Anecdotario propio de nuestro pluralismo cultural
Tomado de la Revista Jurídica Peruana
Por Yorcka Torres
“El caso reviste importancia jurídica, en especial si se
tiene en cuenta que el chamanismo forma parte de las prácticas culturales de
nuestro país y se encuentra profundamente arraigado en la mentalidad colectiva,
sobre todo en los sectores populares.”
Un diario muy popular en nuestro país, recientemente, entre
la cansina información política, traía una curiosa noticia (lo mejor del
periódico): una joven, Susana, había denunciado ante la División de Estafas de
la Dirincri a don Lino, chamán norteño que garantizó a la joven que en pocos
días lograría recuperar el afecto de su exenamorado, José. La muchacha
anhelante acudió a una tienda por departamento, que, casi inmediatamente, le
otorgó en préstamo (con intereses altos, claro está) 6,000 nuevos soles. Esa
suma fue entregada por Susana al brujo en la confianza que el 'amarre' surtiera
efecto. Sin embargo, pasaban los meses y José seguía encandilado de otra
enamorada y no daba signo alguno de retomar la antigua relación: el 'amarre' no
daba resultados. Entonces Susana (los requerimientos bancarios llegaban) perdió
la paciencia y se presentó ante don Lino y le reclamó la devolución de su
dinero. Él se negó en redondo: Esta no es una tienda", le dijo. Susana no
tuvo más remedio que acudir a las oficinas de la Policía Nacional. "Don
Lino se aprovechó de mis sentimientos para sacarme dinero", sostuvo
condolida, quizá resignada a perder para siempre el afecto de su amado.

■ El caso reviste importancia jurídica, en especial si se
tiene en cuenta que el chamanismo
forma parte de las prácticas culturales de
nuestro país y se encuentra profundamente arraigado en la mentalidad colectiva,
sobre todo en los sectores populares. Los diarios serios –entre ellos el más
importante– acogen anuncios comerciales en los que los chamanes aseguran que en
tres días lograrían recuperar el amor del ser querido. Muchos al leer estos
avisos (por Año Nuevo los programas de televisión convocaban a adivinos y
chamanes para pronósticos de toda índole, no sé si estaba don Lino, pero sí se
encontraba un brujo mediático, 'El Huachano') afincaban sus creencias.
■ La doctrina jurídica tiene respuesta para ello. En derecho
penal existe la llamada "autopuesta en peligro de la propia víctima".
El derecho no ofrece apoyo a los estúpidos. El derecho civil, a su vez, dispone
de un complejo aparato acerca de las prestaciones jurídica o físicamente
imposibles. ¡Cómo creer que el brujo logrará persuadir al novio o esposo para
que retorno al redil amoroso! Tampoco existiría relación de causalidad tanto en
lo criminal como en el derecho privado.
■ El gran problema consiste en que todos estos constructos
teóricos se dan de bruces en una sociedad pluricultural. ¿Sería acaso una
obligación de medios y no de resultados? ¿Susana, por culpa de sus convicciones
culturales, de su ignorancia –que contrasta con la razonabilidad occidental–,
no tendrá derecho alguno para recuperar sus 6,000 nuevos soles? O quizá con el
dinero recuperado busque a otro brujo que realice adecuadamente el servicio. ◆
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