Comentario y traducción de Jorge Contreras[1]
Jonathan Haidt especialista en la “teoría de fundamentos morales” señala
que cada país, tiene su propia cultura de justicia, y que presenta una ecuación
nacional mezcla de factores antropológicos y sociales, donde, según su nivel de
desarrollo, Conservadores[2]
y Liberales[3],
confluyen y dan paso a la llamada “Orientación de su justificación para la
Dominación” [4].
Que en algunos casos estos hechos, interpretados con estrechez epistémica,
toman sus fundamentos morales como
resultado de la percepción de amenazas a su poder de grupo, y llegan a
soluciones que muchas veces son más atroces que el problema que quieren solucionar.
Los invito a leer este artículo cuyo titulo en ingles es The
right has f***ked up minds: Meet the researcher who terrifies GOP Congress.
Cuyas teorías han llamado la atención
al punto de que muchos republicanos optan
por revisar los conceptos, y que bien podría aplicarse a algunos connotados
casos nacionales.
Tomado de SALON
Por Paul Rosenberg[5]
En el período inmediatamente posterior a la Segunda
Guerra Mundial, una amplio sector de pensadores, seculares como religiosos, debatieron
ardorosamente para darle un sentido a la profunda maldad en la guerra, particularmente
la llevada por la Alemania nazi y su resultado el Holocausto. Uno de estos esfuerzos, el de "la personalidad
autoritaria" de Theodore Adorno y tres co-autores, aperturó un completo y
nuevo campo en la psicología política, inicialmente fue un pequeño nicho en el
amplio campo de la psicología social, que se fue desarrollando de a pocos, de manera
intermitente en los últimos años, llegando a convertirse cada vez más en una sólida postura entre los 80s y 90s, que
se mostró a través de distintos procedimientos cognitivos con que los liberales
y los conservadores discutían y se diferenciaban unos de otros. Estas diferencias
entre liberales y conservadores no fueron la única preocupación en este campo, sino
que comenzaron a aparecer, frecuentemente
y de manera creciente en una diferente y diversa gama de medidas, incluyéndoseles la inclinación para “justificar el orden social existente”, sea lo que fuere, esta
última, fue una idea desarrollada por
John Jost, en la década de 1990, bajo el nombre de la "teoría de la
justificación del sistema."
El campo de la psicología política ganó mayor visibilidad
en la década del 2000 cuando por primera vez desde la Gran Depresión, los
conservadores republicanos controlaron simultáneamente la Casa Blanca y el
Congreso y llevaron a la nación en una dirección, cada vez más dividida. Lo más
notable del 2006 fue el “bestseller” "Conservadores sin Conciencia"
de John Dean, que popularizó dos de los acontecimientos más notables de la
década de los 80s y 90s, la construcción del “autoritarismo de derecha” y la orientación de la “dominancia social”. Unos pocos años antes, un documento puramente académico,
"Conservadurismo Político como Motivador de la Conciencia Social", de Jost y de otros tres destacados investigadores en este
campo, causó un pequeño tambaleo en la reacción política, que llevó a algunos
en el Congreso a comenzar a hablar de revisar los conceptos.
Así a medida que la era Bush terminó, y la retórica de
Barack Obama “de trascender las diferencias entre derecha e izquierda”, comenzó
a capturar la imaginación nacional, apareció como un eco, este sentimiento en
el campo de la psicología política. Conocida como la "teoría de los fundamentos
morales" estrechamente asociada con el psicólogo Jonathan Haidt, y
popularizada en su libro "La Mente Justa", sostiene que un enfoque
demasiado estrecho en las preocupaciones sobre la “justicia” y en el “cuidado/prevención
del daño” ha disminuido las apreciaciones de los investigadores en la gama
total de preocupaciones morales, especialmente en un subconjunto particular de
preocupaciones diferentes, al que los “conservadores” parece valoraran más que
los “liberales”. Con el fin de restablecer el equilibrio en este campo, los
investigadores deben ampliar sus horizontes e incluso, Haidt argumenta, deben participar
en una acción afirmativa para reclutar conservadores en el campo de la psicología
política. Esto es, en efecto, un argumento que invoca valores liberales como equidad,
inclusión, la apertura a nuevas ideas, etc., y su utilización para criticar o
incluso enfrentar ideas caracterizadas como una ortodoxia liberal, o incluso ideas
morales tribales o de mentes cerradas de las comunidades.
