Tomado
de The Daily Beast
Por William O´connor
Desde que Platón comentara sobre la civilización perdida,
arqueólogos aficionados y una variedad de chiflados no han desistido en su búsqueda.
Heinrich Himmler, William Gladstone, James Cameron,
Jacques Cousteau, Alexander von Humboldt, el Conde de Buffon, el Principe Michael
de Grecia, son sólo algunas de las ilustres figuras de la historia que se han
dedicado a la búsqueda de la mítica ciudad perdida de Atlántida.
Dependiendo de cómo se mire, el linaje de la lista refiere
a un, buen grupo de gente entre tranquilizados
o desalentados, todos seducidos en los últimos años. Por suerte, el periodista
Mark Adams, el autor del libro “Volteemos
a la derecha en Machu Picchu[1]”
(Turn Right at Machu Picchu) acaba de publicar la historia de la búsqueda
de la Atlántida, así como los motivos que incitaron a su búsqueda, el tema de
su nuevo y animado libro es “Encuéntrame
en la Atlántida: Mi obsesiva búsqueda por encontrar la ciudad hundida[2]”
(Meet me in Atlantis: My Obsessive Quest to Find the Sunken City).
Aún hoy día, asociada en gran parte, con seres avanzados
que viven en burbujas bajo el océano, la Atlántida tiene sus inicios en un par
de historias provenientes nada menos que de Platón. La nación perdida aparecen en
sus “Timeaus y Critias”, los diálogos entre Critias, Hermocrates, Sócrates y
Timeaus.
En ellos se describe un antiguo poder que luchó y perdió ante Atenas
9000 años antes de Platón y que fue destruido por un desastre natural. La
historia de Platón también contenía detalles específicamente extraños acerca de
la ciudad, incluyendo su tamaño (más grande que Libia y Asia [!]) Su trazado
(círculos concéntricos), cercanos a hitos geográficos (los pilares de
Hércules), y algunas de las características de la ciudad (un canal gigante).
En su libro, Adams salta alrededor del mundo en búsqueda
de los diferentes lugares que la gente ha asegurado era la ubicación de la
Atlántida. Marruecos, España, Santorini, Creta, el Océano Atlántico, Malta, y
la Antártida son sólo unos de los pocos de los lugares seriamente recorridos.
Adams también lo introduce al lector al conocimiento del colorido reparto de los
acérrimos entusiastas detrás de la Atlántida. La mayoría, como el Dr. Anton
Mifsud de Malta, son detectives aficionados que complementaron con determinación
inquebrantable sus carencias en el complejo trabajo (know-how) arqueológico.
La Atlantida
ha atraído un grupo de gente
a los que cómodamente podríamos
tildar de chiflados.
Entretenidamente, “Encuentrame en la Atlantida” también
introduce una significativa cantidad de filosofía platónica y dedica un amplio
espacio a legitimar arqueología como la de Akrotiri.
Tal vez el más agradable aspecto de Adams es su don para las
ingeniosas descripciones de lugares y personas. William Lange, del Instituto
Oceanográfico Woods Hole lo describe "como una criatura nocturna del
bosque atrapada fuera de su madriguera." Malta "tiene las más altas
tasas per cápita del mundo, de hombres gordos y mujeres hermosas."
Braunschweig, una ciudad alemana ", parece un caso de estudio, una suerte
de planificación urbana, de un cuento con moraleja, que Jane Jacobs mantiene impreso. "Un
explorador que acaba de retornar después de varios meses en el Amazonas tiene "las
mejillas hundidas y larga barba, tal
como si acabara de salir de una pintura de el Greco".
La atracción inicial de la Atlántida es obvia, el más
famoso filósofo de la historia dedica una significativa cantidad de tiempo y detalles
al lugar que nadie puede encontrar. Pero con el paso de los siglos, Adams
argumenta, que han aparecido otros factores, que juegan un papel que promueve su
popularidad.
Uno de ellos
fue el descubrimiento de Troya por el empresario alemán Heinrich Schliemann en
la década de 1870. Un hombre hecho a sí mismo, y más importante, un historiador
autodidacta, Schliemann encendió una chispa a espaldas de todos los detectives
aficionados del mundo, demostró que estos
lugares literarios considerados ficticios, eran reales, y principalmente, que cualquier
profano con determinación los podía encontrar.
La segunda pista
es la duradera popularidad de la Atlántida en la cultura popular. Uno de los más
significativos autores en la historia de la Atlantología fue Ignatius Donnelly,
el ex congresista progresivo de Minnesota. Su obra fundamental, “La Atlántida: El mundo antediluviano” (Atlantis: The Antediluvian World), no
sólo recibió algunos elogios de la crítica, sino que también el primer ministro
británico William Gladstone escribió una carta declarando: "Puede que no
sea capaz de aceptar todas sus proposiciones, pero estoy mucho más dispuesto a
creer en la Atlántida. "El libro de Donnelly influyó en muchos de los
inventos tecnológicos de la década de 1880, dando lugar a la idea de que la
gente de la Atlántida vivía en una ciudad del futuro.
