Articulo Publicado en The
Lancet
doi:10.1016/S0140-6736(08)61345-8
Traducción Jorge Contreras
Sheik Humarr Khan, el virólogo y experto
en fiebres hemorrágicas virales que encabezó la respuesta al Ébola y falleció en Sierra Leona. Esta enfermedad aun to tiene cura y la OMS ha
autorizado el empleo de medicamentos no probados ante su reciente brote en
Guinea, Sierra Leona, Liberia, Nigeria y República del Congo. Por ello las
naciones han lanzado un alerta ante el tránsito de migrantes de África.
Nació en Lungi, Sierra Leona, el 6 de
marzo de 1975, y murió de Ébola en Kailahun, Sierra Leona, el 29 de julio de
2014, a la edad de 39 años.
La historia….
El día anterior tenía programado dar algunos
exámenes en su escuela secundaria, En los diarios,
Sheik Humarr Khan leyó un obituario publicado en un periódico local: “Un médico
alemán que había llegado a Sierra Leona para ayudar a la gente a tratar con la “fiebre
de Lassa” había contraído la enfermedad y fallecido. Alhajie Khan contó que su hermano, que por ese
entonces tenía 15 años de edad, mostró el recorte de periódico a sus amigos. Su
hermano recuerda cómo Sheik Humarr Khan les dijo: "Esto es muy importante.
Este médico alemán vino aquí para ayudar. Yo también voy a tratar de ser un
médico.
Y "tuvo éxito, en el 2001, calificó para medicina y cirugía en la
Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud en la Universidad de Sierra Leona y
finalmente llegó a convertirse en uno de
los principales virólogos al Oeste de África. Era el Médico designado en el Hospital
del Gobierno de Kenema a cargo del
Programa de Fiebre de Lassa cuando murió.
A principios de este año, el Gobierno de
Sierra Leona le pidió a Khan ayuda para
dirigir la respuesta del país al brote de Ébola. Alhajie Khan dijo que su
hermano no tenía miedo a esta tarea, declara que: "Él sólo estaba haciendo
el trabajo que siempre quiso hacer". Aunque Sheik Humarr Khan mencionó en sus mensajes
de correo electrónico que envió a su familia que él estaba preocupado porque un
paciente no diagnosticado había venido al hospital donde él estaba, en Kenema en el este de Sierra
Leona y sin saberlo, ni quererlo, había transmitido
la enfermedad.
En julio último, Khan comenzó a mostrar
síntomas de Ébola y una semana más tarde fue admitido en un centro de
tratamiento. Algunas controversias rodean su deceso a causa de la noticia, de
que un equipo de médicos optó por no darle a Khan una droga experimental no
probada, contra el Ébola. Su equipo médico, de “Médicos Sin Fronteras” determinó
en esa oportunidad, que los riesgos de la administración de la droga superaban
cualquier beneficio potencial que pudiera tener. Esta decisión se tomó semanas
antes de que la Oficina Mundial de la Salud decidiera que era ético el comenzar
a emplear medicamentos “no probados” ante el brote de la peligrosa enfermedad.
Después de que Khan muriera el 29 de julio, Ernest Bai Koroma, el Presidente de
Sierra Leona lo declaró héroe nacional y lo elogió por salvar la vida de más de
100 pacientes de Ébola. Hoy un nuevo centro contra la hemorragia viral en
Kenema llevara su nombre, en honor a Khan.
Khan fue la elección obvia para ayudar a
dirigir la lucha contra la propagación del ébola en la región. Después de
trabajar como oficial médico en la Dirección Nacional de Prevención y Control
de Enfermedades del Ministerio de Salud y Saneamiento en Freetown, fue
reclutado en el año 2005 para convertirse en el Médico encargado del Programa de Fiebre de
Lassa en el Hospital Estatal de Kenema. Fue un ejemplo de valentía. Su
predecesor inmediato, Aniru Conteh, un médico de Sierra Leona, había contraído
la fiebre de Lassa y fallecido.
Según Robert Garry, un profesor en el
Departamento de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Tulane y su más frecuente colaborador, Khan aceptó el cargo porque "estaba muy
comprometido con hacer algo para tratar la fiebre de Lassa en su país", afirma
que Khan "estaba decidido a ponerla bajo control."
Según Kristian Andersen, investigador
postdoctoral en el Departamento de organismos y Biología Evolutiva de la
Universidad de Harvard y en el Instituto Broad declara: Khan estuvo a la vanguardia de la
investigación sobre cómo la fiebre de Lassa evoluciona, se adapta y cambia con
el tiempo. Fue "un líder de entre los científicos africanos que salen en
la primera línea de la prevención y el tratamiento de algunos de los patógenos
humanos más peligrosos", que son parte de la Fiebre Hemorrágica Viral y el Programa de Fiebre de Lassa. Andersen
pasó más de un año trabajando con Khan y lo recuerda no sólo por su "mente
brillante", sino también por "la personalidad y sonrisa más
cautivadora que uno se pueda imaginar". Sus colegas y amigos dicen que fue
en sus interacciones con sus pacientes y estudiantes en que Khan realmente
brillaba. Khan también se desempeñó como Conferencista Asociado en la Facultad
de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad, en la que también había
enseñado en Sierra Leona. "Estuvo involucrado mucho en la educación de los
estudiantes de medicina con el fin de mejorar el sistema de atención de
salud", afirma Garry. "Creía que esa era la única forma en que se podía
mejorar." En Khan, el esfuerzo de su vida, fue su natural predisposición dirigida a reclutar
más ciudadanos de Sierra Leona para el campo de la medicina.
Khan deja esposa, un hijo y una hija. Su
familia ha creado una fundación en su nombre para ayudar a pagar la educación
de los futuros trabajadores de la salud y proporcionar apoyo a las familias de
los médicos y enfermeras que pierden la vida en el campo. "Él fue muy
consciente de los peligros en su trabajo, y desinteresadamente trabajó día y
noche para asegurar que sus pacientes reciban la mejor atención posible",
declaró Andersen. "Le salvó la vida de muchos pacientes."
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