Por Jorge Contreras [1]
El desarrollo científico tecnológico es
un hecho y significa cambio. Algunos productos ya están entre nosotros y aún no
se adoptan, están en experimentación, en
animales, en objetos de uso diario. Si de algo podemos estar seguros, es que el prototipo de un bio-chip insertado
en humanos acabará con la privacidad y rebasará los alcances y vacios que
cubren los teléfonos móviles y las redes sociales, tanto así que significará la
quiebra y bancarrota de industrias completas. En el otro extremo, como toda
invención humana también causará daño.
Miniaturización
y consumo…
La empresa IBM presentó en la revista “Science” un proyecto de seis
años, veinte colaboradores, ocho laboratorios y fábricas, cinco universidades y
una empresa de reciente creación, además del gigante surcoreano Samsung:
un chip
inspirado por el cerebro humano
fabricado con intención de llevar un paso más allá la capacidad de los
ordenadores modernos. De momento está
batiendo todos los récords de la compañía en cuanto a miniaturización y
consumo.
Lectura
de las funciones en sistemas humanos…
Un equipo de investigadores de la “Escuela Woodruff” de Ingeniería
Mecánica del Instituto
de Tecnología en Georgia ha publicado un trabajo sobre un nuevo
dispositivo miniaturizado que
permite obtener imágenes en 3D desde el interior del cuerpo humano, viajando
por las arterias y vasos sanguíneos.
Sensores
y comunicación externa…
Científicos de la Escuela Politécnica
Federal de Lausana han desarrollado un
dispositivo con sensores que se implanta bajo la piel y que realiza un
análisis de ciertas sustancias presentes en el cuerpo. Esto puede evitar los
análisis de sangre convencionales en algunos casos –por ejemplo entre los
pacientes en quimioterapia que requieren de monitorización continua– y, lo más
interesante, esa información está siempre disponible a través de una
conexión Bluetooth y de la red.
Sensores
se complementan con dispositivos móviles y redes…
Así
mismo, monitorear lo que le pasa al cuerpo se ha
vuelto una manía en Silicon Valley, California. Numerosos entusiastas llevan hasta dos o
tres brazaletes para tener un estricto control de su presión arterial las 24
horas. Esos dispositivos usan sensores que cuentan la cantidad de pasos que ha
dado el usuario (el índice recomendado es de 10.000 por día, es decir, ocho kilómetros).
En todo el valle californiano, nuevas empresas se apresuran a aprovechar la
euforia en torno de esta tecnología. Están adaptando los aparatos para medir
las funciones del cuerpo a los teléfonos inteligentes, con el fin de producir
un flujo de datos que podría -o no- ser útil para médicos y especialistas si
estos tuvieran tiempo de procesarlos. Ya hay decenas de start-ups, quizás
centenares.
¿Solo
fines médicos?, vamos, vamos, creemos que no…
Si bien un bio-chip en humanos podría
facilitar tareas preventivas y de control “medico”, debemos considerar que esta
tecnología influenciara notablemente procedimientos de
identidad-identificación, localización, salud, comunicación externa,
actividades diarias y comunicaciones del usuario, y podrá ser empleado
externamente, o implantado, digamos en un diente, inyectado debajo de la
epidermis, o hasta en un marcapasos y podrá servir para un sinfin de
finalidades.
Caso
Inmigraciones y Actividades financieras…
Un bio-chip podría asemejar a los chip
insertados en los pasaportes, tarjetas
de crédito y las personas podrían andar seguras por las calles, hacer sus
compras y viajar si necesidad de mayores demandas de tramites.
Control
de bebes, menores y adolescentes…
Los padres sabrían donde están sus hijos
y las autoridades podrían conocer su ubicación. Disminuirían los accidentes por
niños abandonados descuidadamente.
Deslealtad-Infidelidad…
Simplemente estas posibilidad podrían ser
detectados.
Idos,
Desaparecidos, Perdidos, Fugados, secuestrados…
Las posibilidades serían inimaginables,
si bien podría resolver el problema de control de pacientes, historias
clínicas, antecedentes alérgicos, etc, permitiría encontrar a cualquier persona
perdida en las calles. Al igual que hoy se hace con animales en el océano y tierra, también podríamos encontrar a personas, como en el caso de la tercera edad
en personas con enfermedad senil, alzheimer, esquizofrenia, insomnes, o casos
más delicados como de secuestrados por ejemplo.
Espionaje
industrial…
Negativamente, el espionaje industrial
sería sencillo y simple, un implante podría resolver dudas sobre todo tipo de conversaciones,
actividades y comunicaciones.
Delincuencia…
Solucionaría necesidades indispensables
de investigaciones, en casos de accidentes aéreos, desastres, así como en
escenarios de crimen, facilitando identidad, identificación, localización de
victimas o infractores, y registros en memoria consiguientes.
La reflexión final que queda…
¿Estamos preparados para está tecnología?
Cada día que queremos asemejarnos más a
Dios,
Debemos considerar que podríamos
desaparecer, al igual que él.
[1] Jorge A. Contreras Rios, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador,
licenciado de las fuerzas armadas, abogado, magíster en ciencias militares,
magíster en derecho penal, estudios de doctorado en derecho penal.
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