Tomado de Science Alert
Por Becky Crew
Traducción Jorge Contreras
Durante más de un siglo, los investigadores no han podido explicar
cómo se mueven grandes losas de piedra, aparentemente sin ninguna ayuda, a
través de un lago seco en el valle de la muerte en Estados Unidos. En este
artículo la explicación del misterio.
Situado sobre el noroeste del Valle de la Muerte en el
desierto de Mojave al este de California, el lecho de lo que antiguamente fuera
un lago, hoy seco y excepcionalmente plano y llamada
la “Playa de los rastros
de caminos” (en inglés Racetrack Playa) mantiene un fenómeno peculiar. Decenas
de grandes piedra de dolomita y sienita , con pesos de hasta 318 kilogramos, se
mueven desplazándose a través del barro agrietado, dejando un surco cual
suave sendero detrás de sus
recorridos.
Algunos de estos senderos se extienden la friolera de 250
metros. Con frecuencia forman una línea agradable, ligeramente curvada, pero a
veces forman una línea rígida, o
con ángulos en zig-zag, lo que implica súbitos cambio en su recorrido hacia la
derecha o izquierda. Estas "piedras navegantes", como han sido apodados,
son tan comunes en el “Racetrack Playa”, que hacen que parezca como una pista
de carreras muy gastada, de ahí que el nombre de Playa. (Playa también
significa “lago seco”.)
Es obvio que estas piedras se mueven por los senderos, pero
¿cómo? Antes nadie lo sabía. Desde los 1900 los investigadores y observadores
casuales estaban fascinados por las piedras y su desplazamiento y nadie podía
explicar cómo se movían. Y este hecho se mantuvo por siglos sin explicación ni
respuesta sobre como es que se producía, además, nadie ha visto jamás a las
rocas moverse.
Según Marc Lallanilla de la organización
LiveScience, mientras que las explicaciones de los menos informados incluían
de todo, desde extraterrestres hasta campos magnéticos y hasta explicaciones
bromistas pasadas de moda, una teoría popular entre los investigadores fue
que remolinos de polvo, que son fuertes y relativamente de larga duración en
esta zona, empujaban las piedras a través de la playa. Sin embargo, esta
teoría, y otras que surgieron, fueron refutadas.
Es en el año 2006, en que el científico planetario Ralph
Lorenz del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins de
los EE.UU. comenzó a investigar las piedras navegantes. Llegó a la “Playa de
los rastros de caminos” con un interés en el estudio de sus similitudes a un
lago de hidrocarburos en Titán, la luna de Saturno, y se quedó hasta dar fin a este
misterio de larga data.
Para su explicaciónn, lo único que necesitó fue una pequeña
piedra, un poco de agua y un recipiente ordinario un taper (en inglés “Tupperware”).
Lorenz puso una pequeña roca en el fondo del recipiente y lo llenó de unos
pocos centímetros de agua. Luego coloco todo en el congelador.
La explicación de
Marc Lanilla vino después:
"Después de poner el recipiente en el congelador,
Lorenz, logró que un pequeño bloque de hielo se incruste debajo de la piedra.
Al colocar la piedra con el hielo en una bandeja grande con agua y con arena en
el fondo, lo único que tenía que hacer era soplar suavemente en la piedra para
conseguir que esta se moviera a través del agua.
Y a medida que la piedra con el hielo se movía, dejaba un
rastro en la arena en el fondo de la bandeja. Lorenz ideó su experimento
inteligente mediante la investigación de la flotabilidad del hielo adherido a
las grandes rocas, que cuando
encerradas en hielo, pueden moverse flotando tal como sucede en las playas y mareas
en el Océano Ártico."
Los cálculos de Lorenz y sus colegas de las condiciones
climáticas en Valle de la muerte durante los meses de invierno parecían apoyar
su teoría. "Los cálculos muestran que, en este escenario, el hielo no
produce ninguna fricción en el agua, por lo que las piedras son capaces de
deslizarse con sólo una ligera brisa,"
Joseph
Stromberg lo publicó en la revista Smithsonian. "Este equipo de
investigadores sostiene que su modelo explica el movimiento mucho mejor que
cualquier otra explicación, y que no requiere una gran velocidad del viento ni
de masivas capas de hielo ".
Posteriormente publicaron su investigación en el American Journal of
Physics.
Mientras que la evidencia es circunstancial, porque nadie ha
visto realmente que suceda, la investigación de Lorenz sigue siendo la
explicación más probable para las piedras de la navegación del Valle de la
Muerte.
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