Recientemente, una serie de estudios han planteado dudas
sobre el sustento de la teoría precisamente en estos términos, “ son en
realidad, los fundamentos morales que reflejan las tendencias no morales o
incluso inmorales ampliamente estudiadas, más afines (agradables) a los
conservadores? A finales del año pasado,
un documento co-escrito por Jost titulado "Otra mirada a los teoría de
los Fundamentos Morales" fue
elaborado en base a estudios anteriores. Para obtener una mejor comprensión de la
teoría, sus sustentos morales, sus retos, los problemas que enfrentan, qué tipo
de resolución y nuevas fronteras, nos depara este campo, la
“Revista Salón” entrevistó a John Jost. Finalmente, él sugirió, que la “teoría
de los fundamentos morales” y la “teoría de la justificación del sistema”
terminan pareciéndose entre sí, en lugar de ser radicalmente opuestas.
¿Qué es la teoría
de justificación del sistema, porque interesa, porque otros deben estar
interesados?
Cuando era estudiante graduado de Psicología Social en la
Universidad de Yale en la década de 1990, comencé a preguntarme por la necesidad
de explicación, de un conjunto de fenómenos aparentemente no relacionados, todos
de alguna manera contradictorios.
Me pregunté: ¿Por qué la gente mantiene una relación
abusiva, ¿por qué las mujeres sienten que tienen derecho a un salario más bajo
que los hombres, ¿Por qué los niños
afroamericanos llegan a pensar que las muñecas blancas son más atractivos y
deseables? ¿Por qué la gente culpa a las víctimas de la injusticia? y ¿Por qué
las víctimas de la injusticia a veces se culpan a sí mismos? ¿Por qué es tan
difícil para los sindicatos y otras organizaciones conseguir que la gente se ponga
de pie y proteste por sí mismos?, y ¿Por qué soportamos un cambio personal y
social difícil, o incluso doloroso?
Por supuesto, no todo el mundo exhibe estos patrones de
comportamiento en todo momento, pero muchas personas lo hacen, y me pareció que
estos fenómenos no fueron bien explicadas por las teorías existentes en la
ciencia social.
Se me ocurrió, que en estas situaciones aparentemente
dispares, existiría un denominador común,
“en el nivel de la psicología social”. Tal vez los seres humanos, de
alguna manera bastante sutil, son propensos a aceptar, defender, justificar y
racionalizar los arreglos sociales existentes y a resistirse a los intentos de
cambio del status quo, por más buenos e intencionados que estos intentos sean.
En otras palabras, podemos estar motivados, en diverso grado, para justificar los sistemas
sociales de los que dependemos, a verlos como relativamente buenos, justos,
legítimos y deseables, y así sucesivamente.
Esto no me parece increíble, dado que los psicólogos
sociales ya han demostrado que a menudo nos sentimos motivados para defender y
justificarnos a nosotros mismos y a los grupos sociales a los que pertenecemos. La mayoría de nosotros creemos que somos
mejores conductores que la persona promedio y más justos también, y muchos de
nosotros creemos que nuestras escuelas o equipos deportivos o empresas son
mejores que sus rivales y competidores. ¿Por qué no considerar también que las
instituciones sociales, económicas y políticas que nos son familiares son mejor que las alternativas? Creer lo contrario es al menos algo
doloroso, en la medida en que nos obligaría a enfrentar la posibilidad de que
nuestras vidas y las de los que nos rodean pueden estar sujetos a caprichos, la
explotación, la discriminación, la injusticia, y que las cosas podrían ser
diferentes, mejores, pero no lo son.
¿Qué es este
documento académico del 2003, "Conservadurismo Político como
Motivador de la Conciencia Social"? ¿De qué se trata?
Queríamos comprender si hay relación, entre el “Conservadurismo
psicológico”, las fuerzas mentales que contribuyen a resistirse al cambio y el Conservadurismo
político como ideología o como movimiento social. Mis colegas y yo realizamos
una revisión cuantitativa, meta-analítica de casi cincuenta años de
investigación llevada a cabo en 12 diferentes países, incluyendo más de 22.000
participantes en la investigación o casos individuales. Encontramos 88 estudios
que habían investigado las correlaciones entre, las “características de
personalidad y diversas necesidades psicológicas”, motivos y tendencias, por un
lado, y las “actitudes y opiniones políticas”, por el otro.
¿Cómo es que los
políticos no comprenden los hallazgos de estas investigaciones, y cómo ha respondido
usted?
