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domingo, 29 de diciembre de 2013

Japón: Tour al corazón de Fukushima

Imagen: visita inspectores de la AIEA en Fukushima,
el
  27 de noviembre de 2013. | Imágenes de AFP/ IAEA
Traducción Jorge Contreras
La catástrofe tras el terremoto, el tsunami del 11 de marzo de 2011 y las explosiones en los reactores nucleares en la planta de Fukushima causaron el peor desastre en la historia de los derechos civiles después del accidente atómico de Chernobyl (1986). Ambos hechos fueron clasificados con el nivel máximo de 7 en la escala de riesgos nucleares.  La región de Fukushima permanecerá contaminada durante décadas. El territorio está contaminada con cesio  134 y 137 que desaparecerá después de trescientos años. Adicionalmente, más de 2 millones de japoneses tendrán que seguir un tratamiento médico durante años.

La visita para conocer la zona y la planta…
Desde el interior, se puede medir con exactitud la magnitud del desastre en el sitio. La enorme tarea que
demanda y que aún no sabemos cómo va a ser superada por los hombres encargados.  Por supuesto, se han visto imágenes, auscultado reactores, revisado muros de hormigón dislocados, y chatarra retorcida. Luego ha continuado un obstinado combate con el  átomo, primero para recuperar las instalaciones “de control” en peligro y luego para “reducir la radiactividad”. Sin embargo, la tarea es gigantesca y enmarañada.

El lunes, 16 de diciembre, por primera vez, el gerente de la planta de la empresa Tokyo Electric Power (Tepco), de Fukushima, permitió a un grupo de periodistas entrar al sitio, junto a funcionarios del Instituto Francés para la Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (IRSN). Los representantes de los medios de comunicación no japoneses habían podido entrar, pero a manera de cuenta gotas y por  sorteo. El 16 de diciembre fue otra la opción.

Obviamente , la empresa Tepco no mostró todo. El recorrido estuvo marcado y  enmarcado en todo sitio. Los interlocutores tuvieron preparados sus discursos. Todo preparado desde el punto de vista industrial, ampliamente criticado por la gestión improvisada de la crisis, incluyendo silencios y algunas mentiras,  que hacían ver que no se contaba con una garantía de apertura y transparencia. La presentación para esta visita fue también controlada.
 
Imagen:  El sitio de la planta de Fukushima el 18 de septiembre de 2013. Tepco descuido deliberadamente desde el mes de mayo del 2011, dos meses después del tsunami, el problema del agua contaminada en la planta dañada, para evitar incurrir en costosos trabajos que hoy conocemos han causado efectos negativos y empañado la imagen de esta empresa en los mercados financieros. | AP
Una visita guiada con recorrido marcado
El recorrido se inicia en la mañana, a 20 kilómetros al sur de la planta central, donde está el límite de la zona de evacuación. La Villa J, un antiguo centro de entrenamiento del equipo de fútbol local se ha convertido después de la catástrofe nuclear,  en una base de retaguardia para bomberos y fuerzas armadas, ahora sirve como una estación de tránsito para los 4.000 empleados que trabajan en el sitio, muchos de los cuales están alojados en barracas, construidas a toda prisa, como decimos los latinos, “a la volada”.

Las reglas: verificación exhaustiva de identidades, prohibición de fotografiar. Akio Komori el administrador del centro da la primera  información en reunión: "Todavía hay muchos problemas que resolver, pero en comparación con el período que siguió luego del accidente, creemos que se han logrado algunos progresos".

A continuación, subimos a un autobús de Tepco , los asientos y el piso están recubiertos de plástico. Surcamos por la ruta RN 6 que corre paralela a lo largo del Océano Pacífico, durante cuarenta minutos de viaje hacia la planta nuclear. Durante el recorrido, por todas partes, son visibles los estragos del tsunami del 11 de marzo de 2011. Las lotizaciones de terrenos barridas por la ola gigante, dieron paso a áreas desperdigada con suciedad. Autos y otros equipos en medio de los campos. El camino atraviesa pueblos fantasmales, todo desierto, abandonado por sus propietarios.
 
Imagen: Zonas de exclusión. Crédito de la imagen: Le Monde
Las zonas expuestas y la necesidad de limitar la exposición de la piel
Sucesivamente la visita pasa la zona Verde, donde el limite de exposición a la radioactividad no es mayor a 20 milisievert (mSv), (el límite nuclear internacional para los trabajadores, empleados de Tepco es de 50 mSv / al año),  luego viene una zona amarilla (donde la exposición es de entre 20 mSv y 50 mSv), y finalmente una zona roja (donde la exposición sobrepasa los 50 mSv), y donde existe una barrera de acceso controlada por policías.

