Jorge Contreras
Cada vez que ocurre un suicidio o hecho similar, las
noticias llenan las primeras planas, y algunas, de estas, por extraño que parezca, tienen
efectos negativos y multiplicadores. Este artículo publicado por Al Tompkins, en
Poynter, el 11 de agosto del 2014, describe la importancia del ejercicio de un
periodismo profesional en los casos de suicidio.
Podríamos también sacar algunas conclusiones sobre el ejercicio del periodismo y el tratamiento de los casos de seguridad ciudadana nacional…
Cómo cubrir la
historia de Robin Williams con responsabilidad …
Por Al Tompkins
La sospecha
de suicidio del comediante Robin Williams ha sido una oportunidad para que periodistas de todo el mundo preparen más
cobertura a un tema que lo merece. Sin embargo, al otro extremo están las tasas de suicidio, que en los Estados Unidos aumentaron entre los
años 2000 y 2007.
Los grandes titulares, la especulación y las imágenes de fans
que lloran podría hacer mucho daño y los periodistas deben cubrir este tipo de “muertes
de alto perfil”
- la pregunta
clave es ¿cómo?.
El
Centro de Prevención y Control de Enfermedades (en inglés CDC) reportó el año pasado
que en el
año 2009 murieron más personas por suicidio que por accidentes de tráfico.
Además, consideró "aumentos sustanciales en las tasas de suicidio entre
los adultos de mediana edad en los Estados Unidos."
Sobre
las conclusiones de la CDC, Tara
Parker-Papa escribió un artículo en el New York Times resaltando que personajes
notables "que han enfrentado años
de preocupación económica y con fácil acceso a los analgésicos vendidos con
receta, son particularmente vulnerables a hacerse daño a sí mismos."
Entre los años 1999 y el 2010, la tasa de suicidios en
los estadounidenses entre 35 a 64 años aumentó en casi un 30 por ciento, aproximadamente
17.6 muertes por cada 100.000
habitantes, frente a los 13,7 al inicio. Aunque las tasas de suicidio están
creciendo entre los hombres y mujeres de mediana edad, muchos más hombres se
quitan la vida. La tasa de suicidio para los hombres de edad media fue de 27.3
muertes por cada 100.000 habitantes, mientras que para las mujeres fue de 8.1
muertes por cada 100.000.
La Asociación Americana contra el Suicidio incluye una colección
de recomendaciones para los
periodistas que cubren este tema. Entre ellos resaltamos en este artículo tres
puntos importantes:
Más de 50 estudios de investigación en todo el mundo han
encontrado que ciertos tipos de cobertura de noticias pueden aumentar la
probabilidad de suicidio en personas vulnerables. La magnitud del aumento está
relacionada con la cantidad, la duración y la importancia de la cobertura.
El riesgo de suicidios adicionales aumenta cuando en la
historia se describe explícitamente el método empleado para el suicidio, cuando
se utiliza titulares dramáticos, cuando se emplean gráficos o imágenes con repetida y extensa
cobertura o cuando a través del sensacionalismo se idealiza una muerte.
Las publicaciones cuidadosas y breves sobre el suicidio “pueden
ayudar” a cambiar las percepciones
erróneas y los mitos. Las buenas publicaciones, en lugar de alentar a personas vulnerables
o en riesgo, deben inducirlas a buscar ayuda.
Uno de los “errores más comunes” que los periodistas puedan cometer
en la cobertura de suicidio es desarrollar la idea de que “una cosa de gran magnitud ha sido la causa para
quitarse la vida”. El suicidio es una respuesta compleja que por lo general
implica un montón de factores que incluyen la enfermedad mental. De hecho, los
expertos en suicidio estiman que el 90 por ciento de los suicidios tienen
alguna relación con una enfermedad mental y/o con el abuso de sustancias. Y ambos son
tratables.
Hace un par de años, tuve la experiencia de participar en un
taller para “periodistas que cubren los suicidios”. La Fundación Dart ha
recolectado recursos que lo pueden ayudar en este tipo d noticias en este
enlace.
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