Sospecho que algunos honestamente, malinterpretan los
hallazgos, mientras otros no. Un problema es que muchas personas parecen asumir
que todo lo que los psicólogos estudian debe ser considerado (por los investigadores, al menos) como
anormal o patológico. Pero eso es simplemente falso. Los psicólogos sociales,
cognitivos, de desarrollo, de la personalidad y políticos son mucho más
propensos a estudiar las actitudes y comportamientos normales, ordinarios, y
mundanos. Estamos sobre todo interesados en la comprensión de la dinámica de
la vida cotidiana. En cualquier caso, ninguna de las variables que mis colegas
y yo investigamos han tenido algo que ver con la psicopatología; nosotros buscamos
la variabilidad en los rangos normales dentro de la población y si las
características psicológicas específicas se co-relacionan con las opiniones
políticas. Tratamos de resaltar algunas de estos aspectos, animando a la gente
a leer más allá del título, y haciendo hincapié en que hay ventajas y
desventajas cuando se es mucho o poco conscientemente definido, conscientemente
complejo, o sensibilidad a la amenaza, y
así.
¿Cómo se ha
desarrollado este documento desde entonces?
Estoy complacido y asombrado por la cantidad de equipos
de investigación de todo el mundo que han tomado nuestras ideas, mejorado,
ampliado, y construido en base a ellos durante la última década. Para empezar,
un número de estudios han confirmado que “el
Conservadurismo político” y la “orientación
de derecha” se asocian con diversas medidas de “justificación del sistema”. Y la investigación de la opinión
pública con muestras representativas a nivel nacional de todas partes del
mundo, establece que las dimensiones de los dos valores centrales que propusimos para separar lo
tradicional de la derecha de la izquierda (o la “resistencia al cambio”) y la “aceptación
de la desigualdad” de hecho se
relacionan entre sí, y están
generalmente (no siempre) asociados con la “justificación del sistema”, el Conservadurismo
y la orientación de derecha.
Desde el 2003, numerosos estudios han replicado las
correlaciones que observamos entre los motivos epistémicos[6]
, incluidas las necesidades personales de orden, de una estructura, de decidir y
resistencia al cambio, la aceptación de la desigualdad, la justificación del
sistema, el conservadurismo, y orientación a la derecha. Varios han encontrado,
que los liberales obtienen mejores resultados que los conservadores en cuanto a
la necesidad de conciencia, que captura la tendencia crónica del esfuerzo de individuo
de disfrutar de las formas con pensar. Este hallazgo es potencialmente
importante, porque las personas que obtienen una puntuación más baja en la
necesidad de conciencia, favorecen intuitivamente el procesamiento heurístico
de la nueva información, mientras que los que obtienen mejores resultados son
más propensos a involucrarse en un procesamiento más elaborado, sistemático (lo
que Daniel Kahneman se refiere como Sistema 1 y Sistema 2 de pensamiento,
respectivamente). La relación existente entre la motivación epistémica y la orientación
política también ha sido explorada en la investigación sobre el comportamiento
no verbal, la estructura, y el funcionamiento neuroconciente.
Varios laboratorios han replicado las correlaciones que
observamos entre los motivos existenciales, incluyendo la atención y
sensibilidad a estímulos peligrosos y amenazantes, y a la resistencia al
cambio, a la aceptación de la desigualdad, y al Conservadurismo. Ingeniosos
experimentos han demostrado que la activación temporal de las necesidades
epistémicas para reducir la incertidumbre o alcanzar un sentido de control o definición,
aumenta el atractivo a la justificación del sistema, al Conservadurismo, y a la
orientación a la derecha. Los experimentos han demostrado que la activación
temporal de las necesidades existenciales para administrar las amenazas y
ansiedad aumenta el atractivo de la justificación del sistema, el
conservadurismo y la orientación de derecha, todos en igualdad de condiciones. Estos
experimentos son especialmente valiosos porque se identifican las relaciones
causales entre los motivos psicológicos y orientación política.
También se han alcanzado progresos en la comprensión de
las conexiones
entre las características de la personalidad y la orientación política.
En cuanto a "Cinco Grandes" rasgos de personalidad, estudios con
estudiantes y muestras representativas a nivel nacional de adultos nos dan exactamente
la misma historia: La apertura a nuevas experiencias se asocia positivamente con una
orientación liberal, mientras que la escrupulosidad (sobre todo la
necesidad de orden) se asocia positivamente con una orientación conservadora.
