Por Jorge Contreras
El Estado, el gobierno y la sociedad deben prestar atención
al contenido y efectos subliminales de algunos programas públicos de radio, televisión
y teatro. Hace poco a través de un concurso público, se le propuso a un
escolar, que para ganar un premio tenía que comer insectos. Aparentemente y sin notarlo, todos vamos
cayendo en un juego, en el que nos vamos introduciendo en un laberinto social
cuya realidad, no solo difiere de los valores Occidentales tradicionales, sino
que podría a futuro dificultar la competencia, sino la existencia.
Aquí unas preguntas de reflexión, y estoy seguro que van a
encontrar la respuesta.
Porque la hay
Primera
interrogante
Responde acaso el interés a una futura carencia, a la que
debemos irnos acostumbrando, porque en el futuro solo tendremos la opción a
probar este tipo de alimentos. ¿Existe la intención de acondicionar a nuestra
sociedad, a una tugurizarían alimenticia?
Segunda
interrogante
¿Existirá alguien
interesado en que nuestra juventud aprehenda a que venciendo sus valores
naturales puede obtener beneficios?
Responde acaso al interés de un acondicionamiento futuro
de nuestra juventud, para que siempre existan sujetos proclives “a aceptar de todo”
con el fin de obtener una ganancia. ¿Existirá algún interés en que actuemos de esa manera?
Tercera
interrogante
¿Existirá alguien interesado en que la personalidad de
nuestros jóvenes se transforme? ¿En un
YO SOY más capaz?, de imitar lo que otros hacen, que el de ser original. Que se atrevan a salir del "closet"
con cualquier imitación de otros, dejando de lado capacidades como el actuar
con creatividad. ¿Existirá algún interés en que nuestra juventud actué de esa
manera?
Cuarta
interrogante
¿No hemos considerado acaso que una suerte de
animalización ocurre cuando dejamos de lado nuestros esquemas racionales y nos
rebajamos sin pensarlo mucho a actuar con actitud animal? ¿Existirá intereses en que actuemos rápido,
sin pensar y sin mucho raciocinio?
Quinta
interrogante
¿Existe en nuestro país alguna autoridad de Salud que
haya aprobado que determinados insectos no acostumbrados a nuestra dieta
regular, vivos o muertos previo examen, se puedan comer?
¿Esta autoridad ha otorgado una autorización a estos
programas? ¿Existe algún interés en que se proceda de otra manera?
Sexta interrogante
¿Afecta esta noticia el prestigio ganado por el Perú como
un país gourmet internacional de fama mundial, al que algunos no solo quieren
imitar, sino hasta suplantar?
Creo que al llegar a este punto, todos captamos la idea
que necesitamos autoridades que protejan nuestro País, su imagen, su fama, sus valores tradicionales, su juventud y
nuestra sociedad...
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