Un hombre deja de ser representante político
Si hace lo contrario o no hace nada
de lo que sus electores quieren
Dejarlo con el poder obtenido para beneficio de otros
seria como promover una contradicción política
y estafar a la
voluntad popular que lo eligió[1]
El patrón de tránsfugas políticos en el
Perú no es nuevo, es complejo y demanda un análisis detallado, sus tendencias
actuales superaron las del patrón depredador del lobo y las ovejas. El peor
caso histórico de
transfuguismo en el Perú es por violencia y terror. Es el
caso del terrorista Abimael Guzmán, que en esta nota ampliamos.
<Los
Tránsfugas del terror….
Abimael Guzmán se inició en el PCP
Bandera Roja posteriormente pasó a formar el PC MLM PG “Sendero Luminoso”;
luego de ser derrotado, sus residuos conformaron el Movimiento por la Amnistía
y Derechos Fundamentales[2]
(MOVADEF), al negárseles la posibilidad de participar en política cambiaron al
Frente de Unidad y Defensa del Pueblo Peruano[3]
(FUDEPP )y recientemente se presentan como la Asociación de Familiares de
Víctimas de Genocidio[4]
(AFADEVIG), que busca la participación política y amnistía general.
Víctor Polay Campos, inicialmente del
APRA pasó al APRA Rebelde y posteriormente llegó al Movimiento Revolucionario
Tupac Amaru (MRTA). Hoy algunos de los
seguidores como Abel Gilvonio, sobrino
de Nestor Serpa, María Elena Foronda, ambos congresistas, Oscar Mollohuanca, Manuel
Benza Pflucker, Guillermo Bermejo Rojas, entre otros, han pasado a formar parte
del Frente Amplio (FA), y del Movimiento “ Tierra y Libertad”, como es el caso
de Carlos Honres Yglesias[5],
En la década de los 60s, Luis de la
Puente Uceda y Walter Palacios Vinces del APRA Rebelde pasaron a ser parte del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), apoyado posteriormente por
Ricardo Napurí, Ricardo Letts, Edmundo Murrugarra, Javier Diez Canseco, Agustin
Haya de la Torre, Eduardo Figari, Oscar Dancourt, Julio Cesár Mezzich en el MIR
y en el Ejercito de Liberación Nacional ELN.
En
congruencia con las palabras de Mahatma Gandhi “Amenazar al lobo, no ayuda a
las ovejas, Las ovejas deben aprender a
no caer en las fauces del lobo”, el
Perú necesita una Ley que evite el transfuguismo, que supere la contradicción
política que se origina cuando un representante político renuncia a representar
a los electores por los que fue elegido y opta por usar el poder en sentido
contrario. Otorgar legalidad al empleo del poder obtenido por voto popular en
sentido contrario es avalar la estafa política.
Claro esta que esta ley debe dejar abierta la posibilidad de causas
nobles y supremas, como nos lo prueban los casos históricos del transfuguismo
de San Martín, Simón Bolívar, Hipólito Unanue y Pavón, Mateo García Pumacahua,
que se distinguen por sus elevados ideales libertarios y que en todo caso, son de aprobación general y/o
mayoritaría.
[1] Los Partidos políticos son instrumentos de mediación entre los
electores y los cargos públicos y cuando se llega a situaciones de máxima
discrepancia entre el cargo público y el partido, por el que accedió aquel, lo
lógico es que el titular del escaño, en cualquiera de sus modalidades,
abandone, se vea obligado a renunciar a su puesto y ceda a favor del siguiente
de la lista electoral.
[5] Referencia: http://tiempo26.com/veronikamendozaymarisaglave/
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