En unos pocos estudios longitudinales, de la infancia se han encontrado medidas
de la intolerancia a la ambigüedad, la incertidumbre y la complejidad, así como
sensibilidad al miedo, amenaza y peligro para predecir la orientación
conservadora en la vida. Finalmente, se ha observado que en toda América del
Norte y Europa Occidental, los conservadores se reportan más felices y más
satisfechos que los liberales, y esta diferencia es en parte (pero no
completamente) se explica por la “justificación del sistema” y la “aceptación
de la desigualdad como legítima”. Como sospechábamos hace muchos años, parece
que hay
un costo emocional o hedonista de ver el sistema como injusto y con la necesidad
de un cambio significativo.
¿Qué es la “Teoría
del fundamento moral”, como se describe y para aquellos familiarizados cual es
la problemática que enfrenta?
La idea básica es que hay cinco o seis bases innatas (evolutivamente preparadas) para un juzgamiento humanamente "moral",
1) la conducta justa (que los teóricos de los fundamentos morales entienden en
gran medida en términos de reciprocidad),2) la prevención del daño, 3)la lealtad
interna al grupo, 4) la obediencia a la autoridad, y 5) el cumplimiento de las estándares
de pureza. El principal problema es que
a veces los teóricos escriben descriptivamente los fundamentos morales como si
se tratara de consideraciones puramente subjetivas, lo que hace que las personas,
piensen y actúen como si la moralidad las obligara a obedecer a la autoridad, a
ser leales al grupo, y así sucesivamente. No hay problema con el reclamo descriptivo,
aunque es sólo un pequeño subconjunto de cosas que la gente podría pensar que son
moralmente relevantes, siempre y cuando reconozcamos que la gente podría estar
equivocada cuando piensan y actúan como si se trata de consideraciones intrínsecamente
morales.
En otras ocasiones, sin embargo, los teóricos de los
fundamentos morales los escriben prescriptivamente, como si a estos
"fundamentos" se les debiera dar
el mismo peso, objetivamente hablando, que todos ellos, debieran ser
considerados virtudes, y que cualquiera que rechazase a uno de ellos, ignoraría una parte importante de lo que significa ser un ser humano moral. Aquí, yo
personalmente y otros, hemos señalado que muchas de las peores atrocidades de
la historia humana se han cometido no solamente en el nombre de la lealtad al
grupo, la obediencia a la autoridad, y la aplicación de normas y estándares de
pureza, sino debido a la fiel aplicación de estos principios. Durante 24
siglos, los filósofos occidentales han llegado a la conclusión que tratar a las
personas de manera justa y prevenirlas del daño, cuando se trata de “la moral”,
debe triunfar la lealtad al grupo, el respeto a la autoridad, y la pureza. En
muchos casos, un comportamiento ético requiere de imparcialidad y la desobediencia y la
superación de las reacciones viscerales que nos pueden llevar hacia el
nepotismo, la deferencia, y actuar sobre la base de desagrado y otras
intuiciones emocionales. Puede ser difícil de superar estas cosas, pero no es
esto lo que la moralidad requiere de nosotros?
Ha habido una serie de estudios críticos iniciales
publicados, que usted cita en este nuevo estudio.. ¿Qué es lo que estos han
mostrado?
Parte del problema es que los teóricos de los fundamentos morales enmarcan su trabajo, por
razones retóricas, con un fuerte contraste con otras investigaciones de psicología
social y política, incluyendo el trabajo con el que he estado asociado. Esto fue
innecesario desde el principio y en retrospectiva, totalmente engañoso.
Básicamente, afirmaron: "Un trabajo anterior sugiere que el Conservadurismo
está motivado por necesidades psicológicas para reducir la incertidumbre y la
amenaza y este se asocia con el autoritarismo y la dominación social, nosotros
afirmamos que está motivado por preocupaciones genuinamente morales, no
inmorales o amorales, por razones de lealtad para con el grupo, la obediencia a
la autoridad, y pureza. Y "Esto ha resultado ser una falsa yuxtaposición
en muchos niveles.
Los primeros investigadores en Inglaterra y los Países
Bajos demostraron que la sensibilidad a la amenaza está asociada en realidad con
la lealtad al grupo, la obediencia a la autoridad, y los estándares de pureza.