En el puesto de control de la planta atómica, se cambia de bus, el nuevo bus debe estar equipado con un dosímetro personal, el personal se coloca botas,  guantes de algodón, se cubre la boca y la nariz con una máscara. Se usan las mangas largas para limitar la exposición de la piel. Los empleados asignados a las partes " de mayor radiación” (más calientes) de la planta, visten trajes completos y máscaras de carbón. "En esta zona no se toman fotos."

El recorrido empieza en el centro de administración de crisis, un buque sísmico que es uno de los pocos que no han sido dañados. Aquí es donde los técnicos se enfrentaron a los problemas durante las primeras horas del accidente, casi a ciegas, hoy a través de pantallas se supervisa el sitio luego de haber estado en completa oscuridad. En los pasillos, se pueden apreciar dibujos infantiles, mensajes de ánimo, enmarcadas por guirnaldas de Origami deseando suerte.
 
Imagen: Un empleado de TEPCO mide la radiactividad
en la planta nuclear de Fukushima,
el 7 de noviembre . | AFP/Tomohiro Ohsumi
Los tanques y lo difícil que es evitar las fugas y filtraciones
Penetrando profundamente en el perímetro de la planta, una vasta zona montañosa de 3,5 km2 , las filas de tanques se pueden apreciar por todas partes. Son más de 800, de todos los tamaños, verticales, horizontales, algunos enterrados. En ellos, Tepco tiene almacenados más de 350,000 toneladas de agua contaminada y tiene planes para aumentar la capacidad a 800 mil toneladas. Dado que el agua radiactiva, se va acumulando en barriles, es hoy un problema sin solución.

Cada día, cientos de toneladas de agua son inyectadas para enfriar los reactores, esta aguas una vez con radioelementos gotean en los sótanos y galerías, y parte llega a hasta la napa freática afectando el agua subterránea. El agua contaminada es acumulada y luego reinyectada en el circuito de refrigeración. Entre los kilómetros de tuberías y mangueras entre los tanques existe dificultad para prevenir las fugas.

" Tepco reconoce que para reducir el nivel de radiación del agua descargada, se requieren equipos de procesamiento adicional. Asimismo se requiere mejorar la fiabilidad de los tanques y tuberías de todo el sitio, y establecer barreras para evitar la descarga del agua contaminada en el océano."
 
Imagen: Comprender la situación de Fukushima
Trabajo sobrehumano..
El autobús  finalmente llega a la línea de costa, que fuera sobrepasada  por la ola gigante. Es aquí que donde están instalados los cuatro reactores dañados. Y aquí donde uno, se da cuenta de la magnitud de los daños, junto con el trabajo sobrehumano, a menudo en condiciones espantosas, de 30.000 "liquidadores ", que durante los últimos tres años, se turnan día y noche para reparar los agujeros y asegurar el sitio.

Los edificios largos, sus pasadizos llenos de gente, todo al revés, un camión volcado por el tsunami, termino proveyendo óxido que corroe los mantos salinos. Las instalaciones técnicas, están perforadas por todos los lados, son esqueletos por donde se pasa el viento. Sólo el deposito del reactor 2 está casi indemne. Las partes superiores de las unidades 1 , 3 y 4 volaron por explosiones. Al reactor 3, sólo le queda la mitad inferior, mientras que una tapa metálica fue colocada en la unidad 1 y una superestructura de acero y hormigón, fue construida frente a la unidad 4 para facilitar  la evacuación de su piscina de almacenamiento de combustible.

Aquí también, Tepco ha comenzado a construir un muro de 900 metros de longitud, para detener el avance del agua subterránea contaminada hacia el Pacífico. Esta estrecha franja entre los reactores y la línea de costa, se ha fortificado con grandes bolsas de piedras, el dosímetro IRSN aquí sube bruscamente a “1 mSv por hora”, un nivel elevado si consideramos que la máxima dosis para el público es 1 mSv al año.

Más allá del limite Rojo
Hirohisa Kuwabara , subdirector de la planta informa: "Hemos logrado reducir significativamente la radiactividad , pero todavía hay lugares donde se registra 1 mSv / hora ", "Nuestro objetivo, es la reducción de la radiactividad del sitio a una décima parte de su nivel actual al año, seguir eliminando los escombros con explosiones de  hidrógeno y sustituir la capa de superficie del suelo con betún."

Volviendo al punto de control, los dosímetros personales exhiben 0,02 mSv después de una visita de dos horas. Se habría tenido que pasar cuatro días completos en el sitio para recibir la dosis máxima anual. Muchos de los empleados de Tepco y de sus subcontratistas cruzaron la línea roja. Oficialmente, desde marzo de 2011, 173 de ellos superaron los 100 mSv , seis más allá de 250 mSv y los más expuestos recibieron 678 mSv.


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