Mientras el nivel cordura de Donnelly aparece casi cuestionable,
la Atlántida ha atraído a un grupo de gente a la que podríamos cómodamente llamar
chiflados. Allí se ubicó la rusa Madame Blavatsky quien sostuvo sesiones de espiritismo
y dirigió el movimiento Teosófico. Ella también, como señala Adams, promovió la
idea de la Atlántida como el hogar de una raza superior, una idea que encontró
su camino, oh sorpresa con los Nazis. Uno de esos nazis, que creían que el
pueblo ario era de la Atlántida fue uno de los principales asesores de Heinrich
Himmler y lo convenció a Himmler a aceptar expediciones en busca de la ciudad
perdida. Otro fue el psíquico Edgar Cayce, apodado "el profeta
durmiente", que afirmaba, que acostado podía hacer lecturas psíquicas, 700
de las cuales tuvieron que ver con la Atlántida. La investigación en Virginia
Beach hecha en su nombre todavía financia trabajos para encontrar evidencias de
su veracidad de sus declaraciones de la Atlántida.
La búsqueda de la Atlántida también se superpone con
frecuencia con la exploración arqueológica legítima en Creta, Santorini, Egipto
o España. Descubrimientos como la Gente del Mar (invasores navales rechazados
por Ramsés II) y el imperio Micénico, sólo han alimentado la creencia de que la
historia de Platón es cierta. Como resultado, es evidente que existe algo de
mala sangre entre la comunidad dedicada a la arqueología y los defensores de la
Atlántida, sobre todo porque aún hay luces que adornan esta industria.
El propio Adams se mantiene firme y con un apropiado aire
escéptico, ante la posibilidad de que la Atlántida sea una ficción alegórica de
la imaginación de Platón. No es difícil suponer que una parte de él se nutre de
nostalgia, en la esperanza de que tal descubrimiento sea posible. Al final, de todo,
sin embargo, lo más probable, es que Platón tenga el récord del “cuento” de más
larga duración, en toda la historia occidental.
[1] ¿Qué
sucede cuando un escritor de aventuras, poco aventurero, intenta recrear la
expedición original a Machu Picchu? En 1911, Hiram Bingham III subió a las
montañas de los Andes de Perú y "descubrió" Machu Picchu. Mientras
que la historia considera a Bingham como un villano que robó joyas de valor
incalculable y el crédito del descubrimiento de la zona arqueológica. Mark Adams
recorre el peligroso camino del explorador en busca de la verdad, excepto que escribe
acerca de una aventura, que él realmente no ha vivido. De hecho, él nunca ha
dormido en una carpa de campaña.
“Volteemos a la derecha en Machu
Picchu" es la narración fascinante y divertida de Adams de este
viaje a través de los más majestuosas, históricos, y remotos paisajes del mundo
guiado únicamente por un especialista en supervivencia australiano duro como
sus clavos y una seria pregunta: ¿Que es Machu Picchu?
[2] Hace
unos años, Mark Adams hizo un extraño descubrimiento: Todo lo que sabemos sobre
la ciudad perdida de Atlántida proviene de la obra de un hombre, el filósofo
griego Platón. Luego hizo un segundo descubrimiento, forasteros: exploradores
aficionados todavía están buscando activamente esta ciudad hundida en todo el
mundo, basados enteramente en las pistas que Platón dejó.
Expuestos a la obsesión de la Atlántida, Adams decide
localizar a estas personas y determinar por qué creen que es posible encontrar
la más famosa ciudad perdida del mundo, y si alguna de sus teorías podría
probar o refutar su existencia. Visita a los científicos que utilizan la
tecnología de vanguardia para encontrar civilizaciones legendarias que alguna
vez se consideraran de ficción. Examina los códigos numéricos y musicales
escondidos en los escritos de Platón, y con la ayuda de algunos detectives
carismáticos traza sus raíces a Pitágoras, el matemático del siglo VI antes de
Cristo. Relata cómo las sociedades antiguas transmiten los relatos de
acontecimientos cataclísmicos y cómo se podría escarbar el "grano de
verdad" en el cuento original, de Platón. “Meet Me in Atlantis” es
la apasionante narración de Adams, de su búsqueda para resolver uno de los
misterios más grandes de la historia; un diario de viaje que lleva a los
lectores a lugares fascinantes para conocer a los personajes irresistibles; y
una mirada profunda, a menudo humorística a la aspiración humana a redescubrir
un mundo perdido.
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