Committee to Create a National Policy to Enhance Survivability From Mass
Casualty Shooting Events, “Improving Survival from Active Shooter Events: The
Hartford Consensus.”
[7] Joint
Committee to Create a National Policy to Enhance Survivability From Mass
Casualty Shooting Events, “Improving Survival from Active Shooter Events: The
Hartford Consensus.”
[8] Federal
Bureau of Investigation, Critical Incident Response Group, “Active Shooter/Mass
Casualty Events”; and Ready Houston, http://www.readyhoustontx.gov/videos.html#rhf
(accessed November 26, 2013).
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