Artículo tomado de la red
del Vaticano
“El uso de la fuerza está reservado por las leyes a los
cuerpos de seguridad del Estado, a quienes corresponde en exclusividad contener
la violencia que puedan desplegar algunas personas”: es lo que se lee en el
comunicado enviado a la Agencia Fides desde la Archidiócesis de Caracas,
firmado por el Cardenal Arzobispo Jorge Urosa Savino e por los obispos
auxiliares de la capital. Los obispos pretenden recordar al gobierno que no
puede recurrir a los civiles para detener la violencia de los manifestantes. La
situación generalizada de inseguridad, ha provocado actos de vandalismo y
saqueos en varias ciudades del país, y el nacimiento de los llamados
“colectivos”, grupos violentos y armados que, con el pretexto de detener a las
manifestaciones de los ciudadanos, crean pánico y violencia. Parece que gozan
de la simpatía de las autoridades porque no son ni castigados ni perseguidos
por la justicia por sus acciones.
Los pastores de Caracas añaden en el comunicado: “La
intervención de estos grupos en la contención o represión de manifestantes,
además de ilegal, es sumamente peligrosa y amenaza con dar más fuerza todavía a
las protestas de los ciudadanos”. Además, en nombre de la iglesia, expresan
preocupación por la escalada de violencia vivida en el país en los últimos días
y piden que se identifique a los responsables de las muertes del 12 de febrero
a través de “una investigación seria, imparcial y objetiva”.A las autoridades
se les pide garantizar el derecho a la protesta y sobre todo escuchar a cuantos
reclaman por la inseguridad y la carencia de los productos alimenticios
básicos. En conclusión, los obispos invitan al Gobierno y a la oposición a la
“serenidad”, y a todos los ciudadanos a “fomentar la concordia y evitar los
hechos violentos que atenten contra el orden público o pongan en peligro la
vida de las personas”.
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