Es común en Cuba cuando te quejas de problemas cotidianos
que te respondan con: “…pero en Cuba la educación es gratuita”.
A simple vista si es gratuita, pero el mito de este “logro revolucionario”
esconde un oscuro procedimiento.
■ La gratuidad que presume el gobierno cubano
a mi madre le costó mucho dinero.
Cuando entré en la secundaria el Ministerio de Educación
dispuso que todas las clases en la isla serían televisadas; o sea, en cada aula
del país hay un televisor y las clases están grabadas en cintas VHS. El
profesor (de 18 años que pasó un curso de maestro de 6 meses) es el encargado
de cuidar la disciplina del aula y atender que todos los estudiantes miren el
televisor. Además, crearon dos canales educativos que transmiten teleclases
continuamente. Ahora recuerdo todos esos días en la escuela que no había
electricidad y no recibíamos clases.
Yo quería ir a la universidad, fue un sueño inculcado por
mis padres desde pequeño. El nivel de la enseñanza decreció con las técnicas
televisivas y me vi obligado a acudir a maestros particulares para llenar las
lagunas en contenidos y conocimientos. Estuve estudiando 8 años con maestros
particulares, que vale aclarar que ejercían esta labor ilícitamente. Tenía
profesores privados de Matemática, Español, Física, Química e Historia de Cuba.
¡Excelentes profesores de la vieja escuela! Recuerdo con mucho cariño a
Esteban, el de Historia de Cuba, que siempre me explicaba lo que “debía”
escribir en los exámenes para aprobar, y luego, la verdad de la historia no
contada en los libros actuales. Me cobraba 20 pesos cubanos la clase de dos
horas, pero aprendí tanto que fue un dinero bien pagado.
■ “¿Cómo puede un niño aprender ortografía
mirando todos los días un televisor?”
Me decía siempre Felicia, mi profesora de Español, que por
cierto fui felicitado porque obtuve en un examen de 8vo grado 100 puntos. Ella
es una excelente profesora, de las que les apasiona educar. Por razones
económicas se desvinculó del Ministerio de Educación.
■ Las pruebas de ingreso a la universidad son
bien difíciles y rigurosas.
Generalmente examinan tres asignaturas: Matemática,
Español e Historia. El aprobado se obtiene con 30 puntos, pero debido a las
pocas plazas de ingreso, solamente lo logran las mejores notas. Quien quiera
acceder a la educación superior y no tenga profesores particulares de estas
tres asignaturas, a menos que sea un genio superdotado, lo tendrá bien difícil.
¡Y cada maestro cuesta! ¿Cómo podré agradecerles a mis padres? ¡Cuánto
sacrificio hicieron gastando sus salarios y mucho más en mi educación! Con qué
orgullo les dije un día: “Mami, papi, fui el tercero en el escalafón. ¡Entré a
la universidad!”
■ Luego en la universidad tuve que seguir
recibiendo clases particulares.
En primer año tenía profesores privados de Cálculo,
Álgebra y Química. ¡Ay Química! ¡Qué bruto era en Química! Jamás di una clase
de esta asignatura en la secundaria ni en el preuniversitario; y claro, en la
ingeniería se supone que ya tengas conocimientos previos de Química y comienzan
el nivel avanzado; pero yo estaba perdido. Aprobé esta materia en examen
extraordinario con 3/5 puntos (mínimo) y creo que fue por caridad de la
profesora que vio mi empeño incansable.
El año pasado las pruebas de ingreso se tuvieron que hacer
dos veces, porque la primera sólo pocos estudiantes en La Habana los aprobaron,
y en la segunda tuvieron que bajar el nivel de dificultad para evitar el caos.
■ Terminé mi universidad.
¡Qué emoción el día que me dieron el título de graduado!
Pero después de graduado viene el amigo “comandante” a cobrarte todo lo que
invirtió en tu educación. Después de graduado cada estudiante está obligado a
realizar el servicio social, o sea, trabajarle dos años al gobierno con un
salario “reducido” para así pagar por la enseñanza recibida. De no aceptar o no
“pasar” el servicio social, el Ministerio de Educación Superior te invalida el
título universitario.
■ ¿Educación gratuita?
Si, es gratuita para lograr el nivel de adoctrinamiento
“necesario” en las escuelas de Cuba. Ahora, si quieres aprender algo, paga.
Fidel Castro dijo muy orondo una vez: “En Cuba hasta las prostitutas son
universitarias” ¡Cuántas cosas son necesarias de hacer para tener una buena
educación gratuita!”.
Yo digo que el acceso popular a la enseñanza no es un logro
de ninguna revolución, ni de ningún sistema político; es una obligación de
cualquier gobierno además de garantizar la buena calidad de la misma. ◆
[1] Yusnaby Pérez, Fundador at
Yusnaby Post. Comunicador cubano. Amante de la democracia, la
libertad y los Derechos Humanos. Defensor de la pluralidad de criterios y modos
de expresión. Vive en La Habana.
Es interesante en Bolivia es igual la educacion primaria y secundaria estatal es pesima mientras que en las privadas es mejor pero una vez se llega a la educacion superior este papel se invierte la publica es la unica que exige un nivel que aun venido de privadas (peor de publicas) puedes alcanzar y si nuevamente clases privadas entre compañeros la unica solucion; mientras la universidades privadas todo es un relajo solo le enseñan lo basico y salen profecionales a montones. Ahora que esta mal la mediocre educacion publica en primaria y secundaria o la sobre exigencia de la universidad publica.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, nos permiten apreciar una realidad que desconocemos. Atte. Saludos cordiales
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