Por ejemplo, la percepción de un mundo peligroso, predica el aval de estos tres valores, pero
no avala la justicia o la prevención del daño. En segundo lugar, unos equipos
de investigación en los EE.UU. y Nueva Zelanda descubrieron que el
autoritarismo y la orientación a la dominación social se asocia positivamente
con la valoración moral al interior del grupo, con la autoridad, y la pureza, y
no con la valoración de la equidad y la prevención del daño. Psicológicamente
hablando, los tres llamadas "fundamentos de unión" se observan diferentes
de los dos más humanos.
Que es lo que estos
estudios anteriores abordaron, que usted ha querido aclarar? ¿Y por qué es tan importante?
Estos otros estudios indicaron que había una razonable
relación estrecha entre el autoritarismo y el aval del propio grupo, la
autoridad y las preocupaciones relacionadas a los estándares de pureza, pero no
investigaron la posibilidad de que las diferencias individuales en el
autoritarismo y la orientación en la dominancia social podrían explicarse, en un
sentido estadístico, ¿Por qué los conservadores valoran el propio grupo, la
autoridad y la pureza significativamente más que los liberales?, tan
importante, pero a menudo pasado por alto en la literatura en la teoría de los
fundamentos morales, ¿Por qué los liberales valoran la equidad y la prevención del daño
significativamente más que los Conservadores.
¿Cómo ha sido el proceso
de abordar estas preguntas sin respuesta? ¿Qué se ha descubierto y cómo se
compara con lo que se podría haber esperado?
Había un estudiante graduado llamado Mateo Kugler (que
por ese entonces estudiaba en la Universidad de Princeton), quien asistió a un amistoso
debate sobre la teoría de los fundamentos morales en la que he participado,
después de escuchar mis consideraciones, decidió ver si las diferencias entre
liberales y conservadores en términos de intuiciones morales desaparecerían
tras un ajuste estadístico sobre el autoritarismo y la orientación en la dominación social. El llevó a cabo estudios y encontró que así es, y entonces me contactó,
y terminamos colaborando ambos en esta investigación, con la recopilación de
datos adicionales mediante nuevas medidas desarrolladas por teóricos de los
fundamentos morales, así como las medidas sobre la hostilidad hacia afuera de
los grupos.
¿Qué significa
para la teoría del fundamento moral?
Para mí personalmente, significa que los investigadores necesitan
aclarar un poco la confusión conceptual en esta área de la psicología moral, los
investigadores tienen que enfrentar el hecho de que algunas intuiciones morales
(cosas que la gente puede pensar que son moralmente relevantes y que pueden
utilizar para juzgar a los demás) pueden llevar a la gente a comportarse de
manera inmoral, no ética y discriminatoria. Que necesitamos investigación del
comportamiento, tales como estudios actuales sobre la discriminación real, para
determinar si este es realmente el caso. Hasta ahora la evidencia ha sido principalmente
circunstancial.
Y qué investigación
futura se proyecta de parte suya?
Uno de mis estudiantes decidió investigar la relación
entre las justificaciones del sistema y los antecedentes motivacionales, por un
lado, y el respaldo a los fundamentos morales, por el otro. Este trabajo
también sugiere que hay un contraste exagerado entre la retórica de la teoría de los
fundamentos morales y otras investigaciones en psicología social. Estamos
encontrando que, de las variables que hemos considerado, la empatía es una preocupación
moral y el mejor predictor psicológico para la equidad y la prevención del daño,
mientras que el respaldo a la lealtad al grupo, la obediencia a la autoridad,
y las preocupaciones por los estándares de pureza están vinculados a motivos epistémicos
para reducir la incertidumbre (como la necesidad de definir cognitivamente),
reducir los motivos existenciales en las amenazas (por ejemplo, ansiedad ante
la muerte) y para la justificación del sistema en el ámbito económico. Por
lo tanto, en un nivel descriptivo, la teoría de los fundamentos morales es
totalmente coherente con la teoría de la justificación del sistema.
Finalmente luego
de estas preguntas selectivas, me gustaría concluir preguntando algo que siempre
se pide en entrevistas como esta: ¿Cuál ha sido la pregunta más importante que se
ha obviado? ¿Y cuál sería su respuesta?
¿La ciencia social puede ayudar a resolver algunos de los
problemas que enfrentamos como sociedad? Sí, lo sostengo en la esperanza de que
si puede, al menos en el largo plazo, y con la esperanza de que nuestros
líderes se darán cuenta de ello en el tiempo.
