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miércoles, 26 de octubre de 2011

Zumbidos hacia una mejor Educación, Por Gail Collins


Zumbidos hacia una mejor  Educación, Por Gail Collins
Publicado: 21 de octubre 2011

Según la autora de este artículo, las universidades en los Estados Unidos se han convertido en un negocio lucrativo, existen estudios que demuestran que las últimas generaciones de estudiantes no están preparadas para enfrentar el reto global como otras naciones más avanzadas están poniendo en practica. La autora, hace un llamado al Gobierno, Educadores y Padres a orientarse a una magnificación de la educación en las nuevas generaciones. Ahí el artículo……

La temporada está sobre nosotros. Las ardillas están recogiendo sus frutos secos de invierno, los gansos se van volando en formación, los colibríes se dirigen al sur – por lo que me pregunto ¿cómo diablos es que lo hacen? Además, los alumnos del último año de secundaria están comenzando sus largas caminatas de visita a las universidades, que parecen tomar más tiempo y esfuerzo en comparación al esfuerzo de los colibrí.

Solo en los Estados Unidos, hay más de 2.000 instituciones, de cuatro años de educación superior ¿Cómo se supone que debes llevarse a cabo una selección?

Siempre he sido defensora de la idea, de que en realidad no importa mucho donde fuimos a la escuela. Esto lo basaba en parte, en el hecho, de que yo misma elegí mi propia alma mater, Marquette, porque fue la única universidad, que envió a un reclutador a mi escuela secundaria. El reclutador nos dijo que Marquette fue sólo para las personas que estaban dispuestas a ser tratadas como adultos, e imagínense mi sorpresa el primer día, cuando descubrí que las mujeres no podían salir de los dormitorios en pantalones, a menos que fuéramos a jugar bolos (Bowling).

Pero eso, fue hace mucho tiempo; antes, el elegir una universidad era una ciencia. Ahora una lista con las mejores opciones lo hace más fácil, ya que uno puede conectarse a cualquier buscador de sitios Web y encontrar-la-universidad, colocar en el nuestros intereses académicos, las consideraciones financieras, las preferencias geográficas y así sucesivamente. Y más pronto de lo que uno cree, recibirá un buen número de escuelas que ofrecen complementar nuestras demandas y criterios de interés.

Sólo por el gusto de hacerlo, fui al sitio Web de la Asociación de Universidades (College Board), trate de fingir que tenía 18 años otra vez, coloqué mis datos, y descubrí que estaba destinada a ir a la Universidad de Minnesota y a ninguna otra parte.

Debería haber sido un “Gopher” (un buscador más ávido de información).

Pero olviden este: mi camino que no tome. Hoy en día, tenemos una nueva generación de padres e hijos, buscando la ruta perfecta para el crecimiento intelectual. O tal vez no. Hay un estudio conocido como "Académicamente a la deriva" que ha hecho seguimiento a 3.000 estudiantes en 29 campus y que determinó que después de dos años, el 45 por ciento no mostró ningún aumento significativo en el aprendizaje - y que los resultados,  después de cuatro años, arrojaron que el 36 por ciento mostró ligeros cambios.

Esto es escalofriante particularmente porque los jóvenes y las mujeres ingresan a la universidad luego que han pasado su último año completo en la escuela secundaria preocupándose por la universidad a la que van a entrar. Me cuesta pensar que muchos de los llamados cerebros, que pagan la más costosa educación en el país,  ya están completamente formados para su cumpleaños número 17.

Pero hay más: Además de aprender menos en las universidades, los estudiantes de hoy tienen más préstamos. Este año, por primera vez, la cantidad total de préstamos a los estudiantes sobresalientes sobrepasa el umbral de $ 1 trillón. La Reserva Federal ha informado de que los estadounidenses deben ahora más por préstamos estudiantiles que por tarjetas de crédito.

Aunque todo esto parece bastante deprimente, creo que es importante tener en cuenta el lado positivo. Cuando se trata de gastar dinero que uno no tiene, al parecer, los estadounidenses de hoy prefieren invertir en las materias de Historia 101 y Francés Conversacional en vez de ropa, vacaciones y nuevos implementos de cocina.

Sin embargo, Richard Arum, co-autor del estudio "Académicamente a la deriva", no está buscando el lado bueno en todo. Especialmente por el hecho de que su estudio descubrió "que el 36 por ciento de los estudiantes están estudiando cinco o menos horas a la semana y obtienen un 3,16 de grado en promedio. "

Algunos jóvenes de 18 años de edad pueden sentirse animados con la idea de que pueden ir a una buena escuela, no hacer casi nada y  volver a casa con una B. Sin embargo, Arum dice que esto no significará mejoras a la economía global. El ha  comparado el desempeño de nuestros estudiantes, en un reciente informe sobre el esfuerzo académico, con estudiantes de los países europeos y ha descubierto que en cuanto a tiempo dedicado al trabajo en clase y los deberes”, sólo la República Eslovaca vendría después de nosotros en lo que respecta al empleo del tiempo académico."

