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domingo, 22 de marzo de 2015

La esquiva Atlántida nunca dejara de fascinarnos

Tomado de The Daily Beast
Desde que Platón comentara sobre la civilización perdida, arqueólogos aficionados y una variedad de chiflados no han desistido en su búsqueda.
Heinrich Himmler, William Gladstone, James Cameron, Jacques Cousteau, Alexander von Humboldt, el Conde de Buffon, el Principe Michael de Grecia, son sólo algunas de las ilustres figuras de la historia que se han dedicado a la búsqueda de la mítica ciudad perdida de Atlántida.

Dependiendo de cómo se mire, el linaje de la lista refiere a un, buen  grupo de gente entre tranquilizados o desalentados, todos seducidos en los últimos años. Por suerte, el periodista
Mark Adams, el autor del libro “Volteemos a la derecha en Machu Picchu[1]” (Turn Right at Machu Picchu)  acaba de publicar la historia de la búsqueda de la Atlántida, así como los motivos que incitaron a su búsqueda, el tema de su nuevo y animado libro es “Encuéntrame en la Atlántida: Mi obsesiva búsqueda por encontrar la ciudad hundida[2]” (Meet me in Atlantis: My Obsessive Quest to Find the Sunken City).

Aún hoy día, asociada en gran parte, con seres avanzados que viven en burbujas bajo el océano, la Atlántida tiene sus inicios en un par de historias provenientes nada menos que de Platón. La nación perdida aparecen en sus “Timeaus y Critias”, los diálogos entre Critias, Hermocrates, Sócrates y Timeaus. 

En ellos se describe un antiguo poder que luchó y perdió ante Atenas 9000 años antes de Platón y que fue destruido por un desastre natural. La historia de Platón también contenía detalles específicamente extraños acerca de la ciudad, incluyendo su tamaño (más grande que Libia y Asia [!]) Su trazado (círculos concéntricos), cercanos a hitos geográficos (los pilares de Hércules), y algunas de las características de la ciudad (un canal gigante).

En su libro, Adams salta alrededor del mundo en búsqueda de los diferentes lugares que la gente ha asegurado era la ubicación de la Atlántida. Marruecos, España, Santorini, Creta, el Océano Atlántico, Malta, y la Antártida son sólo unos de los pocos de los lugares seriamente recorridos. Adams también lo introduce al lector al conocimiento del colorido reparto de los acérrimos entusiastas detrás de la Atlántida. La mayoría, como el Dr. Anton Mifsud de Malta, son detectives  aficionados que complementaron con determinación inquebrantable sus carencias en el complejo trabajo (know-how)  arqueológico.

La Atlantida
ha atraído un grupo de gente
a los que cómodamente podríamos
tildar de chiflados.

Entretenidamente, “Encuentrame en la Atlantida” también introduce una significativa cantidad de filosofía platónica y dedica un amplio espacio a legitimar arqueología como la de Akrotiri.
Tal vez el más agradable aspecto de Adams es su don para las ingeniosas descripciones de lugares y personas. William Lange, del Instituto Oceanográfico Woods Hole lo describe "como una criatura nocturna del bosque atrapada fuera de su madriguera." Malta "tiene las más altas tasas per cápita del mundo, de hombres gordos y mujeres hermosas." Braunschweig, una ciudad alemana ", parece un caso de estudio, una suerte de planificación urbana, de un cuento con moraleja,  que Jane Jacobs mantiene impreso. "Un explorador que acaba de retornar después de varios meses en el Amazonas tiene "las  mejillas hundidas y larga barba, tal como si acabara de salir de una pintura de el Greco".

La atracción inicial de la Atlántida es obvia, el más famoso filósofo de la historia dedica una significativa cantidad de tiempo y detalles al lugar que nadie puede encontrar. Pero con el paso de los siglos, Adams argumenta, que han aparecido otros factores, que juegan un papel que promueve su popularidad.

Uno de ellos fue el descubrimiento de Troya por el empresario alemán Heinrich Schliemann en la década de 1870. Un hombre hecho a sí mismo, y más importante, un historiador autodidacta, Schliemann encendió una chispa a espaldas de todos los detectives aficionados del mundo,  demostró que estos lugares literarios considerados ficticios, eran reales, y principalmente, que cualquier profano con determinación los podía encontrar.

La segunda pista es la duradera popularidad de la Atlántida en la cultura popular. Uno de los más significativos autores en la historia de la Atlantología fue Ignatius Donnelly, el ex congresista progresivo de Minnesota. Su obra fundamental,  “La Atlántida: El mundo antediluviano” (Atlantis: The Antediluvian World), no sólo recibió algunos elogios de la crítica, sino que también el primer ministro británico William Gladstone escribió una carta declarando: "Puede que no sea capaz de aceptar todas sus proposiciones, pero estoy mucho más dispuesto a creer en la Atlántida. "El libro de Donnelly influyó en muchos de los inventos tecnológicos de la década de 1880, dando lugar a la idea de que la gente de la Atlántida vivía en una ciudad del futuro.

