Tomado
de The FBI Law Enforcement Bulletin
Tíitulo
original: Leadership
Spotlight: Overestimating Yourself
Por Bret Hood[1]
En la mitología griega Narciso, el cazador, tenía el don
de la extrema belleza. Según cuenta la historia, una ninfa de la montaña lo seguía
y profesaba amor por él. Narciso rehuía de ella, tal como lo hacía con todo
aquel atraído por su perfecto rostro. Estando la ninfa de la montaña embargada en una profunda
tristeza. Némesis, el dios griego de la
venganza, notó lo que pasaba con la ninfa de la montaña y atrajo a Narciso
hacia un estanque de agua. Una vez allí, Némesis lo llevó hasta una de las orillas,
donde por primera vez, Narciso contempló el reflejo de su rostro. Allí, sin
darse cuenta que miraba su propia imagen, Narciso cayó irremediablemente
enamorado de sí mismo. Más tarde, al darse notar que su amor no podría ser
correspondido, Narciso cometería su propio suicidio.
Al igual que Narciso, como líderes, todos estamos
supeditados a sucumbir a nuestra propia
percepción de grandeza. ¿Cuántas veces
hemos encontrado a estos llamados
líderes, que se jactan y disfrutan de
sus logros? ¿Qué pasa con estos líderes que de pronto aparecen a lo largo del
camino y demandan elogios y premios?
¿Qué pasa con estos seudo líderes que juegan el papel de "ser la
víctima" y que nunca identificaron que son la posible causa del problema?
Estas personas, simplemente como Narciso, están viendo su
propio reflejo en el agua y confundidos creen que sus habilidades de liderazgo son
la belleza más pura. Ellos han caído irremediablemente enamorados de sí mismos,
y cualesquiera su habilidad de liderazgo, esta también se ha desmorona con él. ¿Podría acaso esto sucedernos a nosotros?
En las clases de liderazgo, a menudo sostenemos con mis
alumnos, una larga discusión sobre el ¿Por qué? tendemos a juzgarnos a nosotros
mismos por nuestras intenciones, y ¿Por qué? evaluamos a todos por sus
acciones. La idea de auto juzgarnos críticamente no es fácil. Sin embargo con
ello, a menudo descubrimos cosas que ignoramos. Es entonces que notamos, que la
autoevaluación crítica es esencial para dar el ejemplo y ganar seguidores.
¿Recuerdas algún líder que continuamente
haya fallado en autoevaluarse honestamente?, ¿Recuerdas lo que has pensado de
ellos?
En los próximos días o semanas, tratemos de contar el
número de veces que empleamos las palabras "Yo" y "Mi" y
luego preguntémonos nosotros mismos, si no
deberíamos usar el "nosotros" y lo "nuestro" en su lugar.
Si en una reunión, con un jefe o compañeros, algo sale mal, notamos si estamos empleando el
"usted" o el "ellos" para explicar los problemas.
Reflexionemos profundamente y determinemos si "ellos" son realmente
el problema, o si somos "nosotros mismos" los que prejuzgamos mal
nuestras propias acciones, por atender solo a lo que nosotros mismos
pretendemos lograr. Por incómodo que esto pueda parecer, estos son momentos en
los que el verdadero liderazgo va a comenzar a salir y relucir.
Como líderes, todos debemos tomarnos un momento, mirar nos
en un espejo y estudiar lo que vemos. Seguramente que vamos a encontrar algo de
belleza en la reflexión que se muestra ante nosotros, sin embargo, a diferencia
de Narciso el cazador, debemos mirar más allá de las primeras cosas que vemos.
Debemos mirar más allá de la belleza y encontrar donde están nuestras manchas.
La aceptación de nuestra belleza, así como de nuestros defectos, nos permitirá
evitar el destino de Narciso y, a cambio, nos ayudara a convertirnos en los
líderes que debemos ser.
[1]
Bret Hood, es un agente especial del FBI, instructor en Políticas Policiales en
la Academia del Buro Federal de Investigaciones de Los Estados Unidos.
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