Yo no creo, que el sólo vencer a la República Eslovaca, signifique un giro positivo.

Arum afirma que los niños que nunca estudiaron fueron los más propensos a tener  dos años fuera de la universidad, que viven en casa con sus padres, y que está claro que todas las madres y los padres tienen un gran interés en asegurarse de que sus hijos hagan más lectura, que preocuparse por una competencia con Bratislava (República Eslovaca ).

Tal vez el objetivo de la búsqueda de una universidad grande no debe ser la escuela más prestigiosa, o que sea la escuela de la que el estudiante del primer año se enamora  durante la gira en el campus. Quizás todo el mundo debería buscar la universidad que tiene más probabilidades de maximizar la cantidad de trabajo que sus  niños pondrán  una vez que están por su cuenta.

Para Arum, si alguna vez los padres se consideran como tales. "Los Padres, no solo deben preocuparse de enviar al niño a clases en septiembre,", sino, dado el caso que sus hijos opten por más dedicación y tiempo libre para escoger cursos con retos y buenos libros.

Una vez más, el trabajo de un padre nunca termina. Mucho más fácil, hubiera sido criar colibríes.
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Humming to Higher Education, by Gail Collins
Published: October 21, 2011

According to the author of this article, the universities in the United States have turned into a lucrative business and there are surveys showing the last generations of students are not well enough equipped to face the global challenge, like other advanced nations do. The author made a call to the government, professors and parents to orient the new students generations toward a magnification of the education 

The season is upon us. Squirrels are collecting their winter nuts, the geese are flying off in formation, the hummingbirds headed south — and how the heck do they do that, anyway? Also, the high school seniors are beginning their long college visitation treks, which appear to take longer and require even more effort than that hummingbird thing.

There are more than 2,000 four-year institutions of higher learning alone in the United States. How are you supposed to make a selection?

I was always a proponent of the idea that it didn’t really matter much where you went to school. This was based in part on the fact that I chose my own alma mater, Marquette, because it was the only university that sent a recruiter to my high school. The recruiter told us that Marquette was only for people who were ready to be treated like adults, and imagine my surprise on the first day when I discovered that the women couldn’t leave the dorms in slacks unless they were going bowling.

But that was a long time ago, before picking a college was a science. Now coming up with a list of top choices is easy because you can log onto any number of find-your-college sites, put in your academic interests, your financial considerations, your geographical preferences and so on. Pretty soon you will get a batch of schools that meet your criteria.

Just for the heck of it, I went to the College Board site, tried to pretend I was 18 again, plugged in my data and discovered that I was meant to go to the University of Minnesota and nowhere else.
I should have been a Gopher.

But forget my path untaken. We’ve got a new crop of parents and kids out on the road, searching for the perfect road to intellectual growth. Or maybe not. There’s a well-known study called “Academically Adrift” that followed 3,000 students on 29 campuses and determined that after two years, 45 percent showed no significant gain in learning — and even after four years, 36 percent showed little change.

This is particularly frightening because the young men and women entering college have already spent their entire senior year of high school doing nothing but fretting over what college they’re going to get into. I would rather not think that many of the most expensively educated brains in the country are already formed by their 17th birthday.

Wait, there’s more: Besides learning less, today’s students are borrowing more. This year, the total amount of outstanding student loans will pass the $1 trillion threshold for the first time. The Federal Reserve has reported that Americans now owe more on student loans than on credit cards.

While this all looks pretty depressing, I think it’s important to consider the bright side. When it comes to spending money they don’t have, Americans today apparently prefer to invest in History 101 and Conversational French rather than clothes, vacations and new kitchen appliances.

However, Richard Arum, the co-author of “Academically Adrift,” is not looking on the bright side at all. Particularly about the fact that his study found “that 36 percent of the students are studying five or fewer hours a week and get a 3.16 grade average.”

Some 18-year-olds may be heartened by the idea that they can go to a good school, do almost nothing and still come home with a B. But Arum says this isn’t going to cut it in the global economy. He compared the performance of the students he studied with a recent report on academic effort in European countries and discovered that when it comes to time spent on class work and homework, “only the Slovak Republic would come after us in academic time.”

I don’t think I can put a positive spin on beating the Slovak Republic.

Since Arum says the kids who never studied were more likely, two years out of college, to be living at home with their parents, it’s clear that all mothers and fathers have a major interest in making sure their offspring are doing more reading than their competition in Bratislava.

Maybe the goal of the great college search should not be the most prestigious school, or even the school the prospective freshman falls in love with on the campus tour. Maybe everybody should be looking for the college that is most likely to maximize the amount of work the kids put in once they’re out on their own.

If they ever are. “Parents’ concern should not end once they send the kid off in September,” said Arum, who believes it’s important to stay on the case, making sure your children are picking challenging courses and putting in major book time.

Once again, a parent’s work is never done. So much easier if you’d been raising hummingbirds.


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