Mientras el nivel cordura de Donnelly aparece casi cuestionable, la Atlántida ha atraído a un grupo de gente a la que podríamos cómodamente llamar chiflados. Allí se ubicó la rusa Madame Blavatsky quien sostuvo sesiones de espiritismo y dirigió el movimiento Teosófico. Ella también, como señala Adams, promovió la idea de la Atlántida como el hogar de una raza superior, una idea que encontró su camino, oh sorpresa con los Nazis. Uno de esos nazis, que creían que el pueblo ario era de la Atlántida fue uno de los principales asesores de Heinrich Himmler y lo convenció a Himmler a aceptar expediciones en busca de la ciudad perdida. Otro fue el psíquico Edgar Cayce, apodado "el profeta durmiente", que afirmaba, que acostado podía hacer lecturas psíquicas, 700 de las cuales tuvieron que ver con la Atlántida. La investigación en Virginia Beach hecha en su nombre todavía financia trabajos para encontrar evidencias de su veracidad de sus declaraciones de la Atlántida.

La búsqueda de la Atlántida también se superpone con frecuencia con la exploración arqueológica legítima en Creta, Santorini, Egipto o España. Descubrimientos como la Gente del Mar (invasores navales rechazados por Ramsés II) y el imperio Micénico, sólo han alimentado la creencia de que la historia de Platón es cierta. Como resultado, es evidente que existe algo de mala sangre entre la comunidad dedicada a la arqueología y los defensores de la Atlántida, sobre todo porque aún hay luces que adornan esta industria.

El propio Adams se mantiene firme y con un apropiado aire escéptico, ante la posibilidad de que la Atlántida sea una ficción alegórica de la imaginación de Platón. No es difícil suponer que una parte de él se nutre de nostalgia, en la esperanza de que tal descubrimiento sea posible. Al final, de todo, sin embargo, lo más probable, es que Platón tenga el récord del “cuento” de más larga duración, en toda la historia occidental.



[1] ¿Qué sucede cuando un escritor de aventuras, poco aventurero, intenta recrear la expedición original a Machu Picchu? En 1911, Hiram Bingham III subió a las montañas de los Andes de Perú y "descubrió" Machu Picchu. Mientras que la historia considera a Bingham como un villano que robó joyas de valor incalculable y el crédito del descubrimiento de la zona arqueológica. Mark Adams recorre el peligroso camino del explorador en busca de la verdad, excepto que escribe acerca de una aventura, que él realmente no ha vivido. De hecho, él nunca ha dormido en una carpa de campaña.
“Volteemos a la derecha en Machu Picchu" es la narración fascinante y divertida de Adams de este viaje a través de los más majestuosas, históricos, y remotos paisajes del mundo guiado únicamente por un especialista en supervivencia australiano duro como sus clavos y una seria pregunta: ¿Que es Machu Picchu?
[2] Hace unos años, Mark Adams hizo un extraño descubrimiento: Todo lo que sabemos sobre la ciudad perdida de Atlántida proviene de la obra de un hombre, el filósofo griego Platón. Luego hizo un segundo descubrimiento, forasteros: exploradores aficionados todavía están buscando activamente esta ciudad hundida en todo el mundo, basados enteramente en las pistas que Platón dejó.
Expuestos a la obsesión de la Atlántida, Adams decide localizar a estas personas y determinar por qué creen que es posible encontrar la más famosa ciudad perdida del mundo, y si alguna de sus teorías podría probar o refutar su existencia. Visita a los científicos que utilizan la tecnología de vanguardia para encontrar civilizaciones legendarias que alguna vez se consideraran de ficción. Examina los códigos numéricos y musicales escondidos en los escritos de Platón, y con la ayuda de algunos detectives carismáticos traza sus raíces a Pitágoras, el matemático del siglo VI antes de Cristo. Relata cómo las sociedades antiguas transmiten los relatos de acontecimientos cataclísmicos y cómo se podría escarbar el "grano de verdad" en el cuento original, de Platón. “Meet Me in Atlantis” es la apasionante narración de Adams, de su búsqueda para resolver uno de los misterios más grandes de la historia; un diario de viaje que lleva a los lectores a lugares fascinantes para conocer a los personajes irresistibles; y una mirada profunda, a menudo humorística a la aspiración humana a redescubrir un mundo perdido.

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