Esta conversación lleva a agregar una pregunta más. El
argumento básico de Haidt[7]
podría caracterizarse como una combinación de un vistazo antropológico a
todos los "principios morales" que las diferentes culturas han adquirido
y a una amplia ecuación sobre la moralidad, tomando en cuenta las restricciones
del interés propio y/o los deseos individuales. Este documento, atrae la
atención de los roles de la Orientación para la Dominación Social (en inglés
Social Domination Orientation, SDO [8])
y el autoritarismo de derecha (en inglés Right Wing Authoritarism RWA [9]), y pone de relieve un problema clave con una fórmula, que en estados Unidos, las élites del Sur han entendido durante
siglos: el legítimo interés totalmente individual (e incluso la moralidad, como
por ejemplo el proveer la adecuada alimentación y futuro digno para los hijos)
puede ser fácil y atrozmente anulado cuando
se recurre a "preocupaciones morales", como la "pureza
racial", o en términos más generales, a la defensa del "orden racial
dado por Dios."
Aun, Haidt tiene otro punto importante, que la preocupación moral individual nos deja
algo no dicho sobre el valor de la dimensión social de la experiencia humana,
que anteriores tradiciones morales han abordado.
¿Ve usted alguna
forma de avanzar hacia el desarrollo de una postura más matizada de moralidad
que beneficie la crítica a la prevención de daños y a la equidad por ser un
sustento demasiado estrecho que no abraza todas las alternativas problemáticas
presentadas hasta el momento?
Sí, y hay una larga tradición en la teoría y la
investigación en justicia social que empieza desde sus inicios con Aristóteles,
que implican un rico, complejo análisis, matizado de dilemas éticos que van
mucho más allá de la suposición de que la justicia se trata simplemente de
reciprocidad positiva y negativa.
Sin lugar a dudas, somos una especie social, con
necesidades relacionales y dependencias, y la forma en que tratamos a los demás
es fundamental para la vida humana, especialmente cuando se trata de nuestra
capacidad de cooperación y de organización social. Cuando no estamos
participando en algún tipo de racionalización, está claro que hay normas
reconocidas de justicia procesal, justicia distributiva, la justicia
interaccional, y así sucesivamente. Incluso dentro del ámbito de la justicia
distributiva, lo cual tiene que ver con la asignación de beneficios y cargas de
la sociedad: hay distintos principios de equidad, igualdad y necesidad, y en
algunos casos estos principios pueden estar en conflicto o contradicción.
El cómo reconciliar e integrar estos diversos principios
en la teoría y en la práctica no es un asunto sencillo, y me parece, que
debemos centrarnos en su desarrollo. También debemos enfocarnos en resolver
otros dilemas, tales como la forma de integrar el utilitarismo, la deontología, la virtud
teórica y formas contractuales sociales de razonamiento moral, porque cada uno
de estos, en mi opinión personal, trae algún reclamo legítimo que demanda nuestra
atención como agentes morales.
[1] Jorge
A. Contreras Ríos, DNI 09582230, ICAC Nº 897, administrador, licenciado en
ciencias militares, abogado, magíster en ciencias militares, magíster en
derecho penal, estudios de doctorado.
[2] Graham, J., Haidt, J., &
Nosek, B. (2009). Liberals and conservatives rely on different sets of moral
foundations. Journal of Personality and Social Psychology, 96,
1029-1046.
[3] Altemeyer, Robert (2006). "The
Authoritarians" (PDF). p. 166. Retrieved 9 July 2013
[4] Sidanius, Jim; Pratto,
Felicia (2013). Social Dominance: An Intergroup Theory of Social Hierarchy and
Oppression. Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 0-521-80540.
[5] Paul Rosenberg is a
California-based writer/activist, senior editor for Random Lengths News, and a
columnist for Al Jazeera English. Follow him on Twitter at @PaulHRosenberg.
[6] racionales, científicos.
[7] Haidt, Jonathan (6 de marzo
del 2015), social psychologist and Professor of Ethical Leadership at New York
University’s Stern School of Business, Recuoerado de http://en.wikipedia.org/wiki/Jonathan_Haidt
[8] Sidanius, Jim; Pratto,
Felicia (2013). Social Dominance: An Intergroup Theory of Social Hierarchy and
Oppression. Cambridge: Cambridge University Press. ISBN
0-521-80540.
[9] Altemeyer, Robert (2006). "The
Authoritarians" (PDF). p. 166. Retrieved 9 July 2013
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